Devocional Agost 28/2016 El que Ama Ora, es usted Justo, Sodoma, Felix el Gobernate

Verso para Memorizar de mes:

Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Mateo 7:7


Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA

Día 1:
¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? Job 25:4
Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. 1 Pedro 3:18
¿Es usted justo?
Algunas personas piensan que son justas ante Dios, pero la Biblia declara: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). Ante una declaración así, ¿cómo no tener miedo de comparecer ante la justicia divina, cosa que ocurrirá obligatoriamente un día?
Ningún ser humano se puede acercar a la santidad divina, pues está marcado por el pecado. Todos somos injustos a los ojos de Dios. Es un error fatal creer que podemos ser estimados justos por Dios debido a lo que hacemos, y pensar que no tenemos necesidad de un Salvador. Para ser llamado justo, según Dios, debo reconocer que soy un pecador que solo merece la condenación, y aceptar que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino en persona a esta tierra para expiar mis pecados. Al sufrir el juicio divino en la cruz, Jesús cargó con todos nuestros pecados. Todos los que creen en él son hechos justos. ¡Nuestra salvación viene de Dios, de su gracia y de su amor!
Quizás usted diga que esto no le concierne. Entonces, no descuide la solemnidad de la Palabra de Dios, la cual declara: “Los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos” (2 Pedro 3:7). Si alguien no fue hecho justo por la fe en Cristo, tendrá que sufrir el juicio de Dios.
Hoy todavía es un día de gracia en el que todo pecador (lo que somos por naturaleza) puede ser hecho justo por la gracia de Dios, para ser heredero de la vida eterna (Tito 3:7).



Día 2.  

DESAFÍO DEL AMOR DÍA -  CUANDO AMAS ORAS, INTERCEDES. 2

Y sí llevas a cabo cada desafío, es probable tu familia se vea afectado y que comience a florecer frente a tus ojos. Quizá lleve semanas. Incluso puede llevar varios años. No importa cómo sea el terreno que tienes para trabajar, igual debes planear para la victoria. Necesitarás algo que tiene más poder que cualquier otra cosa que tengas. Se trata de la oración eficaz. La oración funciona de verdad. Es un fenómeno espiritual creado por un Dios ilimitado y poderoso. Y da resultados increíbles. ¿Tienes ganas de darte por vencido? Jesús dijo que oráramos en lugar de desfallecer (Lucas 18:1). ¿Estás estresado y preocupado? La oración puede traer paz a tus tormentas (Filipenses 4:6-7). ¿Necesitas un cambio decisivo? La oración puede lograr este cambio (Hechos 12:1-17). Dios es soberano. Hace las cosas a su manera. Hay algunos elementos clave que deben estar en su lugar para que la oración sea eficaz. No obstante, basta con decir que la oración funciona mejor cuando proviene de un corazón humilde que tiene una buena relación con Dios y con los demás. La Biblia dice: "Confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros. [...] La oración eficaz del justo puede lograr mucho" (Santiago 5:16). ¿Alguna vez te preguntaste por qué Dios te deja ver con tanta claridad los defectos escondidos de los de tu hogar? ¿De verdad crees que es para que fastidies por eso? No, es para que te pongas de rodillas con eficacia. Nadie mejor que tú sabe cómo orar por los miembros de la familia ¿Acaso ha funcionado regañar o fastidiar? La respuesta es no, porque estos métodos no cambian el corazón. En cambio, es hora de intentar hablar con Dios en tu aposento. 

TAREA – DESAFIO: Sigue orando por tu familia.
Escribe en cuaderno, porque es importante orar.
Día 3
Así mismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que (Jesús) el Hijo del Hombre se manifieste. Lucas 17:28-30

La época de Sodoma y la nuestra
La Biblia anuncia juicios para el mundo que nos hacen pensar en la destrucción de Sodoma. ¿Por qué tales juicios? Porque el comportamiento moral de los hombres se ha vuelto igual de insoportable para Dios que el de los habitantes de Sodoma.
Jesús denunció los caracteres del mundo actual que vive sin Dios:
–“Comían, bebían”: es el mundo del consumo, la civilización del máximo disfrute de distracciones y placeres.
–“Compraban, vendían”: es la civilización de los intercambios comerciales o financieros; es la especulación; su meta es ganar sin preocuparse si se está perjudicando a otros.
–“Plantaban, edificaban”: es la civilización del desarrollo económico: hay que producir cada vez más, no importa si se destruye o se contamina la naturaleza que Dios creó.
A esto se añade la depravación de las costumbres tal y como existía en Sodoma: la moral proveniente del cristianismo es ridiculizada. Todos los excesos son practicados, y muchos desvíos aceptados y oficializados.
Cristianos, que este pensamiento de los inminentes juicios que amenazan al mundo contribuya a separarnos moralmente de él, y nos estimule a ser verdaderos testigos. “Que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:15).
Día 4
Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. Hebreos 3:7-8

Félix no tenía tiempo
¿Quién era en realidad ese “excelentísimo” gobernador, Félix, de quien nos hablan los capítulos 23 y 24 del libro de los Hechos de los apóstoles? Gracias a él, en el país se disfrutaba de una gran tranquilidad, dijo el orador Tértulo elogiándolo interesadamente. Aunque la historia lo presente como inmoral y sin escrúpulos, se mostró tolerante y abierto con respecto al apóstol Pablo: lo escuchó con benevolencia, ordenó que le dejaran un poco de libertad y que no impidieran a ninguno de los suyos servirle. Pero, puesto en contacto con la verdad por medio del apóstol, dijo a Pablo: “Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré” (Hechos 24:25).
No era un opositor ni un burlador. ¡No, en él había cierto interés por su prisionero, quien lo impresionaba, pero no tenía tiempo para escuchar el mensaje del Evangelio! No quería rechazarlo definitivamente, pero su conciencia se resistía, pues no quería ir a la luz. Por eso dijo: “Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad...”. ¿Llegó ese momento?
Félix trataba de ser popular, y al dejar su puesto de gobernador de aquella provincia, dejó a Pablo en la cárcel sin un verdadero motivo, para agradar a los judíos. Sus intereses políticos ahogaban la voz de su conciencia... Perdió voluntariamente el momento favorable, el “día de salvación” (2 Corintios 6:2).
¡No haga como él! Todavía hoy, si escucha la voz del Señor, no endurezca su corazón.
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 12:1).

Día 5
Le respondió el enfermo, no tengo quien... Juan 5:7
Pero nadie le daba. Lucas 15:16
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Juan 15:13
Nadie
Esta expresión se halla en los tres versículos del encabezamiento. El primero es pronunciado por un minusválido quien, en medio de una multitud y durante treinta y ocho años, no había hallado a nadie que le ayudara.
El segundo habla de un joven sumergido en graves problemas en medio de la indiferencia general. Hoy en día muchos se sienten aislados, incomprendidos y abandonados. Amigo lector, ¿está usted enfermo, solo, sin trabajo, sin familia, sin techo, desesperado, sin nadie que le dé la mano? ¿Dónde hallar a alguien que lo comprenda y lo ame? Cada uno tiene sus propios problemas y no está dispuesto a cargarse con los de los demás. Las estructuras sociales tienen sus límites. Además las más grandes angustias permanecen ocultas.
Pero hay alguien que manifiesta interés, compasión y amor. Es Jesucristo. Se presenta como aquel que conoce personalmente a cada uno, como aquel que por amor dio todo por los demás. No hay amor más grande que el suyo, lo probó al dar su vida para la salvación de la humanidad, al morir en la cruz por todo el que confía en él. Jesucristo lo ama y lo busca para salvarlo. “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
Háblele de sus angustias, de su congoja, de sus preocupaciones. Él nunca es indiferente, todo lo que le concierne le interesa.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

Día 6
Pedid, y se os dará... Porque todo aquel que pide, recibe... ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? Lucas 11:9-11
Oíd, y vivirá vuestra alma. Isaías 55:3

¿Y si ya ha respondido?
Una noche estábamos cenando en familia, pero el ambiente estaba un poco triste. Justo antes de ir a la mesa, había reprendido a uno de nuestros hijos, Julián, y él estaba enojado.
–Pásame el pan, por favor, me dijo cabizbajo. Le pasé el pan. Tres segundos más tarde me volvió a pedir lo mismo. Le mostré amablemente que el pan ya estaba a su lado. Como no había querido girar la cabeza hacia mí, no lo había visto y había imaginado que yo también estaba enfadado...
Un poco más tarde Julián me hizo una pregunta, pero mientras le contestaba, su teléfono portátil empezó a sonar. Respondió al teléfono y se alejó de la mesa para hablar con su amigo. Al regresar volvió a hacer la misma pregunta como si yo no le hubiese respondido. En realidad no había oído mi respuesta, pues no se había tomado el tiempo para escucharla.
Cuando oramos a Dios, a veces nos comportamos como Julián. Pedimos y volvemos a pedir suponiendo equivocadamente que Dios todavía no nos ha respondido. No nos molestamos en mirar a nuestro alrededor. ¡Pero la respuesta está ahí, a nuestro alcance! Quizá también estemos distraídos en nuestras ocupaciones o con nuestros amigos. Entonces volvemos a hacer las mismas preguntas a Dios... Si nos hubiésemos tomado el tiempo para escucharle, para leer la Biblia, veríamos que Dios responde a nuestras preguntas.
Así pues, pidámosle a Dios con confianza. Luego, ¡abramos los ojos y los oídos para ver y oír sus respuestas, y no olvidemos darle las gracias!

Devocional - El que ama ORA, Tengo Valor Para Dios, El Gran Juez, El Arrepentimiento, La soledad Agosto 22- 27 2016

Verso para Memorizar de mes:

Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Mateo 7:7


Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA

Día 1:
(Dios) nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Efesios 1:4-5
Tengo valor para Dios
Si usted está respirando en este preciso minuto es porque Dios lo ha querido así. Probablemente sus padres desearon que naciese, pero quizá no...
Sin embargo, para Dios, el nacimiento de un niño no es un accidente. Los planes divinos están por encima de las limitaciones y de los errores humanos. Dios nunca actúa por casualidad. Cada vida es preciosa para él, incluso si el hombre cayó en el mal. Dios es sensible a cada injusticia que se comete contra cada una de sus criaturas, pequeña, pobre o prisionera (Lamentaciones de Jeremías 3:34-36; Proverbios 17:5).
Cuando un hombre llega al conocimiento de Dios mediante Jesucristo, tiene derecho de ser “hijo de Dios”, porque Dios le ha dado la vida, la vida eterna (“es nacido de Dios” (1 Juan 5:1), y también porque Dios lo adoptó (Efesios 1:5). Pero aún más: los creyentes son “herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Romanos 8:17). Este título de “hijo de Dios” es una dignidad extraordinaria para una criatura.
¡Todo esto nos llena de admiración! ¡Dios pensaba en cada uno de nosotros cuando creó el mundo, e incluso antes! (Efesios 1:4). Y sabía a qué precio tenía que redimir a sus criaturas que se volvieron rebeldes, para hacer de ellas sus hijos. Los rescató “con la sangre preciosa de Cristo” (1 Pedro 1:19). Nuestra existencia tiene un sentido profundo y único, por lo tanto, cada día debemos comportarnos en función de lo que somos: hijos de Dios. ¡Permanezcamos junto a Jesús, quien nos salvó, para amarlo y tratar de hacer lo que le agrada!


Día 2.  

DESAFÍO DEL AMOR DÍA -  CUANDO AMAS ORAS, INTERCEDES.


Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Mateo 7:7
 y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. Santiago 5:16

No puedes cambiar a nadie. No importa cuánto lo desees, no puedes hacer el papel de Dios y llegar al corazón de un ser querido para transformarlo en lo que quieres que sea. Sin embargo, muchas veces pasamos gran parte de nuestro tiempo intentando cambiarlos.
Tu si puedes cambiar, mejorar y ser la persona que Dios quiere. La idea que de esta semana es poder ORAR por las personas de nuestra familia, si podemos ORAR  constantemente, sin desmayar, aun cuando pedimos y no pasa nada… ANIMO NO desmayes de orar. DIOS PUEDE CAMBIAR LOS CORAZONES, PUEDE HACER CAMBIOS EN LAS PERSONAS.

TAREA – DESAFIO: Tu compromiso es orar por cada miembro de tu familia: ¿Qué Quieres que Dios haga en los miembros de tu familia? Escribe por lo menos tres áreas en las que quieres que Dios obre.
El Dios de todo saber es el Señor, y a él toca el pesar las acciones. 1 Samuel 2:3
Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. Daniel 5:27
El gran Juez
Desde los tiempos más remotos se han fabricado balanzas y se han usado pesas. Al principio, las balanzas servían para pesar pequeños fragmentos de materias preciosas como el oro; luego su utilización se extendió a las diferentes transacciones comerciales. Para asegurar la honestidad de las ventas, fue necesario vigilar la fiabilidad de esos instrumentos como la exactitud de las pesas. Así, desde la antigüedad, los funcionarios verificaban la precisión de las balanzas de los comerciantes por medio de unos patrones de medida que aparecieron incluso antes de las monedas. Debido a esta preocupación por la exactitud de los pesos y las medidas, la balanza pasó a ser el emblema de la justicia de los tribunales.
Los jueces deben medir sin parcialidad las acciones de los individuos sospechosos de haber cometido un delito, pero están limitados en el conocimiento de los hechos, por lo tanto pueden equivocarse en la decisión que toman.
Sin embargo, existe un Juez que lo conoce todo; no solo nuestras acciones, sino también nuestros pensamientos (Salmo 139:2). Mide todo lo que hacemos, es decir, considera los motivos y pesa lo que somos con sus propios patrones de medida. El hombre tiene sus criterios de juicio: estatus social, capacidades, dinero, etc. Pero esto no tiene ningún peso ante el Juez divino. Solo aquel que haya aceptado a Jesucristo como Salvador personal corresponderá al criterio para entrar en el cielo. En lo que concierne al que es salvo, Dios atribuye valor a las buenas obras que hace para el Señor, aquellas en las que los creyentes somos invitados a ocuparnos (Tito 3:8).
No fui rebelde a la visión celestial, sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. Hechos 26:19-20
El llamado y la respuesta
Algunas personas sintieron una vocación desde la infancia: ser médico, artista, explorador... Siempre los admiramos un poco, pues esta vocación orientó sus vidas y estimuló sus energías.
Pero la Biblia no habla de vocación en este sentido, sino del llamado que viene de Dios para que demos media vuelta y vayamos a Él. Más fuerte que una vocación, él orienta la vida y la eleva hacia algo mucho mejor. Dios se revela al hombre y lo llama a apartarse del camino sin salida que él mismo ha elegido, a fin de que se vuelva a Dios. Él nos muestra cuál es el único camino que nos lleva a la vida eterna. Su llamado es soberano, conforme a su amor, especial para cada uno de nosotros. Abre caminos sorprendentes, inesperados, en la vida de los que confían en él.
Hoy Dios quizá no nos llama de una forma espectacular, como lo hizo con algunas personas de la Biblia, pero lo hace mediante acontecimientos de nuestra vida, y por la reflexión que estos nos sugieren.
Lo hace sobre todo mediante la Biblia, que posee una gran fuerza de interpelación. Si la leemos con fe, con oración y con un gran deseo de verdad, la Biblia nos obliga a reflexionar sobre nuestra vida; nos abre el camino de una vida nueva que se basa en la confianza en Dios. Por lo tanto, recibir en nuestro corazón la Palabra de Dios es escuchar a su Autor, es abrir nuestro corazón a Aquel que nos ama y que dio la prueba de ello.

(Jesús dijo:) Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20
Zaqueo... hoy es necesario que pose yo en tu casa. Lucas 19:5
La soledad
En el año 2011, la soledad fue declarada gran problema nacional en Francia. Un político habló de ella como «enfermedad a menudo secreta que escapa a nuestras distraídas miradas, enfermedad silenciosa, cubierta por el ruido de nuestra vida contemporánea». La soledad afecta a las personas mayores, pero también a muchos ciudadanos de todas las edades.
Si usted está pasando por ese sufrimiento, ¿sabe que puede hablar a Jesucristo a cualquier hora del día y de la noche, todos los días de la semana, con la seguridad de que lo escucha? Puede decirle todo lo que le preocupa. Jesús mismo pasó por una gran soledad cuando estuvo aquí en la tierra: en el huerto de Getsemaní, cuando sus discípulos se durmieron en lugar de velar con él; en el momento de su arresto, cuando lo dejaron solo; en la cruz, cuando expiaba los pecados de los hombres y fue abandonado por Dios. ¡Qué soledad!
Si se siente desesperadamente solo, puede invitar a Jesús a quedarse con usted. Es el Hombre que está más cerca del hombre, pero también es el Hijo de Dios; y si le confiesa sus pecados, experimentará su perdón y una nueva vida. El sentimiento de una presencia divina echará fuera el sentimiento de soledad, y en toda circunstancia podrá sentir esta presencia, como aquel rescatado del seísmo de Haití en 2010. Sepultado en un hueco durante 17 horas antes de ser rescatado, declaró: «Fui testigo de la presencia real de Dios a mi lado. La sentí, la palpé, bajo toneladas de hormigón, en lo más profundo de la nada».

Día 6
Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Juan 19:17-18
La cruz de Jesucristo
¿Puedo aceptar aquello que no logro comprender? Sí, si alguien en quien tengo plena confianza me lo afirma. Y la fe es precisamente creer lo que Dios dice, sin basarse en la primera apariencia que puedan tener algunas situaciones, incluso si mi inteligencia o mi razonamiento tiene dificultad para aceptarlo.
El acto de fe que Dios nos pide es creer en el valor de la cruz. Así que, dejando de lado nuestros razonamientos, aceptemos simplemente el mensaje de la cruz sin tratar de explicarlo. La Biblia declara que “la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Corintios 1:18). ¿Por qué? Porque la cruz proclama efectivamente el poder de Dios allí donde la sabiduría humana solo percibe impotencia y fracaso. Locura porque anuncia que Dios se manifiesta a los hombres cuando ellos no quisieron verlo. ¡La predicación de la cruz proclama lo contrario de lo que el hombre concibe y comprende de Dios!
La cruz presenta toda la apariencia de una derrota, y sin embargo es la mayor de las victorias. Una apariencia de derrota porque Jesucristo murió efectivamente en la cruz, pero es la mayor victoria, porque la muerte no pudo retenerlo. Jesús venció a la muerte, Jesús resucitó. La cruz de Jesús es la manifestación del poder y del amor de Dios, es el corazón del Evangelio. La seguridad del creyente está basada en la muerte de Cristo en la cruz.
“Agradó al Padre... por medio de él (Jesucristo) reconciliar consigo todas las cosas... haciendo la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:19-20).



El Amor Honra - Devocional Agosto 15 - 20 de 2016


Verso para Memorizar de mes:

“Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes.”  1Corintios 16:13

Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA

Día 1:
Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Romanos 10:8-9
¿Qué es la fe?
La Biblia es la Palabra de Dios, de un Dios vivo que es amor y luz. Esta Palabra divina es extraordinaria: su historia, su unidad, sus profecías, su autoridad, así como el impacto que tiene sobre el que la lee y confía en ella, son prueba de ello. ¿Cómo, entonces, no reconocer en ella la voz de Dios mismo?
Si Dios habla, ¿cómo no va a decir la verdad? ¡Él es el único que puede hacerlo! Dudar de su Palabra es decir que él miente. El hombre es responsable de reconocer y recibir plenamente el testimonio de Dios. Esto es mucho más que una simple creencia, que un barniz de religión. ¡Esto se llama fe!
No existe la fe de masas, ni la fe de familia. La fe es una actitud personal que conduce a cada uno a reconocer humildemente que la Biblia dice la verdad. La fe acepta la Biblia como aquello que Dios dice del hombre y al hombre, y lo que dice de Jesucristo, su Hijo.
La fe sabe que el hombre no puede pedir cuentas a Dios, sino todo lo contrario, es el hombre quien tendrá que dar cuentas a Dios.
La fe reconoce los derechos de Dios sobre el mundo en general y sobre todo ser humano en particular. Aprende de Dios que Él es el Dios santo, el Dios de juicio, pero también el Dios de bondad que hoy ofrece su gracia a todo el que reconoce que realmente la necesita.
La fe es el conocimiento personal de un Dios que se reveló en su Hijo, de un Dios que habla, escucha y responde. La fe es una relación viva con ese Dios que pasó a ser nuestro Padre, y con su Hijo, Jesús nuestro Salvador.
  

Día 2 

DESAFÍO DEL AMOR FAMILIA EL AMOR HONRA.

"afectuosos unos con otros" en amor y se dan preferencia el uno al otro (Romanos 12:10)

En nuestro idioma, hay ciertas palabras que tienen un significado poderoso. Cuando se usan, las asociamos al respeto. Estas palabras nunca pierden su carácter eterno, su clase ni su dignidad. Hoy, nos concentraremos en una de ellas. Es la palabra honor. Honrar a alguien significa respetarlo y tenerlo en alta estima, tratarlo como a una persona especial y de gran valor. Cuando le hablas, tus palabras son puras y comprensibles; eres cortés y educado. Cuando esa persona te habla, tomas en serio lo que dice, dándole peso y relevancia a sus palabras. Cuando te pide que hagas algo, te adaptas como puedes, por el solo respeto que le tienes. La Biblia nos dice que "honremos" a nuestro padre y a nuestra madre, y a las autoridades. Es un llamado a reconocer la posición o el valor de otra persona. El honor es una palabra noble.

TAREA: ESCRIBE en el cuaderno dos  formas en que puedes honrar a tus Padres? Todos en casa somos hijos, cómo tus padres honran a sus padres? Escribir un verso de la Biblia que hable de honrar a los padres.
Día 3
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 5:1
Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
Santiago 2:18
... Que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
Judas 3
Tres significados de la palabra fe
–La palabra fe designa en primer lugar la fe personal en Jesucristo, el hecho de creer en él. Es lo que nos salva. Por la gracia de Dios que actúa en aquel que cree en sus promesas, la fe acepta lo que Dios nos da: Jesucristo, su Hijo, como Salvador. A causa de esta fe, el que cree es considerado justo ante Dios porque la sangre de Jesucristo lo purifica de todos sus pecados.
–La palabra fe también puede expresar la total confianza en el Señor y en su Palabra manifestada en nuestra vida cotidiana. Por ella reconocemos en alguien la existencia de la fe en su primer sentido. Bajo este aspecto, la fe es una fuerza que actúa. La fe produce obras. Los testigos de la fe de Hebreos capítulo 11 actuaron todos “por la fe”: para ellos la fe era un principio de acción.
–La palabra fe también puede significar el contenido de la fe, aquello que creemos, dicho de otra manera, el conjunto de las verdades del cristianismo, la doctrina cristiana. Por ello el apóstol Judas nos exhorta a combatir “ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”, y Pablo advierte a los creyentes de Colosas: “... si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe” (Colosenses 1:23).
Si la fe que nos salva y la plena confianza en el Señor y su Palabra son recibidas y vividas personalmente, seremos testigos de la fe, no para gloriarnos, sino para animarnos mutuamente: “Muéstrame tu fe”.
Día 4
Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Filipenses 4:8
Una serpiente entre los libros
Al tomar un libro de su biblioteca, un sabio indio sintió un ligero dolor en su dedo, como si se pinchara con una aguja. No se preocupó por ello. Pero pronto su mano se hinchó, luego su brazo, su cuerpo y, a pesar de todos los cuidados, murió. Lo había mordido una serpiente muy venenosa que se había escondido entre los libros.
Muchos libros esconden en sus páginas una serpiente más peligrosa que la que mató al sabio indio. Cuanto más atrayente es el libro, más sutil es el veneno. Y no es el cuerpo el que sufre, sino el alma, la cual es envenenada por pensamientos falsos o impuros. La mente se desvía de la Palabra de Dios, porque la encuentra insípida, y se abre a todo tipo de errores o codicias. Donde dejamos que las malas hierbas invadan el suelo, las buenas plantas se ahogan. En los medios de comunicación también se esconden gustosamente las mismas serpientes.
Sabemos bien quién se disfraza así desde el principio de la historia de la humanidad. “La serpiente antigua” no es otra que Satanás, el diablo, aquel que seduce a los hombres para llevarlos a la perdición.
Tengamos cuidado con lo que leemos, con lo que escuchamos y con lo que miramos.
En algunos pueblos, cerca de las escuelas, podemos ver algunos carteles dirigidos a los automovilistas, tales como: «Despacio, zona escolar», «Cuidado con nuestros hijos». Padres, pensemos en nuestros niños; tengamos cuidado con lo que entra en sus mentes.
Día 5
esús... vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.
Juan 6:5-6
Y comieron todos, y se saciaron.
Mateo 14:20
Jesús sabía lo que iba a hacer
Al ver la gran multitud que había venido a él, Jesús preguntó a su discípulo Felipe: “¿De dónde compraremos pan para que coman estos?”. Felipe calculó que se necesitaría mucho dinero para comprar suficiente pan para tanta gente. Otro discípulo pensó en un niño que tenía cinco panes y dos peces, ¡pero esto no era nada para tantas personas! Los dos discípulos llegaron a la misma conclusión: no tenían los medios para hacer frente a aquella situación.
En realidad, mediante esa pregunta Jesús puso a prueba a Felipe, porque la Palabra precisa que “él sabía lo que había de hacer”. Jesús sabía que los recursos de los cuales disponían los discípulos eran irrisorios, y que la única solución estaba en el poder divino. Pero empleó los modestos recursos de aquel niño para alimentar a una multitud formada por cinco mil hombres, e invitó a los discípulos a recoger los abundantes restos en cestas.
Este pasaje está lleno de ánimo para nosotros, cristianos. Cuando estamos ante una situación demasiado difícil para nosotros, y sentimos la pobreza de nuestros recursos, no nos desanimemos. Recordemos siempre que el Señor sabe qué va a hacer. Presentémosle humildemente lo poco que tenemos y, en vez de quedarnos con nuestra pobreza, contemos con fe en su poder divino. Jesús no despreció los panes del niño. ¡A Jesús le gusta emplearnos, pero nuestros recursos solo hacen resaltar el hecho de que él es quien hace todo! ¡Él sabe qué va a hacer! Que este pensamiento nos anime y nos dé tranquilidad cada día.

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