Salmos 32 - 34

Comentario al Salmo 33

Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE.


Este es un salmo de alabanza. El anónimo salmista, I. Convoca a los justos a que alaben a Dios (vv. 1-3). II. Les provee de materia para la alabanza: 1. Por su justicia, bondad y verdad, conforme se manifiestan en su palabra y en todas sus obras (vv. 4,5); 2. Por su poder, que se manifiesta en la obra de la creación (vv. 6-9); 3. Por la soberanía de su providencia en el gobierno del mundo (vv. 10, 11, 13-17); y 4. Por los especiales favores que otorga a su pueblo escogido (vv. 12, 18-22).

Versículos 1-11
I. Vemos el gran deseo del salmista de que Dios sea alabado. El gozo santo es el corazón y el alma de la alabanza (v. 1): Así concluía el salmo anterior (32:11), y así comienza éste. «Aclamad (lit, alabad con gratitud) (v. 2); es decir, celebrad su nombre, hablad bien de él y dadle la gloria que a su nombre es debida.» La alabanza con gratitud va acompañada de santo gozo y es muy apropiada para ser gozosamente cantada (v. 3): «Cantadle cántico nuevo, el mejor que podáis hallar, el cántico de los redimidos» (40:3; 144:9; Is. 42:20; Ap. 5:9; 14:3). La palabra de Dios exhorta a cantar con acompañamiento de instrumentos, tanto de cuerda, como de viento y de percusión (salmo 150); aquí (vv. 2, 3), con arpa, salterio y decacordio. El salmista expresa dos cualidades que ha de tener el canto sagrado: (A) Ha de hacerse bien, como quien canta para Dios ¿qué diríamos de alguien que se atreviese a cantar desmañadamente delante de un gran rey de la tierra? (B) Ha de hacerse con júbilo, con el afecto de un corazón caliente de piedad y devoción. Lo que se canta para el Señor ha de tener lo mejor de nuestra cabeza y de nuestro corazón. Esta es la alabanza que les va bien a los rectos (v. 1), es decir, la conveniente de labios del pueblo de Dios.

2. El alto concepto que el salmista tenía de Dios y de sus infinitas perfecciones (vv. 4,5). Dios se nos da a conocer: (A) En su palabra; en su revelación escrita, en todo lo que nos ha hablado en muchos fragmentos, de muchas maneras y, especialmente, en su Hijo (He. 1:1, 2). (B) En sus obras, y todas ellas son hechas con fidelidad. La copia que vemos en todas las obras de Dios está totalmente de acuerdo con el original, el designio existente en la Mente Eterna, sin la menor variante. En sus obras se manifiesta Dios como amante de la justicia y del derecho (v. 5). Es también Un Dios de inagotable bondad: «De la misericordia (hebr. jesed, gracia, amor misericordioso) de Yahweh está llena la tierra»; es decir, está llena de pruebas y ejemplos de la bondad de Dios, pues se extiende a todos y a todo ¡Qué pena, que esta tierra que está tan llena de la bondad de Dios, esté tan vacía de alabanzas a él, y que siendo tantos los que viven de su bondad, sean tan pocos los que viven para su gloria!

3. La convicción que tenía del omnímodo poder de Dios, evidenciado en la creación del mundo. Cuando decimos: «Creo en Dios», añadimos: «Padre Omnipotente, Creador del cielo y de la tierra»; así se nos enseña aquí a alabarle.

(A) Dios creó el mundo, con todas las cosas que hay en él. (a) Con qué facilidad: Todas las cosas fueron hechas por la palabra de Dios y por el aliento de su boca (v. 6). Cristo es la Palabra de Dios; el Espíritu es su Aliento; así que Dios Padre hizo el mundo, así como también lo gobierna y lo redime, por medio del Hijo y del Espíritu. «El dijo, y fue hecho; El mandó, y quedó firme» (v. 9. Lit.), es decir, tuvo consistencia (comp. Col. 1:17; He. 1:3). Para los hombres, decir y hacer son dos cosas diferentes, pero para Dios son una misma cosa. (b) Con qué efectividad: «... así fue; ...quedó firme». Lo que Dios hace, lo hace según un plan perfecto y para un efecto determinado que no falla.

(B) Dos cosas se mencionan en particular, de entre todo lo que Dios creó: (a) «los cielos y todo el ejército de ellos» (v. 6), es decir, el sol, la luna y las estrellas, que —así como los ángeles— son llamados «las huestes celestiales»; (b) «las aguas del mar, con sus abismos» (v. 7) donde queda el agua guardada como en un depósito. Dice Arconada: «Es nombre plural poético (abismos) del abismo primordial o masa ingente de agua que quedó, por voz de Dios (Gén. 1,9-10), en torno, debajo y dentro de la tierra, como en una caja de caudales. »

4. La satisfacción que el salmista tenía en la soberanía y en el dominio de Dios (vv. 10, 11). Con los ojos de la fe, hemos de ver a Dios en su trono, (A) Frustando los planes de sus enemigos(v. 10). (B) Cumpliendo sus propios designios:

Versículos 12-22
1. Hemos de dar a Dios la gloria por su providencia ordinaria para con todos los hombres:
(A) Todos los hombres están bajo su mirada, no sólo en su exterior, sino también en lo más recóndito del corazón de ellos, con todas sus motivaciones, incluidas las que escapan al nivel consciente de la propia persona (vv. 13, 14). No sólo los ve, sino que los observa atentamente desde lo alto. No es extraño, pues él modeló el corazón de cada uno; por eso, conoce a fondo todas sus acciones (v. 15. Comp. 139:1, 14).

(B) Todos los poderes de las criaturas dependen de él, y sin él no sirven para nada (vv. 16, 17). Toda la fuerza del más numeroso y mejor equipado ejército, de nada sirve sin la ayuda de Dios: ni salva la multitud de soldados (v. 16a), ni el vigor y la bravura de los más valientes (v. 16b), ni el vigor y la rapidez de movimientos de los caballos (v. 17). En la antigüedad, se estimaban tanto los caballos de guerra, que Dios prohibió que los reyes de Israel aumentaran para sí caballos (Dt. 17:16), no fuese que se sintiesen tentados a confiar en ellos y menospreciar la ayuda que debían esperar de Dios. David inutilizó en cierta ocasión los caballos del enemigo (2 S. 8:4), pero aquí todos los caballos del mundo son declarados inútiles (v. 17) para salvar sin la ayuda de Dios.

2. Hemos de dar a Dios también la gloria por sus gracias especiales (v. 12): Señal de gran prudencia es haber escogido por Dios, teniendo la dicha de haber sido escogidos por Dios para ser el pueblo de su heredad, al que protege, cultiva y mejora. Dios mira a todos los hombres con ojos de observación (vv. 14, 15), pero a quienes le temen los mira con ojos de favor y complacencia. Mientras que aquellos que ponen su confianza en armas y ejércitos, en carros y caballos, perecen decepcionados en sus ilusiones, el pueblo de Dios, bajo la protección de su Padre Celestial, está a salvo, pues él los librará de bajar al sepulcro, aun cuando parezca que no hay más que un paso entre ellos y la muerte (1 S. 20:3). Y si no los libra de la muerte corporal, los librará de la muerte espiritual y eterna, de modo que siempre vivirán para alabarle, tanto en esta vida como en la otra. Les sostendrá la vida en tiempo de hambre (v. 19). Cuando fracasen los medios naturales, Dios hallará un medio u otro para socorrerles. Hemos de observar los caminos de su providencia y acomodarnos a ellos (v. 20): en su misericordia (v. 22), «porque en su santo nombre hemos confiado» (v. 21b), y en ese nombre, en Dios, se alegrará nuestro corazón (v. 21a). Nuestra esperanza en Dios no ha de sustituir, sino reanimar alentar, nuestra oración; por eso concluye el salmo con una breve, pero fervorosa e inteligente plegaria (v. 22): Como diciendo: «Haz que tengamos siempre el consuelo y el beneficio de tu misericordia, no conforme a nuestros méritos, sino conforme a la esperanza que tenemos en ti, según las promesas que nos has hecho en tu palabra y según la fe que has obrado en nosotros mediante tu Espíritu y tu gracia.»


Comentario al Salmo 34

Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE.


Este salmo fue redactado con ocasión de una circunstancia que se menciona en el título. Aquí David, I. Alaba a Dios por la experiencia que él y otros habían tenido de su bondad (vv. 1-6). II. Anima a todas las personas piadosas a confiar en Dios (vv. 7-10). III. Nos da un buen consejo a todos los lectores: que tomemos conciencia de nuestros deberes para con Dios y para con los hombres (vv. 11-14). IV. Para dar mayor fuerza a este consejo, pone delante de nosotros el bien y el mal, la bendición y la maldición (vv. 15-22). Como el salmo 25, también éste es un salmo alfabético, esto es, acróstico, aunque en ambos falta la letra vau, y el último versículo comienza por la letra pe.


Versículos 1-10
Este es uno de los ocho salmos (7, 34, 52, 54, 56, 57, 59 y 142) en cuyo título se alude a la persecución que David sufrió por parte de Saúl. En esta ocasión, David huyó de Judá y fue a refugiarse en Gat, donde se puso al servicio del rey Aquís, llamado aquí Abimélec por ser el título común de los reyes de aquel país, lo mismo que Agag de los amalecitas, y Faraón de los egipcios(v. 1 S. 21:11-16). En el mismo título se nos dice que David cambió su juicio (lit. -o: su conducta), esto es, se fingió loco, por lo que Aquís lo echó, y él se fue.

1. Comienza David el salmo prorrumpiendo en alabanzas a Dios (vv. 1, 2): Esa alabanza le sale del corazón, gloriándose de la relación que le une a Dios, de su interés en él y de lo que espera de él.

2. Convoca a otros a que se unan a él en las alabanzas a Dios, por la experiencia que él tiene de la bondad de Dios (v. 2b): «Lo oirán los humildes (lit.; hebr. anawim) y se alegrarán.» No podemos hacer a Dios más grande de lo que es, pero si le adoramos como al infinitamente grande, Él se agrada en tener en cuenta el engrandecimiento que le tributamos; y esto lo hemos de hacer también comunitariamente, porque las alabanzas de Dios suenan mejor en concierto (nótese en Mt. 18:19 el verbo griego symphonésosin, se ponen de acuerdo -lit, unen sus voces ¡sinfonía!).
(A) David había experimentado que Dios escucha las oraciones (v. 4): Lo primero lo hace mediante la operación de su providencia; lo segundo, mediante la operación de su gracia en nuestro interior.

(B) Además de él, muchos otros habían buscado a Dios y fueron alumbrados (v. 5), es decir, quedaron radiantes, con el rostro sereno, en lugar del sonrojo que sube a la cara cuando uno se avergüenza (v. 5b). Para animar a otros, David se refiere a sí mismo en el v. 6: (comp. v. 4). Los que temen al Señor están defendidos por «el ángel del Señor que acampa (comp. con Jn. 1:14) alrededor de ellos» (v. 6). Esta fue la experiencia de Jacob (Gn. 32:2, 3), la del pueblo de Israel para llevarles hasta el país de Canaán (Ex. 23:20 y ss.)

(C) David invita a todos a paladear las dulzuras de la bondad de Dios (vv. 8,9:  -comp. con 1 P. 2:3). Y, para animarnos a buscar a Dios y adorarle reverentemente, nos asegura que, mientras los potentados, los ricos (según traduce la Septuaginta; el hebreo dice: «los leones jóvenes») llegan a empobrecerse y a pasar hambre, los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien (v. 10); nada les faltará (v. 9b, comp. con 23:1). Dios les dará gracia suficiente para cada ocasión (84:11; 2 Co. 12:9). Esta era la experiencia del Apóstol después de haberlo dejado todo para seguir a Cristo (Fil. 4:11, 18).

Versículos 11-12
En la segunda parte del salmo, David toma el papel de maestro, pues «hijos» (v. 11), en este contexto, equivale a «discípulos» (comp. Pr. 4:1 y, en general, en todos los lugares de los caps. 1 al 7); más aún, cuando en esta época David no tenía aún hijos propios. Va a enseñarles, ante todo, «el temor del Señor», lo cual es un gran acierto, pues por ahí comienza, y en ello se basa, la sabiduría (hebr. jokhmá) y también el conocimiento (hebr. dáat. v. Job 28:28; Sal. 111:10; Pr. 1:7; 9:10).

1.Supone David que todos desean tener larga vida y disfrutar de dicha y prosperidad en ella (v. 12), y les dice cuál es el camino para obtener la felicidad (vv. 13, 14): (A) Es menester guardar la lengua, cosa difícil, pero necesaria.  (B) Es menester apartarse del mal (v. 14, comp. con 37:27; Job 1:1, 8; 28:28, etc.), de las obras malas y de los malhechores. (C) Pero no basta con apartarse del mal, sino que hay que obrar además el bien (v. Stg. 4:17), ya que el designio de nuestra vida es positivo; si hay que apartarse del mal no es para estar ociosos, sino para servir a Dios y a nuestros hermanos; en ese servicio amoroso consiste la verdadera libertad (Gá. 5:13). (D) Es menester también buscar la paz, corriendo tras ella, en lo que se echa de ver el esfuerzo que, con frecuencia, se necesita para mantener la paz y evitar guerras, disputas, disensiones (comp. con Ro. 12:18; 14:19; He. 12:14).

2. Pone David delante de todos el bien y el mal, la bendición y la maldición (vv. 15-22. Comp. Dt. 30:15 y ss.; Is. 3:10, 11).

(A) Los justos gozan del favor especial de Dios: (v. 15), para guiarles y protegerles, como los padres que no pierden de vista a sus hijos pequeños a fin de preservarles de todo mal, y cuyos oídos están atentos al clamor de ellos (v. 15b), a cualquier grito de dolor ante un peligro inminente o por haber sufrido algún accidente (vv. 17 y 18). Dios guarda a los suyos, de forma que no se les quiebre ningún hueso (v. 20). Ouien tiene quebrantado el corazón («contrito» equivale a «triturado»), no tendrá huesos quebrantados, sino que hasta los que hayan sido quebrantados se regocijarán (v. 5 1:8, 17). Sí, muchas son las aflicciones (lit. los males) de los justos (v. 19). El Salmo 132:1 menciona los desvelos (lit. las aflicciones) de David (nota del traductor: el contexto expresa claramente que se trata del interés que David tenía en edificar el Templo). Pero Dios ha prometido librar a los justos de todas sus angustias (vv. 17, 19) y los salvará (v. 18), de forma que, aunque permita que se hallen en aprieto, no sufrirá que se arruinen, sino que los rescatará (v. 22) de su aflicción.

(B) «¡Ay del impío! Mal le irá, etc.» (Is. 3:11), por muy dichoso que se tenga él en su prosperidad material, porque está la ira del Señor contra los que hacen el mal (v. 16); «Matará al malo la maldad» (v. 21). Su condenación no se hará de esperar, lo mismo si mueren en un lecho de dolor que si mueren en un lecho de honor. El mal (o maldad) que mata al malo es, en este versículo, el mismo vocablo hebreo que en el versículo 19 se usa para expresar las aflicciones de los justos; pero hay un abismo entre el significado que tiene en el versículo 19 y el que tiene en el versículo 21; allí es una desdicha física, que no afecta a la bondad del que la padece —más aún, sirve para aquilatarla—, mientras que en el versículo 21 connota una maldad moral, que arruina al que la comete.

Salmos 32 - 34

Salmos 28 al 31

Comentados por Pr Andres Gaitan.


Salmos 29

1 Tributen al Señor, seres celestiales,[a]
tributen al Señor la gloria y el poder.
2 Tributen al Señor la gloria que merece su *nombre;
póstrense ante el Señor en su santuario majestuoso.
3 La voz del Señor está sobre las aguas;
resuena el trueno del Dios de la gloria;
el Señor está sobre las aguas impetuosas.
4 La voz del Señor resuena potente;
la voz del Señor resuena majestuosa.
5 La voz del Señor desgaja los cedros,
desgaja el Señor los cedros del Líbano;
6 hace que el Líbano salte como becerro,
y que el Hermón[b] salte cual toro salvaje.
7 La voz del Señor lanza ráfagas de fuego;
8 la voz del Señor sacude al desierto;
el Señor sacude al desierto de Cades.
9 La voz del Señor retuerce los robles[c]
y deja desnudos los bosques;
en su templo todos gritan: «¡Gloria!»
10 El Señor tiene su trono sobre las lluvias;
el Señor reina por siempre.
11 El Señor fortalece a su pueblo;
el Señor bendice a su pueblo con la *paz.



El Salterio Salmos 28 Al 31

Salmos 24 al 27

Comentados por Julian Roncancio.



Salmos 27
Salmo de David.
1 El Señor es mi luz y mi *salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida;
¿quién podrá amedrentarme?
2 Cuando los malvados avanzan contra mí
para devorar mis carnes,
cuando mis enemigos y adversarios me atacan,
son ellos los que tropiezan y caen.
3 Aun cuando un ejército me asedie,
no temerá mi *corazón;
aun cuando una guerra estalle contra mí,
yo mantendré la confianza.
4 Una sola cosa le pido al Señor,
y es lo único que persigo:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del Señor
y recrearme en su templo.
5 Porque en el día de la aflicción
él me resguardará en su morada;
al amparo de su tabernáculo me protegerá,
y me pondrá en alto, sobre una roca.
6 Me hará prevalecer
frente a los enemigos que me rodean;
en su templo ofreceré sacrificios de alabanza
y cantaré salmos al Señor.
7 Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo;
compadécete de mí y respóndeme.
8 El corazón me dice: «¡Busca su rostro!»[a]
Y yo, Señor, tu rostro busco.
9 No te escondas de mí;
no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo,
porque tú has sido mi ayuda.
No me desampares ni me abandones,
Dios de mi salvación.
10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen,
el Señor me recibirá en sus brazos.
11 Guíame, Señor, por tu *camino;
dirígeme por la senda de rectitud,
por causa de los que me acechan.
12 No me entregues al capricho de mis adversarios,
pues contra mí se levantan falsos testigos
que respiran violencia.
13 Pero de una cosa estoy seguro:
he de ver la bondad del Señor
en esta tierra de los vivientes.
14 Pon tu esperanza en el Señor;
ten valor, cobra ánimo;
¡pon tu esperanza en el Señor!



El Salterio Salmos 24 Al 27

Salmos 20 - 23

Salmos 20 al 23 Comentado Por Carlos Campaña



Salmos 23

Salmo de David.

1 El Señor es mi *pastor, nada me falta;
2 en verdes pastos me hace descansar.
Junto a tranquilas aguas me conduce;
3 me infunde nuevas *fuerzas.
Me guía por sendas de *justicia
por amor a su *nombre.
4 Aun si voy por valles tenebrosos,
no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta.
5 Dispones ante mí un banquete
en presencia de mis enemigos.
Has ungido con perfume mi cabeza;
has llenado mi copa a rebosar.
6 La bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida;
y en la casa del Señor
habitaré para siempre.




El SALTERIO Salmos 20 Al 23

Regeneración, Nuevo Nacimiento

Dado que la vida cristiana de fe comienza con el nuevo nacimiento, la regeneración es una de las doctrinas fundamentales en relación a la salvación. Una definición exacta de esta obra del Espíritu y un entendimiento de su relación con toda la vida cristiana son importantes para un evangelismo efectivo tanto como para la madurez espiritual. Veamos algunos aspectos de tan valiosa doctrina

A. Definición de regeneración
En la Biblia la palabra «regeneración» se encuentra solamente dos veces. En Mateo 19:28 se usa en la renovación de la tierra en el reino milenial y no se aplica a la salvación cristiana. En Tito3:5, sin embargo, se hace la declaración:

«No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo». Sobre la base de este texto, la palabra «regeneración» ha sido elegida por los teólogos para expresar el concepto de nueva vida, nuevo nacimiento, resurrección espiritual, la nueva creación y, en general, una referencia de la nueva vida sobrenatural que los creyentes reciben como hijos de Dios. En la historia de la iglesia, el término no ha tenido siempre un uso exacto, pero entendido correctamente significa el origen de la vida eterna, el cual se introduce en el creyente en Cristo en el momento de su fe, el cambio instantáneo de un estado de muerte espiritual a la vida espiritual.

B. Regeneración por el Espíritu Santo
Por su naturaleza, la regeneración es una obra de Dios y los aspectos de su veracidad se declaran en muchos pasajes (Jn. 1:13; 3:3-7; 5:21; Ro. 6:13; 2 Co. 5:17; Ef. 2:5, 10; 4:24; Tit. 3:5; Stg. 1:18; 1 P. 2:9). De acuerdo a Juan 1:13, «no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de hombre, sino de Dios». En muchos pasajes se le compara a la resurrección espiritual (Jn. 5:21; Ro. 6:13; Ef. 2:5). También se le compara a la creación, por cuanto es un acto creativo de Dios (2 Co. 5:17; Ef. 2:10; 4:24).

El Espíritu Santo es específicamente el Regenerador, como se declara en Juan 3:3-7 y Tito 3:5. Puede observarse un paralelo en el nacimiento de Cristo, en el cual Dios fue su Padre, la vida del Hijo estaba en Cristo y aun así fue concebido del Espíritu Santo.

C. Vida eterna impartida por la regeneración
El concepto central de la regeneración es que un creyente el cual en un principio estaba muerto espiritualmente ahora ha recibido vida eterna. Para describir esto se usan tres figuras. Una es la idea de nacer de nuevo, o la figura de renacer. En la conversación de Cristo con Nicodemo Él dijo: «Os es necesario nacer de nuevo.» Aparece en contraste con el nacimiento humano en Juan

1:13. En una segunda figura, la de la resurrección espiritual, se declara a un creyente en Cristo como «vivo de entre los muertos» (Ro. 6:13). En Efesios 2:5 se declara que Dios, «aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo», literalmente «nos hizo vivos junto con Cristo». En la tercera figura, la de la nueva creación, el creyente es exhortado a «y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Ef. 4:24).

En 2 Corintios 5:17 el pensamiento se hace claro: «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» Las tres figuras hablan de la nueva vida, la cual se recibe por fe en Cristo.

Dada la naturaleza del acto del nuevo nacimiento, la resurrección espiritual y la creación, está claro que la regeneración no es llevada a cabo por ninguna buena obra del hombre. No es un acto de la voluntad humana en sí misma. Es enteramente un acto sobrenatural de Dios.

De igual manera, la regeneración debe distinguirse de la experiencia que le sigue. La regeneración es instantánea y es inseparable de la salvación. Una persona salvada en forma genuina tendrá una experiencia espiritual subsiguiente, pero la experiencia es la evidencia de la regeneración, no la regeneración misma. En un sentido es posible decir que experimentamos el nuevo nacimiento, pero lo que queremos significar con esto es que experimentamos los resultados del nuevo nacimiento.

D. Los resultados de la regeneración
En muchos aspectos, la regeneración es el fundamento sobre el cual está edificada nuestra total salvación. Sin nueva vida en Cristo no hay posibilidad de recibir los otros aspectos de la salvación tales como la morada del Espíritu, la justificación, o todos los otros resultados ulteriores. Sin embargo, hay algunas características que son inmediatamente evidentes en el mismo hecho de la regeneración.

Cuando un creyente recibe a Cristo por la fe, es nacido de nuevo y en el acto del nuevo nacimiento recibe una nueva naturaleza. Esto es a lo que la Biblia hace referencia como al «nuevo hombre» (Ef. 4:24), del cual se nos exhorta a que «nos vistamos», en el sentido de que deberíamos aprovecharnos de su contribución a nuestra nueva personalidad. A causa de la nueva naturaleza, un creyente en Cristo puede experimentar a menudo un cambio drástico en su vida, en su actitud hacia Dios y en su capacidad de tener victoria sobre el pecado. La nueva naturaleza está modelada en conformidad con la naturaleza de Dios mismo y es algo diferente de la naturaleza humana de Adán antes de pecar, la cual era completamente humana, aunque sin pecado. La nueva naturaleza tiene cualidades divinas y anhela las cosas de Dios. Aunque en sí misma no tiene el poder de cumplir sus deseos aparte del Espíritu Santo, da una nueva dirección a la vida y una nueva aspiración para alcanzar la voluntad de Dios.

Mientras que la regeneración en sí misma no es una experiencia, la nueva vida recibida en la regeneración da al creyente nueva capacidad para la experiencia.

Antes fue ciego, y ahora puede ver. Antes estaba muerto, ahora está vivo a las cosas espirituales. Antes era extraño de Dios y fuera de la comunión; ahora tiene una base para la comunión con Dios y puede recibir el ministerio del Espíritu Santo. En la proporción que el cristiano se entrega a sí mismo a Dios y obtiene la provisión de Dios, su experiencia será maravillosa, una demostración sobrenatural de lo que Dios puede hacer con una vida que está rendida a Él.

Si bien la fe es necesaria, no es considerada una buena obra la cual merece la salvación, sino más bien abre el canal a través del cual Dios puede obrar en la vida individual. Así como el nacimiento natural no puede ser invertido, de la misma manera el nacimiento espiritual tampoco puede serlo; una vez efectuado, asegura al creyente que Dios siempre será su Padre Celestial.

El nuevo nacimiento como un acto de la creación es otra evidencia que una vez que se realiza continúa para siempre. El hombre no puede en sí mismo anular esta creación. La doctrina de la seguridad eterna, de acuerdo a esto, descansa sobre la pregunta de si la salvación es una obra de Dios o del hombre, si es enteramente por gracia o basada en los méritos humanos. Aunque el nuevo creyente en Cristo puede fallar en lo que él debería ser como un hijo de Dios, así como se da en el caso del parentesco humano, esto no altera el hecho de que él ha recibido una vida que es eterna. También es cierto que la vida eterna que tenemos ahora se expresa sólo parcialmente en la experiencia espiritual. Tendrá su gozo final en la presencia de Dios en los cielos.

E. Involucra la Palabra de Dios

1. Alguien que es nacido de nuevo por la Palabra 1 Ped 1:23
a. La Palabra incorruptible que es predicada 1 Ped 1:25
b. El instrumento por el cual el Espíritu convence al pecador – ver Jn 16:7; Ef 6:17

2. Jesús santifica y limpia a Su iglesia en el lavamiento del agua por la palabra – Ef 5:26

F. Evidencia del Nuevo Nacimiento
A. Vista por el efecto del Espíritu
1. Debemos esperar que lo que el Espíritu produce es espíritu Jn 3:6
2. Como el viento (la misma palabra griega como Espíritu), no miramos al Espíritu mismo sino el efecto que produce

B. Vista por el fruto del Espíritu.
1. Pablo describe el fruto (la evidencia) del Espíritu – Gál 5:22-23
2. Lo que viene no solo de ser nacido del Espíritu, sino de caminar en el Espíritu – Gál 5:16,25

-- Donde no aparece el fruto, ¡ni hubo nunca un ningún nuevo nacimiento o alguien está caminando tras la carne, no tras el Espíritu! –ver Gál 5:17!

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