Año del favor de Dios
Verso para Memorizar:
"Dichosos los que saben aclamarte, Señor, y
caminan a la luz de tu presencia; los que todo el día se alegran en tu
nombre y se regocijan en tu justicia.
Porque tú eres su gloria y su poder;
por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza."
Salmos 89:15-17
Porque tú eres su gloria y su poder;
por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza."
Salmos 89:15-17
DIA 1
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 8:12
De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
Juan 8:58
¿Quién es Jesús?
Esta es una
pregunta fundamental para cada uno de nosotros: ¿Jesús es solo un hombre o es
mucho más que un hombre? Cuando estuvo en la tierra, la gente ya se hacía
esta pregunta. ¿Era el Mesías prometido, aquel que había sido anunciado por
los profetas?
Cierto día unos
hombres religiosos tuvieron una larga discusión con él. Todo empezó porque
Jesús declaró que él era la “luz del mundo”. Después de muchos rodeos le
preguntaron: “¿Tú quién eres?” (Juan 8:25). Entonces Jesús les declaró que él
existía incluso antes de que Abraham naciese. ¿Cómo era posible? ¡Porque él
es Dios Hijo eternamente! Antes de venir a la tierra estaba con Dios (Juan
1:1-3). Él puede decir: “Yo soy”, como Dios había dicho a Moisés: “Yo soy el
que soy” (Éxodo 3:14).
Jesús existía
antes de venir a la tierra. Luego participó de nuestra vida cuando estaba
entre los hombres. Fue crucificado, murió, pero resucitó y ahora está en el
cielo. Desde allí, como hombre y Dios a la vez, llamó al que sería el apóstol
Pablo, y le dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (Hechos 9:5).
El primer mensaje
del Evangelio es la proclamación de la identidad de Jesucristo a los hombres.
Jesús, Dios el Hijo, vino de Dios, murió para llevar nuestros pecados, y
ahora vive eternamente.
Los evangelios
fueron escritos “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y
para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31).
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DIA 2 Para Memorizar:
Tarea en familia: Cada familia deberá copiar este versículo en un lugar visible de
la casa.
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DIA 3 Así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que
por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
Lucas 15:7
Una oveja perdida
Algunas parábolas (11): Lucas 15:1-7
Resumen: Un hombre
tenía 100 ovejas, pero una de ellas se perdió. Entonces dejó las 99 y se fue
a buscar la perdida, “hasta encontrarla”. Luego, muy feliz, la llevó a casa
sobre sus hombros y llamó a sus amigos y vecinos para compartir su gozo con
ellos.
Significado: La oveja
perdida representa al hombre sin Dios, perdido en el mal, consciente o no de
su triste condición. El hombre que busca la oveja es Jesucristo, “el buen
pastor” (Juan 10:11). Los hombros del pastor son una imagen de la seguridad y
la fuerza que hallamos en el Salvador. Los amigos y los vecinos representan a
los demás creyentes, así como a los ángeles de Dios, que se gozan por un
pecador que se arrepiente. ¿Y las otras 99 ovejas? Son todos aquellos que se
creen justos por sí mismos y no piensan estar perdidos.
Aplicación: ¿Qué
creyente podría decir que fue al Señor por sí mismo? Ninguno, pues fue el
Señor quien vino a nosotros mediante algo que oímos, un pasaje de la Biblia
que nos impactó, un acontecimiento significativo... Jesús vino a buscarnos,
nos halló y se ocupó de nosotros. Su objetivo es salvarnos y llevarnos un día
a la casa del Padre. Para ello dio su propia vida; la entregó por sus ovejas.
Luego resucitó, ahora está vivo en el cielo y nos conduce manifestándonos
cada día su gracia y sus cuidados. ¡El buen Pastor todavía desea compartir su
gozo con otros más!
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DIA 4
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse
del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
Isaías 49:15
Dios nos abandona
Cada año en
Francia se registran cientos de nacimientos con la inscripción X. Se trata de
un procedimiento legal mediante el cual una mujer puede abandonar a su recién
nacido sin revelar su identidad. ¡Qué acto tan desgarrador! ¡Qué angustia
debe sentir una mujer para hacer algo así!
Y para el niño
que acaba de nacer, ¡qué triste manera de venir a la vida! Dios lo sabe, como
también conoce las consecuencias que un abandono así puede causar, y esto no
lo deja indiferente. Quiere que todos sepan que él nunca abandona a sus
criaturas. Él dice a cada uno: “Antes que te formase en el vientre te conocí”
(Jeremías 1:5). Con este pasaje muestra claramente que ningún ser humano nace
por azar.
¡Qué consuelo
pensar que Dios deseó mi nacimiento, que él es el primer responsable de mi
venida al mundo, que me creó porque me amaba! Y este amor no varía, no es como
el de un padre o una madre que pueden llegar a abandonar o incluso a olvidar
a su hijo.
“Yo nunca me
olvidaré de ti”. Dios no se compromete a la ligera, pues la Biblia nos dice
que él no miente (Tito 1:2). Si me siento solo en el mundo, incluso si mi identidad
es incierta y esto me obsesiona, puedo contar con él. Dios me ama, me dio el
derecho a ser su hijo porque creí en Jesucristo su Hijo, quien murió por mí
(Juan 1:12), y esta filiación durará eternamente.
“No temas, porque
yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú” (Isaías 43:1). “Como aquel a quien
consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis
consuelo” (Isaías 66:13).
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DIA
5 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, el Señor me recogerá.
Salmo 27:10
Encontré a un
Padre que me ama
«Crecí sin
conocer a mi padre. A medida que los años pasaban, me fui encerrando más y
más en mí mismo. Cada vez estaba más amargado y culpaba a todo el mundo...
Entonces, para compensar la ausencia del padre que nunca había conocido,
quise tener éxito en la vida. Ganaba mucho dinero, pero seguía triste y
solo... Sin darme cuenta me había vuelto esclavo de la droga, del alcohol, de
la mentira y de la violencia.
Sin embargo, en
el fondo de mi corazón quería saber si Dios existía. Una de mis tías conocía
el Evangelio desde hacía años. Un día fui a visitarla y allí experimenté una
paz y un amor desconocidos. Fue tan fuerte que me hubiese echado a llorar,
pero escuché una voz interior que me dijo: –Eso no es para ti, se van a
burlar de ti; regresa a casa. No dije nada a nadie, pero estaba triste y
sentí la necesidad de volver al día siguiente. Por la mañana mi primo me
pidió que lo acompañara a la iglesia. Cuando llegamos, esa voz interior me
dijo otra vez: Se van a burlar de ti, eso no es para ti. Se cantó un himno y
entonces sentí una autoridad, una paz, un amor infinito que bajaron hasta mí,
como si el Señor me tomase en brazos.
Todos mis
pecados, mis cadenas y mi ira desaparecieron. Me eché a llorar de gozo...
¡por fin acababa de encontrar a mi Padre!».
Antonio
Jesús dijo: “No os dejaré
huérfanos; vendré a vosotros” (Juan 14:18).
“No temas, porque
yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre
te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías
41:10).
Tomados de la Buena Semilla.
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