Creemos

CONVIVENTIA como entidad cristiana, atenderá la necesidad espiritual de todo individuo teniendo como base:  


1. Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, dada por inspiración Divina, sin errores en los manuscritos originales autorizada en asuntos de hecho, fé y práctica.
(Santiago 1:7 – 2 Pedro 1:21, 2 Timoteo 3:16).


2. Creemos en un solo Dios, eterno y santo, que existe en tres personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. (Deuteronomio 6:4)


3. Creemos en la deidad de Jesucristo que nació de una virgen y vivió una vida sin pecado.

4. Creemos en Su muerte de sacrificio y substitución en la cruz, como medio de reconciliar al hombre con Dios, en Su resurrección corporal y Su ascensión a la Diestra de Dios Padre, como nuestro único Intercesor.


5. Creemos en la naturaleza caída del hombre como tal requiere de salvación, Sin Cristo el hombre está condenado al castigo eterno y a la separación de Dios.


6. Creemos que el camino a la salvación es a través de la fe en JESUCRISTO, lo que resulta en una relación vital y personal con Él.


7. Creemos en el ministerio del Espíritu Santo a través de quien el cristiano puede vivir una vida santa y correcta al servicio de Dios y del Hombre. (Romanos.5:12; 1 Corintios1:30; 1 Tesalonicenses 4:3; Hebreos 13:12).


8. Creemos en el perdón de pecados, la justificación, la regeneración y el nuevo nacimiento los cuales se efectúan por fe en el sacrificio de JESUCRISTO. (Romanos. 8:1-4,33; 2 Corintios. 5:21; Efesios. 4:22-24; Colosenses 3:9-10; 2 Corintios 5:17).


9. Creemos en la unidad espiritual de la Iglesia, (como cuerpo de Cristo) que existe entre todos aquellos que han puesto su fe en Él.


10. Creemos en la segunda venida de CRISTO, en la resurrección corporal; vida eterna para los justos y castigo eterno para los pecadores.


En luz de lo anterior, pondremos en práctica los siguientes principios:
1. Nos sujetaremos constantemente a la disciplina de la Palabra de Dios y nuestras decisiones, a los principios allí establecidos.
2. Las diferencia que podamos tener con nuestros hermanos cristianos, las manejaremos bajo el criterio de confesión de pecados y el perdón los unos de los otros.


Somos responsables primeramente ante Dios de los recursos a nuestra disposición, por lo tanto trabajaremos por El y par El, siendo diligentes en todo lo que hagamos y así seremos ejemplo de Su palabra, puesta en acción.


PRINCIPIOS BIBLICOS CONVIVENTIA

Amor
Dios es Amor. El amor siendo uno de los atributos de Dios, resume a su vez, la esencia de la fe cristiana y constituye el principal enfoque en el ministerio de Cristo. Nuestro accionar se basa en el amor de Dios hacia el ser humano; manifestado en la creación, el pacto, la justificación y redención, el amor del ser humano hacia Dios y entre los seres humanos, como mandato divino. (1 Juan 4:7-8, Mateo 22: 37-39, 1 Corintios 13)


Identidad
El ser humano creado a imagen y semejanza de Dios posee capacidades únicas, que como consecuencia de vivir en un mundo caído, esta imagen se ha desdibujado en la raza humana, sin embargo, no del todo. Tal imagen divina es la razón de su valor intrínseco y lo que nos inspira hacia el servicio cristiano integral, que enmarcado dentro del respeto por cada individuo, trabaja por la recuperación de la identidad, llevando al individuo a hacer uso de su potencial en sus diferentes dimensiones. (Génesis 9:6; Santiago 3:9; Salmo 33:13-15, Romanos 8:29, Efesios 4:24)


Mayordomía
La primera instrucción impartida por Dios al hombre y a la mujer fue, “fructificad, y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla” (Génesis 1:28). Este mandamiento expresa un aspecto fundamental de la vocación humana, afirma la capacidad del hombre como ser creado a imagen y semejanza de Dios, haciéndole a este responsable por la diligente administración de los recursos, sean estos ambientales o económicos. Como organización consideramos que la práctica de la Mayordomía, incluida en esta la rendición de cuentas y la integridad, debe permear toda esfera de acción. (Génesis 2:15; Proverbios 6: 6-11; Proverbios 24:27, 2 Corintios 9: 6-8)


Interdependencia
Es la dinámica de ser mutuamente responsable y de compartir un conjunto común de principios con otros. Es el equilibrio entre la dependencia e independencia. Estamos sujetos a la autoridad Divina y dependientes de la gracia y misericordia de Dios, cada persona tiene la responsabilidad de aceptar el regalo de la salvación, renovar su mente, auto gobernarse y dirigir sus propios asuntos, bajo la guía del Espíritu Santo. La interdependencia se aplica en los diferentes niveles sociales en los que se desenvuelve el ser humano y la organización. (1 Corintios 12: 4-28)


Compasión
El ministerio de Cristo, caracterizado por una profunda comprensión y preocupación por la condición del ser humano, su necesidad y sufrimiento, se constituye en parámetro de actitud, conducta y acción para nuestra organización. Buscamos seguir el ejemplo de Cristo, siendo instrumento en sus manos para llevar las buenas nuevas de salvación, de manera que nuestro prójimo recupere su identidad, guiándole a descubrir el propósito de Dios, practicando a su vez la humildad, al ser conscientes de nuestra propia debilidad y la inmensa compasión que Dios ha mostrado para con nosotros.
Mateo 9:36; Mateo 14:14; Mateo 20:34; Marcos 1:41; Marcos 6:34; Santiago




VALORES CORPORATIVOS CONVIVENTIA

Dignidad
Creemos que es el valor intrínseco que hace digno al Ser humano como creación de Dios y como resultado del buen equilibrio emocional.


Integridad
Somos mayordomos de nuestro carácter expresado entre lo que creemos, pensamos, decimos y hacemos.


Libertad
Somos seres humanos con autoridad intrínseca en nuestra condición, con capacidad de respetar la dignidad e integridad de nuestros congéneres haciendo uso de la oportunidad de desarrollar al máximo nuestro talento de tal manera que podamos utilizar el beneficio del potencial brindado por Dios.
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Símbolo del Concilio de Nicea
 
Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; Que por nosotros los hombre y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, Virgen, y se hizo hombre; Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.

Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

Las 95 tesis de Lutero
El Credo de Calcedonia


(Nota histórica: El Concilio de Calcedonia fue un concilio ecuménico que tuvo lugar entre el 8 de octubre y el 1 de noviembre del año 451 en Calcedonia, ciudad de Bitinia, en Asia Menor.)

Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; consustancial (homoousios-coesencial) con el Padre de acuerdo a la Deidad, y consustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la virgen María, el engendrador-Dios (Theotokos); uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado.


Símbolo de Atanasio


Todo el que quiera salvarse debe, ante todo, sostener la fe católica: quien no la guardarse íntegra y pura perecerá, sin duda, para siempre. He aquí la fe católica: adoramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas, sin dividir la sustancia: una es, en efecto, la persona del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen una misma divinidad, una gloria igual y una misma eterna majestad.

Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal es el Espíritu Santo; increado es el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo; inmenso es el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo; eterno es el Padre, eterno es el Hijo, eterno es el Espíritu Santo; y sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, ni tampoco tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso.

Igualmente omnipotente es el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo y sin embargo, no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente.

Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es el Espíritu Santo y, sin embargo no son tres Dioses, sino un solo Dios.

Así el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor y, sin embargo no son tres Señores, sino un solo Señor.

Porque así como la verdad cristiana nos obliga a confesar que cada una de las tres personas en particular es Dios y Señor, así la religión católica nos prohíbe decir que hay tres dioses o tres señores.

El Padre por nadie ha sido hecho; no ha sido creado, ni engendrado; el Hijo proviene únicamente del Padre, no ha sido hecho, creado, sino engendrado; el Espíritu Santo proviene del Padre y del Hijo, no ha sido hecho, ni creado, ni engendrado, sino procede.

Hay, por consiguiente, un solo Padre, no tres Padres; un solo Hijo, no tres Hijos, un solo Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad nadie es antes o después, nadie es mayor o menor, sino que las tres personas son igualmente eternas y del mismo modo iguales; que en todo, como ya se ha dicho antes, hay que adorar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad. El que quiera, pues, ser salvo debe creer todo esto acerca de la Trinidad.

Pero es necesario para la eterna salvación creer fielmente, también, en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. He aquí la fe ortodoxa: creer y confesar que nuestro Señor Jesucristo es el Hijo de Dios, Dios y hombre. Es Dios, de la sustancia del Padre, engendrado antes de los siglos; y es hombre, de la sustancia del Padre, engendrado antes de los siglos; y es hombre, de la sustancia de su madre, nacido en el tiempo.

Dios perfecto, hombre perfecto, de un alma y un cuerpo humano, igual al Padre según la divinidad, inferior al Padre según la humanidad. Aun cuando sea Dios y hombre, no hay, sin embargo, dos Cristos, sino un solo Cristo; uno, no porque la divinidad se haya convertido en carne, sino porque la humanidad ha sido asumida en Dios; uno absolutamente, no por una mezcla de sustancias, sino por la unidad de la persona. Porque, de la misma manera que el alma racional y el cuerpo hacen un hombre, así Dios y el hombre hacen un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios, Padre omnipotente, desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. A su venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos y darán cuenta de sus propios actos; y los que obraron bien irán a la vida eterna, los que obraron mal, al fuego eterno.

Esta es la fe católica: quien no la creyere fiel y firmemente, no podrá salvarse.


El Catecismo Menor

Acordado por la Asamblea de Teólogos en Westminster, con la asistencia de los delegados de la Iglesia de Escocia, como parte de la uniformidad pactada y establecida en religión entre las iglesias de Cristo en los reinos de Escocia, Inglaterra e Irlanda.

Aprobado por la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, en 1648, para ser un Directorio para catequizar a los que son de débil capacidad. Con pruebas de las Escrituras.

Asamblea en Edimburgo, 28 julio 1648. Sesión 19.

Acto aprobando el Catecismo Menor.

La Asamblea General considerando seriamente el Catecismo Menor concordado por la Asamblea de Teólogos juntándose en Westminster, con la ayuda de los Delegados de esta Iglesia; encuentra, en examinándolo, que el dicho Catecismo es agradable a la Palabra de Dios, y en nada contrario a la doctrina recibida, en nada contrario a la adoración pública de Dios, en nada contrario de la disciplina y en nada contrario del gobierno de esta Iglesia: Y así pues aprueba el dicho Catecismo Menor, como una parte de la uniformidad propuesta, para ser una guía para catequizar tales que son de débil capacidad.

EL CATECISMO MENOR

P. 1. ¿Cuál es el fin principal del hombre?


R. El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios [1], y gozar de Él para siempre[2].
[1] Romanos. 11:36; 1 Corintios. 10:31 [2] Salmo 73:25-28


P. 2. ¿Qué regla ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de él?

R. La palabra de Dios que se contiene en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento[1], es la única regla que ha dado Dios para enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de él[2].
[1] 2 Timoteo 3:16 Efesios 2:20 [2] 1 Juan 1:3, 4


P. 3. ¿Qué es lo que principalmente enseñan las Escrituras?

R. Lo que principalmente enseñan las Escrituras es lo que el hombre ha de creer respecto a Dios y los deberes que Dios impone al hombre[1].
[1] 2 Timoteo 1:13 2 Timoteo 3:16

P. 4. ¿Qué es Dios?
R. Dios es un Espíritu[1], infinito[2], eterno[3] e inmutable[4] en su ser[5], sabiduría[6], poder[7], santidad 8], bondad, justicia y verdad[9].
[1] Juan 4:24 [2] Job 11:7-9 [3] Salmo 90:2 [4] Santiago 1:17 [5] Éxodo 3:14 [6] Salmo 147:5 [7] Apocalipsis 4:8 [8] Apocalipsis 15:4 [9] Éxodo 34:6, 7

P. 5. ¿Hay más de un Dios?
R. No hay sino uno solo, el Dios Vivo y verdadero[1].
[1] Deuteronomio 6:4 Jeremías 10:10


P. 6. ¿Cuántas personas hay en la Divinidad?
R. Hay tres personas en la Divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y estas tres personas son un solo Dios, las mismas en sustancia, iguales en poder y gloria[1].
[1] 1 Juan 5:7 Mateo 28:19


P. 7. ¿Qué son los decretos de Dios?
R. Los decretos de Dios son su propósito eterno, según el consejo de su propia voluntad, en virtud del cual ha preordenado, para su propia gloría, todo lo que sucede[1].
[1] Efesios 1:4, 11 Romanos 9:22, 23


P. 8. ¿Cómo ejecuta Dios sus decretos?
R. Dios ejecuta sus decretos en las obras de creación y de providencia.


P. 9. ¿Qué es la obra de creación?
R. La obra de creación consiste en el haber hecho Dios todas las cosas de la nada, por su poderosa palabra, en el espacio de seis días y todas muy buenas[1].
[1] Génesis 1 Hebreos 11:3


P. 10. ¿Cómo creó Dios al hombre?
R. Dios creó al hombre, varón y hembra, según su propia imagen, en ciencia, justicia y santidad, con dominio sobre todas las criaturas[1].
[1] Génesis 1:26-28 Colosenses 3:10 Efesios 4:24

P. 11. ¿Cuáles son las obras de providencia de Dios?
R. Las obras de providencia de Dios son su más santa[1], sabia[2] y poderosa preservación[3] y gobernar de todas sus criaturas y todas las acciones de éstas[4].
[1] Salmo 145:17 [2] Salmo 104:24 Isaías 28:29 [3] Hebreos 1:3 [4] Salmo 103:19 Mateo 10:29-31


P. 12. ¿Qué acto particular de providencia ejecutó Dios respecto del hombre en el estado en el que éste fue Creado?
R. Cuando Dios hubo creado al hombre, hizo con él un pacto de vida bajo condición de perfecta obediencia; prohibiéndole de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal bajo la pena de muerte[1].
[1] Gálatas 3:12 Génesis 2:17


P. 13. ¿Permanecieron nuestros primeros padres en el estado en que fueron creados?
R. Nuestros primeros padres, dejados a su libre albedrío, cayeron del estado en que fueron creados, pecando contra Dios[1].
[1] Génesis 3:6-8, 13 Eclesiastés 7:29

P. 14. ¿Qué es el pecado?
R. El pecado es la falta de conformidad a la ley de Dios o la trasgresión de ella[1].
[1] 1 Juan 3:4

P. 15. ¿Cuál fue el pecado por cuya causa nuestros primeros padres cayeron del estado en que fueron creados?
R. El pecado por cuya causa nuestros primeros padres cayeron del estado en que fueron creados fue el comer del fruto prohibido[1].
[1] Génesis 3:6, 12


P. 16. ¿Cayó todo el género humano en la primera trasgresión?
R. Habiéndose hecho el pacto con Adán, no para él solo, sino también para su posteridad, todo el género humano descendiendo de él según la generación ordinaria, pecó en él y cayó con él en su primera trasgresión[1].
[1] Génesis 2:16, 17 Romanos 5:12 1 Corintios 15:21, 22

P. 17. ¿A qué estado redujo la caída al hombre?
R. La caída redujo al hombre a un estado de pecado y de miseria[1].
[1] Romanos 5:12

P. 18. ¿En qué consiste lo pecaminoso del estado en que cayó el hombre?
R. Lo pecaminoso del estado en que cayó el hombre consiste en la culpabilidad del primer pecado de Adán, la falta de justicia original y la depravación de toda su naturaleza, llamada comúnmente el pecado original, con todas las trasgresiones actuales que de ello procede[1].
[1] Romanos 5:12, 19 Romanos 5:10-20 Efesios 2:1-3 Santiago 1:14, 15 Mateo 15:19


P. 19. ¿En qué consiste la miseria del estado en que cayó el hombre?
R. Todo el género humano perdió por su caída la comunión con Dios[1], está bajo su ira y maldición[2], y expuesto a todas las miserias de esta vida actual, a la muerte misma y a las penas del infierno para siempre[3].
[1] Génesis 3:8, 10, 24 [2] Efesios 2:2, 3 Gálatas 3:10 [3] Lamentaciones 3:39 Romanos 6:23 Mateo 25:41, 46


P. 20. ¿Dejó Dios a todo el género humano perecer en su estado de pecado y de miseria?
R. Habiendo Dios, de su propia soberana voluntad, elegido desde toda la eternidad algunos a la vida eterna1], entró en un pacto de gracia para libertarles de su estado de pecado y de miseria, e introducirles en un estado de salvación por medio de un Redentor[2].
[1] Efesios 1:4 [2] Romanos 3:20-22 Gálatas 3:21, 22


P. 21. ¿Quién es el Redentor de los elegidos de Dios?
R. El único Redentor de los elegidos de Dios es el Señor Jesucristo[1], quien siendo el Hijo eterno de Dios se hizo hombre[2]; y así era y permane¬ce para siempre, Dios y hombre en dos naturale¬zas distintas y una sola persona[3].
[1] 1 Timoteo 2:5, 6 [2] Juan 1:14 Gálatas 4:4 [3] Romanos 9:5 Lucas 1:35 Colosenses 2:9 Hebreos 7:24, 25


P. 22. ¿Cómo se hizo Cristo hombre siendo el Hijo de Dios?
R. Cristo el Hijo de Dios, se hizo hombre en tomándose un cuerpo verdadero[1] y una alma racional[2]; siendo concebido por obra del Espíritu Santo en la vientre de la virgen María, de la cual nació[3], mas sin pecado[4].
[1] Hebreos 2:14, 16 Hebreos 10:5 [2] Mateo 26:38 [3] Lucas 1:27, 31, 35, 42 Gálatas 4:4 [4] Hebreos 4:15 Hebreos 7:26


P. 23. ¿Qué oficios ejecuta Cristo como Redentor nuestro?
R. Cristo, como Redentor nuestro, ejecuta los oficios de Profeta, de Sacerdote y de Rey, tanto en su estado de humillación como en el de exaltación[1].
[1] Hechos 3:21, 22 Hebreos 12:25 comparé con 2 Corintios 13:3 Hebreos 5:5-7 Hebreos 7:25 Salmo 2:6 Isaías 9:6, 7 Mateo 21:5 Salmo 2:8-11


P. 24. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Profeta?
R. Cristo ejecuta el oficio de Profeta, revelándonos por su Palabra y Espíritu, la voluntad de Dios para nuestra salvación[1].
[1] Juan 1:18 1 Pedro 1:10-12 Juan 15:15 Juan 20:31


P. 25. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Sacerdote?
R. Cristo ejecuta el oficio de Sacerdote en haberse ofrecido a sí mismo, una sola vez en sacrificio para satisfacer las demandas de la justicia Divina[1], reconciliarnos con Dios[2] y en interceder continuamente por nosotros[3].
[1] Hebreos 9:14, 28 [2] Hebreos 2:17 [3] Hebreos 7:24, 25


P. 26. ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de Rey?
R. Cristo ejecuta el oficio de Rey sujetándonos a sí mismo[1], en gobernándonos[2] y defendiéndonos[3], y restringiendo y venciendo a todos sus enemigos y los nuestros[4].
[1] Hechos 15:14-16 [2] Isaías 33:22 [3] Isaías 32:1, 2 [4] 1 Corintios 15:25 Salmo 110


P. 27. ¿En qué consistió la humillación de Cris¬to?
R. La humillación de Cristo consistió en haber nacido y esto en una baja condición[1], sujeto a la ley[2] sufriendo las miserias de esta vida[3], la ira de Dios[4] y la muerte maldita de la Cruz[5]; en haber sido sepultado[6] y en haber permanecido bajo el dominio de la muerte por algún tiempo[7].
[1] Lucas 2:7 [2] Gálatas 4:4 [3] Hebreos 12:2, 3 Isaías 53:2, 3 [4] Lucas 22:44 Mateo 27:46 [5] Filipenses 2:8 [6] 1 Corintios 15:3, 4 [7] Hechos 2:24-27, 31


P. 28. ¿En qué consiste la exaltación de Cristo?
R. La exaltación de Cristo consiste en haber resucitado de entre los muertos al tercer día[1], en haber ascendido al cielo[2], en de estar sentado a la diestra de Dios Padre[3] y en venir, en el último día para juzgar al mundo[4].
[1] 1 Corintios 15:4 [2] Marcos 16:19 [3] Efesios 1:20 [4] Hechos 1:11 Hechos 17:31


P. 29. ¿Cómo somos hechos partícipes de la redención comprada por Cristo?
R. Somos hechos partícipes de la redención comprada por Cristo, por la aplicación eficaz que de ella nos hace[1] el Espíritu Santo[2].
[1] Juan 1:11, 12 [2] Tito 3:5, 6


P. 30. ¿Cómo nos aplica el Espíritu Santo la redención comprada por Cristo?
R. El Espíritu Santo nos aplica la redención comprada por Cristo en obrando fe en nosotros[1] y uniéndonos así a Cristo por nuestro llamamiento eficaz[2].
[1] Efesios 1:13, 14 Juan 6:37, 39 Efesios 2:8 [2] Efesios 3:17 1 Corintios 1:9


P. 31. ¿Qué es el llamamiento eficaz?
R. El llamamiento eficaz es la obra del Espíritu de Dios[1] por la cual, convenciéndonos de nuestro pecado y de nuestra miseria[2], iluminando nuestras mentes con el conocimiento de Cristo[3] y renovando nuestras voluntades[4], nos persuade de abrazar a Cristo, que nos ha sido ofrecido gratuitamente en el Evangelio, y nos pone en capacidad de hacerlo[5].
[1] 2 Timoteo 1:9 2 Tesalonicenses 2:13, 14 [2] Hechos 2:37 [3] Hechos 26:18 [4] Ezequiel 36:26, 27 [5] Juan 6:44, 45 Filipenses 2:13


P. 32. ¿De qué beneficio participan en esta vida los que son eficazmente llamados?
R. Los que son eficazmente llamados participan en esta vida de la justificación[1], de la adopción[2], de la santificación y de los varios beneficios que en esta vida acompañan a éstos, o se derivan de ellas[3].
[1] Romanos 8:30 [2] Efesios 1:5 [3] 1 Corintios 1:26, 30


P. 33. ¿Qué es la justificación?
R. La justificación es un acto de la libre gracia de Dios, por el cual Él perdona todos nuestros pecados[1] y nos acepta como justos delante de Él[2] mas esto solamente en virtud de la justicia de Cristo, la cual nos es imputada[3] y que recibimos únicamente por la fe[4].
[1] Romanos 3:24, 25 Romanos 4:6-8 [2] 2 Corintios 5:19, 21 [3] Romanos 5:17-19 [4] Gálatas 2:16 Filipenses 3:9


P. 34. ¿Qué es la adopción?
R. La adopción es un acto de la libre gracia de Dios[1], por el cual somos recibidos en el número y tenemos derecho a todos los privilegios de los hijos de Dios[2].
[1] 1 Juan 3:1 [2] Juan 1:12 Romanos 8:17


P. 35 ¿Qué es la santificación?
R. La santificación es aquella obra de la libre gracia de Dios[1], por la cual somos completamente restablecidos a la imagen de Dios y puestos en capacidad de morir más y más al pecado y de vivir píamente[2].
[1] 2 Tesalonicenses 2:13 [2] Romanos 6:4, 6 Romanos 8:1


P. 36. ¿Cuáles son los beneficios que en esta vida acompañan a la justificación, la adopción y la santificación, o que se derivan de ellas?
R. Los beneficios que en esta vida acompañan a la justificación, la adopción y la santificación o que se derivan de ellas, son la seguridad del amor de Dios, la tranquilidad de la conciencia[1], el gozo en el Espíritu Santo[2], el crecimiento en gracia[3] y la perseverancia en ella hasta el fin[4].
[1] Romanos 5:1, 2, 5 [2] Romanos 14:17 [3] Proverbios 4:18 [4] 1 Juan 5:13


P. 37. ¿Qué beneficios reciben de Cristo los creyentes, después de la muerte?
R. Las almas de los creyentes después de la muerte son hechas perfectas en santidad[1] y pasan inmediatamente a la gloria[2]; y sus cuerpos, estando todavía unidos a Cristo[3], reposan en sus tumbas[4] hasta la resurrección[5].
[1] Hebreos 12:23 [2] 2 Corintios 5:1, 6, 8 Filipenses 1:23 Lucas 23:43 [3] 1 Tesalonicenses 4:14 [4] Isaías 57:2 [5] Job 19:26, 27


P. 38. ¿Qué beneficios reciben de Cristo los creyentes, después de la resurrección?
R. Los creyentes, levantándose en gloria en la resurrección[1], serán públicamente reconocidos y absueltos en el día del juicio[2], y entrarán en una perfecta bienaventuranza en el pleno gozo de Dios[3] por toda la eternidad[4].
[1] 1 Corintios 15:43 [2] Mateo 25:23 Mateo 10:32 [3] 1 Juan 3:2 1 Corintios 13:12 [4] 1 Tesalonicenses 4:17, 18


P. 39. ¿Cuál es el deber que Dios exige al hom¬bre?
R. El deber que Dios exige al hombre, es la obediencia a su voluntad revelada[1].
[1] Miqueas 6:8 1 Samuel 15:22


P. 40. ¿Cuál fue la primera regla que Dios reveló al hombre como guía de obediencia?
R. La primera regla que Dios reveló al hombre como guía de obediencia, fue la ley moral[1].
[1] Romanos 2:14, 15 Romanos 10:5


P. 41. ¿Dónde qué se comprende sumariamente la ley moral?
R. La ley moral se comprende sumariamente en los diez mandamientos[1].
[1] Deuteronomio 10:4 Mateo 19:17


P. 42. ¿Cuál es el resumen de los diez mandamientos?
R. El resumen de los diez mandamientos es, amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro entendimiento; y a nuestro prójimo como a nosotros mismos[1].
[1] Mateo 22:37-40


P. 43. ¿Cuál es el prefacio de los diez mandamientos?
R. El prefacio de los diez mandamientos es: Yo soy JEHOVA tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos[1].
[1] Éxodo 20:2


P. 44. ¿Qué nos enseña el prefacio de los diez mandamientos?
R. El prefacio de los diez mandamientos nos enseña que siendo Dios el Señor y nuestro Dios y Redentor, estamos por tanto obligados a guardar todos sus mandamientos[1].
[1] Lucas 1:74, 75 1 Pedro 1:15-19



P. 45. ¿Cuál es el primer mandamiento?
R. El primer mandamiento es: No tendrás dioses ajenos delante de mí[1].
[1] Éxodo 20:3



P. 46 ¿Qué se ordena en el primer mandamiento?
R. El primer mandamiento nos ordena que conozcamos y confesemos a Dios de ser el único y verdadero Dios, y nuestro Dios[1], y que le adoremos y le glorifiquemos apropiadamente[2].
[1] 1 Crónicas 28:9 Deuteronomio 26:17 [2] Mateo 4Ñ10 Salmo 29:2


P.47. ¿Qué se prohíbe en el primer mandamiento?
R. El primer mandamiento nos prohíbe que neguemos[1] a Dios o que dejemos de adorarle y glorificarle como el verdadero Dios como Dios[2] y Dios nuestro[3]; y que rindamos a ningún otro ser la adoración y gloria que a Él sólo son debidas[4].
[1] Salmo 24:1 [2] Romanos 1:21 [3] Salmo 81:10, 11 [4] Romanos 1:25, 26



P. 48. ¿Qué cosa especial se nos enseña con estas palabras "delante de mí", contenidas en el primer mandamiento?
R. En estas palabras, "delante de mí", contenidas en el primer mandamiento, se nos enseña que Dios, que todo lo ve, se da cuenta y se ofende del pecado de cualquier otro dios[1].
[1] Ezequiel 8:5, 6 Salmo 46 :20, 21


P. 49. ¿Cuál es el segundo mandamiento?
R. El segundo mandamiento, es: No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos[1].
[1] Éxodo 20:4-6



P. 50. ¿Qué se ordena en el segundo mandamiento?
R. En el segundo mandamiento se ordena que recibamos, observemos y guardemos puros y completos, todos actos de adoración y todas las ordenanzas que Dios ha establecido en su palabra[1].
[1] Deuteronomio 32:46 Mateo 28:20 Hechos 2:42



P. 51. ¿Qué se prohíbe en el segundo mandamiento?
R. El segundo mandamiento prohíbe que rindamos adoración a Dios por medio de imágenes[1] o por cualquier otro medio que no esté autorizado por su palabra[2].
[1] Deuteronomio 4:15-19 Éxodo 32:5, 8 [2] Deuteronomio 12:31, 32


P. 52. ¿Cuáles son las razones añadido al segundo mandamiento?
R. Las razones añadido al segundo mandamiento, son: la soberanía de Dios sobre nosotros[1], Su conveniencia en nosotros[2] y el celo que él tiene por su propia adoración[3].
[1] Salmo 95:2, 3, 6 [2] Salmo 45:11 [3] Éxodo 34:13, 14


P. 53. ¿Cuál es el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento es: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano[1].
[1] Éxodo 20:7



P. 54. ¿Qué se exige en el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento exige el usar santa y reverentemente de los nombres[1], de los títulos[2], los atributos[3], las ordenanzas[4], la palabra[5] y las obras[6] de Dios.
[1] Mateo 6:9 Deuteronomio 28:58 [2] Salmo 68:4 [3] Apocalipsis 15:3,4 [4] Malaquías 1:11, 14 [5] Salmo 138:1, 2 [6] Job 36:24



P. 55. ¿Qué prohíbe el tercer mandamiento?
R. El tercer mandamiento prohíbe toda profanación o abuso de cualquier cosa por la cual Dios se da a conocer[1].
[1] Malaquías 1:6, 7, 12 Malaquías 2:2 Malaquías 3:14



P. 56. ¿Cuál es la razón añadida al tercer mandamiento?
R. La razón añadida al tercer mandamiento es, que por más que eviten los infractores de este mandamiento el castigo humano, el Señor nuestro Dios no les dejará escapar de su justo juicio[1].
[1] 1 Samuel 2:12, 17, 22, 29 1 Samuel 3:13 Deuteronomio 28:58, 59



P. 57. ¿Cuál es el Cuarto Mandamiento?
R. El cuarto mandamiento, es: Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó[1].
[1] Éxodo 20:8-11



P. 58. ¿Qué exige el cuarto mandamiento?
R. El cuarto mandamiento exige que consagremos a Dios todo el tiempo que Él ha señalado en su palabra, y especialmente un día entero en cada siete, como un sábado santificado a Él[1].
[1] Deuteronomio 5:12-14



P. 59. ¿Cuál día de los siete ha señalado Dios para el sábado semanal?
R. Desde la creación del mundo hasta la resurrección de Cristo, Dios señaló el séptimo día de la semana para ser el sábado semanal; mas desde entonces ha señalado el primer día de la semana para que sea el día de reposo; el cual ha de continuar hasta el fin del mundo y es el sábado cristiano[1].
[1] Génesis 2:2, 3 1 Corintios 16:1, 2 Hechos 20:7



P. 60. ¿Cómo ha de santificarse el día de reposo?
R. Hemos de santificar el día de reposo por un santo descanso todo ese día[1], aún de aquellos empleos o recreaciones mundanas que son lícitos en los demás días[2] y ocupando todo el tiempo en los ejercicios públicos y privados de la adoración de Dios[3] salvo aquella parte que se emplee en hacer obras de necesidad o de misericordia[4].
[1] Éxodo 20:8, 10 Éxodo 26:25-28 [2] Nehemías 13:15-22 [3] Lucas 4:16 Hechos 20:7 Salmo 92 (el titulo): Salmo. Cántico para el día de reposo Isaías 66:23 [4] Mateo 12:1-31, especialmente versos 2 y 12



P. 61. ¿Qué se prohíbe en el cuarto mandamiento?
R. El cuarto mandamiento prohíbe la omisión o cumplimiento negligente de los deberes exigidos[1]: la profanación del día por la ociosidad[2], o por hacer lo que es en sí pecaminoso[3], o por innecesarios pensamientos, palabras u obras respecto a nuestros empleos o recreaciones mundanas[4].
[1] Ezequiel 22:26 Amos 8:5 Malaquías 1:13 [2] Hechos 20:7, 9 [3] Ezequiel 23:38 [4] Jeremías 17:24-26 Isaías 58:13



P. 62. ¿Cuáles son las razones añadidas al cuarto mandamiento?
R. Las razones añadidas al cuarto mandamiento, son: el habernos concedido Dios seis días de la semana para nuestras propias ocupaciones[1]; el haberse reservado para sí mismo una propiedad especial sobre el séptimo; el haber bendecido el día sábado, y finalmente su propio ejemplo[2].
[1] Éxodo 20:9 [2] Éxodo 20:11



P. 63. ¿Cuál es el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento, es: Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da[1].
[1] Éxodo 20:12



P. 64. ¿Qué se exige en el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento exige que rindamos el debido honor y cumplamos con nuestras obligaciones para con toda persona en su respectivo puesto o relación como superior[1], inferior[2] o igual[3].
[1] Efesios 5:21 [2] 1 Pedro 2:17 [3] Romanos 12:10



P. 65. ¿Qué se prohíbe en el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento prohíbe que descuidemos o rebajemos el honor o el servicio que corresponde a cada uno en el puesto o relación que ocupa[1].
[1] Mateo 15:4-6 Ezequiel 34:2-4 Romanos 13:8



P. 66. ¿Cuál es la razón añadido al quinto mandamiento?
R. La razón añadido al quinto mandamiento es la promesa de larga vida y de prosperidad, (en cuanto sirve al bien humano y a la gloria de Dios), hecha a todos los que guarden este mandamiento[1].
[1] Deuteronomio 5:16 Efesios 6:2, 3



P. 67. ¿Cuál es el sexto mandamiento?
R. El sexto mandamiento es: No matarás[1].
[1] Éxodo 10:13



P. 68. ¿Qué se exige en el sexto mandamiento?
R. El sexto mandamiento exige que hagamos todos los esfuerzos legítimos para preservar nuestra vida[1] y la de otros[2].
[1] Efesios 5:28, 29 [2] 1 Reyes 18:4



P. 69. ¿Qué se prohíbe en el sexto mandamiento?
R. El sexto mandamiento prohíbe el destruir nuestra propia vida o el quitar injustamente la de nuestro prójimo, así como también todo lo que tiende a este resultado[1].
[1] Hechos 16:28 Génesis 9:6



P. 70. ¿Cuál es el séptimo mandamiento?
R. El séptimo mandamiento, es: No cometerás adulterio[1].
[1] Éxodo 20:14



P. 71. ¿Qué se exige en el séptimo mandamiento?
R. El séptimo mandamiento exige que preservemos nuestra propia castidad y la de nuestro prójimo, en corazón, palabra y comportamiento[1].
[1] 1 Corintios 7:2, 3, 5, 34, 36 Colosenses 4:6 1 Pedro 3:2



P. 72. ¿Que se prohíbe en el séptimo mandamiento?
R. El séptimo mandamiento prohíbe todo pensamiento, palabra o acción incasta[1].
[1] Mateo 15:19 Mateo 5:28 Efesios 5:3, 4



P. 73. ¿Cuál es el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento, es: No hurtarás[1].
[1] Éxodo 20:15



P. 74. ¿Qué se exige en el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento exige que procuremos y promovamos por todo medio legitimo la prosperidad y bienestar de nosotros mismos y de los demás[1].
[1] Génesis 30:30 1 Timoteo 5:8 Levítico 25:35 Deuteronomio 22:1-5 Éxodo 25:4, 5 Génesis 47:14, 20



P. 75. ¿Qué se prohíbe en el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento prohíbe todo lo que impide o tiende a impedir injustamente la prosperidad y bienestar nuestro o de nuestro prójimo[1].
[1] Proverbios 21:7 Proverbios 23:20, 21 Proverbios 28:19 Efesios 4:28



P. 76. ¿Cuál es el noveno mandamiento?
R. El noveno mandamiento, es: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio[1].
[1] Éxodo 20:16



P. 77. ¿Qué se exige en el noveno mandamiento?
R. El noveno mandamiento exige que sostengamos y promovamos la verdad entre hombre y hombre[1] como también nuestra buena fama y la de nuestro prójimo[2], especialmente en dar testimonio[3].
[1] Zacarías 8:16 [2] 3 Juan 12 [3] Proverbios 14:5, 25



P. 78. ¿Qué se prohíbe en el noveno mandamiento?
R. El noveno mandamiento prohíbe todo lo que perjudica a la verdad, o que daña a nuestro buen nombre o al de nuestro prójimo[1].
[1] 1 Samuel 17:28 Levítico 19:16 Salmo 15:3



P. 79. ¿Cuál es el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento, es: No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo[1].
[1] Éxodo 20:17



P. 80. ¿Qué se exige en el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento exige que nos contentemos con nuestra propia condición[1] y que tengamos siempre una justa caritativa disposición de ánimo respecto de nuestro prójimo y de todo lo que es suyo[2].
[1] Hebreos 13:5 1 Timoteo 6:6 [2] Job 31:29 Romanos 12:15 1 Timoteo 1:5 1 Corintios 13:4-7



P. 81. ¿Qué se prohíbe en el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento prohíbe todo descontento de nuestra propia condición[1]; la envidia o pesar del bien de nuestro prójimo[2]; y todo deseo o aflicción desordenada hacia las cosas que son suyas[3].
[1] 1 Reyes 21:4 Ester 5:13 1 Corintios 10:10 [2] Gálatas 5:26 Santiago 3:14, 16 [3] Romanos 7:7, 8 Romanos 13:9 Deuteronomio 5:21



P.82. ¿Puede algún hombre guardar perfectamente los mandamientos de Dios?
R. Ningún mero hombre, desde la caída, puede en esta vida guardar perfectamente los mandamientos de Dios[1], mas diariamente los quebranta en pensamiento, en palabra y en hecho[2].
[1] Eclesiastés 7:20 1 Juan 1:8, 10 Gálatas 5:17 [2] Génesis 6:5 Génesis 8:21 Romanos 3:9-21 Santiago 3:2-13



P. 83. ¿Son igualmente detestables todas las trasgresiones de la ley?
R. Algunas trasgresiones en sí, y por razón de circunstancias agravantes son más detestables que otras a la vista de Dios[1].
[1] Ezequiel 8:6, 13, 15 1 Juan 5:16 Salmo 68:17, 32, 56



P. 84. ¿Qué es lo que todo pecado merece?
R. Todo pecado merece la ira y la maldición de Dios, tanto en esta vida como en la venidera[1].
[1] Efesios 5:6 Gálatas 3:10 Lamentaciones 3:39 Mateo 25:41



P. 85 ¿Qué nos exige Dios para que escapemos de la ira y la maldición que hemos merecido por el pecado?
R. Para que escapemos de la ira y la maldición de Dios que hemos merecido por razón del pecado, Dios exige de nosotros la fe en Jesucristo, el arrepentimiento para vida[1] y el empleo diligente de todos los medios externos, por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de redención[2].
[1] Hechos 20:21 [2] Proverbios 2:1-5 Proverbios 8:33-36 Isaías 55:3



P. 86. ¿Qué es la fe en Jesucristo?
R. La fe en Jesucristo es una gracia salvadora[1] por la cual recibimos y reposamos en Él solamente para la salvación como nos es ofrecido en el Evangelio[2].
[1] Hebreos 10:39 [2] Juan 1:13 Isaías 26:3, 4 Filipenses 3:9 Gálatas 2:6



P. 87. ¿Qué es el arrepentimiento para vida?
R. El arrepentimiento para vida es una gracia salvadora[1], por la cual el pecador teniendo un verdadero sentimiento de sus pecados[2], y reconociendo la misericordia de Dios en Cristo[3], con dolor y odio de sus pecados se convierten de ellos a Dios[4], con plena determinación de alcanzar una nueva obediencia[5].
[1] Hechos 11:18 [2] Hechos 2:37, 38 [3] Joel 2:12 Jeremías 3:22 [4] Jeremías 31:18, 19 Ezequiel 36:31 [5] 2 Corintios 7:11 Isaías 1:16, 17



P. 88. ¿Cuáles son los medios externos por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de la redención?
R. Los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de la redención, son sus ordenanzas y especialmente, la palabra, los sacramentos y la oración; a todos los cuales hace Él eficaces para la salvación de los elegidos[1].
[1] Mateo 28:19, 20 Hechos 2:42, 46, 47



P. 89. ¿Cómo viene la palabra a ser eficaz para la salvación?
R. El Espíritu de Dios hace que la lectura, y aún más especialmente la predicación de la palabra, sean medios eficaces de convencer y de convertir a los pecadores, y de edificarles en santidad y consuelo por la fe, hasta la salvación[1].
[1] Nehemías 8:8 1 Corintios 14:24, 25 Hechos 26:18 Salmo 19:8 Hechos 20:32 Romanos 15:4 2 Timoteo 3:15-17 Romanos 10:13-17



P. 90. ¿Cómo ha de ser leída y escuchada la palabra para que se haga eficaz para la salvación?
R. A fin de que la palabra se haga eficaz para nuestra salvación, hemos de prestarle atención con diligencia[1], preparación[2] y oración[3]; hemos de recibirla con fe y amor[4], atesorarla en el corazón[5] y practicarla en la vida[6].
[1] Proverbios 8:34 [2] 1 Pedro 2:1, 2 [3] Salmo 119:18 [4] Hebreos 4:2 2 Tesalonicenses 2:10 [5] Salmo 119:11 [6] Lucas 8:15 Santiago 1:25



P. 91. ¿Cómo se hacen los sacramentos medios eficaces de salvación?
R. Los sacramentos vienen a ser medios eficaces de salvación, no porque haya alguna virtud en ellos, o en aquel que los administra; sino solamente por la bendición de Cristo[1], y la operación de su Espíritu en aquellos que los reciben con fe[2].
[1] 1 Pedro 3:21 Mateo 3:11 1 Corintios 3:6, 7 [2] 1 Corintios 12:13



P. 92. ¿Qué es un sacramento?
R. Un sacramento es una ordenanza sagrada instituida por Cristo; la cual, por medio de signos sensibles, Cristo y los beneficios del Nuevo Pacto, son representados, sellados y aplicados a los creyentes[1].
[1] Génesis 17:7, 10 Éxodo 12 1 Corintios 11:23, 26



P. 93. ¿Cuáles son los sacramentos del Nuevo Testamento?
R. Los sacramentos del Nuevo Testamento son: El Bautismo[1] y la Cena del Señor[2].
[1] Mateo 28:19 [2] Mateo 26:26-28



P. 94. ¿Qué es el Bautismo?
R. El bautismo es un sacramento, en el cual el lavamiento con agua, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo[1], significa y sella nuestra unión con Cristo, nuestra participación en los beneficios del pacto de gracia y nuestro comprometimiento de ser del Señor[2].
[1] Mateo 28:19 [2] Romanos 6:4 Gálatas 3:27



P. 95. ¿A quiénes ha de administrarse el Bautismo?
R. El bautismo no debe administrarse a los que están fuera de la iglesia visible hasta que no profesen su fe en Cristo y su obediencia a Él[1]; más los bebes de los que son miembros de la Iglesia visible, han de ser bautizados[2].
[1] Hechos 8:36, 37 Hechos 2:38 [2] Hechos 2:38, 39 Génesis 17:10 compré con Colosenses 2:11, 12 1 Corintios 7:14



P. 96. ¿Qué es la Cena del Señor?
R. La Cena del Señor es un Sacramento por el cual, dando y recibiendo pan y vino según la ordenanza de Cristo, se muestra su muerte; y aquellos que dignamente lo reciben, son hechos, no de una manera corporal y carnal, sino por la fe, partícipes de su cuerpo y sangre, con todos los beneficios, lo cuál conduce a su nutrimento espiritual y a su crecimiento en la gracia[1].
[1] 1 Corintios 11:23-26 1 Corintios 10:16



P. 97. ¿Qué se requiere para recibir dignamente la Cena del Señor?
R. Para que los participantes reciban dignamente la Cena del Señor, es necesario que hagan un examen del conocimiento que tienen para discernir el cuerpo del Señor[1]; de su fe para alimentarse en Él[2]; de su arrepentimiento[3], amor[4] y nueva obediencia[5], para que no sea, que recibiendo indignamente el sacramento, coman y beban a su propia condenación[6].
[1] 1 Corintios 11:28, 29 [2] 2 Corintios 13:5 [3] 1 Corintios 11:31 [4] 1 Corintios 10:16, 17 [5] 1 Corintios 5:7, 8 [6] 1 Corintios 11:28, 29



P. 98. ¿Qué es la oración?
R. La oración es un acto por el cual manifestamos a Dios[1], en nombre de Cristo[2], nuestros deseos de obtener aquello que sea conforme a su voluntad[3], confesando al mismo tiempo nuestros pecados[4] y reconociendo con gratitud sus beneficios[5].
[1] Salmo 60:8 [2] Juan 16:23 [3] 1 Juan 5:14 [4] Salmo 32:5, 6 Daniel 9:4 [5] Filipenses 4:6



P. 99. ¿Qué regla nos ha dado Dios para diri¬girnos en la oración?
R. Toda la palabra de Dios es útil para dirigirnos en la oración[1]; pero la regla especial es aquella oración que Cristo enseñó a sus discípulos y que comúnmente se llama "El Padre Nuestro"[2].
[1] 1 Juan 5:14 [2] Mateo 6:9-13 comparé con Lucas 11:2-4



P. 100. ¿Qué nos enseña el prefacio del Padre Nuestro?
R. El prefacio del Padre Nuestro, que dice: "Padre nuestro, que está en los cielos[1]", nos enseña a acercarnos con santa reverencia y toda confianza a Dios como hijos a su padre que puede y quiere socorrernos[2]; y también a orar con otros y por otros[3].
[1] Mateo 6:9 [2] Romanos 8:15 Lucas 6:13 [3] Hechos 12:5 1 Timoteo 2:1, 2



P. 101. ¿Qué rogamos en la primera petición?
R. En la primera petición, que dice: "Santificado sea tu nombre[1]", rogamos que Dios nos ayude a nosotros y a los demás hombres a glorificarle en todo aquello por lo cual se da a conocer[2], y también que Él disponga todas las cosas para su propia gloria[3].
[1] Mateo 6:9 [2] Salmo 67:2 [3] Salmo 83



P. 102. ¿Qué rogamos en la segunda petición?
R. En la segunda petición que dice: “Venga tu reino[1]”, rogamos la destrucción del reino de Satanás[2]; el progreso del reino de gracia[3]; que nosotros y los demás hombres seamos introducidos y conservados en éste[4]; y que venga pronto el reino de gloria[5].
[1] Mateo 6:10 [2] Salmo 68:1, 18 [3] Apocalipsis 12:10, 11 [4] 2 Tesalonicenses 3:1 Romanos 10:1 Juan 17:9, 20 [5] Apocalipsis 22:20



P. 103. ¿Qué rogamos en la tercera petición?
R. En la tercera petición, que dice: “Sea hecha tu voluntad como en el cielo así también en la tierra[1]”, rogamos que Dios, por su gracia nos dé facultad y buena disposición para conocer, obedecer y someternos en todo[2] a Su santa voluntad, así como lo hacen los ángeles en el cielo[3].
[1] Mateo 6:10 [2] Salmo 67 Salmo 119:36 Mateo 26:39 2 Samuel 15:25 Job 1:21 [3] Salmo 103:20, 21



P. 104. ¿Qué rogamos en la cuarta petición?
R. En la cuarta petición que dice: "Danos hoy nuestro pan cotidiano[1]" rogamos a Dios, el dador de todo lo bueno, que nos dé una porción suficiente de las cosas temporales, y que con ella nos conceda el gozo de su bendición[2].
[1] Mateo 6:11 [2] Proverbios 30:8, 9 Génesis 28:20 1 Timoteo 4:4, 5


P. 105. ¿Qué rogamos en la quinta petición?
R. En la quinta petición que dice: "Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores[1]", rogamos que Dios, por amor a Cristo, perdone gratuitamente todos nuestros pecados[2]; y somos estimulados a pedir esto, porque con su gracia, nos hallamos en disposición de perdonar sinceramente a otros[3].
[1] Mateo 6:12 [2] Salmo 51:1, 2, 7, 9 Daniel 9:17-19 [3] Lucas 11:4


P. 106. ¿Qué rogamos en la sexta petición?

R. En la sexta petición, que dice: "No nos metas en tentación más líbranos del mal[1]", rogamos que Dios nos guarde de ser tentados a pecar[2], o que nos sostenga y nos libre cuando seamos tentados[3].
[1] Mateo 6:13 [2] Mateo 26:41 [3] 2 Corintios 12:7, 8

P.107. ¿Qué nos enseña el final del Padre Nuestro?
R.final del Padre Nuestro, que dice: "Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria por todos los siglos. Amén[1]", nos enseña a derivar nuestro animo en oración solamente de Dios[2] y también de alabarle en nuestras oraciones, atribuyéndole a Él sólo el dominio y el poder y la gloria[3]. Y en testimonio de nuestro deseo y seguridad de ser oídos, decimos: «Amén[4]».

[1] Mateo 6:13 [2] Daniel 9:4, 7-9, 16-19 [3] 1 Crónicas 29:10-13 [4] 1 Corintios 14:16 Apocalipsis 22:20, 21

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Éxodo 20
Y HABLÓ Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy JEHOVÁ tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos.

I. No tendrás dioses ajenos delante de mí.

II. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás á ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos, á los que me aborrecen, Y que hago misericordia en millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos.

II. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

IV. Acordarte has del día del reposo, para santificarlo: Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; Mas el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas: Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó.

V. Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

VI. No matarás.

VII. No cometerás adulterio.

VII. No hurtarás.

IX. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

X. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.


EL PADRE NUESTRO
Mateo 6

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal:
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén.

Credo Apostólico

Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a la tumba, al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió a los cielos y está sentado a la Diestra de Dios Padre;
desde allí ha de venir a juzgar a los vivo y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo;
la Santa Iglesia católica, la comunión de los santos;
el perdón de los pecados;
la resurrección de los muertos;
y la vida eterna.
Amen.


Tanto de cada pregunta, en el Catecismo Mayor y Menor, se repiten en la respuesta, en cuanto que hace cada respuesta una proposición entera en él mismo; al fin que el estudiante puede aún más mejorarlo sobre todas ocasiones, para su aumento en el conocimiento y la piedad, aún fuera del curso de catequizar, así como en ello.

Y aunque la sustancia de la doctrina comprendida en ese compendio, llamado comúnmente El Credo Apostólico, sea expuesto completamente en cada uno de los Catecismos, así que como no hay necesidad de meter el Credo él mismo; mas aquí se adjunta, no como si fue compuesto por los Apóstoles, ni deben ser estimado Escritura canónica, como los Diez Mandamientos, y el Padre Nuestro, (mucho menos una oración, como las personas han sido propensas a hacerlo y a los Diez Mandamientos,) pero porque es una suma breve de la Fe cristiana, agradable a la Palabra de Dios, y antiguamente recibido en las iglesias de Cristo.

Editado por Edgar Ibarra
y
Joel Chairez



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