Verso para Memorizar de mes:
“Estén alerta. Permanezcan firmes en la fe. Sean valientes. Sean fuertes.” 1Corintios 16:13
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión y 2. Aplicación para
su vida. (Personal) TOMADOS DE LA BUENA SEMILLA
Día 1:
(Jesús dijo:) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se
os abrirá. Lucas 11:9
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Santiago 4:8
Nuestras
preguntas
Todo lo que es
necesario para conocer a Dios, su amor y su gracia en Jesucristo, nos es
presentado en la Biblia. Todo el que, humildemente y mediante la oración,
busca a Dios en las Santas Escrituras, hallará respuestas satisfactorias a
las preguntas fundamentales de la vida y del más allá.
Esto no significa
que el cristiano pueda explicarlo todo, pues algunos misterios se le escapan,
pero todo aquello que es necesario para vivir y agradar a Dios está revelado
en la Biblia. Si usted no comprende algunos pasajes, pídale a Dios que le
ayude. Él condena nuestra incredulidad, pero escucha nuestras preguntas si
estamos dispuestos a recibir sus respuestas. Cuando los fariseos pidieron a
Jesús una señal, él se negó a dársela, pues ellos habían venido solapadamente
tratando de hallar un error en él (Marcos 8:11-12). Los milagros que había
hecho no los habían conducido a la fe; al contrario, se habían endurecido y
rechazaban todo lo que venía de Jesús.
La fe va más allá
de la lógica y la razón humanas, pues estas tienen sus límites. Dios, quien
es verdad y amor, siempre tendrá la última palabra.
Querido lector,
tal vez usted desee hacerle algunas preguntas a Dios. Diríjase a él con
sinceridad y humildad, exponiéndole todo lo que pesa sobre su corazón. ¡Él le
responderá más allá de lo que usted espera, pues no rechaza a nadie! Como un
padre desea que cada uno de sus hijos lo conozca, así Dios desea lo mismo de
cada uno de nosotros. “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”.
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Día 2. LOS PADRES DEBEN FIRMAR EL CUADERNO DEVOCIONAL
DESAFÍO DEL AMOR DÍA - EL AMOR PELEA LIMPIO
El amor te ayuda a instalar airbags y montar barreras de protección, te
recuerda que en verdad se puede revertir el conflicto para siempre. Las
familias que aprenden a resolver sus diferencias suelen tener más unidad, más
confianza, más intimidad y luego pueden disfrutar de una conexión mucho más
profunda. Pero, ¿cómo? La manera más sabia es aprender a pelear limpio,
estableciendo reglas de juego saludables. Si no tienen pautas para abordar
cuestiones problemáticas, no respetarán los límites cuando se caldeen los
ánimos. En esencia, hay dos clases de límites para lidiar con el conflicto: los
límites de pareja y los límites personales. ALGUNOS LIMITES
PERSONALES
Los límites personales son reglas que practicas por tu cuenta. Aquí tienes algunos de los ejemplos más efectivos:
1. Escucharé antes de hablar. "Que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira" (Santiago 1:19)
2. Abordaré mis propios problemas con franqueza. "¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?" (Mateo 7:3)
3. Hablaré con dulzura y no levantaré la voz. "La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira" (Proverbios 15:1)
Pelear limpio significa cambiar de armas; disentir con dignidad. Como resultado, deberías poder tender un puente en lugar de quemarlo. Recuerda, el amor no es una pelea, sino que siempre vale la pena pelear por él.
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Día 3
Preciso es que él (Jesús) reine hasta que haya puesto a todos sus
enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la
muerte. 1 Corintios 15:25-26
El triunfo del
bien
«Soñé, soñé
realmente con un país donde el alegre sol me hace cantar y la gente se ama
realmente». Así, más o menos, decía el estribillo de una canción que aprendí
en mi infancia. Este sueño del triunfo del bien está en el corazón de cada
uno de nosotros. ¿Es una utopía?
Jesús vino a esta
tierra tomando un cuerpo humano y obrando entre la gente. Él es mucho más que
un hombre de bien, mucho más que un maestro excepcional, ¡es Dios mismo! Pero
el hecho de que los hombres no hayan querido saber nada de él, descarta la
esperanza de establecer el reino del bien en la tierra mediante esfuerzos
humanos. Los hombres no conocen el verdadero bien y son incapaces de hacerlo.
El concepto del
bien está directamente ligado a la persona de Jesucristo. Solo él puede
iluminarnos sobre lo que es realmente el bien, no solo mediante su ejemplo,
sino por su Palabra, que nos enseña la voluntad de Dios, y por su Espíritu
que nos da la fuerza para ponerla en práctica. Así los creyentes pueden
mostrar algo de este bien según Dios: justicia, bondad, amor... No mediante
un cumplimiento de leyes y reglas, sino a través de la expresión de una vida
que Dios da a todo el que va a él por medio de Jesucristo.
Independientemente
de las circunstancias en las que viva un creyente, este puede vivir confiado.
Sabe que Dios llevará a cabo victoriosamente sus planes hasta el momento en
que Cristo reine. “Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
misericordia y verdad van delante de tu rostro” (Salmo 89:14). Hoy es
necesario creer en él y recibir su gracia. Mañana, antes de reinar, tendrá
que juzgar.
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Día 4
Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre
nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro. Tú diste alegría a mi corazón mayor
que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto. Salmo 4:6-7
¿Quién nos mostrará
el bien?
Esta era la
pregunta que se hacían los contemporáneos del rey David, hace unos tres mil
años. Y es la pregunta que todavía hoy nos hacemos al ver tanto mal en
nosotros y a nuestro alrededor. Esta pregunta nos lleva a otra: ¿Qué es el
bien? ¿Es una noción relativa que depende de la forma de pensar de cada uno?
La Biblia nos
dice que el bien se encuentra en Dios, y solo en él. Es la expresión de su
bondad, de su bendición. El bien y la felicidad están tan asociados que la
misma palabra hebrea puede ser traducida de las dos maneras. ¿Quién nos
mostrará el bien? Sí, ¿quién nos mostrará la felicidad?
Los veremos a
ambos si tenemos un encuentro con Dios, por la fe en su Hijo. Conoceremos a
Dios, su bondad, su amor, si vamos a él tal como somos, sencillamente
reconociendo nuestras faltas y abriendo nuestro corazón a Jesús. Entonces
conoceremos, mediante la obra del Espíritu Santo, un gozo nuevo, profundo,
unido a una conciencia liberada.
En la época de
David, el mosto y el trigo (grano) eran los símbolos de la prosperidad
material. Pero este salmo 4 nos dice que hay un gozo más grande que el que
produce esta prosperidad. ¡Es el gozo que viene de Dios! Es el gozo ligado a
su presencia, el gozo de ser amado por él, unido a la tranquilidad que experimentamos
al saber que él cuida de nosotros. Si estamos llenos de él, entonces
podremos, por el poder de su Espíritu, ser un canal de bendición para otros.
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Día 5
El Señor es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno... El que
hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y
extendió los cielos con su sabiduría. Jeremías 10:10, 12
Celebrar la
gloria de Dios
Las libélulas que
vuelan sobre la superficie brillante de los estanques, las ballenas que
rompen el azul silencio de los océanos, las cabras con sus ágiles pezuñas, la
luna, el sol y las estrellas, las montañas y los campos... ¡Toda la
naturaleza proclama la gloria de Dios! La belleza y la armonía del universo
revelan algo del Creador y celebran su infinita grandeza y profunda
sabiduría.
Pero esta
proclamación de la gloria de Dios a través de la naturaleza no es suficiente,
porque Dios desea ser glorificado por el hombre. Y solo este puede alabarlo
de forma inteligente. ¡Incluso es uno de sus privilegios! Desgraciadamente,
en general el hombre no glorifica a su Creador, ni mediante su conducta, ni
por sus palabras, y a menudo su vida es una ofensa al Dios santo.
Dios puede
reivindicar su gloria juzgando a los hombres, que se rebelaron contra él,
pero su mayor gloria es perdonar a aquellos que confían en su Hijo. Jesús
murió para salvarnos; y aceptar su sacrificio también significa inclinarnos
ante el gran Dios, reconociendo su grandeza, su santidad y su amor. Así
podemos alabar a Dios por todo lo que es y por todo lo que hace por nosotros.
¿Reconocemos que
Dios es digno de ser honrado por sus criaturas, como lo es por su creación?
¿Hacemos todo para honrarlo con nuestra conducta? ¿Ocupa el lugar que merece
en nuestra vida, es decir, el primer lugar? ¡Cuántas preguntas fundamentales!
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Día 6
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la
voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Juan 7:37
El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida
gratuitamente. Apocalipsis 22:17
El último llamado
La similitud
entre estos dos versículos de la Biblia es sorprendente, sin embargo fueron
escritos en dos contextos muy diferentes.
La primera vez
que Jesús lanzó este enérgico llamado fue en Jerusalén. Los dirigentes de la
ciudad decidieron detenerlo, pues su mensaje les molestaba, pero él no se
escondió y aprovechó el último día de la fiesta, día de mayor afluencia, para
interpelar a sus oyentes. Aunque era día de fiesta, sabía que muchos entre la
multitud estaban cansados, tristes, y aspiraban a una vida mejor. Se dirigió
a ellos y los invitó a reconocer que él era efectivamente el enviado de Dios,
a creer en él y a aferrarse a su gracia. Pero la mayoría lo rechazó y, días
más tarde, su odio los llevaría a crucificar a Jesús.
¿Todo estaba perdido
para el hombre? ¿Había agotado la paciencia de Dios? No, pues en la última
página de la Biblia el mismo Jesús resucitado, desde la gloria, lanza todavía
un último llamado. ¡La maldad del hombre no venció el amor de Dios! Jesús
continúa proponiendo a los pecadores esta agua que quita la sed para siempre
y que cambia la vida de aquellos que la aceptan.
Usted que lee
estas líneas, todavía está oyendo esta voz que le invita a ir a él. Dios lo
ama, conoce su hastío, sus remordimientos y decepciones... ¡Él quiere llenar
su corazón! Deje caer las barreras que hasta ahora le han impedido ir a él.
Ponga todo a la luz de Dios, y recibirá esta convicción íntima que Él le ama
personalmente.
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