El Amor se Sacia en Dios, Devocional semanal, que camino seguir?


Los estudiantes escriben:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA

Día 1: Recordando los versos de memorizar del año.


Día 2:  

DESAFÍO DEL AMOR DÍA -  EL AMOR SE SACIA EN DIOS

El Señor te guiará continuamente, saciará tu deseo. (Isaías 58:11)

¿Acaso alguien en tu familia puede darte paz interior? No; pero Dios sí. "Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús" (Filipenses 4:6-7). ¿Acaso alguien en tu familia puede lograr que estés satisfecho sin importar lo que la vida arroje a tu paso? No; pero Dios sí puede. "En todo y por todo he aprendido el secreto [...] de estar saciado [... Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13). En tu vida, hay necesidades que solo Dios puede satisfacer por completo. Aunque alguien puede saciar algunas de estas necesidades (al menos, de vez en cuando) solo Dios puede saciarlas todas: Tu necesidad de amor, tu necesidad de aceptación, tu necesidad de gozo. Es hora de renunciar a depender de alguien o algo para funcionar y sentirte realizado todo el tiempo. Solo Dios puede hacerlo, a medida que aprendas a depender de Él; pero quiere hacerlo a su manera, "Mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19).

TAREA – DESAFÍO: EL amor se sacia cando conoces a  Dios y lo conoces por medio de la Palabra de Dios, ENTONCES tu te sacias cuando lees y meditas en la Biblia, A PARTIR DE ESTA SEMANA tomen tiempo en familia para leer la Biblia Juntos. Pueden iniciar por los Salmos uno diario.
Día 3:
Cada cual se apartó por su camino.
Isaías 53:6
Así ha dicho el Señor: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.
Jeremías 21:8
(Jesús dijo:) Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
Juan 14:6
¿Qué camino?
Natalia, una niña de 10 años, regresó de una reunión en la que había escuchado el Evangelio de Jesucristo. En el momento de la comida, pensando en lo que había oído, dijo a su padre: –Papá, ¿no quieres hacer la oración? Irritado, el hombre respondió bruscamente: –Para preguntar ese tipo de cosas tienes a tu madre y a tu tía Enriqueta. No me preguntes a mí.
–¡Oh, papá, dijo la pequeña, esta tarde aprendí que todo el mundo debe orar! Con un tono que no admite réplica alguna, el padre le dijo: –Anda a lo tuyo; yo quiero andar mi propio camino. Natalia, todavía insatisfecha, le preguntó: –¿Y por qué camino andas?
Esta pregunta alcanzó como una flecha el corazón del padre. Completamente turbado, se fue a su habitación y clamó a Dios quien, en su gracia, respondió a su oración y le reveló a Jesús, el Salvador.
¿Qué hubiese respondido usted a la pregunta de Natalia? ¿Por qué camino anda usted? ¿El de los demás, sin saber a dónde conduce, pero tranquilizado porque la mayoría lo sigue?
Jesús nos habla de dos caminos: el camino estrecho que conduce a la vida y el camino ancho que conduce a la perdición. “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14).



Día 4:
Tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Santiago 5:11
Les irá bien a los que a Dios temen.
Eclesiastés 8:12
Ante las dificultades
¿El cristianismo es un seguro contra las dificultades de la vida? ¡De ninguna manera! Pero los cristianos están seguros de que Dios utiliza todas las circunstancias de su vida para el bien de todos los que lo aman (Romanos 8:28). Incluso las que nos parecen demasiado duras son útiles en los planes de Dios para formarnos o fortalecer nuestra fe.
Un estudiante que se conforma con hacer ejercicios fáciles progresa mucho más lentamente que el que trabajaba con temas más arduos. Sucede lo mismo en el plano espiritual, y nuestro Señor es el mejor pedagogo. Él sabe cuál es la mejor manera de formarnos, instruirnos y fortalecer nuestra fe, por ello nos envía pruebas perfectamente adaptadas a cada uno. ¡Podemos, pues, confiar en él!
Pensemos en el ejemplo de los apóstoles Pedro y Pablo (Hechos 12 y 16). El primero, encadenado, sería ejecutado al día siguiente. El otro había recibido latigazos públicamente y lo habían echado en el calabozo con los pies atados. Pero ni el uno ni el otro estaban angustiados: uno dormía tranquilamente y el otro cantaba himnos. Estaban convencidos de que Dios era el Señor de todo, y sentían su presencia que los fortalecía (2 Timoteo 4:17).
Cuando surja una dificultad, aceptémosla sin indiferencia ni resignación, sino con la seguridad de que nuestro Padre celestial está con nosotros y tiene todo en sus manos. ¡Su objetivo es hacernos bien al final! (Deuteronomio 8:16).

Día 5:
Cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio.
Mateo 5:22
El Señor nuestro Dios es santo.
Salmo 99:9
Serias consecuencias
Un joven que se desplazaba en una moto intentó robarle el bolso a una joven. Ella trató de impedirlo y se cayó; su cabeza se golpeó contra el andén... y murió. En un instante los padres y amigos de esta joven se hallaron sumidos en una gran tristeza. En un instante también la vida del joven motociclista cambió radicalmente: de ladrón pasó a ser asesino.
Este triste suceso nos llama la atención y hace que sintamos la terrible gravedad del pecado. Podemos considerar que el robo de un bolso no es demasiado grave, pero ¿somos capaces de medir las consecuencias de un pequeño robo, de un gesto violento, de una palabra sin reflexionar, o de una mentira? ¿Las dominamos? ¿Podemos repararlas?
Además, ¿realmente debemos medir la gravedad de un pecado respecto a sus consecuencias? No, ante el Dios santo, ningún pecado puede ser considerado «pequeño». Un solo pecado nos cierra para siempre el acceso al cielo. Entonces, ¿qué hacer?
Dios envió a su Hijo unigénito a este mundo. Jesús, quien era inocente, llevó sobre sí mismo el juicio que merecían nuestros pecados. Dios lo castigó en nuestro lugar. Para todo el que cree en Jesús, el tema del pecado está solucionado. “La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
Jesús dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).

Día 6
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.
Romanos 8:1
(Pablo dijo:) Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús... Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
Filipenses 3:14, 20
El objetivo del cristiano
El apóstol Pablo, en la ciudad de Atenas, declaró ante filósofos griegos: “Dios... ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:30-31).
Llegará un día cuando todos tendrán que rendir cuentas ante Jesús, el Juez soberano. ¿Cómo podremos presentarnos ante su majestad? ¡Por supuesto, no con nuestros méritos, ni con nuestra sabiduría, ni a causa de nuestras obras, por buenas que sean!
Para presentarnos ante Dios aquel día, es necesario que nosotros, hombres pecadores por naturaleza, nos arrepintamos. La única escapatoria a la condenación divina es aceptar la obra de Jesús en la cruz.
La buena noticia es que Jesús nos ofrece la vida eterna mediante la fe en Jesucristo. Podemos vivir eternamente con Dios en el gozo y la paz celestiales de su presencia. Para el creyente, toda su vida, compuesta por experiencias de gozo o de tristeza, tiene un solo objetivo: el cielo. Así como Jesús resucitó y está en el cielo, los que creemos en él también lo estaremos un día. Conformarnos con nuestra vida terrenal sin tener otra perspectiva que el juicio, es infinitamente triste.
La eternidad con Jesús es lo más valioso en el mundo, no hay nada comparable! ¡Es la meta segura del cristiano!

Devocional el Poder del Amor, el verdadero Dios, Sep 19 - 24


Los estudiantes escriben:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA

Día 1:
¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el Señor es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.
1 Reyes 18:21
Pero yo y mi casa serviremos al Señor.
Josué 24:15
El verdadero Dios
Tal vez algunas personas recuerden la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Sydney en el año 2000. Entre todos los fragmentos musicales que fueron escogidos para acompañar las diferentes secuencias de aquella ceremonia, nos llamó la atención el Sanctus de Berlioz. ¡Qué magnífico, maravilloso! Los comentaristas hablaban de la gloria del deporte, de los dioses del estadio... ¡y todo esto sucedía mientras una coral cantaba la santidad del Creador, pues esta obra de Berlioz es un homenaje a Dios!
De esta forma se confunden los valores humanistas y los valores espirituales, la gloria del hombre y la majestad divina, las proezas técnicas y los esplendores de la creación. ¿Podemos confundir los dioses de un estadio con el gran Dios del cielo y de la tierra?
Hoy, como desde hace siglos, el llamado de Dios se hace oír: ¿A quién quiere servir? ¡Tiene que tomar una decisión! ¿Quiere seguir a los múltiples dioses: deporte, dinero, gloria... que en realidad no son nada? ¿O más bien quiere seguir al único y verdadero Dios? Todos esos falsos dioses, que están a su mismo nivel, sometidos a las mismas exigencias que usted, ¿le responderán cuando usted esté sumido en la tristeza o frente a la muerte? ¡Sabe muy bien que no!
El único que puede responder a la oración es el gran Dios del cielo y de la tierra, el Dios revelado en Jesucristo. ¡Vuélvase a él! Él es grande, santo, es amor. ¡Él es verdadera y eternamente Dios!


Día 2:  

DESAFÍO DEL AMOR DÍA -  EL PODER DE DIOS EL AMOR.

La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
1 Corintios 1:18
Aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios.
2 Corintios 13:4
¿Cómo “la palabra de la cruz” puede ser “el poder de Dios”?
La muerte de Jesús en la cruz no solo muestra la maldad de un grupo, de un pueblo o la de Pilato, quien lo condenó a muerte. Es la manifestación de la maldad, del odio y del orgullo del hombre en general, como también de toda la violencia y la oscuridad de nuestro propio corazón. Pero en la cruz, ante todo ese odio, el hombre puede escuchar las respuestas del amor divino: el Señor crucificado oró por sus verdugos: “Padre, perdónalos...” (Lucas 23:34). Al ladrón que estaba crucificado a su lado le dijo: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).
Estas palabras de Jesús son la señal de la fuerza de su amor derramado en la cruz por todos los que las creen hoy. Jesucristo no descendió de la cruz como los jefes religiosos le sugirieron para provocarle. Al contrario, permaneció colgado en la cruz. Así su victoria sobre la muerte y sobre el diablo fue completa, y el poder del amor divino pudo ser manifestado. La muerte del Hijo de Dios clavado en la cruz es el medio divino para que la gracia sea derramada sobre nosotros, seres pecadores por naturaleza.
En la cruz el Dios creador, quien con este objetivo tomó forma de hombre, entregó su vida para salvar a los pecadores y darles la vida eterna, si la aceptan.
Leamos y releamos los evangelios, imitemos la conducta perfecta de Jesús. En el mensaje de amor que Dios dirige a todos mediante Jesucristo “crucificado en debilidad”, pero resucitado en gloria, veremos el poder divino.

TAREA – DESAFÍO: El desafío es que la familia haga una oración y escribirla ratificando la entrega  de sus vidas a Jesucristo como muestra de aceptación a esa obra de poder en la CRUZ.
Día 3:
Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra... Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
Hebreos 11:13, 16
En medio de las ruinas
Poco después de la segunda guerra mundial, mi abuelo y un amigo suyo visitaban las ruinas de la «City», en Londres. Al pasar por una calle devastada, notaron los escombros de una casa en la que solo quedaban partes de una pared de la planta baja y el marco de la puerta de entrada. Por encima de esta puerta, el propietario había escrito este texto bíblico: “Si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1). ¿Qué había sucedido a los habitantes de esta casa? ¿Habrían podido refugiarse a tiempo en otro lugar, o habrían muerto bajo los escombros? Mi abuelo nunca lo supo, pero el testimonio grabado encima de esta puerta muestra la fe de los dueños en las promesas de Dios.
El tabernáculo (o la tienda) del cual habla el apóstol es el cuerpo, el envoltorio del alma y del espíritu. Cuando el creyente muere, su cuerpo vuelve al polvo, y su alma es llevada por Jesús al paraíso, según la promesa que hizo al ladrón arrepentido (Lucas 23:43). Allí, descansando junto a Jesús, espera el glorioso día cuando se desplegará el poder de Jesús: resucitando a los muertos y transformando a los vivos, les dará un cuerpo nuevo, glorioso, envoltorio definitivo de su alma. Ya no será una frágil y perecedera tienda, sino un edificio eterno. En esta nueva condición, todos los hombres salvos por la fe en Jesucristo vivirán para siempre en la casa del Padre.


Día 4:
No te hagas ningún mal... Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo.
Hechos 16:28, 31
Él sana a los quebrantados de corazón.
Salmo 147:3
Una nueva belleza
En el año 1948, el pintor Georges Rouault (1871-1958) destruyó más de 300 cuadros suyos. Ya era célebre, y cada uno de estos cuadros tenía un gran valor. Pero a lo largo de su carrera había buscado una expresión más refinada de la belleza, y ahora no quería dejar tras sí nada que fuese mediocre. ¿Cómo no sorprendernos ante esta decisión del artista, quien no dudó en destruir aquello que le había costado tantos esfuerzos, tanto trabajo?
Nuestras vidas pueden ser comparadas a un cuadro al cual cada día se le añade algo... Quizás usted vea su vida como un dibujo estropeado, sucio, arruinado por el mal... ¿Incluso alguna vez pensó en acabar con ella?
Escuche esta buena noticia: por estropeada y sucia que sea su vida, Jesús lo ama. Lo rescató y dio su vida en la cruz por usted. A todo el que cree él le da una vida nueva, eterna. Para ello basta con que se acerque humildemente a Cristo, diciéndole: «Señor, ¡mira mis pecados, mi miseria! Tú, que me has creado, ¡mira cómo destruí mi vida! Pero vengo a ti porque moriste por mí. ¡Señor, sálvame!». ¡Y Él lo hará!
Entonces su vida será un nuevo cuadro, creado con los múltiples toques que la obra del Espíritu Santo añadirá en usted día a día. Con la ayuda de la gracia de Dios, vale la pena componer un nuevo cuadro, vivir una vida nueva, incluso bella a Sus ojos.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

Día 5:
Dios es grande, pero no desestima a nadie.
Job 36:5
Bendecirá a los que temen al Señor, a pequeños y a grandes.
Salmo 115:13
Los pequeños con los grandes
En la sociedad egoísta en la que vivimos, a menudo los grandes desprecian a los pequeños, y los pequeños a veces tienen envidia de los grandes. ¡Pero Dios no desprecia a nadie! Él abre a cada uno los tesoros de su amor. ¡Nadie es desechado! Su deseo es salvar a todos los hombres. También quiere bendecir a todos los que depositan su confianza en él.
Admiremos a Jesús en su incansable abnegación. No rechaza a nadie, pues por bajo que haya caído alguien en la decadencia física o moral, Jesús se acerca para curar, salvar y liberar. Todos tienen acceso al Salvador: una mujer adúltera condenada por la ley (Juan 8), personas desesperadas, ciegos, enfermos... Incluso uno de los dos ladrones crucificados al lado de Jesús pudo escuchar al Señor decirle: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Reconozcamos el amor de Dios en toda su dimensión; es para los pobres y los ricos, para los grandes y los pequeños... Se despliega sobre todos los que lo reciben en su vida, los que desean amarle y servirle. Dios bendecirá a estas personas. Hombres notables como Nicodemo y el rico José de Arimatea se convirtieron en sus discípulos (Mateo 27:57). Escogió a Saulo de Tarso, un erudito, para que fuese el apóstol Pablo (Hechos 26:24), también a “hombres sin letras y del vulgo” (Hechos 4:13), como Pedro y Juan.
Vivamos cerca de Dios y aprenderemos a amar, como él, a pequeños y a grandes. Solo cuenta la fe, porque tiene un inmenso precio (2 Pedro 1:1); lo demás (inteligencia, educación, situación social) nunca debería influir en nuestros afectos.

Día 6
Yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien... ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Romanos 7:18, 24
El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lucas 19:10
Agotado para ser salvo
Sucedió a orillas del lago Ontario en Canadá. Un grupo de jóvenes jugaba en el agua cuando de repente uno de ellos, que se había alejado imprudentemente de la orilla, sufrió un calambre. Jack, el profesor de natación y un amigo suyo, observaban la escena sin intervenir, a pesar de los signos evidentes de gravedad. Su amigo empezó a preocuparse y le dijo:
–¿No ves que ese joven se está ahogando?
–Claro que lo veo, y voy a rescatarlo. Jack, sin mucha prisa, se quitó su ropa y se echó al lago en el momento en que el chico parecía extenuado. Rápidamente socorrió al imprudente y lo llevó hasta la orilla.
Cuando estuvieron solos, su amigo le reprochó el riesgo que había corrido. –Te equivocas. Si yo hubiese ido antes a su encuentro, ese joven se hubiese agarrado a mí y probablemente me hubiese hundido. Un hombre que se está ahogando solo puede ser salvado eficazmente cuando está agotado y es incapaz de hacer el mínimo esfuerzo para salvarse a sí mismo.
Así es como Dios tiene que actuar a menudo. Espera que alguien no tenga más recursos y comprenda que es incapaz de salvarse a sí mismo. Cuando nos damos cuenta de que nuestro corazón es “engañoso... más que todas las cosas, y perverso” (Jeremías 17:9), dejamos de luchar para mejorarlo; entonces Dios puede y viene a ayudarnos. Él nos dice: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros” (Ezequiel 36:26).

Devocional: El Secreto de Amar, Confiemos en el Señor, Una pequeñas Semilla, Cree solamente. Sep 12 -18 de 2016

 Devocional  Sep 12 -18 de 2016 : El Secreto de Amar, Confiemos en el Señor, Una pequeñas Semilla, Cree solamente.
Los estudiantes escriben:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA

Día 1:
Abraham... se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia.
Romanos 4:20-22
Perseverando en la Fe – Confiemos en el Señor
Ya era de noche en el país de Canaán y Abraham estaba en su tienda. ¿En qué pensaba? Probablemente en la promesa que Dios le había hecho, que le daría una numerosa descendencia. Pero los años pasaban... Tenía aproximadamente ochenta años, y su esposa Sara también era mayor. ¿Acaso Dios los había olvidado? No, pues él es fiel (1 Corintios 10:13). Se apareció al patriarca en una visión y le dijo: “No temas”. Luego lo invitó a salir de la tienda y le dijo: “Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar... Así será tu descendencia” (Génesis 15:1, 5).
Abraham creyó lo que Dios le dijo. Esta confianza en la fidelidad divina fue la base de una relación preciosa con su Dios, puesto que “fue llamado amigo de Dios” (Santiago 2:23), y le fue dada paciencia para esperar todavía mucho tiempo. Pero un día, a los cien años, tendría en sus brazos a Isaac, el hijo prometido.
¡Qué palabras de ánimo para nosotros, creyentes que vivimos cuarenta siglos más tarde! Las dificultades que hallamos en nuestro camino a veces nos parecen incomprensibles, insuperables. Oramos y no obtenemos respuestas positivas, pero en su fidelidad Dios está ahí. Su promesa permanece: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5). Su reloj no siempre es el nuestro. Dios es soberano y nos ama; actúa cuando quiere y siempre en el buen momento.
La obra de Dios es perfecta, recuerda Moisés al final de su larga vida: “Él (Dios) es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud” (Deuteronomio 32:4).
  



Día 2:  

DESAFÍO DEL AMOR DÍA -  EL SECRETO DEL DESAFIO DEL AMOR.

Amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios (1 Juan 4:7)

El secreto es el siguiente: Tu corazón no puede fabricar el amor incondicional (o amor ágape, AMOR DE DIOS). Es imposible. Excede tus capacidades. Excede todas nuestras capacidades. Quizá hayas demostrado ternura y generosidad de alguna manera, y tal vez hayas aprendido a ser más considerado. Sin embargo, amar a alguien en forma desinteresada e incondicional es otra cosa. Entonces, ¿cómo puedes hacerlo? Te guste o no, el amor ágape no es algo que puedes hacer.  Solo Dios puede hacer de manera perfecta. Y es gracias a su gran amor por ti (y a su amor por tu familia), que El elige expresar ese amor a través de ti. Aun así, quizá no lo creas. Tal vez estés convencido de que si te esfuerzas y te comprometes lo suficiente, puedes obtener de tu corazón el amor incondicional, perdurable y sacrificial. Quieres creer que está en ti. ¿Pero cuántas veces tu amor no ha podido evitar que mientas, que codicies, que reacciones en forma exagerada, que pienses mal de la persona a la que prometiste delante de Dios que amarías durante el resto de tu vida? ¿Cuántas veces tu amor ha sido incapaz de controlar tu enojo? ¿Cuántas veces te ha motivado a perdonar o ha traído un final pacífico a una pelea? El secreto del desafío del Amor es amar a los demás de la manera que Dios ama y solo se logra si estamos seguros que Dios está en nosotros.

TAREA – DESAFÍO: Mas que una tarea es una reflexión, y teniendo el tema de hoy, en familia cada uno va pensar si su realción con los demás y en especial con su familia se basa en el amor de Dios.Sigue orando por tu familia.
Día 3:
Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.
1 Pedro 1:15
Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Hebreos 12:1-2
Una pequeña semilla
Se cuenta que cuando los británicos llegaron a tierras australianas no encontraron ni un solo cardo. Pero un escocés nostálgico (esta planta es el emblema de Escocia) mandó traer de su país algunas semillas y las sembró en su jardín. Cuando los cardos crecieron, el viento se llevó las nuevas semillas. El tiempo se encargó del resto, y hoy todo el país está lleno de cardos.
Asimismo, el más pequeño pecado también puede volverse devastador. No hacerle caso, dejarlo subsistir en nuestro corazón, es permitir que se multiplique. Pensemos en lo que puede germinar en nosotros tan rápidamente: amargura, codicia, envidia, odio, impureza, incredulidad, orgullo, etc. No debemos permitir que estas cosas echen raíces en nosotros y crezcan, pues deterioran nuestra relación con Dios.
El Señor escudriña los corazones y revela su estado. Puede mostrarnos esas pequeñas cosas que debemos identificar y luego arrancarlas de raíz antes de que tomen proporciones gigantescas.
La Palabra de Dios, que el Señor compara a una semilla viva, nos ayuda a arrancar y destruir todo lo que no es conforme a la santidad divina, si la dejamos actuar con prioridad en nuestros corazones. Dios conoce el origen de todos los males; él no combate los síntomas, sino que va directamente a la raíz. Y la raíz de nuestros males se sitúa siempre en nuestro propio corazón. ¡Dejémonos purificar por la Palabra de Dios!
Día 4:
Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
Marcos 5:35-36
Cree solamente
Estas breves palabras: “No temas, cree solamente”, están entre las palabras más reconfortantes de Jesús para los que confían en Él.
¿El pensar en sus faltas, pasadas y actuales, surge en su mente y lo desanima, lo deprime? ¡No tema! Crea solamente que Jesús murió para expiar todos sus pecados.
¿Tiene miedo del futuro? ¿Teme perder su trabajo y el sustento de su familia? No tema, crea solamente que Dios, a quien conoce como Padre, cuidará de usted, pase lo que pase.
¿Está pasando por una prueba dolorosa? ¿Uno de sus familiares se ha ido? ¿Sus proyectos más preciados no pueden realizarse? No tema, crea solamente que el amor de Dios estará con usted en esta aflicción, y que el propósito del Señor siempre es el bien de su alma.
¿Su hijo ha tomado un mal camino en el cual parece hundirse cada día más? No tema, crea solamente que Dios tiene el poder para guardarlo. Confíe en el Señor, quien quiere hacer volver la oveja perdida.
¿Le preocupa la idea de la muerte? No tema, crea solamente que recibirá la gracia necesaria cuando llegue el momento de su partida. Crea que el Señor Jesús, el buen Pastor, estará con usted en sus últimos momentos de vida en la tierra. Lo llevará en sus brazos hasta el cielo, lugar de su presencia. Experimente como David: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmo 23:4). ¡Nadie podrá arrebatarle de Su mano! (Juan 10:28).
Día 5
He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón.
Salmo 40:7-8
La persona de Jesucristo
Las palabras del Salmo 40, citadas en el texto del encabezamiento, solo tienen su verdadero sentido en boca de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien vino del cielo a la tierra para cumplir la voluntad de su Dios y Padre. ¿Qué quería decir con ello?
Cada instante de su vida estaba consagrado a Dios. Todas sus palabras, todas sus acciones correspondían perfecta y totalmente a la voluntad de su Padre.
Ni la oposición de los hombres, ni las tentaciones de Satanás pudieron desviarlo de su camino de perfecta obediencia. Todas las fuerzas de Satanás lo atacaron el día de la tentación. Ante el tribunal religioso, la hostilidad despiadada de aquellos a quienes había servido con amor y misericordia cayó sobre él. Por voluntad propia, y en total obediencia, fue hasta la cruz, pues había dicho: “La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?” (Juan 18:11).
Nunca había habido en la tierra un hombre así. Solo Dios Padre puede apreciar realmente la grandeza de la abnegación de su Hijo. Y desde ahora desea compartir con nosotros el valor infinito que tiene su Hijo.
Pensar en nuestra salvación es apreciar una parte solamente de la obra y la persona de Jesucristo. Pensemos igualmente en toda la satisfacción que el Padre halló en la perfección de su Hijo: en su vida, en su sacrificio y en su muerte en la cruz.
“Nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3).
Día 6
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?
Juan 14:9
(El apóstol Pablo dijo:) Aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Filipenses 3:8
Ser cristiano significa conocer a Jesús
Ser cristiano significa conocer a Jesús, pero no como un personaje histórico, ni como un filósofo o un pensador, sino conocerlo primeramente como mi Salvador y mi Señor, y también como un amigo. La fe en Jesús nos hace vivir una verdadera relación con él y sacia nuestra sed espiritual. Esto era lo que hacía decir al apóstol Pablo: “Aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor... a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos” (Filipenses 3:8, 10).
Mediante el conocimiento de Jesús, escapamos del mal que está en el mundo (2 Pedro 2:20), y somos enriquecidos con “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad” (2 Pedro 1:1).
Hay una relación directa entre este conocimiento de Jesús y nuestra vida cotidiana. Las prioridades del hombre sin Dios: intereses personales, motivos de orgullo, de preocupación, pasan a un segundo plano, y Cristo toma el primer lugar. Toda nuestra vida es iluminada por la presencia de Jesús y de su amor.
Este conocimiento de Cristo, que es un conocimiento vivo, experimental, nos libera de nosotros mismos y eleva nuestros pensamientos. Quizá nos lleve a sufrir por su nombre, pero esto no tiene que sorprendernos, pues estamos en un mundo que lo rechaza y lo desprecia. ¡Su conocimiento es la fuente de un gozo glorioso! (1 Pedro 1:8).

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