Devocional 7 Marzo 7 - 12 2016

Verso para Memorizar de mes:

 Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve Hebreos 11:1

Los estudiantes escriben en su cuaderno: Titulo de Devocional, cita Biblia, la reflexión y aplicación para su vida.

Día 1 Tarea en Familia: Leer en familia el versículo del mes : “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve” Hebreos 11:1 En el cuaderno escriba un párrafo con el aporte de todos en casa acerca de lo que comprenden del versículo y un ejemplo de aplicación.

Día 2 Tomado de dia a dia – Espiritualidad emocionalmente sana. Lectura bíblica: Marcos 11:15-17 La intensa ira de Jesús y su acción de volcar las mesas que había en el atrio del templo deberían hacernos sentir que nos estamos ahogando. Él sabe que, si no llegamos a Dios, perderemos unos tesoros de un valor incalculable, o quedaran oscurecidos para nosotros. Perderemos el espacio en el cual recibimos el amor infalible y el maravilloso perdón de Dios. Perderemos la perspectiva sobre lo que es importante y lo que no lo es. Perderemos la compasión. Ganaremos el mundo, pero perderemos nuestra alma (Marcos 8: 36-37). Se libre para Dios Yo estoy necesitando una limpieza interna parecida a la que hizo el Salvador en el templo de Jerusalén; un desprenderme del desastre de lo que es secundario que le bloquea el camino a ese vacío central de máxima importancia que solo se puede llenar con la presencia de Dios. Una pregunta para meditar ¿cómo describirías tu <> en tu vida; esa cosa que como podría estar <> de tu experiencia con Dios?

Día 3 De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16 De tal manera amó Dios –“De tal manera amó Dios al mundo”: Percibimos un poco la grandeza del amor divino que abarca a todos los hombres, y nos maravillamos de este amor. El mundo rechazó a su Creador, lo deshonró, despreció y ultrajó a su Hijo enviado a los hombres. Pero a pesar de esto, Dios ama a sus criaturas. –“Ha dado a su Hijo unigénito”: Lo dio por personas inicuas. ¡Este fue el precio infinitamente elevado que el amor de Dios pagó! El Dios justo dio la prueba de su amor al enviar a su Hijo unigénito y muy amado, hecho hombre, a esta tierra. Él vino para borrar, mediante su sacrificio, el deshonor que el hombre había hecho a su Creador. Y más aún, cargó con mis pecados y sufrió en la cruz el juicio que yo merecía. Él me da la gracia divina. ¡Qué compasión! –“Para que todo aquel que en él cree”: ¡Todos son interpelados, sin excepción! La Biblia nos dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”. –“No se pierda”: El mensaje de Dios no es un mensaje basado en amenazas; es un mensaje de gozo. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva. ¿Qué ocurre si alguien no acepta el ofrecimiento de Dios? Su fin será la perdición. Dios mismo expresa esto en términos muy fuertes. –“Mas tenga vida eterna”: El que acepta a Jesucristo como su Salvador tiene la vida eterna. ¿A partir de cuándo empieza esta vida eterna? Desde el momento en que una persona se vuelve a Dios. ¡Y esto puede tener lugar aquí y ahora mismo! “El que tiene al Hijo (de Dios), tiene la vida” (1 Juan 5:12).

Día 4 (Jesús dijo:) Tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Juan 10:16 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer... todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Gálatas 3:28 Un solo rebaño: La unidad de los cristianos Para las personas que vivieron en la época de Jesús, la humanidad estaba dividida en dos grupos: los “judíos”, prácticamente los únicos que creían en el Dios único, y aquellos a quienes ellos llamaban los “griegos”, es decir, los pueblos paganos que tenían religiones politeístas. Luego los que por la fe creyeron en el Señor Jesús, formaron una tercera categoría: los cristianos. La religión judía era el “redil”, el aprisco donde las ovejas estaban protegidas, pero también como encerradas. La voz del buen Pastor resonó en ese aprisco. Entonces hubo ovejas que oyeron y siguieron al Señor Jesús, el “Buen Pastor”, quien dio su vida por sus ovejas (Juan 10:1-30). Su voz también fue oída al exterior de ese aprisco, y “otras ovejas” fueron traídas de otros pueblos. Ahora existe un solo rebaño reunido gracias a los cuidados y al poder del único Pastor. ¡Esta es la unidad de los cristianos! También está representada por la imagen de una única familia que tiene a Dios como Padre, y por la de un único cuerpo cuya cabeza es Cristo. Pero hay una ternura muy especial en el hecho de que el único rebaño de creyentes, en la tierra, pertenezca enteramente al Señor. Y en medio de ese inmenso rebaño, cada oveja está unida individualmente al Pastor en una intimidad que solo ella conoce. “A sus ovejas llama por nombre” (Juan 10:3). Jesús nos asegura: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (v. 14).

Día 5 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32 Reflexiones sobre el perdón «El perdón es la llave que desbloquea la puerta del rencor y las esposas* del odio. Es un poder que rompe las cadenas de la amargura», escribió una superviviente de los campos de concentración. También pudo orar así: «Te doy gracias, Padre, porque tu amor es más fuerte que mi odio y mi amargura». Es indispensable perdonar sin tardar, de otra manera la influencia del resentimiento y de la amargura será cada vez más fuerte. ¿Queremos vivir en la esclavitud de la amargura, o más bien en la libertad del perdón? No obtendremos la curación tratando de ahogar nuestro dolor o evitando pensar en él. Debemos dejar que el Señor Jesús quite la amargura de nuestras vidas, de otra manera esta invadirá nuestro corazón y ya no quedará más lugar para el amor. Por la fe, perdonemos aunque no queramos. El perdón no es una opción, sino un mandamiento del Señor Jesucristo a sus discípulos, y una consecuencia del hecho de que Dios nos perdonó. Dejémonos penetrar por la inmensidad de la gracia de Dios que nos perdonó mucho más (Mateo 18:21-22). Para perdonar no es necesario esperar que el ofendido reconozca sus errores. Siempre podemos, con la ayuda del Señor Jesús, decidir perdonar y orar por la persona en cuestión. Nuestra actitud debe mostrar que ya no tenemos rencor o resentimiento contra ella, incluso si la situación no está totalmente resuelta. ¡Este es el camino del amor y de la libertad! *) Esposas: En este sentido, se trata de una pareja de manillas unidas entre sí con las que aprisionan las muñecas de alguien.

Día 6 Angustia y dolor había yo hallado. Entonces invoqué el nombre del Señor, diciendo: Oh Señor, libra ahora mi alma. Tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar. Salmo 116:3-4, 8 (Jesús dijo:) Al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37 ¿De dónde vienes tú, y a dónde vas? Las preguntas de la Biblia (lea Génesis 16) Agar, aquella esclava egipcia maltratada por su señora, seguramente veía muy sombrío su futuro. Había huido y estaba sola en el desierto, sin recursos y... ¡embarazada! Una esclava no tenía ningún derecho. Tampoco tenía quién la defendiese. ¿Qué sería de ella? Dios vino a su encuentro, la detuvo en su huida y le dijo: “¿De dónde vienes tú, y a dónde vas?”. Agar respondió humildemente, y Dios le dio el único consejo posible: “Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano”. Luego le prometió que el hijo que estaba esperando daría origen a un gran pueblo, y le pidió que le pusiera por nombre Ismael (que significa “Dios ha oído”). Agar respondió: “Tú eres Dios que ve”. Dios conocía su tristeza y se había acercado a ella. Ahora ya no estaba sola en el desierto, y sabía que Dios se interesaba en ella. Usted que lee estas líneas, quizás esté desesperado, pero anímese, Dios conoce su tristeza. Agar no tenía esperanza, pero en Dios encontró un consuelo que respondía a su sufrimiento. ¡Haga como ella, escuche las promesas de Dios, crea en su Palabra! Háblele y dígale: «Tú eres mi Dios, el que me ve, el que se revela a mí». Deje su mal camino y regrese a donde Dios quiere que usted esté, incluso si tiene que bajar la cabeza. El Señor le reserva una esperanza más bella de lo que usted se puede imaginar.