Año de la
Restauración
Noviembre
: Generosidad
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En los
Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de
la guía devocional. Los niños en su diario escriben:
Nombre o
Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica.
DIA 1 Lámpara es a mis
pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Salmo 119:105
Respuestas bíblicas (1)
¿Cómo saber más
sobre la vida eterna?
“Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y
ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).
¿Qué dice la Biblia
acerca del más allá?
“Y de la manera que
está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto
el juicio” (Hebreos 9:27).
¿Qué se debe hacer
para escapar del juicio?
“Cree en el Señor
Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31).
¿Bastan las buenas
obras para obtener la vida eterna?
“Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
“Nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...”
(Tito 3:5).
¿Se puede estar
seguro de tener la vida eterna?
“Estas cosas os he
escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis
que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).
¿Acepta Dios a
cualquiera, sin tener en cuenta su pasado?
“Mas Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros” (Romanos 5:8).
“Al que a mí viene,
no le hecho fuera” (Juan 6:37).
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DIA 2 Generosidad
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros;
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que
tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra
él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
1 Juan 3:16-17
El buen samaritano
Lucas 10:29-37
Un hombre preguntó a
Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29). Jesús le respondió mediante
una parábola: un hombre cayó en manos de ladrones, los cuales lo dejaron
gravemente herido al borde del camino. Por allí pasó primero un sacerdote, y
luego un levita, pero ambos continuaron su camino sin hacer nada para
ayudarle. Un hombre de Samaria, despreciado por los judíos, pasó por el mismo
lugar. Y viendo al herido, tuvo compasión de él, lo curó, lo llevó a un
albergue, lo dejó en manos del mesonero y pagó todos los gastos.
Entonces Jesús
preguntó quién había sido el “prójimo” del hombre herido. De esta manera puso
a su interlocutor, no en la posición del benefactor, sino en la del pobre que
depende de los cuidados de un extranjero despreciado. El hombre reconoció
claramente que el prójimo era el samaritano. Jesús concluyó diciendo: “Ve, y
haz tú lo mismo” (Lucas 10:37).
El herido representa
al hombre maltratado por Satanás, quien abandona a sus víctimas. Los hombres
religiosos no pueden hacer nada por él. Este samaritano es una figura de
Jesús, quien se compadece de cada ser humano. Se encarga de él y lo salva por
la eternidad.
La conclusión es
importante: para ayudar a los demás eficazmente, hay que empezar por ser uno
mismo el objeto de los cuidados de Jesús. Tenemos que conocerle como nuestro
Salvador. Solo entonces, Jesús puede invitarnos a actuar como él.
Tarea en
Familia: Compartan este
devocional en familia y realicen un acto de generosidad.
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DIA 3
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres.
Gálatas 5:1
Libertad ilusoria
La libertad es una
noción apreciada por todo ser humano. El diccionario la define como la
facultad de actuar sin obligación por parte del prójimo. Para que la vida en
sociedad sea posible, la libertad no elimina todas las obligaciones. No se
trata de hacer todo lo que uno quiera, sin ningún límite o restricción. Sin
embargo, el que reclama la libertad quiere vivir con el mínimo de
obligaciones posibles, y como él quiere. En consecuencia las exigencias
establecidas por Dios para el bien del hombre son ignoradas o rechazadas.
Algunas personas
incluso llegan a pensar que para ser verdaderamente libres, no hay que
preocuparse por las leyes de Dios. Debido a esta pretendida libertad,
¡cuántos problemas hay en las familias, las parejas y la sociedad! El
individuo que camina sin Dios es efectivamente esclavo de sí mismo, de sus
deseos, de sus codicias. Así, en vez de ser libre, se halla en una situación
de esclavitud y de rebelión que la Biblia llama “pecado”.
¿Quién puede
librarnos de esta terrible condición? Jesucristo vino a liberar a los que
están atados por las cadenas del pecado, para darles la libertad. El precio
fue pagado mediante su muerte en la cruz. Jesús también nos liberó del poder
del pecado y del juicio de Dios.
Todavía hoy quiere
hacerlo por usted: “Así que, si el Hijo (de Dios) os libertare, seréis
verdaderamente libres” (Juan 8:36), libres del pecado para vivir la vida de
Jesús desde hoy.
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DIA
4
He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia... estoy enseñado, así para estar saciado
como para tener hambre... Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:11-13
Buenos días, ¿cómo está?
Cuando hacemos esta
pregunta trivial, recibimos respuestas muy variadas:
–¡Muy bien, con este
hermoso tiempo!
–¡Estupendamente,
estoy de vacaciones!
–¡Fenomenal, acabo
de aprobar el examen!
–¿Cómo quiere que
esté, con este día tan lluvioso?
–El lunes por la
mañana siempre estoy desanimado, pero estaré mejor el viernes.
–¡Me siento mal,
tengo una migraña!
Estas respuestas
demuestran que nuestro estado de ánimo depende de las circunstancias. Todo el
mundo está de mejor humor cuando el sol brilla. La mayoría de nosotros espera
con impaciencia el fin de semana para poder descansar. ¿No es posible, pues,
ser feliz incluso un lluvioso lunes en la mañana, o un día cualquiera, sin un
acontecimiento particular que nos alegre?
Escuchemos a un
hombre feliz, a Pablo, quien escribió desde una cárcel romana: “He aprendido
a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11). ¿Cuál era
el secreto que permitía al apóstol expresarse así? Se resume en una frase:
“Para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21).
Cristianos, tenemos
una razón para vivir felices, un Salvador que puede iluminar nuestros días
más ordinarios. Nos amó hasta dar su vida por nosotros. Nada ni nadie puede
separarnos de su amor (Romanos 8:35). Pronto estaremos con él para siempre
(Juan 14:3). Pidámosle que nos enseñe esta gran lección conocida por Pablo:
“He aprendido a contentarme”.
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DIA 5 Señor, tú eres mi
Dios... Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su
aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor.
Isaías 25:1, 4
Fiel es Dios.
1 Corintios 10:13
Cuando todo va mal
«Cuando todo va
bien, podemos decir: Gracias a Dios. Pero cuando todo va mal, ¿qué podemos
decir?». Esta era la pregunta que se hacía una cristiana en su cama en el
hospital. Y quizá también sea la nuestra cuando pasamos por dificultades en
nuestra vida.
Para enseñarnos y
animarnos, la Biblia nos muestra algunos ejemplos de creyentes que pasaron
por grandes pruebas.
Jacob, en un momento
de su vida, cuando las dificultades se acumularon, exclamó: “Contra mí son
todas estas cosas” (Génesis 42:36). Sin embargo, al final declaró que Dios
había cuidado de él, que lo había guardado y librado de todo mal (Génesis
48:3, 15).
Job también fue
especialmente probado por la pérdida de sus bienes, de sus hijos, y por la
enfermedad. En medio de un inmenso sufrimiento físico y moral, llegó a
lamentar haber venido al mundo y deseó la muerte (Job 3:1). Pero más tarde se
dio cuenta de que había aprendido a conocerse a sí mismo y a conocer mejor a
Dios (Job 42:2-6).
El apóstol Pablo
suplicó a Dios que lo liberase de un aguijón que lo atormentaba. Y esta fue
la respuesta divina: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad” (2 Corintios 12:9).
Estos ejemplos nos
muestran que la tierra es un lugar de aprendizaje. Dios quiere instruirnos
para acercarnos a él. No abandona a nadie en medio de los sufrimientos; él
“es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11).
“Confiad en el Señor
perpetuamente” (Isaías 26:4).
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