EL AMOR PELEA LIMPIO - LIMITES - Devocional Agosto 1 al 5 de 2016

Verso para Memorizar de mes:

“Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes.”  1Corintios 16:13
Fondo de escritorio
Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA

Día 1:
(Jesús dijo:) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Lucas 11:9
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Santiago 4:8

Nuestras preguntas
Todo lo que es necesario para conocer a Dios, su amor y su gracia en Jesucristo, nos es presentado en la Biblia. Todo el que, humildemente y mediante la oración, busca a Dios en las Santas Escrituras, hallará respuestas satisfactorias a las preguntas fundamentales de la vida y del más allá.
Esto no significa que el cristiano pueda explicarlo todo, pues algunos misterios se le escapan, pero todo aquello que es necesario para vivir y agradar a Dios está revelado en la Biblia. Si usted no comprende algunos pasajes, pídale a Dios que le ayude. Él condena nuestra incredulidad, pero escucha nuestras preguntas si estamos dispuestos a recibir sus respuestas. Cuando los fariseos pidieron a Jesús una señal, él se negó a dársela, pues ellos habían venido solapadamente tratando de hallar un error en él (Marcos 8:11-12). Los milagros que había hecho no los habían conducido a la fe; al contrario, se habían endurecido y rechazaban todo lo que venía de Jesús.
La fe va más allá de la lógica y la razón humanas, pues estas tienen sus límites. Dios, quien es verdad y amor, siempre tendrá la última palabra.
Querido lector, tal vez usted desee hacerle algunas preguntas a Dios. Diríjase a él con sinceridad y humildad, exponiéndole todo lo que pesa sobre su corazón. ¡Él le responderá más allá de lo que usted espera, pues no rechaza a nadie! Como un padre desea que cada uno de sus hijos lo conozca, así Dios desea lo mismo de cada uno de nosotros. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”.


Día 2.  LOS PADRES DEBEN FIRMAR EL CUADERNO DEVOCIONAL
DESAFÍO DEL AMOR DÍA - EL AMOR PELEA LIMPIO
El amor te ayuda a instalar airbags y montar barreras de protección, te recuerda que en verdad se puede revertir el conflicto para siempre. Las familias que aprenden a resolver sus diferencias suelen tener más unidad, más confianza, más intimidad y luego pueden disfrutar de una conexión mucho más profunda. Pero, ¿cómo? La manera más sabia es aprender a pelear limpio, estableciendo reglas de juego saludables. Si no tienen pautas para abordar cuestiones problemáticas, no respetarán los límites cuando se caldeen los ánimos. En esencia, hay dos clases de límites para lidiar con el conflicto: los límites de pareja y los límites personales.  ALGUNOS LIMITES PERSONALES

Los límites personales son reglas que practicas por tu cuenta. Aquí tienes algunos de los ejemplos más efectivos:
1. Escucharé antes de hablar. "Que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira" (Santiago 1:19)
2. Abordaré mis propios problemas con franqueza. "¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3)
3. Hablaré con dulzura y no levantaré la voz. "La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira" (Proverbios 15:1)

Pelear limpio significa cambiar de armas; disentir con dignidad. Como resultado, deberías poder tender un puente en lugar de quemarlo. Recuerda, el amor no es una pelea, sino que siempre vale la pena pelear por él.

Tarea: Escribir en una hoja de color estos limites, adornarla, los que estén de acuerdo con lo escrito en casa van a firmar,  mostrarla al final de la semana a tu profesor y luego pegarla en algún lugar visible de tu casa. 

Día 3
Preciso es que él (Jesús) reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. 1 Corintios 15:25-26

El triunfo del bien
«Soñé, soñé realmente con un país donde el alegre sol me hace cantar y la gente se ama realmente». Así, más o menos, decía el estribillo de una canción que aprendí en mi infancia. Este sueño del triunfo del bien está en el corazón de cada uno de nosotros. ¿Es una utopía?
Jesús vino a esta tierra tomando un cuerpo humano y obrando entre la gente. Él es mucho más que un hombre de bien, mucho más que un maestro excepcional, ¡es Dios mismo! Pero el hecho de que los hombres no hayan querido saber nada de él, descarta la esperanza de establecer el reino del bien en la tierra mediante esfuerzos humanos. Los hombres no conocen el verdadero bien y son incapaces de hacerlo.
El concepto del bien está directamente ligado a la persona de Jesucristo. Solo él puede iluminarnos sobre lo que es realmente el bien, no solo mediante su ejemplo, sino por su Palabra, que nos enseña la voluntad de Dios, y por su Espíritu que nos da la fuerza para ponerla en práctica. Así los creyentes pueden mostrar algo de este bien según Dios: justicia, bondad, amor... No mediante un cumplimiento de leyes y reglas, sino a través de la expresión de una vida que Dios da a todo el que va a él por medio de Jesucristo.
Independientemente de las circunstancias en las que viva un creyente, este puede vivir confiado. Sabe que Dios llevará a cabo victoriosamente sus planes hasta el momento en que Cristo reine. “Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro” (Salmo 89:14). Hoy es necesario creer en él y recibir su gracia. Mañana, antes de reinar, tendrá que juzgar.
Día 4
Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro. Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. Salmo 4:6-7

¿Quién nos mostrará el bien?
Esta era la pregunta que se hacían los contemporáneos del rey David, hace unos tres mil años. Y es la pregunta que todavía hoy nos hacemos al ver tanto mal en nosotros y a nuestro alrededor. Esta pregunta nos lleva a otra: ¿Qué es el bien? ¿Es una noción relativa que depende de la forma de pensar de cada uno?
La Biblia nos dice que el bien se encuentra en Dios, y solo en él. Es la expresión de su bondad, de su bendición. El bien y la felicidad están tan asociados que la misma palabra hebrea puede ser traducida de las dos maneras. ¿Quién nos mostrará el bien? Sí, ¿quién nos mostrará la felicidad?
Los veremos a ambos si tenemos un encuentro con Dios, por la fe en su Hijo. Conoceremos a Dios, su bondad, su amor, si vamos a él tal como somos, sencillamente reconociendo nuestras faltas y abriendo nuestro corazón a Jesús. Entonces conoceremos, mediante la obra del Espíritu Santo, un gozo nuevo, profundo, unido a una conciencia liberada.
En la época de David, el mosto y el trigo (grano) eran los símbolos de la prosperidad material. Pero este salmo 4 nos dice que hay un gozo más grande que el que produce esta prosperidad. ¡Es el gozo que viene de Dios! Es el gozo ligado a su presencia, el gozo de ser amado por él, unido a la tranquilidad que experimentamos al saber que él cuida de nosotros. Si estamos llenos de él, entonces podremos, por el poder de su Espíritu, ser un canal de bendición para otros.

Día 5
El Señor es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno... El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los cielos con su sabiduría. Jeremías 10:10, 12

Celebrar la gloria de Dios
Las libélulas que vuelan sobre la superficie brillante de los estanques, las ballenas que rompen el azul silencio de los océanos, las cabras con sus ágiles pezuñas, la luna, el sol y las estrellas, las montañas y los campos... ¡Toda la naturaleza proclama la gloria de Dios! La belleza y la armonía del universo revelan algo del Creador y celebran su infinita grandeza y profunda sabiduría.
Pero esta proclamación de la gloria de Dios a través de la naturaleza no es suficiente, porque Dios desea ser glorificado por el hombre. Y solo este puede alabarlo de forma inteligente. ¡Incluso es uno de sus privilegios! Desgraciadamente, en general el hombre no glorifica a su Creador, ni mediante su conducta, ni por sus palabras, y a menudo su vida es una ofensa al Dios santo.
Dios puede reivindicar su gloria juzgando a los hombres, que se rebelaron contra él, pero su mayor gloria es perdonar a aquellos que confían en su Hijo. Jesús murió para salvarnos; y aceptar su sacrificio también significa inclinarnos ante el gran Dios, reconociendo su grandeza, su santidad y su amor. Así podemos alabar a Dios por todo lo que es y por todo lo que hace por nosotros.
¿Reconocemos que Dios es digno de ser honrado por sus criaturas, como lo es por su creación? ¿Hacemos todo para honrarlo con nuestra conducta? ¿Ocupa el lugar que merece en nuestra vida, es decir, el primer lugar? ¡Cuántas preguntas fundamentales!
Día 6
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Juan 7:37
El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Apocalipsis 22:17

El último llamado
La similitud entre estos dos versículos de la Biblia es sorprendente, sin embargo fueron escritos en dos contextos muy diferentes.
La primera vez que Jesús lanzó este enérgico llamado fue en Jerusalén. Los dirigentes de la ciudad decidieron detenerlo, pues su mensaje les molestaba, pero él no se escondió y aprovechó el último día de la fiesta, día de mayor afluencia, para interpelar a sus oyentes. Aunque era día de fiesta, sabía que muchos entre la multitud estaban cansados, tristes, y aspiraban a una vida mejor. Se dirigió a ellos y los invitó a reconocer que él era efectivamente el enviado de Dios, a creer en él y a aferrarse a su gracia. Pero la mayoría lo rechazó y, días más tarde, su odio los llevaría a crucificar a Jesús.
¿Todo estaba perdido para el hombre? ¿Había agotado la paciencia de Dios? No, pues en la última página de la Biblia el mismo Jesús resucitado, desde la gloria, lanza todavía un último llamado. ¡La maldad del hombre no venció el amor de Dios! Jesús continúa proponiendo a los pecadores esta agua que quita la sed para siempre y que cambia la vida de aquellos que la aceptan.
Usted que lee estas líneas, todavía está oyendo esta voz que le invita a ir a él. Dios lo ama, conoce su hastío, sus remordimientos y decepciones... ¡Él quiere llenar su corazón! Deje caer las barreras que hasta ahora le han impedido ir a él. Ponga todo a la luz de Dios, y recibirá esta convicción íntima que Él le ama personalmente.



Devocional Julio 25 - 30 2016 EL AMOR PELEA LIMPIO

Verso para Memorizar de mes:

“Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes.”  1Corintios 16:13

Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA
Día 1:
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Apocalipsis 20:15
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. 1 Juan 5:13
El libro de la vida
¿Su nombre está escrito en el libro de la vida? Puede responder afirmativamente si creyó que Jesucristo murió por sus pecados y resucitó. Entonces usted es justificado gratuitamente por la gracia de Dios, y él le da la vida eterna.
La Palabra de Dios declara justos a todos los que reconocieron su culpa ante Dios y aceptaron su salvación gratuita. Son justificados “mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24). Pasaron “de muerte a vida” (Juan 5:24). El Señor les dice, como a sus discípulos: “Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lucas 10:20).
Pero en cuanto a todos aquellos que rechazan la gracia divina y el llamado del Salvador, su nombre no figura en el libro de la vida. Jesús les dice: “No queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
¡Perdido eternamente! Esta terrible sentencia cae sobre toda persona que permanece sorda a las invitaciones de Dios a confesarle sus pecados para obtener su perdón. Pero este llamado divino se dirige todavía hoy a usted que lee esta hoja. “El que cree en el Hijo (de Dios) tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
Todavía es tiempo de creer en Jesús, para ser salvo. Fue a él a quien Dios envió del cielo para ser el Salvador de los hombres. ¡No hay otro!



Día 2 FAMILIA FAMILIA

DESAFÍO DEL AMOR DÍA - EL AMOR PELEA LIMPIO
Si una casa está dividida contra sí misma esa casa no podrá permanecer. (Marcos 3:25)

Te guste o no, el conflicto en la familia es sencillamente inevitable. Bienvenido a la humanidad caída. Al mismo tiempo, las tormentas de la vida comenzaron a probar y revelar de qué estabas hecho en verdad y como son los demás. Los problemas o situaciones difíciles crean un marco para que aparezcan desacuerdos, discuten y pelean, se hirieren.
Tienen que saber que no están solos. Todas las familias atraviesan lo mismo.
Es lo habitual, sin embargo, no todas lo superan. Así que no creas que poner en práctica el desafío de hoy alejará todos los conflictos. En cambio, se trata de abordar el problema de una manera tal que cuando lo atraviesen, sus relaciones se van a enriquecer.
Los daños emocionales frecuentemente son causados en medio de los conflictos, desacuerdos, porque es el momento en el cual tu orgullo es más fuerte, estás más enojado que nunca.
Eres más egoísta y sentencioso que nunca, tus palabras contienen más veneno que nunca, tomas las peores decisiones, si el conflicto desenfrenado toma el control y ninguno pone el pie en el freno. Sin embargo, el amor interviene y cambia las cosas, te recuerda que tu familia es demasiado valiosa como para permitir que se autodestruya, y que el amor por tus seres queridos es más importante que cualquier asunto por el que estén peleando.
El amor te ayuda a instalar airbags y montar barreras de protección, te recuerda que en verdad se puede revertir el conflicto para siempre. Las familias que aprenden a resolver sus diferencias suelen tener más unidad, más confianza, más intimidad y luego pueden disfrutar de una conexión mucho más profunda. Pero, ¿cómo? La manera más sabia es aprender a pelear limpio, estableciendo reglas de juego saludables. Si no tienen pautas para abordar cuestiones problemáticas, no respetarán los límites cuando se caldeen los ánimos. En esencia, hay dos clases de límites para lidiar con el conflicto: los límites de pareja y los límites personales. 

DESAFIO: LA FAMILIA DEBE DEFIRNIR POR LO MENOS TRES IDEAS PARA SOLUCIONAR LOS CONFLICTOS. Escribir en el cuaderno, loideal es que todos puedan opinar.
Día 3
Había... un hombre que hacía 38 años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Juan 5:5-6
No tengo a nadie
Juan 5:1-9
“No tengo quien...”, fue la respuesta que dio un hombre paralítico a Jesús. ¡Estaba decepcionado, agobiado!
Quizás a veces, ante una dificultad, una decepción o una prueba, decimos o pensamos: «No tengo a nadie, no hay quien me ayude, nadie que me comprenda... nadie que me ame». Mediante esta frase podemos expresar nuestra soledad o incluso nuestro rencor hacia los demás, pero reconocemos sobre todo nuestra impotencia: necesitamos ayuda.
Ese paralítico ni siquiera se daba cuenta de que ante él había alguien que quería ayudarle. Como lo hizo con ese hombre, el Señor Jesús está presente para socorrer a los que no tienen a nadie. Cada vez que lo miramos, cada vez que confiamos en él, no estamos más solos, pues él desea permanecer con nosotros. En este mundo que nos conduce inevitablemente, un día u otro, a no hallar a nadie que nos comprenda y nos ayude entre los que nos rodean, recordemos que Jesús prometió estar con nosotros todos los días (Mateo 28:20).
El Señor es todopoderoso, nada es imposible para él, “aun los vientos y el mar le obedecen” (Mateo 8:27). Puede intervenir allí donde cualquier acción humana está condenada al fracaso. Si buscamos alivio, si estamos esperando la respuesta a esta o aquella oración, este pasaje nos muestra que solo Jesús tiene el poder para salvarnos y acompañarnos durante toda nuestra vida.
Día 4
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Juan 15:13
El Amigo que está esperando
A la salida de una conferencia cristiana, un joven vino a darnos las gracias, y yo le pregunté: –¿Quieres quedarte un rato más para orar? –Esta tarde no; un amigo me está esperando. –¿No crees que hay otro amigo que te está esperando, quizá desde hace mucho tiempo? ¿Sabes a quién me refiero? –¡Por supuesto! A Jesús... Aquella tarde tuvo lugar el encuentro de su vida. El joven se tornó hacia el Amigo supremo, aquel amigo que siempre está listo para recibir y salvar a todo el que se arrepiente.
Ese mismo y maravilloso Amigo quizá también lo está esperando, querido lector. Jesús nos dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
En su vida, ¿ha tenido lugar esa cita capital en la que usted quedó vencido por el amor de Cristo? ¿Se ha detenido un momento para decirle: Vengo a ti tal como soy? ¿Respondió a su invitación: Ven, sígueme?
Incluso, como cristianos, podemos dejar plantado al Señor de muchas maneras. Por ejemplo, si en la mañana decimos: «Señor, tengo demasiado sueño...». Y ese momento de oración y lectura de la Biblia, tan útil al principio del día, se evapora. ¿Por qué? Porque al final del día no supimos parar nuestras actividades lo suficientemente temprano, o porque queríamos acabar de ver este o aquel programa...
¡Cuántas veces el Señor me esperó en vano en esas citas de comunión, que él mismo desea tener con nosotros para refrescar nuestra fe y nuestro amor por él!
Día 5
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre (Jesús), les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales... son engendrados... de Dios. Juan 1:12-13
¿Cuál es su relación con Dios?
El director de una pequeña empresa había tenido un día difícil, pues uno de sus colaboradores había actuado mal. Al final tuvo que citarlo en su despacho para informarle que estaba despedido. Después de este momento difícil, regresó a casa. Su pequeña hija lo estaba esperando... Tan pronto como lo vio, se echó en sus brazos y se pusieron a charlar alegremente en el cálido ambiente familiar. La niña ignoraba completamente las actividades de la empresa de su padre, pero ¿qué importaba? Le encantaba disfrutar el cariño de su padre, incluso si a menudo él había tenido que reprenderla.
El jefe que está obligado a mostrarse justo y riguroso frente a sus empleados, y el papá justo y cariñoso a la vez, ¿es el mismo hombre? ¡Por supuesto! Pero la relación con cada persona es diferente: una es la de jefe en su empresa, la otra es la de padre en su familia...
El día del juicio, ¿qué relación tendremos con Dios, el Señor del universo?
Si la cuestión de nuestros pecados no ha sido solucionada, lo tendremos como juez, y las consecuencias de esta comparecencia serán mucho más graves que las que sufrió el empleado despedido, pues nuestros pecados nos alejarán del Dios santo por toda la eternidad.
Pero para todos aquellos que recibieron mediante la fe a Jesús como Salvador, la relación con Dios es totalmente diferente. Un cristiano es un hijo de Dios y disfruta de una relación filial de amor y confianza. “Amados, ahora somos hijos de Dios” (1 Juan 3:2).

Devocional Julio 18 - 23 2016

Verso para Memorizar de mes:
“Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes.” 

Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA
Día 1:




Día 2.  Tarea en Familia: LOS PADRES DEBEN FIRMAR EL CUADERNO DEVOCIONAL
El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos.
Proverbios 16:9
... sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7
Oraciones respondidas
Roberto viajaba frecuentemente debido a su trabajo, pero de vez en cuando visitaba la granja de su familia.
Un día, durante una comida, su padre orientó la conversación hacia Dios y la Biblia. Roberto, irritado, contestó: –Papá, no puedo ni quiero oír hablar más sobre ese tema, si no me veré obligado a no venir a casa.
–Roberto, no te volveré a hablar más de este tema, pero quiero que sepas que no pasará un solo día sin que ore por ti.
Algunos meses más tarde el joven volvió a visitar a sus padres. Una mañana, cuando salía de su habitación, oyó la voz de su padre en la habitación contigua. Instintivamente se detuvo a escuchar la voz conmovida de su padre que suplicaba a Dios para que tuviese compasión de su hijo perdido.
Con el corazón quebrantado, pues su conciencia estaba atormentada desde hacía mucho tiempo, entró en la habitación y se puso de rodillas al lado de su padre para confesar a Dios sus faltas. Después, seguro de que sus pecados habían sido perdonados, se levantó gozoso. Quizás entre nuestros lectores haya alguien, joven o adulto, cuyos padres están esperando la conversión y oran mucho por ello. ¡Pero hay alguien que le ama todavía más que sus padres! ¡Esa persona es Jesús! Él desea darle el perdón, la paz, y conducir su vida con seguridad. ¡Vaya a él hoy!

Tarea: Escribir en el cuaderno las peticiones o motivos de oración de la familia.
Día 2:
El Hijo de Dios... me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 2:20
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros.
1 Juan 3:16
Dios le ama
Quizás usted haya oído decir que Dios ama a todos los hombres. Tal vez haya descubierto un poco su bondad cuando, en la naturaleza, se maravilla por lo que Dios ha creado. Quizá también conozca a verdaderos cristianos cuya vida irradia este amor divino. Pero, ¿ha experimentado realmente en sí mismo el amor de Dios tal y como está expresado en los versículos de hoy?
Este amor brilla de forma resplandeciente en la cruz del Gólgota, donde somos puestos ante su manifestación suprema. Allí Jesucristo, el Hijo de Dios, dio su vida. Allí el odio del hombre alcanzó su punto culminante. Y Dios no intervino, al contrario, hizo caer sobre su Hijo el castigo que merecían nuestros pecados. Jesús, el unigénito Hijo de Dios, aceptó ir hasta la muerte. ¿Por qué? Para que usted y yo pudiésemos recibir la gracia divina. ¡Qué amor maravilloso e insondable, incomprensible para nuestra mente!
¿Qué hacemos nosotros con este amor? Se manifestó para que cada uno pueda beneficiarse de él personalmente; y siempre está ahí, siempre es el mismo. Todo el que reconoce haber vivido sin Dios, se vuelve a él, le confiesa sus pecados y acepta por la fe la obra de la redención, puede ser lleno de este amor. A partir de ese momento forma parte de los que verdaderamente han conocido el amor de Dios.
“Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:7-8).
Día 3
El Señor mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir.
1 Samuel 2:6
Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz.
Juan 5:28
Solo Dios hace que alguien muera o que viva
Visitando el museo de Guiza en El Cairo (Egipto), nos llama la atención el lugar que ocupaba la idea de la muerte en los antiguos egipcios. Es insólito que este pueblo se haya dedicado, durante miles de años, a cavar o construir tumbas, pirámides. Alguien escribió: «Cada casa tapa un pozo funerario... Egipto solo es la fachada de una inmensa sepultura». Y todas esas momias, a pesar de sus mechones, sus ojos esmaltados y sus gruesos lienzos que impidieron a sus miembros dislocarse, prueban, pese a su sorprendente estado de conservación, que el hombre es incapaz de luchar contra la muerte. ¿Por qué malgastar todo el ingenio de un pueblo para llegar a un resultado tan decepcionante?
Solo Dios puede devolver al cuerpo humano, segado por la muerte, la vida que esta le arrebató. Así lo hará con los creyentes cuando el Señor Jesús venga a buscarlos. Como Cristo resucitó, así también los resucitará y les dará un cuerpo semejante al de Cristo mismo; un cuerpo que nunca más tendrá que pasar por el sufrimiento ni la muerte.
Más tarde, Dios también resucitará a todos los que no creyeron en el sacrificio de su Hijo. Pero estos serán juzgados y condenados a permanecer lejos de Dios, en el tormento, pues no aceptaron la gracia que él ofrece todavía hoy. Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25-26).
Día 4
No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa; porque cuando muera no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria.
Salmo 49:16-17
El que se gloría, gloríese en el Señor.
2 Corintios 10:17
Un ataúd cubierto de oro
Una estrella internacional de la música pop murió en la flor de su juventud. Para rendirle el último homenaje, le hicieron un lujoso funeral. En todos los países del mundo, grandes multitudes pudieron seguir el acontecimiento transmitido por Mundovisión. Pero aquel a quien se veneraba, acostado en su ataúd cubierto de oro, ya no podía disfrutar de la gloria terrenal.
La Biblia nos advierte que no busquemos una gloria que no es duradera: “No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme” (Jeremías 9:23-24). Al hombre le gusta gloriarse de muchas maneras, de su fuerza, sus riquezas, su inteligencia... Le gusta que sus semejantes lo alaben. Pero Dios ofrece al hombre una gloria muy diferente, inalterable, eterna y celestial, que no depende de la capacidad del hombre, sino de la fe en Jesús. Es la gloria de Jesucristo en el cielo: “La gloria que me diste, yo les he dado” (Juan 17:22).
El único motivo de gloria del cristiano es que conoce a Dios, revelado por Jesucristo. Todo lo demás es una efímera vanidad que se termina con la muerte. A los que depositaron su confianza en Jesucristo, la Biblia dice: “El Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” (1 Pedro 5:10-11).

Devocional Julio 11 al 16, No dejar de ORAR

Verso para Memorizar de mes:

Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA
Día 1:
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo. 1 Tesalonicenses 5:16-18
Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré. Salmo 5:3
No descuidemos la oración
El célebre pianista Arthur Rubinstein, quien se ejercitaba tocando el piano varias horas cada día, según parece solía decir: «Si un día descuido mi piano, lo noto; si lo descuido dos días seguidos, mis amigos lo notarán, y si lo descuido tres días seguidos, el público lo notará».
Tal era la experiencia de este artista. Así es, solo mediante un ejercicio continuo podía conservar la habilidad y delicadeza de los dedos y mantener el alto nivel adquirido con paciencia y perseverancia.
Lo que es cierto para la música también lo es para la oración. El creyente que la descuide durante un período, incluso corto, sentirá cierta pérdida para la vida de su alma. Si la descuidamos durante un período un poco más largo, nuestros amigos notarán, en nuestro lenguaje o conducta, notas discordantes, inconsecuencias, una falta de delicadeza a la que no están acostumbrados. Por último, si descuidamos aún más tiempo la oración diaria, la oración que sale del corazón, nuestro comportamiento se alterará tanto que nuestro testimonio para el Señor se verá reducido.
Así como el músico no puede dejar de practicar asiduamente su instrumento, el cristiano no puede dejar la oración.
“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias” (Colosenses 4:2). Cuando el Señor nos responde, ¿le agradecemos? Los agradecimientos deberían formar la base de nuestras oraciones, e incluso de toda nuestra vida (cap. 2:7; Daniel 6:10). “Dando siempre gracias por todo” (Efesios 5:20).



Día 2.  Tarea en Familia: LOS PADRES DEBEN FIRMAR EL CUADERNO DEVOCIONAL
Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz.
Salmo 19:1-3
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Juan 3:13
El cielo
En cualquier momento del día o de la noche en que lo contemplemos, un cielo sin nubes siempre nos fascina. El creyente percibe la grandeza del Creador.
En la Biblia, la palabra “cielo” evoca la morada de Dios. Cristo vino del cielo para darnos a conocer a Dios. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:18).
Jesús subió al cielo después de haber resucitado de entre los muertos. “Y el Señor... fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios” (Marcos 16:19). Allí lo vemos por la fe, coronado de gloria y de honor.
“Estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:10-11).
Del cielo vendrá al encuentro de los suyos. “El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:16-17).

Tarea: ¿Que significa temer a Dios? Escríbelo en tu cuaderno.
Perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:32
Si confesamos nuestros pecados, él (Dios) es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9
El perdón
Aquel año, en China, Surinder se convirtió al Señor Jesús. Ella sabía que esta decisión podía costarle caro. Una mañana, mientras oraba, el mensaje del Señor llegó muy claro a su corazón: «Perdona a todos los que te hirieron». Algunas heridas de su pasado eran muy profundas, pero Surinder recordó lo que Jesús había hecho por ella, cómo la había perdonado y la había llevado a él, así que obedeció.
La siguiente etapa fue más difícil: «Ahora ve y pide perdón a aquellos a quienes heriste y devuelve todo lo que has guardado y que no te pertenece». A Surinder le costó bastante esta nueva petición. Sola, en su habitación, lloró y protestó, diciendo: «Señor, ¡me pides demasiado! Confesar mis malas acciones a Dios, de acuerdo, pero ¿cómo voy a afrontar la humillación contándoselas a los demás?».
Sin embargo, cuanto más se resistía, tanto más se convencía de que eso era precisamente lo que Dios le pedía que hiciese. Para seguir a Jesús tenía que obedecer y olvidarse de sí misma. «Tengo que obedecerle y dejar de preocuparme por lo que pueda pasar. Eso es su problema, no el mío», se dijo. Y Surinder obedeció. Pidió perdón a los que había herido y devolvió lo que no le pertenecía. Para su gran sorpresa, las consecuencias no fueron tan graves como lo había temido.
Su confesión a Dios y a los demás le dio una paz profunda y un gran gozo, pues la luz de la presencia de Dios la iluminaba por completo.
Ni uno... está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Lucas 12:6-7
Todos tenemos mucho valor ante Dios
A veces la vida parece totalmente absurda, aburrida. Como el niño que descubre el mundo, la pregunta ¿por qué? sale a menudo de nuestros labios, pero con cierta nota de amargura. Es más, algunas personas piensan que no sirven para nada, que son inútiles. ¡Qué drama alimentar un pensamiento así!
Querido lector, si usted piensa una cosa así, queremos que le quede claro que todo viene de Dios, que todo es de Dios y que todo vuelve a Dios. Si el más pequeño pájaro tiene su razón de ser, si tiene valor para Dios, ¡cuánto más usted! Abra su corazón, contemple la prodigiosa ingeniosidad del universo, descubra a Aquel que pensó en todo eso. Y recuerde que ese Dios lo ama. Por eso mismo quiere llevarle hacia él y mostrarle su inmensa bondad. ¡Ese gran Dios Creador lo colocó aquí, y ahora, para revelársele como el único Dios justo y salvador!
Quizás usted piense que no tiene ningún valor en sí mismo, pero él lo amó a tal punto que sacrificó a su Hijo por usted. A Dios nadie le es indiferente, ni el pobre, ni la persona anciana o depresiva, ni el prisionero, ni el que piensa que todos lo han abandonado... ¡ni siquiera usted! Y si recibió a Jesús como su Salvador, él le dio potestad de ser hecho hijo de Dios (Juan 1:12). Tal Padre, ¿no se ocupará de su hijo?
¡Vale la pena, y es primordial, que usted conozca al Padre! Así podrá exclamar: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”, y también: “Hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor” (1 Juan 3:1; 4:16).

Me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre.
Salmo 131:2
El Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.
Lamentaciones 3:31-33
Como un niño destetado
Antiguamente las costumbres eran bastante radicales, y cuando una madre destetaba a su hijo era algo conmovedor. Por su bien dejaba de alimentarlo con leche materna y le daba un alimento más consistente y variado. Al principio el niño no comprendía por qué lo privaban de la leche materna, ese alimento por excelencia, por eso lloraba y gritaba... ¡La madre también sufría! Pero después, el niño recibe de su madre un alimento más apropiado para su edad.
Sucede lo mismo con el «destete espiritual». El Señor nos priva de lo acostumbrado a fin de darnos algo que esté mejor adaptado a nuestro crecimiento espiritual. Como el niño destetado, es probable que al principio no comprendamos, y que nos irritemos. Pero volvamos pronto al Señor, con el corazón contrito y lleno de confianza. Debemos aceptar el hecho de sentir la falta, el vacío de algo querido, depositando toda nuestra confianza en el Señor. Si él nos priva de algo, es para darnos algo mejor.
Esta actitud de sumisión a menudo está mezclada de tristeza, pero sabemos que pronto veremos el bien que el Señor tenía preparado para nosotros. Sin esperar más, podemos sentir el alivio de un niño destetado, en la presencia de nuestro Dios y Padre. Allí disfrutamos el reposo, la paz y el gozo, contentándonos con descansar en sus brazos. “En Dios solamente está acallada mi alma” (Salmo 62:1).
Se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él (Jesús) estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
Marcos 4:37-39
Su almohada
Una noche, Jesús y sus discípulos atravesaban el mar de Galilea. El comienzo de la travesía fue tranquilo. “Mientras navegaban, él (Jesús) se durmió” (Lucas 8:23). Cansado, el Señor se durmió en la barca, navegando sobre ese mar que había creado. ¡Escena conmovedora que refleja perfectamente su humanidad!
Pero de repente se levantó una tempestad. Las olas eran tan grandes que el agua empezaba a inundar la barca, y los discípulos estaban alarmados. ¿Qué hizo Jesús? ¿También se alarmó? No... seguía durmiendo. El evangelio de Marcos añade este maravilloso detalle: “Y él (Jesús) estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal” (una almohada). Esta frase evoca la confianza que siempre tenía en su Padre. La Palabra de Dios subraya, mediante estas escenas de la vida de nuestro Señor en la tierra, su perfecta humanidad unida a su divinidad todopoderosa.
Los discípulos lo despertaron y le reprocharon su sueño apacible en medio de semejante tormenta. “¿No tienes cuidado que perecemos?”, le dijeron. Entonces Jesús se levantó, y con la autoridad del Dios creador, hizo callar el mar agitado para tranquilizar a sus discípulos.
Amigos creyentes, siguiendo el ejemplo de Jesús, aprendamos a confiar en Dios, y él nos dará tranquilidad en medio de nuestros miedos.


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