Año de la
Restauración
Noviembre
: Generosidad
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En los
Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de
la guía devocional. Los niños en su diario escriben:
Nombre o
Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica.
DIA 1 Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en
los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a
tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; 1 Reyes
8:23
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DIA 2 Generosidad
La voz
de Dios nos habla a través de su palabra. En la Biblia podemos
encontrar los siguientes versículosque hablan acerca de la generosidad:
Sé
generoso con tu prójimo así como Dios ha sido generoso contigo. Estos
versículos sobre la generosidad en la Biblia nos
muestran la perspectiva de Dios acerca del tema.
Tarea en
Familia: Cuál de estos versículos
les llamó más la atención y porque?
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DIA 3
El Señor... consolará todas sus soledades, y
cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto del Señor. Se
alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la
rosa. Isaías
51:3; 35:1
El desierto florecerá
Los que conocen los desiertos
saben de qué manera prodigiosa un desierto puede cambiar de aspecto después
de una lluvia. A primera vista no hay nada que pueda crecer en el suelo árido
y ardiente, pero en algunos días la vegetación surge, luego las flores se
abren y la vida animal reaparece. Pero rápidamente el desierto vuelve a su
estado inicial.
Hay muchas personas que sienten
que su corazón y su vida están tan secos como un desierto. Después de las
noches frías llegan los días ardientes y nada parece poder interrumpir ese ciclo
de esperanzas frustradas y sufrimientos escondidos. ¡Sin embargo todavía hay
esperanza! Hace varios milenios el profeta Isaías dijo que Dios podía hacer
florecer el desierto de forma permanente. Su declaración es una promesa
maravillosa para todos, en todo lugar y en todo tiempo. Los corazones vacíos,
esos desiertos en los que Dios está ausente, pueden convertirse en tierras
fértiles. Desea derramar lluvias de bendición en los terrenos más secos y
cambiar la existencia más árida en una abundancia de colores y aromas. ¡Donde
todo parecía muerto, donde faltaba el agua, la vida abundante puede reinar!
Si usted tiene el corazón vacío,
si vive sin Dios, si no ha permitido que Jesús reine en su corazón, su vida
es un desierto. Pero si se acerca a Aquel que le ama, si acepta el sacrificio
de Jesús en su favor, si abre su corazón a su presencia, su desierto
florecerá. ¡Estará saciado, no solo por un momento, sino durante toda su vida
y por toda la eternidad!
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DIA
4
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo
vendré, y me presentaré delante de Dios?
Salmo 42:2
Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi
alma tiene sed de ti.
Salmo 63:1
El Dios vivo
Tener “sed de Dios”. ¡Qué intensa
necesidad; qué sorprendente expresión! Es la necesidad que hay en lo más profundo
del corazón de cada uno de nosotros. Pero, ¿de qué Dios tenemos sed? ¡Del
Dios vivo! Este no es solo un Dios que existe, sino el Dios que da la vida,
que habla y escucha; es el Dios que actúa en la historia de los hombres y en
nuestra propia historia. No es un Dios lejano que no se interesa en los
hombres, sino un Dios muy cercano que se revela a la fe.
Orar a Dios como al Dios viviente
es reconocer que tiene el poder de liberarnos del miedo y del mal. También es
tomar conciencia de que él conoce todo lo que hacemos e incluso lo que
pensamos. ¡No podemos esconderle nada!
Pensar en el Dios vivo puede
atemorizar al que no está en regla con él, e incluso aterrorizarlo. ¡Pero qué
fuente de paz y de confianza para el que va a Dios por medio de la fe! Dios
se revela de una manera tan real, tan profunda, que la expresión “Dios
viviente” viene a los labios del creyente cuando expresa su ardiente deseo de
comunión con su Dios (Salmos 42 y 84).
Cuando por la fe experimentamos la
presencia de Dios, nos inclinamos con respeto y amor, cautivados por su
grandeza.
“Como el ciervo brama por las
corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía” (Salmo
42:1).
“Anhela mi alma y aun
ardientemente desea los atrios del Señor; mi corazón y mi carne cantan al
Dios vivo” (Salmo 84:2).
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DIA
5
Fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros
padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo.
1 Pedro 1:18-19
¿Qué podemos llevar al cielo?
Se dice que el dinero gobierna el
mundo. Pero su valor se limita a la corta duración de la vida terrenal; e
incluso en la tierra no puede hacerlo todo ni darlo todo. El dinero y el oro
no tienen valor en el más allá.
Cuando viajamos al extranjero, al
pasar la frontera podemos cambiar nuestro dinero por la moneda local. Pero
cuando usted pase la frontera del tiempo para entrar en la eternidad, no
podrá llevar nada consigo: ni sus bienes materiales, ni su reputación, ni sus
títulos, ni sus méritos. “Nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada
podremos sacar”, afirma la Biblia, la Palabra de Dios (1 Timoteo 6:7). El
patriarca Job dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré
allá” (Job 1:21).
Esto significa que el hombre pasa
a la eternidad con las manos vacías. O más bien, lo único que puede llevar al
más allá, si no buscó y halló el perdón de Dios, son sus pecados. Tal como es
debe comparecer ante Dios, quien es el “Juez de todos” (Hebreos 12:23). Jesús
hizo esta pregunta: “¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo
16:26). Mucha gente ha vendido su alma por dinero, pero, inversamente, para
rescatar un alma del poder de Satanás y del pecado, el oro y el dinero no
tienen valor alguno.
La Biblia nos enseña que el único
rescate que Dios acepta es la preciosa sangre de Cristo, derramada para
salvar a los que creen en él.
“Cantaban un nuevo cántico,
diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú
fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios...” (Apocalipsis
5:9).
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