Devocional
32 Octubre 26-31 2015
Palabra Rhema del año: “Todos
los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí
vencedor y me senté con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21
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Frase para
resaltar del mes: En CDA Colombia Reconocemos:
Que buscamos aprender para ser transformados. No solo para acumular
datos y conocimiento.
TEMA: EL AÑO DE LA CONQUISTA
“SE
REQUIERE PARA LA CONQUISTA la PALABRA DE DIOS”
Verso Para Memorizar: Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que
de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo
que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te
saldrá bien. Josué 1:8
PRIMER DIA DE LA SEMANA:
¿PARA QUIÉN FUE ESCRITA LA BIBLIA?
La Biblia es una de las fuentes de revelación
divina para la humanidad. Lo cual significa que:
- Dios
quiso revelarse a los hombres a través de su Palabra.
- La
Biblia fue escrita para todos.
- Usted
puede entender la Biblia.
Lamentablemente muchos creyentes tienen la idea que
no van a poder entender la Biblia. Piensan que fue escrita para teólogos o para
ministros, de manera que se limitan a escuchar conferencias y sermones de “los
entendidos en la Palabra” o a leer libros sobre la Biblia en vez de estudiarla
por sí mismos. Lo sorprendente es que la Biblia fue escrita para la gente
común. El Señor dice en su Palabra:
“Os escribo a vosotros,
hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre ...
porque habéis conocido al Padre”. 1Juan 2:12-13)
Resulta evidente que los “hijitos”, o sea los
cristianos recién convertidos, pueden entender la Biblia. Y esto significa que ¡usted
también puede entender la Biblia! Lo importante es que nos lleguemos a
ella en una actitud sencilla, con una mente sumisa a la acción del Espíritu
Santo, y con un corazón enseñable.
A pesar de que existen pasajes difíciles, podemos
decir que es mucho más lo que sí entendemos que lo que dejamos de entender, y
no hay razón para perderse de una inmensa bendición por unos pocos pasajes
difíciles.
Podríamos decir que para “llegar al Cielo” es
suficiente con conocer Juan 3:16, pero si queremos tener una vida victoriosa y
feliz, tendremos que alimentarnos regularmente con la Palabra de
Dios.
Es necesario, eso sí, saber que el estudio de la
Palabra exige el esfuerzo más grande que se nos puede pedir, el de pensar;
pero es la única forma en que se puede aprender.
¿QUÉ DEBE HACER UN HIJO DE DIOS CON LA BIBLIA?
Hay cinco cosas que debemos hacer con la Palabra de Dios.
1. RECIBIRLA
2. ESTUDIARLA
3. MEMORIZARLA
4. MEDITARLA
5. OBEDECERLA
SEGUNDO DIA DE LA SEMANA.
1. - RECIBIRLA: OYENDO.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de
Dios.” (Romanos 10:17)
“Oraba yo pidiendo fe, y pensaba que algún día la fe
caería sobre mi desde el cielo, como un rayo. Pero la fe no parecía venir. Un
día leí en el capítulo 10 de Romanos, “La fe es por el oír; y el oír es por la
Palabra de Dios”. Antes cerraba mi Biblia, y pedía la fe. Ahora abro mi Biblia
y comienzo a estudiar, y desde entonces mi fe no ha cesado de crecer.” D. L.
Moody
RECIBIRLA: LEYENDO.
“Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su
vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las
palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra...”
(Deuteronomio 17:19)
La lectura bíblica: Se
caracteriza por una lectura rápida de una porción extensa, uno o varios
capítulos. Es una lectura panorámica, de las grandes obras de Dios a través de
la historia, de lo que Él ha dicho o ha hecho. Esta forma de acercarnos a la
Biblia tiene como meta extraer las ideas generales y no los detalles.
2. MEDITARLA:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino
que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo
lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te
saldrá bien.” (Josué 1:8)
La meditación bíblica. Se
caracteriza por pensar detenidamente en un versículo o en una idea de una
porción de la Escritura. Enfatiza nuestra relación íntima con Dios y la
respuesta personal de su Palabra. El propósito es tener un diálogo íntimo con
Dios.
TERCER DIA DE LA
SEMANA:
3. MEMORIZARLA:
“Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he
dicho,” (Deuteronomio 6:6)
4. ESTUDIARLA:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece
que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.”
(Juan 5:39)
El estudio bíblico. Implica
una cuidadosa observación de cómo se relacionan entre sí las distintas partes
del pasaje. Tiene como propósito buscar y captar el significado más profundo del
texto.
CUARTO DIA DE LA SEMANA:
5. OBEDECERLA:
“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con
corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”
(Lucas 8:15)
Cada vez que acudamos a la Palabra, debemos hacerlo en
total dependencia al Espíritu Santo, su autor. Y es recomendable hacerse las
siguientes preguntas:
·
¿Qué dice el Pasaje?
·
¿Qué me enseña acerca de Dios?
·
¿Contiene alguna promesa?
·
¿Contiene algún precepto que yo deba
obedecer?
·
¿Cómo puedo aplicar el contenido a mi vida?
QUINTO DIA DE LA SEMANA: DIOS HABLA A LOS HOMBRES
(Dios) nos ha hablado por el Hijo. Hebreos 1:2
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Hebreos 2:1
Mirad que no desechéis al que habla. Hebreos 12:25
En este mundo donde oímos tantas voces discordantes y
contradictorias, Dios también habla. Sus palabras están en la Biblia. Este
Libro no es sólo un libro destacado entre otros, sino el Único, la Verdad, la
Palabra de Dios.
Dios es infinito, está por encima de todo, por ello es muy normal que nuestra inteligencia no pueda elevarse hasta él mediante el razonamiento, pues el hombre sólo puede conocer a Dios en la medida en que Dios se le revele.
La naturaleza habla de un Creador poderoso y sabio. La conciencia habla de un Dios santo al que le horroriza el mal. Pero para dar a conocer al Dios salvador, el Dios que ama a su criatura y quiere que sea feliz, se necesitaba otro lenguaje: el de la Biblia, que no es ni una recopilación de instrucciones morales, ni un manual religioso reservado a gente erudita o a un clero. Si bien es cierto que contiene textos más difíciles que otros, todo lector de buena fe puede comprender su mensaje esencial.
Dios es infinito, está por encima de todo, por ello es muy normal que nuestra inteligencia no pueda elevarse hasta él mediante el razonamiento, pues el hombre sólo puede conocer a Dios en la medida en que Dios se le revele.
La naturaleza habla de un Creador poderoso y sabio. La conciencia habla de un Dios santo al que le horroriza el mal. Pero para dar a conocer al Dios salvador, el Dios que ama a su criatura y quiere que sea feliz, se necesitaba otro lenguaje: el de la Biblia, que no es ni una recopilación de instrucciones morales, ni un manual religioso reservado a gente erudita o a un clero. Si bien es cierto que contiene textos más difíciles que otros, todo lector de buena fe puede comprender su mensaje esencial.
La Biblia es la revelación del único Dios salvador al hombre
pecador. Ábrala con humildad, empezando por los evangelios; éstos cuentan cómo
Dios se hizo hombre para venir hasta nosotros. ¡Ya verá cuán directo y actual
es su lenguaje! Es como un espejo que muestra, sin esconder nada, lo que hay en
nuestro corazón, y revela el medio que Dios emplea para transformarlo.
Cómprese una Biblia o por lo menos un Nuevo Testamento (segunda
parte de la Biblia).
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