Año de la Restauración
Volveos a la
fortaleza, oh prisioneros de esperanza;
hoy también os
anuncio que os restauraré el doble. Zacarías 9:12
Mayo Perseverancia
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Verso del Mes: Entremos
por sus puertas y por sus atrios
con alabanzas y con acción de gracias; ¡Alabémosle, bendigamos su nombre!
5 ¡El Señor es bueno! ¡Su misericordia es eterna!
¡Su verdad permanece para siempre! Salmos 100:4-5
con alabanzas y con acción de gracias; ¡Alabémosle, bendigamos su nombre!
5 ¡El Señor es bueno! ¡Su misericordia es eterna!
¡Su verdad permanece para siempre! Salmos 100:4-5
DIA 1 Señor... Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue
por gozo y por alegría de mi corazón. Jeremías 15:15-16
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. 2 Timoteo 3:16
¡Aliméntese con la Biblia!
–Antonio: ¿Por qué se dice que la Biblia es la Palabra de Dios? ¡Sus
escritores eran hombres!
–Roberto: Sí, pero escribían de parte de Dios, eran profetas, testigos de
Dios.
–De acuerdo, ¡pero pudieron equivocarse!
–Eso es imposible, pues los creyentes que recopilaron sus escritos eran
muy escrupulosos. Al reunir los libros que constituirían la Biblia, estaban
convencidos de que estaban inspirados por Dios. Verificaron meticulosamente
cada copia y velaban para no añadir ni quitar nada del texto de la Palabra de
Dios.
–Al final hay que confiar en los demás.
–Todavía hay pruebas, independientes de los escritores. Por ejemplo, los
libros de la Biblia se complementan formando una bella armonía. En su
conjunto ofrecen, muchos siglos con antelación, una profecía completa sobre
Cristo: su venida, su vida ejemplar, su muerte y su actual presencia junto a
Dios.
–Sus argumentos son justos, pero yo tengo mis dudas...
–Es normal, la convicción de que la Biblia es la Palabra de Dios no
proviene únicamente de pruebas intelectuales. Es dada por la fe: al recibirla
como viniendo de Dios mismo, ella tocará su corazón. Léala a menudo,
lentamente, orando, y verá que ella es viva, es decir, que ilumina el ser
interior con esa luz divina que desvela todo lo que usted es ante Dios.
También da lo que promete, sobre todo la gracia divina, la seguridad del
perdón de Dios y de la vida eterna.
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DIA 2 Porque habló, e
hizo levantar un viento tempestuoso, que encrespa sus ondas. Suben a los
cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal... y toda
su ciencia es inútil. Salmo 107:25-27
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de
la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Isaías 45:22
El tsunami
Sin duda los habitantes de Taro pensaban que estaban bien protegidos de
las tempestades del océano Pacífico. Un gigantesco dique de más de diez
metros de altura había sido construido sobre el litoral para proteger a ese
pequeño pueblo de pescadores al noroeste de Japón. El tsunami del 11 de marzo
de 2011 les probó trágicamente lo contrario. Una vez más el hombre tuvo que
aprender que todas sus precauciones son rápidamente reducidas a la nada.
Dios habla a los hombres de diferentes maneras. ¡Cuántas veces hemos
experimentado su protección! En esos momentos nos ha recordado el poder de su
bondad por nosotros.
A veces su voz es más fuerte. Los terremotos y los tsunamis sorprenden a
todo el mundo y demuestran la pequeñez del hombre ante el poder de la
naturaleza. Dios, maestro del universo, manda venir la tempestad y la detiene
con el constante objetivo de interpelarnos: “¿Quién encerró los vientos en
sus puños? ¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos
de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?”
(Proverbios 30:4). Sí, Dios vino bajo la forma de un hombre, Jesucristo, su
Hijo. Más que palabras, su vida en la tierra y su muerte en la cruz dan
testimonio de su infinito amor.
¿Le hemos prestado atención? Velemos para no rechazar a aquel que nos
habla así desde el cielo (Hebreos 12:25). Lo hace todavía hoy, en particular
mediante su Palabra, la Biblia.
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DIA 3 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan... y vuestro Padre
celestial las alimenta.
Mateo 6:26
¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con
todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Así que, no temáis; más
valéis vosotros que muchos pajarillos.
Mateo 10:29, 31
El valor de un gorrión
Lidia, mi hija de cinco años, vino corriendo muy emocionada a mostrarme
un gorrión que traía en sus manos; el pajarito se había caído del nido y su
corazón latía fuertemente. –¡Mira, papá, qué lindo es! Vamos a darle de
comer. Pero antes de que el día terminara, la niña lloró desconsolada porque
el pajarito había muerto.
El tesoro que esta pequeña criatura frágil y dependiente fue para mi hija
durante algunas horas me hace pensar en las palabras del Señor Jesús
recordadas en el versículo de hoy.
Sí, Señor, tú declaras cuál es nuestro valor a tus ojos y a los ojos de
tu Padre, pues quieres que estemos seguros de tu fidelidad, tu constante
ayuda y tu infinita bondad. Ese pequeño gorrión es obra de tus manos,
creación maravillosa sin duda. Tiene un instinto admirable, pero cuando
cae... ¡todo se acaba!
A nosotros, los seres humanos, nos diste una inteligencia y, sobre todo,
la facultad de conocerte. En nuestras almas está impreso el recuerdo inmortal
de aquel que nos creó y que se nos revela. ¡Fuimos creados a tu imagen, oh
Dios... pero no podemos estar en tu presencia debido a nuestro pecado! Somos
esclavos de Satanás, ¿quién nos librará?
Tú nos compraste al precio de la sangre de tu propio Hijo, derramada en
la cruz. Nos diste la vida eterna a los que hemos aceptado a Jesucristo.
¡Este es el valor que tenemos a tus ojos, valor mucho mayor que el de muchos
gorriones! Entonces, ¿qué podemos temer?
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DIA 4 Despertando él (Jesús), reprendió al viento y a
las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. Y les dijo (a los discípulos): ¿Dónde
está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros:
¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?
Lucas 8:24-25
¿Dónde está su fe?
Algunas preguntas de la Biblia
A menudo Jesús estaba muy ocupado. A veces, incluso su familia no podía
acercarse a él debido a la multitud que lo rodeaba para escucharlo. Un día,
después de haber enseñado, se durmió en una barca mientras cruzaba el lago de
Genesaret. De repente se levantó un fuerte viento, y los discípulos lo
despertaron: “¡Maestro, Maestro, que perecemos!”. Jesús se levantó, se
dirigió al viento y a las olas con autoridad, y se hizo gran bonanza. Luego
dijo a sus discípulos: “¿Dónde está vuestra fe?”.
¿Ya me he hecho esta pregunta alguna vez? Cuando todo parece ir mal,
cuando llega el fracaso o la enfermedad, ¿dónde está mi fe? Estoy desanimado,
dudo, tengo remordimientos, pero hasta hacía poco tenía paz...
Fijémonos en el orden de las cosas. Solo después de haber apaciguado las
olas, Jesús preguntó: “¿Dónde está vuestra fe?”. Sin tardar socorrió a sus
discípulos, y luego los hizo reflexionar. ¿Pensaban que su Maestro era
indiferente, o que no podía ayudarlos? Mientras estuviese con ellos en la
barca, no corrían ningún peligro, ¡incluso si tardaba en responder!
Así es como el Señor actúa con nosotros. Primero responde a la oración,
incluso si esta es imprecisa y casi fuera de lugar. Él responde, y solo
después pregunta: “¿Dónde está vuestra fe?”. Cuando ya estoy tranquilo, puedo
reflexionar sobre lo que sucedió y aprender una lección de ello. Sí, estuve
preocupado ¡pero el Señor fue fiel!
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DÍA 5 Salmos 12Reina Valera Contemporánea (RVC)
Oración que pide ayuda contra los malvados
Al músico principal. Sobre Seminit. Salmo de David.
12 ¡Sálvanos,
Señor, pues ya no hay gente piadosa!
¡Ya no hay en este mundo gente fiel! 2 Unos a otros se dicen mentiras; se hablan con labios zalameros e hipócritas.
3 Pero tú, Señor, destruirás todos esos labios;
acabarás con toda lengua jactanciosa, 4 que dice: «Con nuestra lengua venceremos. Con los labios que tenemos, ¿quién puede dominarnos?»
5 Tú, Señor, has dicho:
«Tanto se oprime a los pobres, y es tanto el clamor de los humildes, que ahora voy a levantarme para acudir en su ayuda.»
6 Las palabras del Señor son puras.
Son perfectamente puras, como la plata refinada en el crisol!
7 Tú, Señor, nos protegerás;
nos salvarás para siempre de esta generación, 8 aun cuando los malvados estén al acecho y la humanidad siga exaltando la vileza. |
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