Año de la Restauración
Volveos a la fortaleza, oh
prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble.
Zacarias 9:12
Febrero mes de la Humildad
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DIA 1 Reconciliaos con Dios. 2 Corintios 5:20
Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá
bien. Job 22:21
La felicidad
«Invierta en la
felicidad». Esta era la publicidad que hacía una agencia inmobiliaria en una
estación de deportes de invierno. Seguro que la publicidad tuvo mucho
impacto, pues ¿quién no busca la felicidad? ¡La felicidad es una necesidad
permanente del hombre! Ya el rey Salomón (hace 3.000 años) quiso encontrarla
en la búsqueda intelectual, en el bienestar, la riqueza... No “aparté mi
corazón de placer alguno”, dijo él (Eclesiastés 2:10). ¿Cuál fue su
conclusión? “Vanidad de vanidades... todo ello es vanidad y aflicción de
espíritu” (Eclesiastés 1:2, 14).
En el principio
Dios colocó al hombre en el huerto de Edén. Pero su desobediencia lo alejó de
Dios, y el paraíso en la tierra se acabó. Sin embargo Dios, quien es
misericordioso, y cuyo amor es invariable, preparó un camino para que el
hombre encuentre la felicidad.
¡Reconcíliese con
él! Pero, ¿quién de nosotros puede borrar sus ofensas hechas a Dios? ¿Sobre
qué base podemos encontrar la paz? Este es el mensaje tranquilizador pero
solemne que la Biblia nos dirige: “Fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo...”. Jesús “fue entregado por nuestras transgresiones, y
resucitado para nuestra justificación” (Romanos 5:10; 4:25). Sobre él
descansa nuestra reconciliación perfecta, porque Jesús hizo la paz mediante
la sangre de su cruz (Colosenses 1:20). El mismo día de su resurrección
mostró a sus discípulos sus manos y su costado traspasados, y les dijo: “Paz a
vosotros” (Lucas 24:36). Los discípulos se llenaron de gozo cuando vieron al
Señor, en quien está la fuente de la verdadera felicidad.
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DIA 2 La recibisteis no
como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual
actúa en vosotros los creyentes.
1 Tesalonicenses 2:13
Consejos para leer la Biblia
El mensaje de la Biblia se vuelve
vivo si es leído, no como obra de los hombres, sino como la Palabra de Dios.
–Dios habló para
que la gente lo comprendiese. Leamos, pues, la Biblia sin buscar
explicaciones complicadas. Es mejor leer pasajes seguidos, página por página,
que leer versículos aislados. Una lectura aislada impide captar el sentido
general. Es más fácil empezar por un evangelio, por ejemplo el de Marcos.
–Los textos más
recientes de la Biblia son de hace unos 1.900 años. A menudo toman como
imágenes escenas de la vida de antes. Sin embargo, la enseñanza espiritual de
la Biblia sigue siendo muy actual. La erudición es inútil para comprender el
sentido moral.
–Leamos la Biblia
con oración. No se trata de hacer un análisis literario de los textos, sino
de recibir su mensaje con confianza y creerlo. Gracias al Espíritu Santo
podemos captar y asimilar la Palabra de Dios.
–Leámosla sin
ideas preconcebidas, haciendo abstracción de lo que hemos oído o leído. Cada
vez que leamos la Biblia, hagámoslo en la presencia de Dios como si fuese la
primera vez. Hoy en día esto es imprescindible, pues se difunden muchas
opiniones contradictorias sobre la Biblia.
–Leámosla sin tratar
de buscar en ella una enseñanza filosófica. Busquemos más bien aquello que
necesitamos para nuestra vida espiritual de cada día. La Palabra de Dios se
aclara cuando ponemos en práctica lo que comprendimos.
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DIA 3 Beneficios de
vivir en Humildad
La
humildad me permite reconocer mi
condición como creación de Dios,
La persona humilde reconoce su dependencia de
Dios, no busca el dominio sobre sus semejantes, sino que aprende a darles
valor por quienes son.
Frase para recordar «No eres más porque
te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso
eres y nada más». Tomás de Kempis (1380-1471) Algunos Beneficios
de la humildad:
Dios salva al humilde: Salmo 18:27 – 1 Corintios 1: 26- 29
Dios da gracia al humilde: Proverbios 3:34 – Santiago 4:6 Dios levanta al humilde: Job 5:11 – Mateo 23:12 – Lucas 1:52 Dios hace vivir al humilde: Isaías 57:15 |
DIA 4 Así
como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del
celestial... Es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y
esto mortal se vista de inmortalidad.
1 Corintios 15:49, 53
Metamorfosis
La oruga se
encierra en el envoltorio protector de su crisálida. Podríamos pensar que es
su ataúd. ¡Pero no es así! Por medio de una misteriosa metamorfosis, los
tejidos de esa pequeña criatura viva van a desaparecer, ¡y luego, de una
sustancia amorfa, saldrá una magnífica mariposa!
¡Qué
extraordinarias transformaciones! El insecto que trepaba, ahora va a volar.
Se alimentaba de hojas y ahora va a chupar el néctar de las flores. Como
larva era un ser insignificante, pero como mariposa pasó a ser una de las
bellezas de la naturaleza.
Al igual que para
la oruga, nuestra vida en la tierra parece encerrarse en la tumba como la
ninfa inerte en su capullo, pero, como la mariposa, los creyentes resucitarán
con un cuerpo nuevo cuando el Señor venga, y estarán para siempre con él.
La Biblia compara
el cuerpo a una semilla puesta en la tierra. El cuerpo “se siembra en
corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en
gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder” (1 Corintios 15:42-43).
La gente escéptica que pregunta: “¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué
cuerpo vendrán?”, es llamada necia (1 Corintios 15:35-36). La Biblia también
dice que los incrédulos resucitarán para ser juzgados (Juan 5:29; Apocalipsis
20:12).
Aprendamos a leer
el gran libro de la naturaleza. El Creador escondió en ella algunos de sus
prodigiosos secretos y nos los revela para nuestra instrucción mediante
imágenes como la de la mariposa.
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DIA 5 Día de Oración y Alabanza
Salmo 2
1 ¿Por
qué están tan enojadas las naciones?
¿Por qué pierden el tiempo en planes inútiles? 2 Los reyes de la tierra se preparan para la batalla, los gobernantes conspiran juntos en contra del Señor y en contra de su ungido. 3 «¡Rompamos las cadenas! —gritan—, ¡y liberémonos de ser esclavos de Dios!».
4 Pero el
que gobierna en el cielo se ríe;
el Señor se burla de ellos. 5 Después los reprende con enojo; los aterroriza con su intensa furia. 6 Pues el Señor declara: «He puesto a mi rey elegido en el trono de Jerusalén,[a] en mi monte santo».
7 El rey
proclama el decreto del Señor:
«El Señor me dijo: “Tú eres mi hijo.[b] Hoy he llegado a ser tu Padre.[c] 8 Tan solo pídelo, y te daré como herencia las naciones, toda la tierra como posesión tuya. 9 Las quebrarás[d] con vara de hierro y las harás pedazos como si fueran ollas de barro”».
10 Ahora
bien, ustedes reyes, ¡actúen con sabiduría!
¡Quedan advertidos, ustedes gobernantes de la tierra! 11 Sirvan al Señor con temor reverente y alégrense con temblor. 12 Sométanse al hijo de Dios,[e] no sea que se enoje y sean destruidos en plena actividad, porque su ira se enciende en un instante. ¡Pero qué alegría para todos los que se refugian en él! |
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