Año de la
Restauración
Diciembre : Gratitud
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En los
Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de
la guía devocional.
Los niños en su diario escriben:
Nombre o
Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner
en práctica.
DIA 1 Todas las cosas
están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Hebreos 4:13
Hablad verdad. Efesios 4:25
El que camina en su rectitud teme al Señor. Proverbios 14:2
Ser verdadero
El Señor Jesús,
quien sabe hablar con dulzura y ternura, a veces empleó palabras que nos
parecen duras. Incluso trató de hipócritas a ciertos hombres religiosos. Su
meta era descubrir el estado moral de ellos para que tomaran conciencia de su
propia maldad.
La palabra
“hipócrita” utilizada por el Señor es originaria del lenguaje teatral
antiguo. Significaba “actor” y describía, por extensión, una persona que al
representar un papel, mostraba un rostro que no era el suyo. La hipocresía
es, pues, una mentira que puede manifestarse tanto en el comportamiento como
en las palabras.
Amigos cristianos,
se puede ser hipócrita sin darse cuenta de ello. Por debilidad o cobardía se
corre el riesgo de mentirse a sí mismo tanto como a los demás. Jesús, quien
es “la verdad” (Juan 14:6), mostró mucha energía para denunciar la
hipocresía.
Evitemos pronunciar
frases estereotipadas que no correspondan a nuestra convicción o a nuestro
pensamiento. Seamos rectos, reconozcamos nuestros temores, dudas y
debilidades. Mostrémonos tales como somos, frente al Señor y ante nuestros
semejantes, sin ambigüedad ni rodeos.
Jesús, hombre
perfecto a quien se le preguntaba: “¿Tú quién eres?”, pudo responder: “Lo que
desde el principio os he dicho” (Juan 8:25). Verdaderamente su pensamiento no
iba más allá de su palabra (Salmo 17:3). Pidámosle la fuerza moral para poner
en práctica lo que sabemos que es verdad.
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DIA 2 Yo (Jesús) os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. Lucas 11:9
¿Qué puedo hacer por ti?
–“¿Qué te haré yo?”,
preguntó el profeta Eliseo a una viuda (2 Reyes 4:2). Esta mujer tenía deudas
y no poseía ningún recurso. Eliseo añadió: “Declárame qué tienes en casa”. La
respuesta fue elocuente: “Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija
de aceite”. Él respondió satisfaciendo las necesidades de aquel hogar
mediante una abundancia de aceite. Las deudas fueron pagadas y la familia
alimentada.
–“¿Qué, pues,
haremos por ella?” (2 Reyes 4:14), preguntó más tarde Eliseo a su siervo con
respecto a otra mujer, pero esta vez era una mujer rica. La respuesta fue
precisa: “He aquí que ella no tiene hijo”. El profeta llamó a la mujer y le
hizo esta promesa: “Abrazarás un hijo” (2 Reyes 4:16). Y la promesa se
cumplió.
–“¿Qué quieres que
te haga?”, preguntó Jesús al ciego Bartimeo. La respuesta fue inmediata:
“Maestro, que recobre la vista” (Marcos 10:51). Fue precisamente su ceguera
lo que hizo que Bartimeo fuese a Jesús. Mediante una palabra Jesús le abrió
los ojos, respondiendo a su fe de una manera extraordinaria.
Estos ejemplos nos
animan a dirigirnos sencillamente a Dios, sin hacer discursos inútiles. No
pensemos que es necesario emplear fórmulas consagradas para exponer a Dios
nuestra situación o la de los demás. Tengamos la sencillez de decirle: «Este
es el caso, necesitamos tu ayuda». Su respuesta siempre estará adaptada a
nuestras necesidades.
Hoy Dios pregunta a
cada uno de nosotros: ¿Qué puedo hacer por ti? La respuesta es un asunto
personal entre él y nosotros.
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DIA 3
Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por
qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más
justo que él? Habacuc 1:13
Oíd, y vivirá vuestra alma. Isaías 55:3
Dios no se calla
Cuando ocurren
hechos dramáticos, a veces oímos decir: «¿Cómo puede Dios callar mientras
suceden tantas cosas horribles en la tierra?».
Dios no es visible
para el ojo humano (Juan 1:18), pero, ¿cómo podemos decir que no habla, que
no se manifiesta? Toda la naturaleza expresa su poder eterno y su divinidad
(Romanos 1:20), los cielos (el cosmos o el universo) cuentan la gloria de
Dios (Salmo 19:1). La Biblia es la auténtica Palabra de Dios. Nos habló por
los profetas del Antiguo Testamento y más tarde lo hizo a través de
Jesucristo.
La Biblia se dirige
a los hombres tales como son, es decir, todos pecadores e incapaces de estar
ante su gloria (Romanos 3:23). ¿Cuál es su mensaje? “Venid luego, dice el
Señor, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la
nieve serán emblanquecidos” (Isaías 1:18). Dios no permaneció indiferente a
nuestro estado de pecadores perdidos, sino que envió a su Hijo Jesús para que
sufriese en nuestro lugar el juicio que merecíamos. Jesús mismo declara a
cada uno de nosotros: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Dios no se calla,
sino que se dirige a usted con bondad mediante su Palabra, la Biblia: “Si
oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la
provocación” (Hebreos 3:15). Dios le ama y le habla: ¿Le hablaría en vano?
“Sin embargo, en una
o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende” (Job 33:14).
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DIA
4
La verdad... está en Jesús. Efesios 4:21
(Jesús dijo:) Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí. Tu palabra es verdad. Juan 14:6; 17:17
La verdad
«Verdadero en este
lado de los Pirineos (Los Pirineos: Serranía que separa España de Francia),
falso en el otro», decía el filósofo Blaise Pascal (Pensamientos, 294). Con
esto quería decir que todas las verdades enunciadas por los hombres son
relativas. Lo que parece verdadero en una época, puede ser desmentido en
otra. Lo que se llama verdad en un lugar, no lo es automáticamente en otro. Y
lo que a mí me parece justo, no lo es necesariamente para mi vecino.
Pero solo estamos
hablando de verdades humanas. Ahora bien, Jesús se presenta como la verdad.
Él es, efectivamente, la verdad divina y absoluta de todos los tiempos, en
todo lugar y para todos. ¡Lo es tanto en el cielo como en la tierra! ¡Es la
verdad eterna! Es la verdad en total contraste con Satanás, quien “es
mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
Si usted tiene sed
de verdad, búsquela en Jesús y en su mensaje. La Biblia también es la verdad,
porque es la Palabra de Dios. Al leerla hallará una descripción precisa de lo
que ocurre en el fondo de su corazón, e igualmente una presentación exacta
del mundo en su conjunto. Pero, sobre todo, descubrirá lo que Dios piensa de
usted, y el amor que le tiene. Aprenderá que su pecado le expone al juicio de
Dios, pero que Su gracia también le ofrece la liberación de ese juicio
mediante la fe en Jesucristo, pues él murió por usted en la cruz.
¡Esta es la verdad
anunciada por el Dios de verdad! En vez de especular en función de las
corrientes de pensamiento humano, básese en Aquel que es “el verdadero Dios,
y la vida eterna” (1 Juan 5:20).
*) Los
Pirineos: Serranía que separa España de Francia.
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DIA 5
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su
hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir. Eclesiastés 3:1-2
(Dios dijo:) En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he
socorrido. 2 Corintios 6:2
El tiempo pasa
Cuando fuimos a
visitar a un amigo al hospital, pasamos por un pasillo llamado «Bulevar del
tiempo que pasa». Los que lo llamaron así, sin duda se dieron cuenta de que
el tiempo huye y no hay nada que pueda detenerlo. Pensamos en los que están
sentados en la sala de espera con este cartel frente a ellos. Tiempo lleno de
incertidumbre, de inquietud cuando hay que esperar el resultado de un examen,
de un análisis, o el diagnóstico del médico. Tiempo que parece perdido para
algunos. Tiempo en que la paciencia es puesta a prueba.
El tiempo parece
pasar cada vez más rápido con la edad. “Mis días han sido más ligeros que un
correo” (Job 9:25). El tiempo se nos escapa, pero ¿a dónde vamos? El cartel
podría haber indicado: «Bulevar de nuestra vida». En el hospital vemos nacer
a la gente, la vemos vivir con tristezas y sufrimientos, y la vemos morir. El
tiempo no nos pertenece, pero el cristiano puede decir con confianza: “En tu
mano están mis tiempos” (Salmo 31:15). Sabe que Dios conduce todo y que todas
las cosas ayudan a bien a los que lo aman (Romanos 8:28).
¡Qué tranquilidad
poder descansar en Dios, pues si la duración de nuestra vida está totalmente
en sus manos, todo nuestro ser también lo está! (Job 12:10). Dios quiere
llevarnos al descanso de su presencia dándonos la vida eterna mediante la fe
en Jesucristo.
En el tiempo que nos
queda por vivir, ¿no queremos depositar nuestra confianza en el Señor? “La
mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan” (Esdras
8:22).
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