Devocional 36 Corazón Limpio

Devocional 36

Versículo de la semana:

Dios bendice a los que tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios. Dios bendice a los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Mateo 5:8-9

Primer día: Lectura Proverbios 31:10-21 usar Versiones NVI o NTV, después de hacer lectura. ¿Qué relación hay en cuanto a una vida integra? ¿Cuál o cuáles versículos han tocado su vida? Y ¿Cuál es su compromiso de cambio? ¿Qué relación hay en cuanto a una vida de integra?

Día Segundo: Integridad no es perfección pero si es buen ejemplo.

Los que decimos que Dios se encuentra en nuestro corazón estamos llamados a vivir con integridad, para lograr esto, la Palabra de Dios nos invita a  tener un corazón limpio y de esa manera vivir con el ejemplo que debe dar un creyente. Miremos la interesante ilustración:

Una misionera daba una “instrucción bíblica” en un salón Hindú, cuando una de las demás asistentes se levanto rápida y salió. Pasando un instante volvió, se sentó y siguió escuchando, ahora con la máxima atención, las palabras de la extranjera.

Al fin da la conferencia, ésta se atrevió a preguntarle: 
- ¿Qué os ha hecho salir del salón con tanta rapidez, señora? ¿Os molestó algo que yo estuviese enseñando?

La dama hindú, seria, con vos solemne, contestó: 
- Nos decías cosas tan hermosas, tan deseables de que fuesen ciertas, que yo salí.. 

Para preguntar a vuestro servidor, el “Chofer”, cómo vivíais en el seno de vuestro hogar. El, por su respuesta, me convenció que vivíais lo que enseñáis, y por esto volví para escucharos más atentamente. 

Ahora os pregunto: ¿Queréis ayudarme para que pueda yo también hallar a Jesucristo para que yo también posea la fuente de esa vida pura que nos predicáis con la palabra y el ejemplo?

Vivamos con corazón limpio, que el Rio de Dios por su Palabra y su Espíritu Santo limpie cada día nuestra vida y seamos ejemplo de coherencia para los demás.

Dios bendice a los que tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios. Dios bendice a los que procuran la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Mateo 5:8-9

Tarea para la semana: Escribe en tu cuaderno aquellas cosas que debes mejorar y en las cuales Dios debe trabajar en ti.

Tercer día: MENTIRAS

Tú, Señor, que conoces los corazones de todos. Hechos 1:24

Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Mateo 9:4

Un humorista dijo que el hombre recibió la facultad de hablar para disfrazar su pensamiento. Así es, el hecho de ocultar la verdad es un principio universal, sin el cual al hombre en su estado de pecado le sería casi inconcebible vivir en sociedad.
Por un lado tenemos la mentira del criminal que se obstina en negar sus hechos, incluso ante las evidencias más abrumadoras; por otro lado está el arte diplomático adornando lo mejor que puede las peores faltas. Igualmente vemos todos los grados de engaño del hombre de negocios que tiene la conciencia elástica. También existe lo que llamamos «mentiras piadosas», las cuales, por ejemplo, esconden a un enfermo su mal estado de salud, y en fin, vemos todo tipo de hipocresías.

¿Y qué decir de la facilidad con la cual nos esforzamos en escondernos a nosotros mismos nuestro propio estado moral? ¡Todos encontramos buenas excusas para nuestros errores! Como dice la Escritura: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas… ¿Quién lo conocerá? Yo el Señor” (Jeremías 17:9-10).

Dios lee nuestros pensamientos como si estuviesen escritos en un libro abierto. Lo que escondemos a los demás y tratamos de esconder a nosotros mismos, no se lo podemos ocultar a Dios. Él nos pide precisamente dejar que su luz nos penetre, que ponga al descubierto lo que somos, para llevarnos a decir: «Soy pecador, y mi único recurso es la gracia».
“Desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo” (Efesios 4:25).

Cuarto día: LA BIBLIA RESPONDE: Salmos 119:113-120

Según la porción de la Biblia. ¿Cuándo debo meditar en la Palabra de Dios? ¿Cómo adquiero inteligencia? ¿Qué produce la Palabra de Dios en mi?

Aborrezco a los hombres hipócritas;
    Mas amo tu ley.

¹¹⁴ Mi escondedero y mi escudo eres tú;
En tu palabra he esperado.

¹¹⁵ Apartaos de mí, malignos,
Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.

¹¹⁶ Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;
Y no quede yo avergonzado de mi esperanza.

¹¹⁷ Sosténme, y seré salvo,
Y me regocijaré siempre en tus estatutos.

¹¹⁸ Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos,
Porque su astucia es falsedad.

¹¹⁹ Como escorias hiciste consumir a todos los impíos de la tierra;
Por tanto, yo he amado tus testimonios.

¹²⁰ Mi carne se ha estremecido por temor de ti,
Y de tus juicios tengo miedo.

                                                 

Quinto día: Día de agradecimiento Salmos 56

Sexto Día: EL CRISTIANO NUNCA ESTA SOLO

En toda angustia de ellos él (Dios) fue angustiado… y los trajo. Isaías 63:9

Yo el Señor, Dios tuyo… Soy tu salvador… No temas, porque yo estoy contigo.

Isaías 43:3, 5

Desanimada, Alicia escribió una larga carta a su mejor amiga para contarle sus penas. Pero no la envió, sino que la guardó en un cajón. Algunas semanas después volvió a leerla, y esto no hizo más que revivir su dolor. Entonces la rompió en mil pedazos y la echó en un jarrón lleno de agua que estaba sobre la mesa. Todas las palabras que expresaban su desesperación se habían borrado, sin embargo en un trocito de papel podía leerse una sola palabra: Dios.

Sí, Dios no la había abandonado, Dios estaba ahí. Alicia recobró el ánimo al experimentar su presencia en ese momento especial de su vida.

¡Dios nunca abandona a los suyos! Cuando los tres jóvenes hebreos, cautivos en Babilonia, fueron echados al horno de fuego porque no habían querido negar a Dios, un cuarto hombre, semejante a un hijo de Dios, estaba con ellos; era la presencia divina en medio del sufrimiento (Daniel 3:25).

Igualmente, cuando Daniel fue echado en el foso de los leones, Dios envió a un ángel para cerrar la boca de las fieras (Daniel 6:22).

En un calabozo de una cárcel de Roma, la víspera de su ejecución, el apóstol Pablo escribió a Timoteo: “Todos me desampararon… Pero el Señor estuvo a mi lado” (2 Timoteo 4:16-17).

¡Cuán grande es nuestro Dios! En todas las circunstancias de nuestra vida, si confiamos en él, nos dice: “Te sostendré por la mano; te guardaré” (Isaías 42:6).