Año de la Restauración
Septiembre: Respeto
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DIA 1 Habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,
de que somos hijos de Dios. Romanos 8:15-16
Conocen al Padre
Una señora estaba
esperando a su marido a la salida del trabajo. Al lado de ella un niño de más
o menos un año dormitaba en su coche. Los empleados salieron, una oleada de
desconocidos desfiló ante el niño. Pero de repente su rostro se iluminó.
Empezó a agitarse y tendió los brazos hacia alguien que acababa de llegar.
Como respuesta a esta petición silenciosa pero tan clara, el recién llegado
se inclinó hacia el niño y lo tomó en sus brazos.
¿Fue necesario que
alguien hiciera grandes discursos a este niño para mostrarle quién era su
padre? ¿Alguien le había dictado la actitud apropiada? ¡Por supuesto que no!
Pero su impulso espontáneo muestra que conocía a su papá, aunque ignorase
completamente sus ocupaciones. Su filiación es tan real ahora como dentro de
algunos años, cuando pueda hablar y comprender. Es hijo, de pleno derecho,
desde su nacimiento.
Lo mismo sucede con
un creyente que empieza su vida cristiana. El apóstol Juan se dirige a los
niños en la fe con estas palabras tranquilizadoras: “Hijitos... habéis
conocido al Padre” (1 Juan 2:13).
Un creyente recién
convertido se halla en este estado. Quizá no sabe hablar: sus oraciones
todavía son muy imprecisas. Tiene mucho que aprender, pero el Espíritu de
Dios le comunica este nuevo conocimiento de Dios como Padre. Desde su nuevo
nacimiento es hijo de Dios con pleno derecho, privilegio infinitamente grato
que le pertenece personalmente.
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DIA 2
Jesús, sabiendo todas las cosas que le
habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le
respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Juan 18:4-5
Una obra cumplida
“Padre... he acabado
la obra que me diste que hiciese”, dijo Jesús a Dios su Padre, horas antes de
ser crucificado. “La obra” que su Padre le había confiado era salvar,
mediante su muerte en la cruz, a los hombres perdidos. Esta obra todavía era
futura, entonces ¿por qué hablaba en pasado?
–Quien habla es
Jesús, el Hijo de Dios. Aquí se expresa como el Dios que cumple sus planes,
sin que nadie pueda detenerlo. Para un hombre cualquiera eso sería muy
pretencioso, pues ninguno de nosotros puede controlar el minuto que viene.
¡Hay tantas cosas que pueden impedir que hagamos lo que hemos decidido hacer!
Pero cuando Dios se propone hacer algo, es como si ya estuviera hecho.
–Estas palabras
también expresan de forma conmovedora la determinación del Salvador que va a
dar su vida. Horas más tarde en Getsemaní Jesús, el Santo, aceptó la copa que
su Padre le presentó, imagen del juicio que iba a sufrir en la cruz para
expiar nuestros pecados. Salió vencedor de ese terrible combate, con estas
sencillas palabras: “La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?”
(Juan 18:11). Y sabiendo todo lo que le iba a suceder, avanzó decidido y se
entregó voluntariamente a sus enemigos conducidos por Judas.
“Padre, he acabado
la obra...”. Estas son las palabras del Salvador, que ofrece voluntariamente
su vida para la gloria de Dios y para la salvación de todos los que creen en
él.
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Respondió Jesús y le dijo: Si
conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le
pedirías, y él te daría agua viva. Juan 4:10
Jesús habla a las
mujeres (4) - “Dame de beber”
Juan 4:1-30
“Le era necesario
pasar por Samaria”. No era el único camino para ir de Judea a Galilea, pero
era necesario que Jesús tuviese un encuentro con una mujer allí, cerca de un
pozo, en Sicar. Toda la vida de Jesús era la expresión de su gracia, de su
bondad hacia aquellos con quienes se encontraba.
Esta samaritana fue
sola a buscar agua. Probablemente era despreciada debido a su conducta.
Humildemente el Señor Jesús le pidió un favor: “Dame de beber”. La mujer se
sorprendió. El diálogo prosiguió con simplicidad y confianza.
La delicadeza de
Jesús para alcanzar su conciencia y su corazón se dejó ver cuando le dijo:
“Ve, llama a tu marido”. Estas palabras la tocaron más que cualquier discurso
moralizador. “No tengo marido”, respondió ella. Jesús no la condenó, pero la
llevó progresivamente a la confesión, a la verdad. El diálogo no consistió en
una conversación superficial, sino que mediante la puesta en evidencia de su
situación moral, Jesús iba a transformar profundamente a esta mujer. Quizá
nos gustaría quedarnos en el ámbito de las ideas, pero Jesús quiere alcanzar
nuestra conciencia, ¡para curarnos!
Poco antes esta
mujer estaba sola. Pero ahora, llena de gozo, va por la ciudad dando
testimonio de lo que acababa de sucederle. Su deseo era que todos tuviesen un
encuentro con Jesús y, por medio de él, encontrasen esa agua viva que ella
había bebido.
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DIA 4 Las cosas invisibles de él (Dios), su eterno poder y deidad, se
hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20
¡No habrá ninguna
sorpresa!
Guillermo no es ni
creyente ni realmente ateo, pero es optimista. Esto fue lo que explicó a un
amigo creyente: «No soy tan creyente como tú. Pero si el buen Dios existe
realmente, después de la muerte tendré una buena sorpresa, y no me preocupo.
Dios no va a condenar a un buen tipo como yo. ¡Si lo hiciera no sería el buen
Dios!».
¿Tiene razón
Guillermo? Cuando se trata del futuro eterno del alma, ¿es serio ser
simplemente optimista o esperar «una buena sorpresa»? ¡La paz del alma no
puede apoyarse en vagas esperanzas!
En realidad, para el
que quiere escuchar, Dios habla claramente. No nos abandonó a nuestras
propias suposiciones sobre un tema tan fundamental. Dios revela su existencia
a través de la naturaleza, de modo que declara inexcusable al que rechaza
este testimonio (Romanos 1:20).
Dios también nos
habló enviándonos a su Hijo. Los evangelios narran la vida perfecta de Jesús,
sus palabras, sus milagros, su muerte y su resurrección, confirmada por
numerosos testigos. Estos testimonios se imponen a la conciencia.
Ahora Dios no añade
nada, pues todo lo dijo en la Biblia. Con respecto al más allá, ella dice:
“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto
el juicio” (Hebreos 9:27). Pero Jesús declara: “De cierto, de cierto os digo:
El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá
a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
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DIA 5 Salmo 28
Salmo de David.
1 A ti elevo mi oración, oh Señor, roca mía;
no cierres tus oídos a mi voz. Pues si guardas silencio, mejor sería darme por vencido y morir. 2 Escucha mi oración que pide misericordia, cuando clamo a ti por ayuda, cuando levanto mis manos hacia tu santo templo.
3 No
me arrastres junto con los perversos
—con los que hacen lo malo—, los que hablan con sus vecinos amablemente mientras traman maldades en su corazón. 4 ¡Dales el castigo que tanto merecen! Mídelo en proporción a su maldad. ¡Págales conforme a todas sus malas acciones! Hazles probar en carne propia lo que ellos les han hecho a otros. 5 No les importa nada lo que el Señor hizo ni lo que sus manos crearon. Por lo tanto, él los derrumbará y, ¡jamás serán reconstruidos! |
En los Colegios: Cada maestro transmite
el mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su diario escriben:
Nombre o Tema del devocional.
Principal Aprendizaje y como lo puede
poner en práctica.
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