Año de la
Restauración
Noviembre
: Generosidad
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En los
Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de
la guía devocional. Los niños en su diario escriben:
Nombre o
Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica.
DIA 1 Fíate del Señor de
todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos
tus caminos, y él enderezará tus veredas... Teme al Señor, y apártate del
mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos. Proverbios 3:5-8
¿Y mañana?
Muchas personas,
ante la avalancha de consejos y advertencias para proteger el planeta o
cuidar nuestra salud, reaccionan y se someten a una higiene de vida muy
estricta. Pero, ¿basta esto para darnos la seguridad sobre el futuro? ¿Qué
sucederá mañana?
Nuestro mañana será
diferente si recibimos las palabras de Dios. Pero, ¿le damos crédito a Dios,
o preferimos fiarnos de nuestra propia sabiduría?
Obviamente, creer lo
que Dios dice es ver muy lejos, más lejos que el futuro inmediato, es la
seguridad de una eternidad junto a Dios, completamente feliz. Pero quizás, y
con razón, el día de hoy le preocupe y le impida ver más lejos. ¡A lo mejor
usted no puede comprender qué beneficio le aportará el hecho de creer en Dios
desde hoy!
Dios quiere darse a
conocer a cada uno de nosotros como Aquel cuyo amor sobrepasa toda esperanza.
Nos asegura aquello que nadie puede darnos: un futuro sin sombras en su
presencia, y desde ahora la paz interior y el gozo, incluso en la adversidad.
¡Sí, aquello que los hombres buscan desesperadamente sin Dios, solo se
encuentra en él!
Pero, dirá usted: si
Dios existe, ¿cómo podría acercarse a él alguien como yo? Ciertamente esto no
es posible... sin pasar por Jesucristo. Él se acercó a nosotros para
atraernos a él. Nos pide que oremos con fe, que creamos que él hizo todo para
llevarnos a Dios. ¡Lea el Evangelio, créalo, y así podrá mirar el futuro con
confianza!
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DIA 2 Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el
firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una
noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es
oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo
sus palabras.
Salmo 19:1-4
Alaben la misericordia del Señor, y sus maravillas para con los hijos de
los hombres. Salmo 107:31
La voz de la creación
Un cristiano de la
ex República democrática alemana cuenta lo siguiente: «En el koljós (granja
colectiva) teníamos un jefe muy difícil. Pero cierto día llegó al trabajo
totalmente transformado. Todos notamos el cambio inmediatamente. Nos trataba
bien, no maldecía y nos ayudaba mucho. Durante la pausa nos contó lo
siguiente:
Hace algunos días
fui a dar un paseo. Era tarde, ya estaba oscuro, pero el cielo estaba
estrellado. Esto me impresionó. Entonces empecé a dudar: ¿Todo esto pudo
crearse solo? ¡Imposible! Para toda construcción se necesita un arquitecto,
un ingeniero... ¿Este universo se habrá creado solo? ¡Qué terrible error!
Derrotado, me incliné entonces ante el Creador. Pero Dios prosiguió la obra
que había empezado en mí: encontré la paz confesando mis pecados y creyendo
en Jesucristo. Ahora quiero servir a Aquel que murió por mí y que creó toda
esta maravillosa naturaleza.
Ese cambio consternó
a nuestros compañeros, sin embargo respetaron a su superior. Y nosotros, los
cristianos, vivimos este cambio como un regalo de Dios. Desde entonces
nuestro jefe se convirtió en un amigo y hermano para nosotros. Nos aportó una
valiosa ayuda y fue un testigo fiel a su Señor.
Dios utilizó la voz
de la creación para llevar a cabo esta conversión milagrosa».
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DIA 3
Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera
cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5:14-15
Dios es accesible
Antes de hacer una
petición para obtener algo, nos preguntamos si la persona a quien nos vamos a
dirigir puede darnos una respuesta satisfactoria. También tratamos de buscar
el momento preciso para no molestarla y ser bien recibidos.
¡Qué diferencia con
la acogida que tenemos cuando acudimos a Dios! Sabemos que él es
todopoderoso, que nos ama: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que
lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas?” (Romanos 8:32). Podemos dirigirnos a él libremente, en todo tiempo,
sin temor a molestarlo (Lucas 11:5-13).
¡Sí, en teoría
sabemos todo esto! Pero, ¿lo creemos realmente cuando nos dirigimos a él? ¿No
nos sucede que a veces oramos pensando que no nos va a responder? ¿Por qué
sucede esto? Sencillamente porque nos hacemos una imagen de Dios a la medida
de lo que es el hombre. Sin embargo, la Biblia nos habla de diferentes
caracteres de Dios: su poder que libera, su fidelidad a sus promesas, su
bondad en sus cuidados diarios...
Jesús vino a
dárnoslo a conocer como Padre. “El Padre mismo os ama” (Juan 16:27). “Mirad
cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por
esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él” (1 Juan 3:1).
Aprendamos a conocerle en esta maravillosa relación. Esto nos llevará a
comprender mejor su voluntad y en consecuencia a orar con mayor inteligencia
y oportunamente.
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DIA
4
He visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra
que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la
hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla.
Eclesiastés 8:17
Le dije no a Dios
Jean Rostand declara
en su libro «Inquietudes de un biólogo»: «Cuanto menos creemos en Dios, mejor
comprendemos que otros crean». Y en cuanto al tema de la fe, en el mismo
artículo declara: «Me hago la pregunta cada día, sin cesar... Dije no a Dios
afirmando las cosas un poco brutalmente, pero a cada paso la pregunta
resurge. Me pregunto: ¿Es posible? Con respecto al azar, por ejemplo, me
repito: no puede ser el azar el que combine los átomos. Pero entonces ¿cómo
es posible?...
Biológicamente me
parece difícil explicar incluso una flor mediante el azar. Me falta algo...
siempre aparece la misma cadena de preguntas. Les doy vueltas... Estoy
obsesionado, sí, obsesionado, si no es por Dios, por lo menos lo es por el
no-Dios».
Apreciamos la
sinceridad del científico y deploramos su rechazo a introducir a Dios en su
pensamiento. Trata de buscar por sí mismo el gran misterio de la vida, ¡y es
en vano! Se queda con las preguntas que no le dan ninguna paz. Pero, incluso
si hubiese aceptado que Dios llamó todas las cosas a la existencia, sacando
los mundos de la nada, todavía no conocería al Dios Salvador. Y la obra de la
salvación a favor de cada una de sus criaturas es tan incomprensible como la
obra de la creación: Dios dio a su Hijo para salvar a seres moralmente
miserables como nosotros. ¿Puede haber algo más grande?
Dios “hace cosas
grandes e incomprensibles, Y maravillosas, sin número” (Job 9:10).
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DIA 5
(Dios dijo:) Bienaventurado el hombre que me escucha. Proverbios 8:34
Mis siervos cantarán por júbilo del corazón. Isaías 65:14
¡Qué felicidad!
Esta era la
expresión favorita y a menudo repetida por los presentadores de un programa
que atraía a millones de telespectadores. ¡Pero la realidad era totalmente
diferente! Interrogadas al final de la serie de programas, las personas que
habían sido invitadas a participar hacían un balance triste y amargo. Una de
ellas dijo que lo único que habían hecho era explotar su ingenuidad, otras declararon que todo era
hipocresía. ¡Qué lejos estaban de la felicidad!
Debemos reconocer
que este mundo solo nos propone una felicidad artificial, virtual y
mentirosa; los momentos de alegría pasajera que nos ofrece solo son
artificios y engaños.
Desde que el pecado
entró en el mundo (Romanos 5:12), el hombre que vive sin Dios está privado de
la verdadera felicidad. Cuando cree haberla encontrado, solo se trata de una
impresión fugaz, pasajera, y nunca duradera. La Biblia precisa: “Si aquel
viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo
lugar?” (Eclesiastés 6:6).
La verdadera felicidad
solo puede venir de un acercamiento a Dios. Jesucristo el Salvador dio su
vida perfecta y justa por amor a nosotros, para salvarnos de la muerte eterna
y para que estemos en paz con Dios. Un amor así va más allá de la razón, pero
confiere al corazón paz y gozo (Gálatas 5:22). La Biblia nos invita a ir a
Dios para conocer su paz y la verdadera felicidad, eterna, obtenida por el
amor de Jesús.
“Ciertamente el bien
y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del
Señor moraré por largos días” (Salmo 23:6).
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