Verso para Memorizar de mes:
En realidad, sin
fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene
que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Hebreos 11:6 NVI
Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Titulo de Devocional, Cita Bíblica, 1. la
reflexión y 2. Aplicación para su vida. (Personal)
Día 1 Tarea
en Familia: Este devocional debe ser copiado completo o un buen resumen en el
cuaderno y leer en FAMILIA. LOS PADRES DEBEN FORMAR EL CUADERNO DEVOCIONAL
EL AMOR NO ES EGOÍSTA
Amaos los unos
a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a
los otros. (Romanos 12:10)
La cultura que nos rodea nos enseña a concentrarnos en nuestra apariencia, nuestros sentimientos y nuestros deseos personales como si fueran la prioridad fundamental, pensar solo, solo en mi eso es egoísmo.
Pareciera que el objetivo es buscar
el mayor nivel de felicidad que sea posible como sea posible y sin importar
el prójimo. Sin embargo, el peligro de este modo de pensar se hace
dolorosamente evidente cuando se está dentro de la familia. Si hay una palabra que signifique en
esencia lo opuesto al amor, es egoísmo. El origen de casi todo acto
pecaminoso que se haya cometido puede encontrarse en una motivación egoísta.
Es un rasgo que detestamos en las demás personas pero que justificamos en
nuestro caso. Un aspecto irónico del egoísmo es que aún los actos de
generosidad pueden ser egoístas si la motivación es jactarse o recibir una
recompensa. Si haces algo bueno para manipular en forma deshonesta a alguien
y en especial a los miembros de tu familia, sigues siendo egoísta. En pocas
palabras, o tomas decisiones y acciónes por amor a los demás o por amor a ti
mismo?
El desafío:
Realizar actos que demuestren que te
interesa tu familia y sin egoísmo, Ejemplo: dejar de ver un programa de
televisión para hablar con tus padres y viceversa, compartir tiempo de juego con tus hermanos, los padres pueden buscar
espacios de actividades con sus hijos, puede ser también dejar de culpar al
otro y reconocer las responsabilidades, no tratar al otro con malas palabras.
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Día 2
Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al
instante su lepra desapareció.
Mateo 8:3
Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también
ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has
amado desde antes de la fundación del mundo.
Juan 17:24
La voluntad de Jesucristo
Al leer los
evangelios nos sorprende ver que la preocupación constante de Jesucristo era
hacer la voluntad de Dios su Padre. Lo repite especialmente en tres capítulos
del evangelio según Juan (cap. 4:34; 5:30; 6:38). La comunión entre Dios el
Padre y Dios el Hijo era perfecta, tenían el mismo pensamiento. Sin embargo,
la posición de hombre que Jesús había aceptado al venir a la tierra hizo que
siempre tomase una posición de humildad y pusiera en primer lugar los
derechos de Dios.
Solo dos veces
(versículos arriba citados) expresó una voluntad personal, y lo hizo sobre
temas que llenan de agradecimiento al creyente. La primera vez dijo a un
hombre que tenía una enfermedad incurable: “Quiero; sé limpio”. Al momento lo
tocó e hizo un milagro. En el ámbito espiritual, este episodio nos muestra la
razón por la cual Jesús descendió del cielo: curar el alma de todos los que
lo aceptan, y esto en pleno acuerdo con Dios, “el cual quiere que todos los
hombres sean salvos” (1 Timoteo 2:4).
El segundo caso
en el que Jesús dijo: “quiero”, fue al hablar de los suyos, es decir, de
todos los que iban a creer en él y a obtener así la salvación de su alma. En
una oración a su Padre expresó su deseo de compartir con los suyos su gloria
eterna en el cielo.
El creyente puede
adorar sabiendo que Jesús quiso salvarlo y llevarlo a la casa de su Padre,
para vivir allí toda la eternidad llena de felicidad.
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Día 3
Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en
mi boca.
Salmo 34:1
Señor, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has
hecho maravillas.
Isaías 25:1
La alabanza
«Si usted diese
gracias a Dios por todas las alegrías que recibe, no le quedaría tiempo para
quejarse».
«En vez de gemir
o lamentarnos, cantemos las alabanzas y la bondad de Dios, nuestro Padre,
manteniendo la confianza en su amor».
«La alabanza
viene del corazón y no puede ser creada por reglas religiosas, sino
únicamente por algo gratuito que viene de Dios. Es prueba de un verdadero
conocimiento de Dios, de una relación viva con él. Si no es así, no se puede
hablar de alabanza, sino simplemente de un rito religioso».
«Es una buena
costumbre empezar cada oración agradeciendo y alabando a Dios. Al dar gracias
nos alegramos por lo que hemos recibido, y alabando nos gozamos por el
Dador».
«La alabanza que
brota en medio del dolor no enmascara la verdadera situación, sino que nos
hace capaces de verla y afrontarla».
«La alabanza es
el gozo de que haya alguien más grande que nosotros que nos ama
ilimitadamente... Todo hombre es llamado a esta alabanza que se maravilla
ante el misterio de Dios, ante la belleza y la fuerza del Evangelio...».
“Ofrezcamos
siempre a Dios, por medio de él (de Cristo), sacrificio de alabanza” (Hebreos
13:15).
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Día 4
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá? Yo el Señor... que pruebo el corazón.
Jeremías 17:9-10
Todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,
dice el Señor; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de
su pecado.
Jeremías 31:34
¡Tiene que haber un cambio!
Muchos piensan
que los principales problemas de la humanidad son de tipo político,
económico, ecológico o social. Sin embargo, imagínese por un momento el mundo
sin egoísmo y sin mentira, donde cada uno ponga en práctica las enseñanzas de
Cristo, ame a su prójimo como a sí mismo y haga a los demás lo que le
gustaría que le hiciesen a él... ¡Al mismo tiempo se solucionarían muchos
conflictos, grandes o pequeños! En las familias reinaría la felicidad, no
existirían los conflictos sociales, habría paz entre las naciones y reinaría
la fraternidad universal.
El problema del
mundo es ante todo un problema moral. Lo primero que debe
cambiar no son las condiciones de vida del hombre, sino el mismo hombre. ¡De
su “corazón” saldrá el cambio que tanto anhela! Pero no solo del corazón del
vecino, jefe, cónyuge, hijos, sino el cambio de mi propio corazón... ¡y del
suyo!
Aceptemos
humildemente que es imposible reformar la esencia de nuestra propia
naturaleza. Por mucho que digamos que el ser humano es capaz de lo mejor como
de lo peor, al final no sabe hacer otra cosa que estropearlo todo debido a su
orgullo, egoísmo y falta de rectitud.
¡Pero Dios ofrece
una nueva naturaleza: una vida en Cristo Jesús que podemos recibir mediante
la fe en él! ¿Quiere creer en él? ¡Este será el principio del cambio!
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Día 5 EL AMOR NO
ES EGOISTA, Retroalimentación del Desafío de la semana.
¿Cómo te fue con
tu actividad semanal?
“Nada hagáis por egoísmo o por
vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al
otro como más importante que a sí mismo” (Filipenses 2:3).
Así que decide ser el primero en
demostrarle el verdadero amor, con plena conciencia de lo que haces. Y al
final, las relaciones en familia serán mejores.
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Día 6
Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Jeremías 29:11
La esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió
desde antes del principio de los siglos.
Tito 1:2
No perder la esperanza
La búsqueda de la
felicidad es un motivo poderoso que orienta el corazón humano. Pero, ¿existe
una felicidad duradera en esta tierra? Dios da al hombre muchas alegrías,
especialmente esas alegrías sencillas de la vida, como el casamiento, el
nacimiento de un bebé, la belleza de la naturaleza... Pero los desastres, las
catástrofes, la violencia y todas las ruinas morales provocadas por lo que
Dios llama pecado, acarrean tristeza y miedo en este mundo. Abramos la
Biblia. Dios nos habla de felicidad: “Mis siervos cantarán por júbilo del
corazón” (Isaías 65:14). Esta felicidad no tiene límites, nadie puede
quitárnosla, pues es una felicidad que viene de Dios. ¿Cómo conocerla?
Recibiendo el Evangelio, la buena nueva que sigue siendo actual: Dios da una
nueva vida mediante la fe en Jesucristo, su Hijo. Como conoce las necesidades
más profundas del hombre, vino a ocuparse de él. ¡Él es amor, y por ello nos
ama a cada uno! “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros” (Santiago 4:8).
Este gozo que
Dios nos ofrece acompaña toda nuestra vida. En cuanto al pasado, permite que
seamos liberados de la culpabilidad (Salmo 32:5) y nos da la seguridad de ser
perdonados por Dios. En cuanto al presente, permite que nos deleitemos en una
feliz comunión con Dios. Las preocupaciones y los temores con respecto al
futuro son calmados mediante la certidumbre de que Dios nos conduce hacia un
final feliz, incluso si a veces el trayecto está jalonado por dificultades.
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