Verso
para Memorizar de mes:
En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:10
Los estudiantes escriben en su cuaderno:
Titulo de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión
y 2. Aplicación para su vida. (Personal)
¿Quién
subió al cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién
ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?
¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?
Proverbios 30:4
Más
allá del mundo visible
El hombre, ser inteligente y sensible, no ha
cesado de aumentar su conocimiento del mundo visible. Estamos maravillados al
ver cuántos secretos el hombre logra desvelar poco a poco, mediante la
ciencia, en ámbitos que hasta ahora habían estado cerrados. ¡Y admiramos todo
lo que consigue hacer!
Pero aunque el ser humano tiene grandes
capacidades y aspiraciones, aunque su curiosidad para tratar de comprender
parece ilimitada, siempre será superado. El mundo visible es demasiado vasto,
y su organización demasiado misteriosa para que el pensamiento humano consiga
comprenderlo enteramente. Los grandes pensadores se pierden, y solo levantan
minúsculas esquinas del velo que les esconde la realidad de las cosas. En
esta búsqueda sin fin, solo hay descanso para el que cree sencillamente en un
Dios creador. Sabe y ve que Dios hizo cada cosa hermosa desde el principio,
incluso si posteriormente el mal estropeó todo cuando el hombre no quiso
escuchar a su Creador.
Pero este rechazo no pudo detener a ese Dios
creador. Todo lo contrario, su grandeza brilla en su plan de salvación a
favor del hombre que lo rechazó. Se reveló en Jesucristo, su Hijo, quien
vivió entre los hombres. Para el hombre, este es el único medio de ser
liberado de su rebelión, y de descubrir quién es Dios, su santidad, pero
también su gracia perfecta para todo el que le recibe como Salvador. Este
conocimiento de Dios, que va mucho más allá del mundo material, es el
privilegio de aquel que recibe por la fe la salvación de Dios.
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Día
2. Tarea en Familia: Este devocional debe hacer con buen resumen
en el cuaderno y leer en FAMILIA. LOS PADRES DEBEN FIRMAR EL CUADERNO
DEVOCIONAL
EL AMOR ES EL FUNDAMENTO DE TODO
En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
1 Juan 4:10
Dios no
nos ama porque lo merezcamos, sino porque Él es amor. Si Él exigiera que
probáramos ser dignos de su amor, fracasaríamos de manera lamentable. Cada día
le daría justificación de sobra para rechazarnos y deshacerse de nosotros.
Sin embargo, el amor de Dios es una decisión que toma gracias a quien es Él.
Es algo que recibimos de su parte y que luego transmitimos a los demás. Una
familia se debe sostener y fundamentar en Dios, en AMOR.
Este
cimiento o base de la familia es superior a las crisis problemas, a las
emociones, sentimientos. Entonces Dios
nos enseña a amar como Él Quiere.
El desafío de la semana:
Copia
en tu cuaderno esta oración, hoy la familia se reúne y hacen Juntos esta
Oración con fe y sinceridad:
“Señor: Te damos gracias por tu amor compasivo. Enséñanos
a amarnos como tú nos amas y a perdonarnos cuando nos aferramos a nuestro
egoísmo. Renueva en nosotros un corazón limpio para tu gloria. Ene le nombre
de Jesús, amén”
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Día 3
¿Quién
te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por
qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
A fin
de que nadie se jacte en su presencia (de Dios). 1 Corintios 4:7; 1:29
¡Gracias
a Dios por su don inefable! 2 Corintios 9:15
¿Quién
le dio a él primero?
El apóstol Pablo, maravillado
por la sabiduría y la gracia de Dios, exclamó: “¿Quién le dio a él primero,
para que le fuese recompensado?” (Romanos 11:35). De hecho, ningún hombre tiene
la capacidad de dar a Dios primero, de manera que Dios le deba algo a cambio.
Dios no debe nada a nadie, y si da liberal y gratuitamente, es según su
soberana voluntad. Es “el Dios de toda gracia” (1 Pedro 5:10).
Eso pone al hombre, criatura de
Dios, en su lugar correcto ante “quien da a todos vida y aliento y todas las
cosas” (Hechos 17:25). La vida, las facultades y todo lo que Dios estimó que
era bueno darme, yo se lo debo. Lo que en su sabiduría consideró bueno no
darme, no debo reclamárselo, como si se tratase de un derecho que Dios no
quiere reconocerme.
Usted que cree que consiguió
una hermosa situación gracias a sus esfuerzos y su inteligencia, ¿ya
respondió esta sencilla pregunta?: “¿Quién dio al espíritu inteligencia?”
(Job 38:36). Su buena salud, que le ha permitido trabajar, ¿la merece más que
su vecino o el que está en una cama de hospital?
El Creador colmó de bienes al
hombre, pero este se volvió pecador y desdichado, porque no se contentó con
lo que Dios le había dado. Entonces, viendo su miseria, Dios dio a su
criatura, rebelde e indigna, un regalo supremo: ¡le dio a su Hijo unigénito
muy amado como Salvador! (Juan 3:16). ¡Es un don gratuito, basta aceptarlo
como tal!
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Día 4
EL AMOR ES EL FUNDAMENTO DE TODO
Amados,
si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.
1 Juan 4:11
El Amor del cual hablamos proviene de Dios, solo
se puede disfrutar si Él está en Ti, este tipo de amor debe convertirse en tu
estilo de vida. Si experimentas este amor será más fácil y de manera genuina amar
a los demás.
El desafío de la semana:
¿Cómo fue la experiencia de orar juntos y pedir a
Dios manifestará su amor en casa?
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Día 5
Alabad
al Señor, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia.
Alabaré
al Señor con todo el corazón en la compañía y congregación de los rectos.
Grandes son las obras del Señor. Salmo 111:1-2
Alabar
y celebrar
Celebrar es participar juntos
en un acontecimiento importante, por ejemplo una boda. En todas las culturas
encontramos esa necesidad de celebrar, de festejar... Nuestra época trata de
satisfacer esa necesidad mediante grandes celebraciones deportivas,
musicales...
Pero, ¿responden ellas a las
necesidades de nuestro corazón? En presencia del amor y de la grandeza de
Dios, el cristiano se siente movido a alabar a su Dios.
Alabar a Dios es expresarle
nuestra admiración ante lo que él es. Cuando experimentamos el amor de Dios,
cuando por la fe contemplamos su gloria, el gozo brota de nuestros corazones
y anhelamos expresar ese amor, proclamarlo, darlo a conocer. Es un gozo individual
o compartido, una comunión con el Padre y el Hijo mediante el Espíritu.
¿Es necesario formar parte de
un coro para alabar a Dios? ¿Hay que saber hablar o cantar bien? ¿Qué nos
dice Jesús? “¿Nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste
la alabanza?” (Mateo 21:16). Los niños son muy preciosos para el Señor. Lo
alegran mediante la frescura de sus alabanzas. Tienen esa capacidad de vivir
el momento presente intensamente, de expresar su gozo con simplicidad. Amigos
cristianos, aprendamos a alabar a Dios de este modo, con gozo y sinceridad.
Lo hacemos con nuestras palabras en oraciones y con nuestros cánticos.
“Ofrezcamos siempre a Dios... sacrificio de alabanza, es decir, fruto de
labios” (Hebreos 13:15).
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Día 6
En ti,
oh Señor, he confiado; no sea yo confundido jamás; líbrame en tu justicia.
Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para
salvarme. Salmo
31:1-2
Sé tú
mi roca fuerte
Ciertas regiones de nuestro
planeta se ven afectadas de forma endémica por graves terremotos. Todos
recordamos el terrible seísmo de marzo del 2011 en Japón y sus consecuencias
catastróficas. Hace algunos años, los científicos publicaron el «World Stress
Map». Esta obra, regularmente actualizada, informa sobre las fuerzas que
están detrás de los movimientos de la corteza terrestre, en más de 14.000
partes del planeta. ¿Qué revela este estudio? En muchas partes del mundo, los
riesgos de terremotos son previsibles, y ciudades de varios millones de
habitantes están en zonas muy críticas.
Esto nos asusta, y frases como:
«No hay riesgo de que eso nos suceda», son cada vez menos realistas. En esta
situación, los cristianos no ocupan un lugar privilegiado. Dios no les
garantiza que serán guardados de las calamidades. Sin embargo, la promesa de
su Señor tiene más valor que la seguridad circundante. Jesús afirma: “Yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).
El creyente, aquel que
pertenece a Dios mediante la fe en Jesucristo, está seguro en sus manos, incluso
si la muerte viene. “El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”, dijo
Jesús (Juan 11:25). Durante su vida también, en cada tempestad, el cristiano
ve la mano de Dios que lo libra de grandes peligros. ¡Nunca está solo! ¡Esta
es la promesa de Dios!
“Estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”
(Josué 1:5).
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