DEVOCIONAL
ACEPTANDO EL RETO DE LA FE
La fe se fortalece y desarrolla en medio la prueba, ya que
es en medio de las aflicciones cuando podemos experimentar el poder del Jesús
obrando milagrosamente para dirigir nuestra vida hacia el camino de la
bendición.
- Tendremos
alegría: Aunque tengamos luchas y momentos difíciles que debiliten
nuestro corazón y nos hagan sentir que no hay un futuro, cuando
aprendemos a confiar en el poder de Dios y tenemos la plena seguridad de
que nuestra vida está en sus manos podremos hallar el gozo de saber qué de
su mano vendrá la salida hacia la bendición
- Seremos formados en
paciencia:
Aunque no llegue la respuesta, tenemos que esperar en silencio los tiempos
de Dios, que son perfectos y están determinados por Él para formar nuestro
carácter y aprender a perseverar aún en medio de las dificultades
- Obtendremos el fruto de la
obediencia:
Mantenernos firmes en la fe, nos permitirá caminar de acuerdo a la
voluntad que Dios tiene para nuestras vidas, siendo guiados por los
principios de su palabra, lo cual nos permitirá asegurar que obtendremos
sus promesas para nuestras vidas.
- Venceremos los temores: (Hebreos 11:7) Quizá
no ver la respuesta a las peticiones que tenemos, puede hacernos dudar y
temer por el futuro, pero cuándo nos fortalecemos en la fe en el Todopoderoso,
cualquier temor humano será vencido y
habrá la posibilidad de seguir avanzando en el camino que tenemos
por delante.
- Tendremos la respuesta (Hebreos 10 37): No podemos
ponerle tiempo humano a la fe, porque estaríamos desconociendo la
soberanía de Dios, por el contrario debemos vivir confiados en que sólo Él
puede decidir el momento exacto preciso y conveniente en que enviará la
respuesta porque: “ EL QUE HA DE VENIR VENDRÁ Y NO
TARDAR”
JESÚS NUESTRO MAYOR EJEMPLO DE FE (Hebreos 12:2-3)
- Jesús confió absolutamente en el Padre: Aunque
Jesús sabía la prueba qué pasaría, tuvo la fe para creer que el Padre
cumpliría su promesa y resucitaría, para con ello llevar la salvación a la
humanidad
- La fe de Jesús fue acompañada de obediencia
hasta el final...aún hasta la muerte
- La fe de Jesús le dio un nuevo
aliento para no desmayar, aún en los momentos más difíciles.
“JESÚS ACEPTÓ EL RETO DE LA FE Y TUV: GOZO, HERENCIA,
PACIENCIA, PROMESAS, VALENTÍA Y
RECIBIÓ JUSTICIA AL VER DERROTADO A SATANÁS”
“SÍ RETROCEDES EN LA FE …LA OBRA DE JESÚS EN LA CRUZ HABRÁ SIDO EN
VANO…. ACEPTA EL RETO”
DEVOCIONAL
Nosotros
también «nos mojamos la cara»
Estaba leyendo a nuestra hija Julia la Biblia
Abba cuando
llegamos al relato en el que Jesús anda sobre el mar. La imagen es
tremenda: las caras de los discípulos de Jesús muestran el esfuerzo en medio
del mar con un viento contrario y también vemos el asombro al ver a Jesús
andando sobre el mar. De repente se puso a reír diciendo «mira papá ¡se está
mojando la cara!»
Esforzándome
un poco noté que hay una gota que está cerca de llegarle a la cara al discípulo
que en esta Biblia identificamos como Juan. Hasta aquel momento a Julia sólo le
había llamado la atención el hecho de que en la Biblia se hable de que los
discípulos pudieran pensar que aquel que venía andando podría ser un fantasma.
La
cosa es que a mi se me quedaron grabadas las palabras «¡se está mojando la
cara!» Y es que aunque como cristianos afirmamos que cada día Dios está a
nuestro lado, nos mojamos la cara, nos afecta lo que nos sucede y Dios nos
moldea mientras sufrimos.
Aquellos
discípulos, pescadores experimentados, hacían lo que podían usando todas
sus habilidades para sobrevivir. Seguro que hasta pensaron en dejarse llevar
cansados por tanto esfuerzo. Y así estamos nosotros, hacemos lo que podemos y
nos afectan las dificultades por las que pasamos aunque en algunas ocasiones
estemos mejor preparados para afrontarlas.
En
aquel momento de dificultad, los discípulos necesitaban a Jesús. Y Jesús llegó
diciendo «¡Tened ánimo; soy yo, no temáis!» y calmó la tempestad cuando lo
creyó conveniente. Así también sucede con nosotros hoy. Dios nos ve en medio de
dificultades y considera el mejor momento para ayudarnos. De lo que sí podemos
estar seguros es que él nos sigue diciendo «¡Tened ánimo; soy yo, no
temáis!»
Jesús
calmó el viento y los discípulos estaban maravillados pero ellos seguirían
mojados y con las manos doloridas por el esfuerzo. Porque esta es la realidad
que a veces no nos arriesgamos a contar: Cuando confiamos en el Señor pasamos
por dificultades, no se terminan todos los problemas. Nos afectan las cosas
cuando suceden, nos «mojamos la cara» y tenemos cicatrices. Y Dios nos enseña
algo aunque a veces no entendamos nada. Predicar otro Evangelio es una absoluta
contradicción con lo que leemos en la Biblia.
Ayúdanos
Señor, a esperar en ti siempre, especialmente cuando atravesamos dificultades.
Aumenta la fe que en tu misericordia pusiste en nosotros para que entendamos
que siempre estarás a nuestro lado, eres dueño del tiempo y tienes el control
de todo.
DEVOCIONAL
Versículo
Proverbios 13:20 Quien anda con sabios acaba sabio,
el que se junta con necios acaba mal.
El
águila que se creía gallina
Un día, paseando, un granjero encontró
un huevo de águila y lo llevó a su corral de gallinas. Lo colocó en el nido de
una gallina de corral.
El aguilucho fue incubado y creció con
la nidada de pollos. Y, aunque era un águila real, vivió así… como si fuera una
gallina más del corral:
Durante este tiempo, el águila hizo lo
mismo que hacían los pollos, pensando que era un pollo.
Escarbaba la tierra en busca de
gusanos e insectos para comer, piando y cacareando. Incluso sacudía las alas y
volaba unos metros por el aire, al igual que los pollos y gallinas.
Después de todo, ¿No es así cómo había
de volar un polluelo?
En la granja recibió calor y cariño… y
aprendió muchas cosas
Un día el aguilucho divisó muy por
encima de él, en el limpio cielo, a una magnífica ave que volaba, elegante y
majestuosamente, por entre las corrientes de aire, como flotando entre las
nubes del cielo, moviendo apenas sus poderosas alas doradas…
La cría de águila la miraba asombrada
hacia arriba… ¡le parecía algo tan espléndido aquello de volar…!
Y preguntó a una gallina que estaba
junto a ella:
– ¿Qué es?.
– Es el águila, el rey de las aves,
respondió la gallina.
– ¡Qué belleza!. ¿Cómo me gustaría a
mí volar así…!
– No pienses en ello, le dijo la
gallina. Añadiendo: Tú y yo somos diferentes de ella.
De manera que el águila no volvió a
pensar en ello. Y siguió creyendo que era una gallina de corral.
Reflexión
Dios
nos invita a través de su palabra a reflexionar sobre las personas de las
cuales nos rodeamos, ya que es influencia directa a nuestro comportamiento,
forma de pensar y de actuar.
Preguntémonos
hoy ¿Quién me rodea? La respuesta se consigue analizando nuestro
comportamiento, soy amable, gentil, apacible y considerado; entonces estoy
rodeado de sabios pero si por lo
contrario mi comportamiento es hostil, agresivo, violento y poco tolerante es
posible que me este rodeando de necios.
Dios te creó para grandes cosas, así como creó
a el águila para ser la reina de las aves así mismo el te dio un propósito más
grande del que tu te imaginas, pero si te rodeas de gallinas pueden hacer que
olvides porque razón estás aquí.
Para pensar
¿Mi
comportamiento es el resultado de estar con sabios o con necios?, debo evaluar
mis amistades y las personas que me rodean para poder tener resultados
distintos. En conclusión dime con quién andas y te diré quien eres. Seamos lo
que el Señor quiere que seamos, volemos alto como el señor nos ha creado para
hacerlo.
DEVOCIONAL
VERSICULO: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. (Efesios 3:20)
Que
estas palabras se sumerjan lentamente en su entendimiento: “poderoso para hacer
todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (v.
20). ¡Qué maravillosa descripción de la capacidad de Dios para trabajar dentro
de nosotros!
Pero,
muy a menudo, nuestra atención se centra principalmente en lo que queremos que
Él haga a nuestro favor. Si Dios cambiara esta situación o arreglara ese
problema, entonces mi vida sería mejor.Pero Él nos invita a pensar y a pedir
algo más grande: ¡Quiere transformarnos!
El
Espíritu Santo tiene poder más que suficiente para cambiarnos por dentro, pero
hacer ese cambio interior es, por lo general, un proceso lento. El fruto
espiritual necesita tiempo para crecer y madurar. Es por eso que necesitamos
paciencia y fe para creer que Él está trabajando, incluso cuando no veamos los
resultados de inmediato. Dios nunca tiene prisa, y jamás nos dejará.
El
Señor tiene un propósito para nuestra vida, y Él trabaja constantemente para
lograrlo. Aunque tiene un plan específico para cada uno de sus hijos, también
tiene un objetivo superior: conformar a todos los creyentes a la imagen de su
Hijo Jesucristo. Para lograr esto, nos hará experimentar luchas y angustias. Es
posible que esto no tenga sentido para nosotros, pero Dios sabe perfectamente
lo que está haciendo.
¿Qué
le gustaría ver al Señor haciendo dentro de usted? Al leer la Biblia, busque
las cualidades que Dios considera preciosas, y pídale que las desarrolle en su
vida. Confíe después en su promesa maravillosa de que Él hará más de lo que
usted ha pedido o imaginado.
Ora:
Señor,
desarolla en mi corazón los dones que te agraden y sirvan a la voluntad que
guardas para mi.
DEVOCIONAL
TEXTO: SALMO 103:5
No hay duda de que de la naturaleza podemos tomar
grandes lecciones para nuestra vida, el libro de proverbios nos habla de la
sabiduría que no vemos de los animales más pequeños, nos habla de los conejos
que ponen su casa en la roca, nos hablan de las langostas que salen todas por
cuadrillas, nos habla las arañas que habitan en los palacios del rey, etc.
Pero
me llama la atención que el Señor nos compara a su pueblo con las águilas, por
su fuerza, por su proceso de rejuvenecimiento para hacerse más fuertes, y más
capaces para la vida
El águila es un ave cazadora, de las más grandes del mundo, de una ala a
otra ala tienen un tamaño de 2.2 metros, estan diseñadas por nuestro Dios para
cazar a gran velocidad, el águila real es una de las especies más preciosas de
esta ave, y por su majestuosidad esta ave es símbolo de naciones y de grandes
imperios en la antigüedad: la bandera de México su símbolo es una águila real
con una serpiente en el pico, el imperio romano su símbolo era el águila.
Pero a pesar de su majestuosidad, de su poder, de su fuerza, no deja de
ser una criatura sin entendimiento, solo tiene instinto, el águila no puede
aprender de nosotros, pero nosotros si podemos aprender de ellas, pues nosotros
si tenemos entendimiento y razonamos,
Este día vamos a reflexionar en las características que la palabra de
Dios nos menciona que las águilas tienen y las enseñanzas que podemos tomar
para nuestra vida.
I) PRIMER CARACTERÍSTICA: EL ÁGUILA PONE SU NIDO EN
LA ROCA MAS ALTA (JOB 39:27-28)
Un águila no gasta su energía ni materiales para poner su casa en un
árbol, pues sabe que a esa altura es presa fácil de cualquier depredador, el
águila pone su nido, para ella y sus polluelos en lo más alto, en la roca.
Pero ¿cómo es posible que un animal con un cerebro 10 veces más pequeño
que el nuestro nos dé una lección tan grande de sabiduría? pues lastimosamente
muchos de nosotros ponemos nuestra vida donde estamos al alcance de nuestros
destructores, ponemos nuestra vida en lo terrenal, en lo material.
Lastimosamente muchas personas su vida no está puesta ni en la roca, ni
en lo alto, sino en el dinero, en el conocimiento, en el poder, sus posesiones
materiales.
II) SEGUNDA CARACTERÍSTICA: EL ÁGUILA NO COME
ANIMALES MUERTOS, SINO QUE CAZA PRESAS VIVAS (JOB 9:26)
Las águilas no son animales carroñeros, es decir no comen animales
muertos que se están descomponiendo, sino que buscan sus presas vivas y las
cazan.
Qué gran ejemplo nos dan las águilas a nosotros los cristianos que
lamentablemente nos encanta alimentarnos de la carroña de los demás, nos
encanta llenarnos de la basura de los demás.
Cuando
somos chismosos nos convertimos en carroñeros que despedazamos la vida de los
demás (Salmos 35:15).
III) TERCER CARACTERÍSTICA: LAS ÁGUILAS ENSEÑAN A
SUS POLLUELOS A VOLAR (DEUTERONOMIO 32:11)
El águila hembra tiene un gran cuidado para con sus crías sus plumas aun
no son fuertes, pero las motiva a probar sus alas, pero ella esta con ellos,
los lleva en sus alas, los sostiene si flaquean.
Que gran ejemplo nos dan las águilas a los seres humanos y a nosotros
los cristianos que tenemos hijos que están teniendo que aprender a volar ellos
solos.
La naturaleza misma nos enseña que cuando las aves crecen hay que dejar
volar, o permitir aprender a volar, por lo tanto, las alas representan las
cualidades que inculcamos a nuestros hijos para salir un día del nido y que no
caigan al suelo sino que puedan alcanzar las alturas, para que un día nosotros
como padres nos sentiamos satisfechos de contemplarlos volar muy alto, para
gloria de Dios.
¿Que necesitan nuestros hijos para que al igual que las águilas que
están aprendiendo a volar puedan llegar a nuevas alturas en su vida?
NECESITAN MOTIVACIÓN: no
sobreprotegerlos, debemos permitir que se atrevan a hacer las cosas por su
propia cuenta, que se den cuenta que tienen capacidad, que no son inútiles, que
tienen creatividad y la pongan en práctica.
NECESITAN PERSEVERANCIA: no
permitir que comiencen cosas que no van a terminar, tenemos que motivarlos a
luchar, a no rendirse tan fácil, a no abandonar sus proyectos en el primer
fracaso en el primer tropiezo.
NECESITAN CONFIANZA EN DIOS: tenemos
que enseñar a nuestros hijos que pase lo que pase en nuestra vida Dios siempre
esta con nosotros.
IV) CUARTA CARACTERÍSTICA: LAS ÁGUILAS RECONOCEN SU
NECESIDAD DE REJUVENECER SU VIDA (SALMO 103:5)
Cuando el águila reconoce que no está bien, que no tiene las mismas
fuerzas, que no puede cazar igual, que no puede elevarse como antes, reconocer
que ha llegado el momento de apartarse y rejuvenecerse.
Lastimosamente nosotros los cristianos vemos que estamos desanimados,
que no tenemos victoria, que estamos deprimidos, pero no tomamos la decisión
del águila para rejuvenecer nuestra vida.
CONCLUSIÓN
Tomemos el ejemplo del águila y vengamos hoy a Cristo, él tiene nuevas fuerzas
para nosotros, para llegar a nuevas alturas en Cristo Jesús. (Isaías 40:29-31)
Cristo renueva mis fuerzas, con su ejemplo me enseña a ser cada día mejor hija de Dios. No me desanimo porque sé que todo lo puedo en Él que me fortalece.
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