Abril Celebración del Fundador
Recordando las palabras de la presidenta de CDA-CONVIVENTIA Abril 2013
Desde la primera mirada compasiva ante la necesidad de un hermano, el primer apretón de mano para levantarle o la primera sopita caliente en medio del frío estremecedor de la madrugada sabanera, o el primer salón de clase que albergo nuestro niños, la nuestra, la de CDA es una historia de convicción, de obediencia, de fe, de amor.
Convicción en el poder transformador de la Palabra, convicción en la capacidad humana de percibir y comprender el amor, a través del abrazo compasivo, del servicio fraterno, y sincero, Convicción en que haciendo mucho o poco, según nuestras capacidades, podemos transformar nuestro entorno, convicción de que una gran maratón siempre empieza con un pequeño paso, y convicción en que no debemos esperar a que otro haga lo que está en nuestras manos hacer.
Porque no se trata solo de creer en Dios, sino también de creerle a Dios. De allí el hermoso nombre que cobijo desde un inicio cada una de las actividades de servicio y que años después sería también el de nuestra organización, Dios es Amor. De allí también el reto que nos compete.
Quienes trabajamos en CDA debemos recordar siempre nuestra misión, y la visión que la enmarca, seguros que hacer parte de este equipo no es casualidad, es destino, y nuestra responsabilidad personal debe ir más allá del empleo, del cumplimiento, trascendiendo al terreno del propósito, del encargo, de la misión, del privilegio de ser y hacer que nuestros hermanos en necesidad o desventura puedan sentir y ver el amor de nuestro Dios a través de nuestros actos, de nuestro comportamiento, de nuestra entrega y de nuestro servicio. Que gran responsabilidad.
Por eso es que en nuestro que hacer, la calidad más que un sistema o un estándar, debe ser una cuestión de esencia, que aflora en medio de la oportunidad de ejercer nuestro ministerio de servicio, pero que se torna fundamental en un sector de cada vez mayor competitividad y profesionalismo, que exige resultados y eficiencia. Un sector y una responsabilidad que demandan no solo hacer las cosas, sino hacerlas bien, asegurando que cada accion aporte valor.
Convicción, esencia y llamado… Vale la pena recordar ese, el legado que recibimos, para no desviar el camino, ni aflojar o darle paso al desánimo, ante nuestras naturales deficiencias y las dificultades del día a día. CDA más que una organización o un trabajo, es una misión a la cual el Señor a cada uno en Su perfecta voluntad nos ha llamado a participar, cada cual con una labor determinada y un propósito claro.
Mi saludo a todos, en este día que recordamos a nuestro fundador. Sea esta tambien, oportunidad de recordar una vez mas nuestra misión, aquella que ha sido dada a todos quienes hacemos parte de CDA, y a la cual, gracias al Señor muchos han sido obedientes y fieles.
Quiera Dios que todos nosotros quienes en la actualidad llevamos la posta como miembros de CDA, Forjar, Conviventia, logremos realizar nuestra labor con la misma convicción que caracterizo la vida de Lindsay Christie, nuestro fundador, aceptando nuestras limitaciones y apoyando con cariño a nuestros compañeros de trabajo, no mirando siempre sus errores, sino viendo en cada quien el reflejo de Jesus, esperanza, fe y confianza nuestra.
Con aprecio,
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