Devocional Noviembre 2017 Yo soy la luz del Mundo


Año de la Restauración



Noviembre : Generosidad

En los Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su diario escriben:

Nombre o Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica.


DIA 1 Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12
Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Efesios 5:14

Yo soy la luz del mundo
Al principio de la creación del mundo, la tierra estaba sumida en las tinieblas. La primera intervención de Dios en este desorden y vacío fue hacer que la luz apareciese. Luego las acciones creadoras de Dios se sucedieron de forma maravillosa.
El espíritu del hombre sin Dios también está en la oscuridad, es incapaz de responder a las preguntas básicas que se hace: ¿Por qué nací? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Qué me espera después de la muerte? Desde hace miles de años, pensadores y filósofos estudian estas preguntas, pero ninguno de ellos ha podido dar una respuesta satisfactoria.
Sin embargo, en la persona de Jesús, la verdadera luz vino al mundo (Juan 1:9). Él, el Hijo de Dios, es la respuesta a estas angustiosas preguntas. Mediante su vida en este mundo y por su muerte, revela el amor de Dios hacia los hombres. En la cruz se cumplió perfectamente todo lo necesario para que este amor se pudiese manifestar a los hombres. No busquemos respuestas en las diversas ideologías que el hombre creó; más bien aceptemos esta luz que viene de arriba. Tengamos cuidado; cuando Cristo vivió entre los hombres, “los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19).
Aceptemos humildemente que la luz de Dios ilumine nuestra vida. Entonces todo nuestro ser será iluminado para discernir al Hijo de Dios, el Salvador. ¡Esto es conocer la luz de la vida!
DIA 2  Varones atenienses... pasando y mirando... hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: Al Dios no conocido. Hechos 17:22-23
No se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. Hechos 14:17

Dios se revela
Los griegos habían construido en Atenas un altar “al Dios no conocido”. Reconocidos entre los más sabios de los pueblos de la Antigüedad, fundadores de la filosofía, admitían que su sabiduría no les había permitido conocer a Dios.
Si tratamos de conocer a Dios con nuestra inteligencia, si procuramos ir a él mediante nuestros esfuerzos, seguirá siendo para nosotros el Dios desconocido. Pero él se acerca a nosotros y nos busca. Es el Dios que se da a conocer porque nos ama.
Dios no apareció en todo el esplendor de su gloria. El hombre no hubiese podido verlo y permanecer vivo (Éxodo 33:20). Pero Dios nos interpela y quiere ganar nuestra confianza. Nos da pruebas de su existencia y de su presencia, y espera una respuesta de nosotros: la respuesta de la fe.
Dios dio señales de su poder y de su sabiduría mediante el testimonio de la Creación. También se dio a conocer por las palabras que están escritas en un libro: la Biblia. La revelación de Dios va mucho más allá que el testimonio de la naturaleza, más lejos aún que las palabras de los profetas: finalmente nos habló en la persona de su Hijo Jesucristo. Jesús vino del cielo, enviado por Dios, manifestó la naturaleza de Dios: amor y luz.
¡La fe cristiana consiste en recibir ese don! ¿Lo recibió usted?
DIA 3  
Dios es  amor... envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 1 Juan 4:8-9
Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida... ni lo presente, ni lo por venir... ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39

El reflejo de la luna en el estanque
Una hermosa noche estrellada me puse a observar el reflejo de la luna en un estanque. La superficie del agua era lisa y reflejaba perfectamente su imagen.
De repente una ráfaga de viento agitó el agua, y la superficie empezó a moverse. Era como si la luna estuviera temblando. Levanté la mirada y vi que en el cielo ella seguía brillando como antes.
Luego una hoja cayó en el agua, movió nuevamente la superficie y alteró el reflejo de la luna. ¡En el cielo no había cambiado nada, pues la hoja no había tocado la luna!
Luego tomé un palo y agité el fondo del estanque. Esta vez el lodo subió a la superficie y el reflejo de la luna quedó totalmente borrado. ¡Pero ella seguía brillando entre las estrellas!
Cristianos, ¿cómo apreciamos el amor divino? “Dios es amor”, nos dice la Biblia. Dios es el mismo, suceda lo que suceda; pero nosotros somos fluctuantes. Como el viento, la caída de una hoja o el lodo turban el reflejo de la luna en el estanque, las circunstancias exteriores o nuestro estado interior pueden influenciar la manera en que apreciamos el amor divino. ¡No nos dejemos turbar! El amor de Dios por sus hijos es invariable. No depende de lo que somos; los elementos que nos perturban no pueden alcanzarlo. ¡El amor está en Dios mismo!
Por lo tanto, depositemos nuestra confianza en ese amor eterno. ¡No miremos en nosotros mismos, elevemos la mirada al cielo y gocémonos, pues Dios nos ama y seguirá amándonos!

DIA 4 
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos.
Mateo 7:21
Y estando fuera empecéis a llamar a la puerta... comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá:... apartaos de mí todos vosotros. Lucas 13:25-27

¿Quién me ha tocado?
Jesús se dirigía a la casa de un jefe de la sinagoga cuya hija estaba enferma. Una gran multitud lo acompañaba. De repente Jesús se detuvo e hizo una inesperada pregunta: “¿Quién es el que me ha tocado?”. Los discípulos, traduciendo la sorpresa general, respondieron: “Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?” (Lucas 8:45).
Una mujer se acercó y le confesó que después de haber buscado en vano la sanación a través de los médicos, había tocado el borde de su manto. Inmediatamente había quedado curada de su enfermedad. Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz” (Lucas 8:48).
Hoy los cristianos pueden ser comparados a esas personas que se agolparon alrededor de Jesús. Y él hace esta pregunta a cada uno: “¿Quién es el que me ha tocado?”. ¿Quién de nosotros lo ha “tocado” realmente? Alcanzados por la terrible “enfermedad” del pecado, no podemos ser curados por ningún médico. Pero Jesús está ahí, a nuestro alcance. Él tiene el poder para curar nuestra alma, es decir, para perdonar nuestros pecados y darnos la vida eterna. Para ello es necesario «tocarlo», es decir, tener un contacto personal con él mediante la fe.
Si nos contentamos con formar parte de “la multitud”, pasamos al lado del único medio real para ser curados. Acerquémonos con confianza al Señor, y él nos dirá: “Tu fe te ha salvado; ve en paz”.
DIA 5 
(Dios dijo:) Bienaventurado el hombre que me escucha. Proverbios 8:34
Mis siervos cantarán por júbilo del corazón. Isaías 65:14

¡Qué felicidad!
Esta era la expresión favorita y a menudo repetida por los presentadores de un programa que atraía a millones de telespectadores. ¡Pero la realidad era totalmente diferente! Interrogadas al final de la serie de programas, las personas que habían sido invitadas a participar hacían un balance triste y amargo. Una de ellas dijo que lo único que habían hecho era explotar su  ingenuidad, otras declararon que todo era hipocresía. ¡Qué lejos estaban de la felicidad!
Debemos reconocer que este mundo solo nos propone una felicidad artificial, virtual y mentirosa; los momentos de alegría pasajera que nos ofrece solo son artificios y engaños.
Desde que el pecado entró en el mundo (Romanos 5:12), el hombre que vive sin Dios está privado de la verdadera felicidad. Cuando cree haberla encontrado, solo se trata de una impresión fugaz, pasajera, y nunca duradera. La Biblia precisa: “Si aquel viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo lugar?” (Eclesiastés 6:6).
La verdadera felicidad solo puede venir de un acercamiento a Dios. Jesucristo el Salvador dio su vida perfecta y justa por amor a nosotros, para salvarnos de la muerte eterna y para que estemos en paz con Dios. Un amor así va más allá de la razón, pero confiere al corazón paz y gozo (Gálatas 5:22). La Biblia nos invita a ir a Dios para conocer su paz y la verdadera felicidad, eterna, obtenida por el amor de Jesús.
“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días” (Salmo 23:6).




Relaciones, Dios conoce , confiar en Dios. Devocional Noviembre 2017


Año de la Restauración



Noviembre : Generosidad

En los Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su diario escriben:

Nombre o Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica. 


DIA 1 No os preocupéis por lo que habéis de comer... de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
Lucas 12:29-31
Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Mateo 6:8

Vuestro Padre sabe
Qué consoladora es esta pequeña frase: ¡“Vuestro Padre sabe”! Jesús no dice: «Vuestro Padre vendrá a ayudarles», cosa que es cierta, sino que insiste en el hecho de que él conoce perfectamente todas nuestras necesidades. Él sabe. ¿No nos basta saber, en todas las situaciones, que nuestro Padre sabe todo lo que nos concierne, que siempre nos escucha, que su amor no cambia? Él sabe. No se le escapa nada relativo a sus criaturas. ¡Descansemos en esta seguridad!
Nuestro Padre sabe cuáles son nuestras necesidades. Las contó, las pesó y se ocupa de ellas con sabiduría y amor. La simpatía de los hombres siempre tiene sus límites, pero cuando una persona que sufre experimenta que Dios está a su lado, ¡qué alivio!
El apóstol Pablo, encadenado en una cárcel, lo experimentó. Con respecto a su comparecencia ante el tribunal del emperador escribió a Timoteo: “El Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas” (2 Timoteo 4:17). En otra ocasión dramática, a punto de naufragar, declaró a sus compañeros de viaje: “Esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas” (Hechos 27:23-24).
Dios se ocupaba de su siervo y lo fortalecía en la tempestad. Quizá no nos envíe un ángel, pero él “sabe”, y este pensamiento calma nuestras inquietudes y nos da ánimo.
DIA 2  Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23

¡Vivamos para Jesús!
Cuando el Señor Jesús sufrió en la cruz (y padeció más allá de todo lo que podemos imaginar), no pensaba en sí mismo, sino en los que creerían en él y así serían librados de su culpabilidad. Sufrió el juicio en nuestro lugar y murió por nosotros.
Su amor inimitable, que lo llevó a darse de tal manera por nosotros, ¿halla eco en nuestro corazón, en nuestra vida diaria?
En el trabajo, ¿solo deseamos llegar a un puesto más alto, o más bien nos esforzamos en trabajar diligentemente para agradar al Señor y ser sus testigos? Solo así tendremos una actitud justa en el ejercicio de nuestra profesión.
En nuestro tiempo libre, ¿acomodamos esos momentos de mayor disponibilidad, dedicándolos a nuestras actividades favoritas, o sirviendo al Señor Jesús? El descanso es necesario, pero que nuestro deseo sea poner más tiempo a disposición del Señor.
En la familia, vivir para él es pensar en los demás. En vez de tener una actitud egoísta, podemos ayudarnos mutuamente, compartir las tareas de la vida cotidiana, como también las preocupaciones y las alegrías, pequeñas o grandes.
¿Queremos responder a nuestras aspiraciones personales, o consagrar nuestra vida al Señor? Jesús murió por nosotros, pero también resucitó, está vivo y desea llenar nuestra vida con su presencia.
Pablo escribió: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21)

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DIA 3  
Vestíos, pues... de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros. Colosenses 3:12-13

Hermosas relaciones entre creyentes
Toda la vida del Señor Jesús ilustra el versículo de hoy. Estas cualidades también deberían caracterizar las relaciones entre sí.
La misericordia: es responder con compasión a las necesidades de los demás. “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio”, dijo Jesús (Mateo 9:13).
La benignidad o bondad: es una actitud fraternal que busca el bien del prójimo. Si hemos “gustado la benignidad del Señor” (1 Pedro 2:3), esta caracterizará nuestras relaciones.
La humildad: solo Jesús fue “manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). Siempre tomó el último lugar. Y nosotros, ¿logramos olvidarnos de nosotros mismos?
La mansedumbre: es el carácter del que no insiste sobre sus derechos, incluso cuando es acusado injustamente. ¡Es el mejor antídoto contra las contiendas!
La paciencia: Dios es paciente para con todos los hombres, “no queriendo  que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). El que es paciente deposita su confianza en el Señor y sabe esperar.
Soportarse: somos muy diferentes los unos de los otros. Cada uno tiene su propio carácter, sus puntos fuertes y sus puntos débiles. ¡Aceptemos con humildad nuestras diferencias!
Perdonar: estemos dispuestos a perdonar de todo corazón, en todo tiempo y a todos, “como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).

DIA 4 
No oí la voz de los que me instruían, y a los que me enseñaban no incliné mi oído. Proverbios 5:13

No menosprecies, hijo mío, el castigo del Señor, ni te fatigues de su corrección. Proverbios 3:11

La autodestrucción
Nos llama la atención la incapacidad del hombre para liberarse de lo que es nocivo para él. A muchos les gusta lo que los destruye. Todos conocemos los serios daños que causa a la salud el consumo de tabaco, el alcohol, la droga y todo tipo de excesos. Pero uno no quiere, o no puede, abandonar aquello que primeramente es un placer y pronto se convierte en una esclavitud. A menudo los consejos no sirven de nada.
¡Lo que es cierto en el campo físico, también lo es en lo espiritual! Al hacer el mal, nos hacemos mal y nos destruimos a nosotros mismos. La Palabra de Dios deja bien claras las inclinaciones obstinadas de nuestra naturaleza, junto a nuestra incapacidad para liberarnos de ellas. El profeta Jeremías dijo: “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante” (Jeremías 7:24).
Negarse a escuchar a Dios, a ir a él para aceptar la liberación que ofrece, conduce a la muerte eterna. Dios nos invita a escucharle y a recibir sencillamente lo que nos dice, para nuestra felicidad presente y eterna.
“Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan” (Lucas 11:28).
“Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado” (Romanos 10:11).
“Venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma” (Isaías 55:3).
DIA 5 
No oí la voz de los que me instruían, y a los que me enseñaban no incliné mi oído. Proverbios 5:13
No menosprecies, hijo mío, el castigo del Señor, ni te fatigues de su corrección. Proverbios 3:11

La autodestrucción
Nos llama la atención la incapacidad del hombre para liberarse de lo que es nocivo para él. A muchos les gusta lo que los destruye. Todos conocemos los serios daños que causa a la salud el consumo de tabaco, el alcohol, la droga y todo tipo de excesos. Pero uno no quiere, o no puede, abandonar aquello que primeramente es un placer y pronto se convierte en una esclavitud. A menudo los consejos no sirven de nada.
¡Lo que es cierto en el campo físico, también lo es en lo espiritual! Al hacer el mal, nos hacemos mal y nos destruimos a nosotros mismos. La Palabra de Dios deja bien claras las inclinaciones obstinadas de nuestra naturaleza, junto a nuestra incapacidad para liberarnos de ellas. El profeta Jeremías dijo: “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante” (Jeremías 7:24).
Negarse a escuchar a Dios, a ir a él para aceptar la liberación que ofrece, conduce a la muerte eterna. Dios nos invita a escucharle y a recibir sencillamente lo que nos dice, para nuestra felicidad presente y eterna.
“Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan” (Lucas 11:28).
“Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado” (Romanos 10:11).
“Venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma” (Isaías 55:3).




Generosidad, Respuestas Biblicas, Libertad Ilusoria, Buenos días. Devocionales Nov 2017


Año de la Restauración



Noviembre : Generosidad

En los Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su diario escriben:

Nombre o Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica.


DIA 1 Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Salmo 119:105
Respuestas bíblicas (1)
¿Cómo saber más sobre la vida eterna?
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).
¿Qué dice la Biblia acerca del más allá?
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
¿Qué se debe hacer para escapar del juicio?
“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31).
¿Bastan las buenas obras para obtener la vida eterna?
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...” (Tito 3:5).
¿Se puede estar seguro de tener la vida eterna?
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).
¿Acepta Dios a cualquiera, sin tener en cuenta su pasado?
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
“Al que a mí viene, no le hecho fuera” (Juan 6:37).
DIA 2  Generosidad

En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
1 Juan 3:16-17
El buen samaritano
Lucas 10:29-37

Un hombre preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29). Jesús le respondió mediante una parábola: un hombre cayó en manos de ladrones, los cuales lo dejaron gravemente herido al borde del camino. Por allí pasó primero un sacerdote, y luego un levita, pero ambos continuaron su camino sin hacer nada para ayudarle. Un hombre de Samaria, despreciado por los judíos, pasó por el mismo lugar. Y viendo al herido, tuvo compasión de él, lo curó, lo llevó a un albergue, lo dejó en manos del mesonero y pagó todos los gastos.
Entonces Jesús preguntó quién había sido el “prójimo” del hombre herido. De esta manera puso a su interlocutor, no en la posición del benefactor, sino en la del pobre que depende de los cuidados de un extranjero despreciado. El hombre reconoció claramente que el prójimo era el samaritano. Jesús concluyó diciendo: “Ve, y haz tú lo mismo” (Lucas 10:37).
El herido representa al hombre maltratado por Satanás, quien abandona a sus víctimas. Los hombres religiosos no pueden hacer nada por él. Este samaritano es una figura de Jesús, quien se compadece de cada ser humano. Se encarga de él y lo salva por la eternidad.
La conclusión es importante: para ayudar a los demás eficazmente, hay que empezar por ser uno mismo el objeto de los cuidados de Jesús. Tenemos que conocerle como nuestro Salvador. Solo entonces, Jesús puede invitarnos a actuar como él.

Tarea en Familia:    Compartan este devocional en familia y realicen un acto de generosidad.
DIA 3  

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres.
Gálatas 5:1
Libertad ilusoria
La libertad es una noción apreciada por todo ser humano. El diccionario la define como la facultad de actuar sin obligación por parte del prójimo. Para que la vida en sociedad sea posible, la libertad no elimina todas las obligaciones. No se trata de hacer todo lo que uno quiera, sin ningún límite o restricción. Sin embargo, el que reclama la libertad quiere vivir con el mínimo de obligaciones posibles, y como él quiere. En consecuencia las exigencias establecidas por Dios para el bien del hombre son ignoradas o rechazadas.
Algunas personas incluso llegan a pensar que para ser verdaderamente libres, no hay que preocuparse por las leyes de Dios. Debido a esta pretendida libertad, ¡cuántos problemas hay en las familias, las parejas y la sociedad! El individuo que camina sin Dios es efectivamente esclavo de sí mismo, de sus deseos, de sus codicias. Así, en vez de ser libre, se halla en una situación de esclavitud y de rebelión que la Biblia llama “pecado”.
¿Quién puede librarnos de esta terrible condición? Jesucristo vino a liberar a los que están atados por las cadenas del pecado, para darles la libertad. El precio fue pagado mediante su muerte en la cruz. Jesús también nos liberó del poder del pecado y del juicio de Dios.
Todavía hoy quiere hacerlo por usted: “Así que, si el Hijo (de Dios) os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36), libres del pecado para vivir la vida de Jesús desde hoy.

DIA 4 
He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia... estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre... Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:11-13
Buenos días, ¿cómo está?
Cuando hacemos esta pregunta trivial, recibimos respuestas muy variadas:
–¡Muy bien, con este hermoso tiempo!
–¡Estupendamente, estoy de vacaciones!
–¡Fenomenal, acabo de aprobar el examen!
–¿Cómo quiere que esté, con este día tan lluvioso?
–El lunes por la mañana siempre estoy desanimado, pero estaré mejor el viernes.
–¡Me siento mal, tengo una migraña!
Estas respuestas demuestran que nuestro estado de ánimo depende de las circunstancias. Todo el mundo está de mejor humor cuando el sol brilla. La mayoría de nosotros espera con impaciencia el fin de semana para poder descansar. ¿No es posible, pues, ser feliz incluso un lluvioso lunes en la mañana, o un día cualquiera, sin un acontecimiento particular que nos alegre?
Escuchemos a un hombre feliz, a Pablo, quien escribió desde una cárcel romana: “He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11). ¿Cuál era el secreto que permitía al apóstol expresarse así? Se resume en una frase: “Para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21).
Cristianos, tenemos una razón para vivir felices, un Salvador que puede iluminar nuestros días más ordinarios. Nos amó hasta dar su vida por nosotros. Nada ni nadie puede separarnos de su amor (Romanos 8:35). Pronto estaremos con él para siempre (Juan 14:3). Pidámosle que nos enseñe esta gran lección conocida por Pablo: “He aprendido a contentarme”.

DIA 5  Señor, tú eres mi Dios... Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor.
Isaías 25:1, 4
Fiel es Dios.
1 Corintios 10:13
Cuando todo va mal
«Cuando todo va bien, podemos decir: Gracias a Dios. Pero cuando todo va mal, ¿qué podemos decir?». Esta era la pregunta que se hacía una cristiana en su cama en el hospital. Y quizá también sea la nuestra cuando pasamos por dificultades en nuestra vida.
Para enseñarnos y animarnos, la Biblia nos muestra algunos ejemplos de creyentes que pasaron por grandes pruebas.
Jacob, en un momento de su vida, cuando las dificultades se acumularon, exclamó: “Contra mí son todas estas cosas” (Génesis 42:36). Sin embargo, al final declaró que Dios había cuidado de él, que lo había guardado y librado de todo mal (Génesis 48:3, 15).
Job también fue especialmente probado por la pérdida de sus bienes, de sus hijos, y por la enfermedad. En medio de un inmenso sufrimiento físico y moral, llegó a lamentar haber venido al mundo y deseó la muerte (Job 3:1). Pero más tarde se dio cuenta de que había aprendido a conocerse a sí mismo y a conocer mejor a Dios (Job 42:2-6).
El apóstol Pablo suplicó a Dios que lo liberase de un aguijón que lo atormentaba. Y esta fue la respuesta divina: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9).
Estos ejemplos nos muestran que la tierra es un lugar de aprendizaje. Dios quiere instruirnos para acercarnos a él. No abandona a nadie en medio de los sufrimientos; él “es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11).
“Confiad en el Señor perpetuamente” (Isaías 26:4).




Generosidad, el desierto Florecerá, devocional Nov 2017


Año de la Restauración



Noviembre : Generosidad

En los Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su diario escriben:

Nombre o Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica.


DIA 1 Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; 1 Reyes 8:23

DIA 2  Generosidad

La voz de Dios nos habla a través de su palabra. En la Biblia podemos encontrar los siguientes versículosque hablan acerca de la generosidad:
  • “Bien le va al que presta con generosidad, y maneja sus negocios con justicia.” Salmos 112:5
  • “El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado.” Proverbios 11:25
  • “Hagan el bien, sean ricos en buenas obras y generosidad, dispuestos a compartir lo que tienen.” 1 Timoteo 6:18
  • “No seas mezquino sino generoso, y así el Señor tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que emprendas.” Deuteronomio 15:10
  • “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.” Santiago 1:5
  • “Cuando le des a alguien que pasa necesidad, no hagas lo que hacen los hipócritas que tocan la trompeta en las sinagogas y en las calles para llamar la atención a sus actos de caridad. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa. Pero tú, cuando le des a alguien que pasa necesidad, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Entrega tu ayuda en privado, y tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.” Mateo 6:2-4
Sé generoso con tu prójimo así como Dios ha sido generoso contigo. Estos versículos sobre la generosidad en la Biblia nos muestran la perspectiva de Dios acerca del tema.

Tarea en Familia:    Cuál de estos versículos les llamó más la atención y porque?
DIA 3  

El Señor... consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto del Señor. Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Isaías 51:3; 35:1

El desierto florecerá
Los que conocen los desiertos saben de qué manera prodigiosa un desierto puede cambiar de aspecto después de una lluvia. A primera vista no hay nada que pueda crecer en el suelo árido y ardiente, pero en algunos días la vegetación surge, luego las flores se abren y la vida animal reaparece. Pero rápidamente el desierto vuelve a su estado inicial.
Hay muchas personas que sienten que su corazón y su vida están tan secos como un desierto. Después de las noches frías llegan los días ardientes y nada parece poder interrumpir ese ciclo de esperanzas frustradas y sufrimientos escondidos. ¡Sin embargo todavía hay esperanza! Hace varios milenios el profeta Isaías dijo que Dios podía hacer florecer el desierto de forma permanente. Su declaración es una promesa maravillosa para todos, en todo lugar y en todo tiempo. Los corazones vacíos, esos desiertos en los que Dios está ausente, pueden convertirse en tierras fértiles. Desea derramar lluvias de bendición en los terrenos más secos y cambiar la existencia más árida en una abundancia de colores y aromas. ¡Donde todo parecía muerto, donde faltaba el agua, la vida abundante puede reinar!
Si usted tiene el corazón vacío, si vive sin Dios, si no ha permitido que Jesús reine en su corazón, su vida es un desierto. Pero si se acerca a Aquel que le ama, si acepta el sacrificio de Jesús en su favor, si abre su corazón a su presencia, su desierto florecerá. ¡Estará saciado, no solo por un momento, sino durante toda su vida y por toda la eternidad!

DIA 4 
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Salmo 42:2
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti.
Salmo 63:1
El Dios vivo
Tener “sed de Dios”. ¡Qué intensa necesidad; qué sorprendente expresión! Es la necesidad que hay en lo más profundo del corazón de cada uno de nosotros. Pero, ¿de qué Dios tenemos sed? ¡Del Dios vivo! Este no es solo un Dios que existe, sino el Dios que da la vida, que habla y escucha; es el Dios que actúa en la historia de los hombres y en nuestra propia historia. No es un Dios lejano que no se interesa en los hombres, sino un Dios muy cercano que se revela a la fe.
Orar a Dios como al Dios viviente es reconocer que tiene el poder de liberarnos del miedo y del mal. También es tomar conciencia de que él conoce todo lo que hacemos e incluso lo que pensamos. ¡No podemos esconderle nada!
Pensar en el Dios vivo puede atemorizar al que no está en regla con él, e incluso aterrorizarlo. ¡Pero qué fuente de paz y de confianza para el que va a Dios por medio de la fe! Dios se revela de una manera tan real, tan profunda, que la expresión “Dios viviente” viene a los labios del creyente cuando expresa su ardiente deseo de comunión con su Dios (Salmos 42 y 84).
Cuando por la fe experimentamos la presencia de Dios, nos inclinamos con respeto y amor, cautivados por su grandeza.
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía” (Salmo 42:1).
“Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios del Señor; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Salmo 84:2).

DIA 5  Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo.
1 Pedro 1:18-19
¿Qué podemos llevar al cielo?
Se dice que el dinero gobierna el mundo. Pero su valor se limita a la corta duración de la vida terrenal; e incluso en la tierra no puede hacerlo todo ni darlo todo. El dinero y el oro no tienen valor en el más allá.
Cuando viajamos al extranjero, al pasar la frontera podemos cambiar nuestro dinero por la moneda local. Pero cuando usted pase la frontera del tiempo para entrar en la eternidad, no podrá llevar nada consigo: ni sus bienes materiales, ni su reputación, ni sus títulos, ni sus méritos. “Nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”, afirma la Biblia, la Palabra de Dios (1 Timoteo 6:7). El patriarca Job dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá” (Job 1:21).
Esto significa que el hombre pasa a la eternidad con las manos vacías. O más bien, lo único que puede llevar al más allá, si no buscó y halló el perdón de Dios, son sus pecados. Tal como es debe comparecer ante Dios, quien es el “Juez de todos” (Hebreos 12:23). Jesús hizo esta pregunta: “¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26). Mucha gente ha vendido su alma por dinero, pero, inversamente, para rescatar un alma del poder de Satanás y del pecado, el oro y el dinero no tienen valor alguno.
La Biblia nos enseña que el único rescate que Dios acepta es la preciosa sangre de Cristo, derramada para salvar a los que creen en él.
“Cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios...” (Apocalipsis 5:9).






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