Año de la Restauración
Volveos a la fortaleza, oh
prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble.
Zacarías 9:12
Febrero mes de la Humildad
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DIA 1 La gracia da y la fe recibe
Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús. Romanos 3:24
Rechazar un regalo significa
privarse a sí mismo de ese regalo, pero también es ofender al que lo da.
Cuanto más precioso sea el regalo, tanto más grande es la pérdida para el que
lo rechaza y la ofensa para el dador. Dios dio a su Hijo unigénito para
salvar a todos los que creen en él. No creer en él es, en el fondo,
despreciar el regalo de Dios. ¡Qué pérdida y qué afrenta!
Pues bien, muchas personas no
quieren recibir el maravilloso regalo de Dios. Pero, ¿cuál es el obstáculo?
Probablemente la indiferencia hacia Dios unida al materialismo existente.
Pero también existe una razón más oculta: si Dios es un Dios de bondad, es
igualmente santo, y la conciencia no está nada cómoda en este plano. Nos
gustaría presentar a Dios buenas obras para ser aceptados ante él, para
parecer justos. Pero Dios declara: “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10).
Y Jesús dice: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al
arrepentimiento” (Lucas 5:32). A estos pecadores Dios les ofrece su gracia.
Por definición, la gracia se dirige a aquellos que solo merecen el juicio.
Las innumerables religiones
inventadas por los hombres exigen hacer algo para merecer el perdón. ¡Pero
nadie puede hallar a Dios basándose en esto! Solo el Evangelio ofrece, por la
gracia divina, el perdón a todos los hombres, pues todos somos pecadores.
Si usted admite ser un pecador,
reúne la única condición necesaria para recibir el perdón gratuitamente.
¡Recíbalo con sencillez y agradecimiento!
“Bienaventurado aquel cuya
transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado” (Salmo 32:1).
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DIA 2 Devocional para compartir en Familia
Acerca de la Humildad
Dios en su bondad me nombró apóstol, y por eso
les pido que no se crean mejores de lo que realmente son. Más bien, véanse
ustedes mismos según la capacidad que Dios les ha dado como seguidores de
Cristo. Romanos 12:3
La Carreta Vacía
Caminaba con mi padre cuando el se detuvo en
una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas
alguna cosa más?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después
le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta.
Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta
vacía.
Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una
carreta vacía, si aun no la vemos?
Entonces mi padre respondió: Es muy fácil
saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la
carreta, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo
a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo
inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y
haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre
diciendo:
"Cuanto más vacía la carreta, mayor es
el ruido que hace"
La humildad consiste en callar nuestras
virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen
personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Y nadie está mas vacío
que aquel que está lleno de sí mismo.
Autor
Desconocido.
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DÍA 3 ¿No me conoce?
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has
conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. Juan 14:9
Algunas preguntas de la Biblia
Desde que Jesús
le dijo: “Sígueme” (Juan 1:43), Felipe lo siguió y dio testimonio de que
había hallado al Mesías. Luego vivió en compañía de Jesús durante tres años.
Escuchó sus enseñanzas y vio sus milagros. Incluso escuchó a Pedro declarar a
Jesús: “Tú eres... el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16).
Pero Felipe no
captó lo esencial del mensaje de Jesús y el valor de su presencia, y le dijo:
“Señor, muéstranos el Padre, y nos basta” (Juan 14:8). Jesús le respondió:
“¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El
que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).
Esta pregunta se
dirige a nosotros: ¿Cómo conocemos a Jesús? ¿Lo consideramos como un gran
hombre, fundador de una religión? Esto no es suficiente, pues lo fundamental
es conocerlo como el Hijo de Dios, que está vivo, el Señor.
Felipe no había
captado que Jesús revela a Dios perfectamente. Al ver a Jesús percibimos a
Dios, el Padre, tal y como se dio a conocer. El que desea acercarse a Jesús
con toda humildad y verdad descubre quién es Dios. Ir a Jesús es el único camino
hacia Dios. Jesús es el único intermediario, el único mediador entre Dios y
los hombres. Es el hombre Jesucristo, quien se dio a sí mismo en rescate por
todos (1 Timoteo 2:5-6).
Conocer al Señor
Jesús es el principio y, a la vez, el objetivo de la vida cristiana. ¿Qué
progresos he hecho en el conocimiento de Jesús desde que él me salvó? ¿Me
dejo transformar a su imagen? (2 Corintios 3:18).
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DÍA 4 ¿Qué significa ser cristiano?
En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12
A los discípulos (de Cristo) se les llamó cristianos. Hechos 11:26
Siendo manifiesto que sois carta de Cristo. 2 Corintios 3:3
Hoy en día hay mucha confusión con
respecto al sentido de esta palabra. Muchas personas dicen que son cristianas
simplemente porque fueron bautizadas. Pero si no hay nada más, solo se trata
de una etiqueta.
La palabra “cristiano”, al igual
que la palabra «cristianismo», tiene la misma raíz, es decir, “Cristo”. Al
principio de la historia de la Iglesia, los discípulos de Jesucristo
recibieron este calificativo. Un verdadero discípulo es aquel que cree en la
persona y en el mensaje de su maestro, y se esfuerza en vivir según sus
enseñanzas. Para ser un cristiano, en primer lugar se debe creer en Jesús,
aceptarlo personalmente como Salvador y Señor. Es necesario haber nacido “de
nuevo” (Juan 3:3), es decir, poseer la vida eterna. Todos los que reconocen
que son pecadores y creen que Jesús, al morir en la cruz, sufrió en su lugar
el juicio que merecían, pueden recibir esta vida eterna.
Desde el día en que la Iglesia fue
formada, ha habido muchas generaciones de cristianos. ¿Han sido todos
verdaderos creyentes? Es grave atribuirse el nombre de cristiano sin tener la
vida de Dios, sin preocuparse por Jesucristo. El que lo hace lleva una
etiqueta que no refleja la realidad.
Cada uno de nosotros debe saber
claramente quién es. ¿Soy un verdadero cristiano? ¿He tenido un encuentro
personal con Jesucristo? Y si es así, ¿estoy dispuesto a seguir a mi Maestro
y a honrarlo en mi vida?
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DÍA 5 Día de Oración y Alabanza
Salmos 1
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