Año de la
Restauración
Agosto:
Servicio
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Promesa: Yo estoy contigo. Te protegeré por
dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré
hasta cumplir con todo lo que te he prometido. Génesis 28:15
En los Colegios: Cada
maestro transmite el mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su
diario escriben:
Nombre o Tema del devocional.
Principal Aprendizaje y como lo puede poner en
práctica.
DIA 1 Te has olvidado de Dios tu creador. Deuteronomio
32:18
¿Podemos olvidar a Dios?
En el Salmo 54 el rey David escribe, hablando de los hombres que querían
destruir su vida: “No han puesto a Dios delante de sí” (v.3).
Todavía hoy, muchos hombres y mujeres rechazan incluso la noción de Dios,
alejándola de sus pensamientos y de sus proyectos. No quieren admitir que
Dios los ve y los oye, que toma nota de todo lo que hacen.
Sin embargo, Dios dice en la Biblia: “Yo el Señor, que escudriño la
mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el
fruto de sus obras” (Jeremías 17:10). Y añade que llegará el momento en que
todos los hombres que lo hayan excluido de sus pensamientos y de su vida
tendrán que comparecer ante el divino Juez (Apocalipsis 20:11-15). ¡Es cierto
que podemos olvidar a Dios durante nuestra vida, pero nadie podrá evitar
estar un día ante su presencia!
En cambio Dios no se olvida de nadie. Él “quiere que todos los hombres
sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Ningún
ser en el mundo, incluso el más odioso, está excluido del campo de su amor.
¿Ha tratado usted de olvidar a Dios? ¡Aún no es demasiado tarde para reparar
ese olvido! Jesús dijo, y esto es válido para todos: “Al que a mí viene, no
le echo fuera” (Juan 6:37).
Tomemos esta promesa al pie de la letra y conozcamos al Dios que nos ama.
¡Así nunca más huiremos de su presencia!
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los
días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos
contentamiento” (Eclesiastés 12:1).
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DIA
2 SERVICIO Y SIGNIFICADO
Así como nuestro cuerpo tiene muchas partes y
cada parte tiene una función específica, el cuerpo de Cristo también. Nosotros somos las diversas
partes de un solo cuerpo y nos pertenecemos unos a otros. Romanos
12:4-5
Vas a dar tu vida por algo. ¿Será por una carrera
profesional, por un deporte, un entretenimiento, fama o riquezas? Nada de eso
tiene importancia duradera. El servicio es el camino a la significación real.
Es a través del servicio que descubrimos el significado de nuestras vidas. La
Biblia afirma: “Cada uno de nosotros encuentra su función y significado
como parte de su cuerpo”.18 Es en el servicio unido a la
familia de Dios, que nuestras vidas cobran relevancia eterna. Pablo dice: “Quiero
que pienses en cómo todo esto te hace más significativo, no menos... porque
tú eres una parte”.19
Dios quiere usarte para marcar una diferencia en
su mundo. Él quiere trabajar a través de ti. No importa la duración de
tu vida sino la donación de la misma. No cuánto tiempo viviste,
sino cómo lo hiciste.
Si no estás involucrado en ningún servicio o
ministerio, ¿qué excusa has estado usando? Abraham era viejo, Jacob inseguro,
Lea sin atractivo, José fue abusado, Moisés tartamudeaba, Gedeón era pobre,
Sansón codependiente, Rahab una inmoral, David tuvo una amante y todo tipo de
problemas familiares, Jeremías estaba deprimido, Jonás era rebelde, Noemí una
viuda, Juan el Bautista un excéntrico, Pedro impulsivo, Marta preocupada por
todo, la samaritana fracasada en varios matrimonios, Zacarías era impopular,
Tomás tuvo dudas, Pablo tuvo una salud pobre y Timoteo era tímido. Esta es
efectivamente una variedad de individuos que no se adaptan muy bien al
ambiente, pero dios los usó a cada uno de ellos para su servicio. También te
usará a ti, si dejas de dar excusas.
Tarea Familiar: Escribe diferentes maneras en que puedes servir a Dios
y a los demás e investiga un verso Bíblico y compartan las reflexiones en
familia.
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DIA 3 Jesús iba... y
los doce con él, y algunas mujeres... y otras muchas que le servían de sus
bienes.
Lucas 8:1-3
Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la
hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Juan 19:25
Jesús habla a las mujeres (1)
Al leer los evangelios nos llama la atención la actitud de Jesús hacia
las mujeres con quienes se encontraba. Se mostró libre de todo prejuicio, les
hablaba como hablaba a los hombres, con el mismo respeto, el mismo amor, las
mismas exigencias y las mismas promesas: su actitud estaba ligada a lo que
leía en los corazones. Su comprensión, su tacto, son tan diferentes a las
opiniones de su época... ¡y de la nuestra!
Jesús defendió a una mujer despreciada debido a su pasado y subrayó su
actitud de arrepentimiento, de humildad y agradecimiento porque sus pecados
habían sido perdonados (Lucas 7:36-50). Protegió a otra que le presentaron
para ser lapidada (Juan 8:3-11). También defendió a María de Betania, a quien
los discípulos habían criticado por su gesto de adoración (Juan 12:1-8).
Con algunas mujeres Jesús tuvo conversaciones profundas sobre temas
espirituales. Unas mujeres estuvieron cerca de él cuando fue crucificado. Y
después de su resurrección se reveló primero a unas de ellas.
Jesús no desprecia a nadie, ni a los niños, ni a las mujeres, ni a los pobres,
ni a los ricos, ni a los pecadores, ni a aquellos que se creen justos... Por
supuesto que no pasa por alto nuestras faltas, pero no es con el objetivo de
condenarnos, sino para perdonarnos.
En los 7 lunes que vienen presentaremos los diálogos entre Jesús y esas
mujeres, todas diferentes, pero todas interpeladas por la gracia de Dios, de
ese Dios que nos busca y quiere salvarnos.
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DÍA 4 DIA DE ORACIÓN, ALABANZA, EXLATACIÓN,
AGRADECIMIENTO
Salmo 25[a]
Salmo de David.
1 Oh Señor, te entrego mi vida.
2 ¡Confío en ti, mi Dios! No permitas que me avergüencen, ni dejes que mis enemigos se regodeen en mi derrota. 3 Nadie que confíe en ti será jamás avergonzado, pero la deshonra les llega a los que tratan de engañar a otros.
4 Muéstrame la senda correcta, oh Señor;
señálame el camino que debo seguir. 5 Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza. 6 Recuerda, oh Señor, tu compasión y tu amor inagotable, que has mostrado desde hace siglos. 7 No te acuerdes de los pecados de rebeldía durante mi juventud. Acuérdate de mí a la luz de tu amor inagotable, porque tú eres misericordioso, oh Señor.
8 El Señor es bueno y hace lo correcto;
les muestra el buen camino a los que andan descarriados. 9 Guía a los humildes para que hagan lo correcto; les enseña su camino. 10 El Señor guía con fidelidad y amor inagotable a todos los que obedecen su pacto y cumplen sus exigencias.
11 Por el honor de tu nombre, oh Señor,
perdona mis pecados, que son muchos. |
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