Año de la Restauración
Octubre : Unidad
Celebración mes de la Biblia
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En los
Colegios: Cada maestro transmite el
mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su diario escriben:
Nombre o Tema
del devocional.
Principal
Aprendizaje y como lo puede poner en práctica.
DIA 1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no
estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1
Sois estrechos en vuestro propio corazón... ensanchaos también vosotros. 2 Corintios 6:12-13
Lo que nos frena
Quizá tenga la
impresión de que lo que le frena en su vida cristiana son las condiciones de
vida, las obligaciones sociales y profesionales, o incluso sus limitaciones
físicas, su salud, sus capacidades. Esto puede ser cierto en algunos puntos,
y si puede remediarlo, al menos en parte, vale la pena hacerlo. El apóstol
Pablo escribió a los cristianos esclavos de Corinto: “Si puedes hacerte libre,
procúralo más” (1?Corintios 7:21).
Pero en cuanto a
esto, también hay una gran parte de ilusión, de la cual debemos ser
conscientes, de otra manera nunca disfrutaremos de una verdadera libertad.
¿Qué piensa de ello? Si toda obligación exterior desapareciera, ¿sería
suficiente para que usted encontrase la plena libertad a la que aspira?
En este ámbito, como
en muchos otros, nuestras dificultades tienen su origen no fuera de nosotros,
sino en nosotros. El problema está en nuestro propio corazón; ahí está el
origen de nuestra falta de libertad. Nuestro corazón es prisionero de su
egoísmo, de sus miedos y pasiones. Es él el que debe cambiar, dejándose
educar por Jesucristo. Pidámosle a Dios, quien ha hecho de nosotros sus
hijos, que abra nuestros corazones para que tomen consciencia de su amor y de
su gracia. Entonces nuestra mente será liberada de todo lo que nos carga y
nos frena. Tendremos una visión más abierta, más justa y más benevolente de
los demás, y quizá también más justa de nosotros mismos
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DIA 2 UNIDAD
!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es.
Habitar los hermanos juntos en armonía! Salmos 133:1
Tarea en
Familia: Compartir este devocional en familia.
Escribir una definición
acerca de la unidad.
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Día 3 Juan... mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de
Dios. Juan 1:35-36
A todo lo creado... oí decir: Al que está sentado en el trono, y al
Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de
los siglos.
Apocalipsis 5:13
Solo Dios es digno
de ser adorado
Antes de empezar su
ministerio, Jesús fue tentado por Satanás. Este lo incitó a que le rindiese
homenaje, pero la respuesta del Señor fue categórica: “Escrito está: Al Señor
tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mateo 4:10).
Cuando el apóstol
Juan quiso, en dos ocasiones, postrarse ante el ángel que le hablaba, este se
lo impidió: “Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo... Adora a Dios” (Apoc.
19:10).
Cuando Pablo y
Bernabé sanaron a un hombre enfermo de nacimiento, y la gente quiso honrarlos
como si fuesen dioses, ellos se lo prohibieron rotundamente.
Debemos adorar solo
a Dios. Aceptar o buscar el homenaje que solo se debe a Dios es puro orgullo,
es la “condenación del diablo” (1 Timoteo 3:6).
Cuando Jesús vivió
en la tierra, por ser el Hijo de Dios, en varias ocasiones los hombres le
rindieron homenaje:
–Un leproso sanado
se postró ante él (Lucas 17:16).
–Los discípulos le
rindieron homenaje cuando calmó la tempestad (Mateo 14:33).
–Un hombre ciego de
nacimiento y sanado por Jesús discernió en él al Hijo de Dios y lo adoró
(Juan 9:38).
–Cuando Jesús
resucitó y mostró sus heridas a Tomás, este exclamó: “¡Señor mío, y Dios
mío!” (Juan 20:28).
Jesús, hombre
“humilde de corazón” (Mateo 11:29), al mismo tiempo es Dios, el único digno
de recibir el honor y la adoración.
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DIA 4 (Jesús dijo a la mujer cananea:) No está bien tomar el pan de los hijos,
y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos
comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Mateo 15:26-27
Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Romanos 10:13
Jesús habla a las
mujeres (8) - “Grande es tu fe”
Mateo 15:21-28
“Saliendo Jesús de
allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea que
había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David,
ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
Pero Jesús no le respondió palabra” (Mateo 15:21-23).
El silencio de Jesús
no se debía a una falta de compasión, pues su actuación al final así lo
prueba. Él quería hacer brillar la fe de esta mujer y mostrar a sus
discípulos que su amor iba más allá de los límites de Israel.
Luego, Jesús empezó
a hablar con esta extranjera que lo reconocía como Señor. Fijémonos en la
humildad e inteligencia de esta madre. No se desanimó por un rechazo que
parecía despectivo. Su fe sobrepasó este obstáculo e inspiró sus respuestas.
Jesús no le reprochó nada y no juzgó su actitud ni impertinente ni demasiado
audaz. Al contrario: apreció la valentía de su fe y le dijo: “Oh mujer,
grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde
aquella hora” (v. 28).
Incluso antes de
comprobarlo, ella supo que su hija había sido sanada. “Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos
11:1).
Recordemos su
ejemplo. Un aparente silencio puede ser la preparación de una respuesta
divina inesperada.
El Señor responde a
nuestros más grandes anhelos, ¡pero a su tiempo!
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DIA 5 Salmo 31: 13-24
He oído cantidad de rumores sobre mí,
y el terror me rodea. Mis enemigos conspiran en mi contra, hacen planes para quitarme la vida.
14 Pero yo
confío en ti, oh Señor;
digo: «¡Tú eres mi Dios!». 15 Mi futuro está en tus manos; rescátame de los que me persiguen sin tregua. 16 Que tu favor brille sobre tu siervo; por causa de tu amor inagotable, rescátame. 17 No permitas que me avergüencen, oh Señor, pues a ti clamo por ayuda. Que los malvados pasen vergüenza, que queden callados en la tumba.[a] 18 Silencia sus labios mentirosos, esos labios orgullosos y arrogantes que acusan al justo.
19 Qué
grande es la bondad
que has reservado para los que te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección, y los bendices ante la mirada del mundo. 20 Los escondes en el refugio de tu presencia, a salvo de los que conspiran contra ellos. Los proteges en tu presencia, los alejas de las lenguas acusadoras.
21 Alaben
al Señor,
porque me ha mostrado las maravillas de su amor inagotable; me mantuvo a salvo cuando atacaban mi ciudad. 22 Lleno de pánico, clamé: «¡Me han separado del Señor!». Pero tú oíste que supliqué misericordia y respondiste a mi pedido de auxilio.
23 ¡Amen
al Señor todos los justos!
Pues el Señor protege a los que le son leales, pero castiga severamente a los arrogantes. 24 Así que, ¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el Señor! |
Día 6
El Señor es tu guardador. Salmo 121:5
No... se dormirá el que te guarda. Salmo 121:3
Un refugio seguro
Se cuenta que las
golondrinas habían construido un nido en la tienda del emperador Carlomagno
(742-814 d. C.) durante una campaña militar. En el momento de levantar el
campamento, el emperador ordenó que no moviesen la tienda hasta que los
pajarillos pudiesen volar. Nadie debía tocarlos, ni siquiera asustarlos. Nos
sorprende el cuidado que un jefe de guerra, que gobernó gran parte de Europa
Occidental y Central, prodigó a esos pájaros que se habían refugiado en su
tienda.
Quizás olvidamos que
Dios, mucho más poderoso que un emperador, cuida de todas sus criaturas,
incluso de las más vulnerables e insignificantes a los ojos de los hombres:
“Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus
polluelos” (Salmo 84:3). “Ni uno de ellos está olvidado delante de Dios”,
dijo Jesús, antes de añadir: “No temáis, pues” (Lucas 12:6-7).
Él proveyó todo lo
necesario para el hombre antes de colocarlo en la tierra; Él lo formó con sus
manos y conoce sus debilidades, descendió a la tierra para tener un encuentro
con él. Nos amó, fue despreciado y sufrió hasta dar su vida por nosotros.
¿Cómo no cuidará de aquellos que confían en él?
El rey David, una
figura de Jesucristo, dijo a Abiatar, quien había ido a refugiarse junto a
él: “Quédate conmigo, no temas... pues conmigo estarás a salvo” (1 Samuel
22:23).
¡Qué paz, que
tranquilidad para aquel que depositó su confianza en Dios y se abandona a sus
tiernos cuidados!
“No hay santo como
el Señor; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro”
(1 Samuel 2:2).
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