Los buenos padres

Por Carlos Davis
Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita, Le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.
Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo, Le enseñan que la felicidad depende de cada uno.

Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo, Le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.
Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz, Le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, aún en lo más sencillo.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a superar siempre a los demás, Le enseñan a superarse a sí mismo.
Los buenos padres no le enseñan a su hijo a decir todo lo que piensa, Le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta y que debemos ser cautelosos al expresar nuestras opiniones, teniendo en cuenta los sentimientos de los demás.

Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo, Le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores.
Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos, Le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito.

Los buenos padres no convencen a su hijo de su importancia en la sociedad, Le enseñan que sirviendo se volverá importante para ella.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a ser crítico y resentido ante las injusticias, Le enseñan a contribuir en paz y a construir la justicia.
En esta semana recuerda...
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes”
Jeremías 33:3



GUILLERMO RAMIREZ B.P.
ACONCAGUA: El Centinela de Piedra
E-mail: aconcagua@telmex.net.co

1 Primer TCD CDA con Grado 11

Hola deja tu reflexión... no más de tres lineas acerca de lo aprendido en nuestra sesión de Tiempo con Dios Gracias.



El Verdadero Arrepentimiento Sin Sonido

Salmos 51


Salmos 51

Al director musical. Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a verlo por haber cometido David adulterio con Betsabé.

1 Ten compasión de mí, oh Dios,
conforme a tu gran amor;
conforme a tu inmensa bondad,
borra mis transgresiones.

2 Lávame de toda mi maldad
y límpiame de mi pecado.

3 Yo reconozco mis transgresiones;
siempre tengo presente mi pecado.

4 Contra ti he pecado, sólo contra ti,
y he hecho lo que es malo ante tus ojos;
por eso, tu sentencia es justa,
y tu juicio, irreprochable.

5 Yo sé que soy malo de nacimiento;
pecador me concibió mi madre.

6 Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;
en lo secreto me has enseñado sabiduría.

7 Purifícame con *hisopo, y quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.

8 Anúnciame gozo y alegría;
infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.

9 Aparta tu rostro de mis pecados
y borra toda mi maldad.

10 Crea en mí, oh Dios, un *corazón limpio,
y renueva la firmeza de mi espíritu.

11 No me alejes de tu presencia
ni me quites tu santo Espíritu.

12 Devuélveme la alegría de tu *salvación;
que un espíritu obediente me sostenga.

13 Así enseñaré a los transgresores tus *caminos,
y los pecadores se volverán a ti.

14 Dios mío, Dios de mi salvación,
líbrame de derramar sangre,
y mi lengua alabará tu *justicia.

15 Abre, *Señor, mis labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

16 Tú no te deleitas en los sacrificios
ni te complacen los *holocaustos;
de lo contrario, te los ofrecería.

17 El sacrificio que te agrada
es un espíritu quebrantado;
tú, oh Dios, no desprecias
al corazón quebrantado y arrepentido.

18 En tu buena voluntad, haz que prospere *Sión;
levanta los muros de Jerusalén.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
los holocaustos del todo quemados,
y sobre tu altar se ofrecerán becerros.

 
Comentado Por Luisa Perez
Gerente Admnistrativa Consorcio
El SALTERIO salmos 51-1

Salmos 41

Salmos 41
Comentado por Jhon Jairo Valenzuela

De acuerdo al Salmo 41, antes de pedir por cualquier necesidad, dolor o enfermedad que bueno pensar en hacer bien al prójimo que también está necesitado. Definitivamente a Dios está interesado en aquel que sufre.
Consecuencias de quien ama al prójimo necesitado
Será librado del mal versículo 1
Dios lo protegerá versículo 2
Tendrá vida versículo 2
Su felicidad será también terrenal versículo 2
Será inmune a sus enemigos versículo 1
Su dolor será apaciguado versículo 3
Cuando ya hallamos pensado en el prójimo podemos clamar a Dios por nuestra necesidad

Requisitos para obtener la bendición o salida a nuestro problema
Arrepentimiento versículo 4
Clamor a Dios por la situación versículo 4- 10
Después de haber pensado en el prójimo y clamado a Dios entonces ahí si agradamos a Dios

Consecuencias de agradar a Dios
Enemigos avergonzados versículo 11
Permanecer en integridad versículo 11
Permanecer en la presencia del señor versículo 11


“Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.” Salmos 41:12


Salmos 45

Salmos 45, Comentado por Willie Varela


En este Salmo hay una representación de Jesús y la Iglesia.

1. Salmos 45:1-5 La belleza suprema del Rey. Esto es una canción de matrimonio donde Jesús es representado con la belleza de un prometido real. El es más bello que los hombres del mundo porque Dios ha hecho más por El que por cualquiera de los hijos de los hombres. También es mostrado como victorioso ante sus enemigos.

2. Salmos 45:6-9 Aquí se presenta el carácter de Dios. Al final hace una presentación especial de Su Iglesia vistiendo y luciendo de acuerdo a Su relación como prometida del novio.

3. Salmos 45:10-17 En esta parte final del capítulo 15 se hace referencia a la prometida real, a Su Iglesia estando a Su derecha con las instrucciones precisas de lo que tiene que hacer. Renunciar a otros, tener reverencia hacia El, debe amarlo, honrarlo y obedecerlo. La Iglesia debe estar sujeta a Cristo como la esposa a su esposo. También habla de los honores preparados para ella quien debe tener una corte especial y debe recibir muchos regalos valiosos; tiene que ser tenida en alta estima ante los ojos de todo el mundo. Debe ser entregada a Su novio por el Padre. Por último, las generaciones como resultado de esta unión deben ser tan ilustres como ellos preparados para seguir la estirpe real mostrando sus frutos para siempre.
Bibliografía Comentario Matthew Henry

Conclusión

La belleza de Jesús, su realeza y estirpe, su magnificencia, su poder lo ubica en un sitio tan alto que la imagen que Él describe de su Iglesia como esposa no es menos maravillosa. El no viene a casarse con una novia cualquiera sino con una reina cuya belleza interior cautiva Su corazón.



Salmos 46

SALMO 46


El Salmo 46 pertenece al segundo libro de los salmos formando parte de una colección de cánticos de autores anónimos, sin embargo se le atribuyen a los Hijos de Coré, (Nm 26:11, 58; 1 Cr 6:22), sin aclarar a cual de ellos en particular. Este es un salmo que proclama la confianza en Dios a un en medio del dolor o sufrimiento.

Alamot (título): Significa «doncellas», esto es, voces de soprano. Algunos especialistas piensan que esto es una añadidura al salmo anterior, que habla del matrimonio de una princesa real.

46.1 Pronto auxilio: Alude a una ayuda que ha probado ser segura en el pasado, por lo que ninguna futura calamidad debe ser temida. Porque Dios esta allí para auxiliarnos, ya que él es nuestro socorro. (Sal. 121:1)

46.2 No temeremos: En la palabra de Dios, encontramos varias situaciones en las que Dios nos dice no temas por que yo estoy contigo. Jesús sabía claramente que Dios acompaña al hombre que tiene temor a su nombre y su presencia, fue por eso que enseñó que la fe puede mover los montes al corazón del mar (Mt 21.21). El temor a Dios trae consigo protección y provisión.

46.3 Aunque Exista Turbación: la turbación trae angustia y desesperación, en la vida nos pueden turbar muchas cosas, pero debemos tener claro, que tenemos un Dios que nos escucha y esta dispuesto a ayudarnos para guardar nuestra vida en completa paz. (Filipenses 4:6-7)

46.4 Su Presencia: En comparación con el amenazante contorno, un apacible río abastece al santuario de Dios. Es en la presencia de Dios donde experimentamos seguridad y desarrollamos fe y confianza en él, es allí donde las palabras sobran y no nos queda más que contemplar su hermosura y santidad. (Sal.16:11)

46.7 Jehová de los ejércitos: es una frase común en la era de los reyes hebreos y fue utilizada por Ana en 1 Samuel 1.11. En la Antigüedad todas las naciones tenían reyes, a diferencia de Israel que tenía por Rey al mismo Dios, hasta que el pueblo pidió rey. (1 Samuel.8:5), y fue colocado Saúl. Aunque existían muchos ejércitos en la antigüedad, los israelitas sabían que Jehová Dios tenía un ejército, David los llama los escuadrones del Dios viviente. (1 Samuel.17:26), y que el ejército de Dios estaba por encima de los otros ejércitos de los reinos de la tierra. Aunque cuando el pueblo de Israel pecaba Dios permitía que estos reinos de la tierra los oprimieran, para que se volvieran de sus malos caminos. Es posible que los problemas, dificultades, y necesidades del presente te puedan oprimir, pero nuestro Dios pelea por nosotros, para hacernos libres y disfrutar de sus bendiciones.

46.8 Asolamientos: Más apropiadamente «asombrosos y terribles acontecimientos», como destruir el mal y acabar con los ejércitos y las guerras. A menudo nos preguntamos por que Dios permite terremotos, tsunamis, y todos estos eventos naturales que traen desolación y tristeza a la humanidad, y desconocemos que eso es el resultado de la maldad que existe en el corazón del hombre que no tiene temor ni conocimiento de Dios, que buscan el beneficio particular sin importar lo que tengan que hacer, porque tienen una mente entenebrecida hasta el punto que no tienen temor de Dios ni de hombre, se hacen sabios en sus propios razonamientos olvidándose por completo de su creador. (Rom.1:18-32), es allí donde Dios permite estos asolamientos, buscando que el hombre redirreccione su vida y le busque y le halle.

46.10, 11 Estad quietos: Este no es un llamado a la adoración. El v. 10 es la voz de Dios dirigiéndoles una advertencia a los pueblos que desatan guerras. En otras palabras, Cesen o desistan; soy yo, Dios, quien seré exaltado en la victoria; ningún otro tiene oportunidad alguna de vencer, y termina diciendo que Dios esta con nosotros y que es nuestro refugio.

Este es un salmo muy interesante porque el salmista esta declarando una verdad importantísima, acerca de la seguridad que tenemos los hijos de Dios en él, que a pesar de las circunstancias o situaciones adversas por las que estemos atravesando, no debemos olvidar que Dios esta con nosotros y por ser Dios siempre nos dará su mano para librarnos, protegernos, y así poder avanzar en sus caminos. También notamos que Dios usa esas situaciones para que nos acerquemos mucho mas a él, porque Dios no quiere que ninguno se pierda si no que todos procedan al Arrepentimiento.

Angélica María Herrera Muñiz
Docente Vida Cristiana CDA Colombia Cartagena
Biblioteologa, Instituto Bíblico Patricio Symes

Salmos 38 a 40

Salmos 40 (Nueva Versión Internacional)



1 Puse en el Señor toda mi esperanza;
él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.

2 Me sacó de la fosa de la muerte,
del lodo y del pantano;
puso mis pies sobre una roca,
y me plantó en terreno firme.

3 Puso en mis labios un cántico nuevo,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Al ver esto, muchos tuvieron miedo
y pusieron su confianza en el Señor.

4 *Dichoso el que pone su confianza en el Señor
y no recurre a los idólatras
ni a los que adoran dioses falsos.

5 Muchas son, Señor mi Dios,
las maravillas que tú has hecho.
No es posible enumerar
tus bondades en favor nuestro.
Si quisiera anunciarlas y proclamarlas,
serían más de lo que puedo contar.

6 A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas,
pero me has hecho obediente;[a]
tú no has pedido *holocaustos
ni sacrificios por el pecado.

7 Por eso dije: «Aquí me tienes
—como el libro dice de mí—.

8 Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad;
tu *ley la llevo dentro de mí.»

9 En medio de la gran asamblea
he dado a conocer tu *justicia.
Tú bien sabes, Señor,
que no he sellado mis labios.

10 No escondo tu justicia en mi *corazón,
sino que proclamo tu fidelidad y tu *salvación.
No oculto en la gran asamblea
tu gran amor y tu verdad.

11 No me niegues, Señor, tu misericordia;
que siempre me protejan tu amor y tu verdad.

12 Muchos males me han rodeado;
tantos son que no puedo contarlos.
Me han alcanzado mis iniquidades,
y ya ni puedo ver.
Son más que los cabellos de mi cabeza,
y mi corazón desfallece.

13 Por favor, Señor, ¡ven a librarme!
¡Ven pronto, Señor, en mi auxilio!

14 Sean confundidos y avergonzados
todos los que tratan de matarme;
huyan derrotados
todos los que procuran mi mal;

15 que la vergüenza de su derrota
humille a los que se burlan de mí.

16 Pero que todos los que te buscan
se alegren en ti y se regocijen;
que los que aman tu salvación digan siempre:
«¡Cuán grande es el Señor!»

17 Y a mí, pobre y necesitado,
quiera el Señor tomarme en cuenta.
Tú eres mi socorro y mi libertador;
¡no te tardes, Dios mío!




Salmos 38 a 41

Día del Educador



Enseñarás a volar

pero no volarán tu vuelo
Enseñarás a soñar
pero no soñarán tu sueño
Enseñarás a vivir
pero no vivirán tu vida...
pero sabrás que cada vez que ellos
vuelen, piensen, sueñen, canten, vivan,
estará lo sencillo del camino
enseñado y aprendido.
Madre Teresa de Calcuta


Educar para la vida


“Educar no es amoblar cerebros, sino estimular a la juventud, desde su mundo interior, para el ejercicio responsable de su libertad.” B.P.

Hay dos tipos de educación, la que te enseña a ganarte la vida y la que te enseña a vivir. Antony de Melo

El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás.
Spencer, Herbert

En esta semana recuerda...
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes”
Jeremías 33:3

Ladrón de Sueños


Miguel Angel Santos
Hace unos días, mi compañera y amiga Juana María Sancho, catedrática de la Universidad de Barcelona, me contaba la tremenda impresión que le produjo, en su etapa de maestra, una observación que vio en la ficha de uno de sus alumnos (dudo ahora si se trataba de un niño o de una niña). Cuando se describía la inteligencia de esa persona, el psicólogo (o psicóloga, tampoco lo sé) de la institución había escrito una sola palabra: NULA. Me costaba creerlo, pero ella me persuadió de la verdad cuando me dijo que esa anotación no sólo le había producido consternación sino que le había hecho derramar alguna lágrima.


¿Cómo se puede decir de alguien que tiene una inteligencia nula? ¿Nula? Inteligencia nula tienen las piedras, pero una persona no puede tener inteligencia nula. ¿Desde qué tipo de diagnóstico se puede llegar a esa conclusión?

Hablamos largamente sobre esa tremenda responsabilidad que los educadores tenemos en las manos. La responsabilidad de estimular, de ayudar, de impulsar… pero también la de hundir, de aplastar, de bloquear… Desde esa valoración se puede comprender fácilmente la actitud educativa (o, mejor dicho, des educativa) que la inspira: desesperanza, abandono y fatalismo. Para concluir, cuando el estrepitoso fracaso se produzca, que “eso estaba cantado”, “que ya se veía venir”, “que era imposible esperar otro resultado”.

Le dije a Juana María que esa actitud negativa me preocupaba hondamente e, incluso, le prometí convertir su pequeña anécdota en el presente artículo.

Quiero aportar, para insistir en esta cuestión una pequeña historia que acabo de leer en el libro “¿Por qué caminar si quieres volar?, escrito por Isha, del que ya he tomado alguna otra.

Había una vez un joven cuyo padre era un pobre entrenador de caballos que si bien disfrutaba de su trabajo apenas ganaba suficiente dinero para mantener a su familia. Un día al niño le asignaron en la escuela la tarea de escribir sobre lo que le gustaría ser cuando fuera mayor. Esa noche, muy emocionado, escribió un ensayo de siete páginas describiendo su sueño de ser, algún día, dueño de una caballeriza para así criar a sus caballos. Escribió su ensayo con mucho cuidado y atención a los detalles. Incluso dibujó un plano de la tierra y la casa que soñaba poseer. Puso todo su corazón en ese proyecto.

Al día siguiente le entregó su proyecto a su profesor. Cuando lo recibió de vuelta había sido calificado con una E (error), y su profesor había escrito en la parte superior del ensayo, en letras rojas: “Véame después de la clase”.

El joven se quedó después de que el timbre de salida hubiera sonado y le preguntó a su profesor: ¿Por qué me ha calificado el trajo con una E?

El profesor le dijo: “Para eso te he llamado. Para explicarte la calificación. Tu ensayo describe un futuro irreal para un joven como tú. No tienes dinero y tu familia es pobre. No tienes recursos para comprar tu propia caballeriza. Tendrías que comprar la tierra, los caballos y todos los recursos necesarios y, además, tendrías que pagar los costos del mantenimiento, No hay forma de que puedas lograr eso”.

El joven fue a casa y lo pensó durante largo rato. Incluso le preguntó a su padre qué debería hacer. Su padre le respondió: “Mira, hijo, tienes que decidir por ti mismo. Esa es una decisión importante, y no puedo tomarla por ti”.

Después de considerarlo durante todo un día, el chico entregó el ensayo a su profesor sin ningún cambio, y le dijo: “Usted puede mantener su mala calificación. Yo voy a mantener mi sueño”

Pasaron lo años. Un día el profesor, ahora próximo a la jubilación, llevó a un grupo de niños a visitar una famosa caballeriza que criaba algunos de los caballos más espectaculares del país. Y se asombró cuando reconoció al dueño. Se dio cuenta de que era el mismo joven al que había calificado el trabajo con una E..

Antes de marcharse, el viejo profesor le dijo al dueño de la caballeriza: “Cuando era tu profesor, hace muchos años, yo era un ladrón de sueños. Durante años le robé los sueños a los niños. Afortunadamente tú te las arreglaste para mantener el tuyo”.

No parece justo que quien está pagado para ayudar a crecer emplee su posición y su fuerza en destruir los sueños, en mermar las esperanzas, en destrozar las ilusiones.

¿Cuántas veces nos hemos equivocado en los vaticinios? Y, sobre todo, ¿cuántas veces hemos convertido esas profecías en hechos que las han confirmado? El profesor de nuestra historia acabó reconociendo, aunque tarde, su tremendo error y, humildemente se confiesa un ladrón de sueños. Eso le honra.

Qué hermosa tarea la de generar sueños, impulsarlos, mantenerlos y potenciarlos. A riesgo de que alguna vez no se cumplan, de que se produzcan algunas frustraciones. Habrá que ayudar también s superar esas decepciones, nacidas algunas veces de las adversidades de la vida y otras de la insuficiencias de nuestro empeño. Habrá que enseñar también que los sueños se construyen con esfuerzo, con fe y con una inquebrantable constancia. Porque alcanzar un sueño no es un regalo de los dioses sino el fruto de una fortaleza y de una una ilusión contrastadas.

Quiero pensar que los educadores somos creadores de sueños y no ladrones que se aprovechan de su situación privilegiada para arrebatar los que comienzan a formarse en el corazón y en la mente de sus alumnos y alumnas.


GUILLERMO RAMIREZ B.P.
ACONCAGUA: El Centinela de Piedra
E-mail: aconcagua@telmex.net.co

Decálogo de la Confianza

Tomado de educar Hoy
  1. Sentir que se confía en uno, es la mayor motivación que tiene el ser humano para hacer las cosas bien.
  2. La desconfianza genera ansiedad en uno mismo y mueve la simulación.
  3. Cuando alguien fracasa, cuando las cosas salen mal, se necesitan menos fiscales y más abogados defensores, menos regaños y más ayuda.
  4. Es necesario confiar en la gente; pero al mismo tiempo se debe emprender una acción educativa para que todos sepan qué hacer y por qué hacerlo.
  5. Además de confiar en los demás, se precisa tener confiabilidad; es decir, ser digno de la confianza de los demás.
  6. Hay que descubrir en los demás lo positivo que tienen, las posibilidades futuras, las capacidades que pueden desarrollar.
  7. Confiar, comprender, disculpar y perdonar: son escalones de un proceso.
  8. Ser compañeros es estar dispuestos a ayudar, cooperar, compartir; ser solidarios.
  9. Dirigir es educar. Logre que los demás hagan las cosas por convicción, por compromiso personal, como consecuencia de los principios que quieren vivir.
  10. Cuando alguien defraude su confianza, no piense mal de esa persona. Mantenga la confianza y redoble los procesos de ayuda. Acabará sacando lo mejor del otro.

 
En esta semana recuerda...

 
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes”
Jeremías 33:3

 
GUILLERMO RAMIREZ B.P.
ACONCAGUA: El Centinela de Piedra
E-mail: aconcagua@telmex.net.co

Salmos 37

Comentario al Salmo 37
Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE.

Este salmo es acróstico, es decir, alfabético, pues cada dos líneas sucesivas se comienza por una letra del alfabeto hebreo, excepto en los VV. 7, 20 y 34, en que se agrupan tres líneas bajo una sola letra, y en otras tres ocasiones en que son cinco las líneas que se agrupan bajo una sola letra (vv. 14, 15; 25, 26; 39,40). En este salmo de exhortación sapiencial, David, I. Nos prohíbe impacientamos ante la prosperidad de los malvados (vv. 1, 7, 8). II. Nos aporta muy buenas razones para ello: 1. El carácter escandaloso de los malvados (vv. 12, 14, 21, 32), a pesar de su prosperidad; y el carácter honorable de los justos (vv. 21, 26, 30, 31). 2. La inminente ruina de los malvados (vv. 2, 9, 10, 20, 35, 36, 38) y la salvación y preservación con que los justos están protegidos de todos los malvados planes de los impíos (vv. 13, 15, 17, 28, 33, 39, 40). 3. La especial misericordia que Dios tiene reservada para todos los buenos y el favor que les dispensa (vv. 11, 16, 18, 19,22-25,28,29,37). III. Prescribe muy buenos remedios contra el pecado de envidiar la prosperidad de los impíos y anima grandemente a hacer uso de dichos remedios (vv. 3-6,27, 34).

Versículos 1-6
1. Se nos precave aquí contra el descontento ante la prosperidad y los éxitos de los malhechores (v. 1): «No te impacientes... ni tengas envidia... » Podemos imaginarnos que David se había predicado a sí mismo esta exhortación. No hay sermón que tenga tantas posibilidades de llevar fruto como el que nos hemos predicado antes a nosotros mismos. Cuando miramos en derredor nuestro, vemos el mundo lleno de malhechores y obradores de iniquidad que prosperan y tienen éxito en sus negocios. Esto nos tienta a impacientamos y tener envidia, como si Dios hiciese la vista gorda al permitir que tales hombres prosperen florecientes. Estamos tentados a tener envidia de la forma en que se enriquecen, aun cuando lo hagan por medios ilícitos, y de los placeres de que disfrutan; hasta llegamos a desear el sacudirnos el freno de la conciencia para disfrutar también nosotros de los mismos placeres que ellos. Pero si miramos hacia delante con los ojos de la fe, no hallaremos motivo para envidiar la prosperidad de los malvados, pues su ruina está ya a las puertas (v. 2). Florecen, sí, pero como la hierba, de la cual nadie tiene envidia, pues pronto se marchitarán. La prosperidad material es algo que se desvanece rápidamente, como la vida terrenal a la cual está confinada.

2. Se nos aconseja luego vivir una vida de confianza en Dios; esto nos preservará de impacientamos ante la prosperidad de los malhechores. Si buscamos el bien de nuestra alma, hallaremos pocos motivos para envidiar a quienes tanto mal procuran a su alma. Tenemos aquí tres excelentes preceptos y tres preciosas promesas:

(A). Hemos de poner en Dios nuestra esperanza en cuanto al camino del deber; así hallaremos en este mundo consuelos y ventajas que el pecado no puede dar (v. 3). Se nos pide confiar en Yahweh y hacer el bien. No podemos confiar en Dios si estamos inclinados a vivir como nos plazca. Se nos promete que tendremos en este mundo todo lo necesario para subsistir (v. 3b): «Habita tu tierra y pace en la fidelidad» (lit.; es decir, aliméntate de las promesas fieles de Dios -v. Is. 14:30). Dios no niega el panal que practica la justicia (v. 25; Mt. 6:33). Hay quienes leen: «Serás alimentado por fe», del mismo modo que leemos: «El justo por fe vivirá» (Nota del traductor: el vocablo hebreo emunah significa, en efecto, tanto fe como fidelidad).

(B) Hemos de hacer de Dios el deleite de nuestro corazón, y así tendremos lo que nuestro corazón desea (v. 4). Se nos mandaba (v. 3) hacer el bien, y a este mandamiento sigue el de poner nuestra delicia en Yahweh, lo cual es un privilegio tanto como un deber. Y este delicioso deber lleva anexa una promesa: «Y El te concederá los deseos (lit.) de tu corazón.» No nos promete satisfacer los apetitos del cuerpo, sino concedernos los deseos del corazón, todo aquello a lo que aspira lo más íntimo de nuestro ser. ¿Cuáles son los deseos de una buena persona? Conocer y amar a Dios, vivir para él, agradarle y agradarse en El.

(C) Hemos de hacer de Dios nuestro guía y someternos en todo a sus direcciones e instrucciones; entonces, todos nuestros asuntos, aun los que nos parecen más intrincados y difíciles, tendrán buen resultado (vv. 5, 6). El deber es muy sencillo; y si lo cumplimos bien, nos facilitará y hará cómoda la existencia misma: «Encomienda a Yahweh (lit, haz rodar hasta Yahweh) tu camino (esto es, todas tus empresas, todos tus asuntos)» (comp. 55:22; Pr. 16:3). Así como extendió Ezequías ante Dios las cartas de Senaquerib (2 R. 19:14; 2 cm. 32:17), así hemos de extender ante Dios nuestros problemas, asuntos y deseos, seguros de que los dejamos en buenas manos y satisfechos plenamente de lo que resulte, pues todo lo que Dios hace está bien hecho. Pero hemos de seguir la Providencia sin forzarla, y suscribir lo que dice la Sabiduría Infinita sin prescribirle lo que ha de hacer. La promesa es deliciosa: «El actuará» (lit. hará, obrará). Todo lo que le hayas encomendado, El lo hará prosperar, si no para tu gusto, ciertamente para tu bien. El hallará medios de sacarte de tus apuros, de desvanecer tus temores y de cumplir tus deseos. «Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía» (v. 6), es decir, hará que se manifieste que eres persona honesta y que tus asuntos marchen bien, por muy oscuro que haya sido el cariz que hayan tomado tus negocios. Si nos esmeramos en guardar una buena conciencia, bien podemos dejar a Dios el cuidado de preservamos un buen nombre.

Versículos 7-20
I. Aquí se inculcan y remachan los anteriores preceptos. 1. Estemos tranquilos y seamos pacientes, si creemos en Dios (v. 7): «Guarda silencio ante Yahweh y espera en El»; esto es, quédate tranquilo con todo lo que Dios haga, y ten la seguridad de que todo cooperará para tu bien (Ro. 8:28), aunque no sepas cómo ni cuándo. «Guarda silencio», no un silencio de resentimiento, sino de sumisión. 2. No descompongamos nuestras emociones ante el espectáculo de la prosperidad en medio de la maldad: «No te alteres con motivo del que prospera en su camino (v. 7)...Deja la ira, depón el enojo (v. 8)», al ver que prospera el que hace maldades; que no te estimule ello a imitar su maldad: «No te excites (lit. no te inflames) en manera alguna a hacerlo malo»; es decir, no les envidies en su prosperidad, no sea que te sientas tentado a seguir el mismo camino que ellos para enriquecerte, o a recurrir a medios violentos para deshacerte de su preponderancia.

II Se repiten y recalcan las anteriores razones.

1. Los justos no tienen motivo para envidiar la prosperidad material de los malvados (v. 9): «Porque los malhechores serán destruidos» por algún azote repentino de la justicia divina en medio de su prosperidad. La condición de los justos, incluso en esta vida, es, en todo y por todo, mejor y más deseable que la de los malvados (v. 16). En verdad, lo poco del justo vale más que las muchas riquezas del impío (comp. Pr. 15:16, 17; 16:8; 28:6), porque viene de mejor mano, de la mano de un amor especial, no meramente de la mano de una providencia ordinaria. «Los que esperan en Yahweh heredarán la tierra» (v. 9; comp. v. 11 y Mt. 5:5), esto es, disfrutarán de las bendiciones incluidas en el pacto. Comenta Arconada: « Este principio, aplicable al orden personal, familiar, social, nacional e internacional, pudiera ser aquí una vislumbre de la futura época mesiánica (Mt. 5, 4).» También «se recrearán con abundancia de paz» (v. 11b), de esa paz que el mundo no puede dar (Jn. 14:27). «Conoce Yahweh los días de los íntegros» (v. 18), esto es, cuida especialmente de ellos por medio de su providencia, aun en los momentos más amargos y difíciles, que por eso se cuentan aquí por «días» (comp. Gn. 47:9; Job 14:1), pero tampoco quedará sin recompensa la obra de un solo día.

2. Los justos no tienen motivo para impacientarse ante los posibles éxitos que los malvados obtengan en sus planes contra los justos, ya que:

(A) Sus maquinaciones se volverán contra ellos, pues terminarán en el fracaso y en el ridículo (vv. 12, 13). Son orgullosos e insolentes, pero Dios los contempla con desprecio, pues ve que sus intentos van a quedar fallidos. Los hombres tienen ahora su día, pero el día de Dios es el que dará el juicio decisivo. (B) Sus intentos acabarán en su propia destrucción (yv. 14, 15): «Su espada entrará en su mismo corazón.» Todo lo que ellos han preparado para derribar al pobre y para matar al justo ( . 14), se volverá contra ellos. (C) Los que no sean repentinamente quitados de en medio, quedarán inhabilitados para hacer el mal, pues les serán inutilizados los instrumentos de su maldad: «Su arco será quebrado» ( v. 15b); más aún, «sus brazos serán quebrados» (v. 17), de forma que no podrán seguir adelante con sus perversas maquinaciones.


Versículos 2 1-23
Qué se requiere de nosotros como camino para nuestra felicidad. Si queremos obtener las bendiciones de Dios:

1. Hemos de tomar conciencia de nuestro deber de dar a cada uno lo suyo, porque «el impío toma prestado y no devuelve» (v. 21). Esto es lo primero que Dios demanda de nosotros: hacer justicia (v. Miq. 6:8), dando a cada uno lo que le pertenece.

2. Hemos de estar prestos a amar misericordia; a todas las obras de caridad, compasión, beneficencia, etc. (v. 21 b), pues así como es una prueba de la bondad de Dios el poner el bien en nuestras manos, así es una prueba de nuestra bondad poner nuestro corazón donde está el bien de nuestras manos, a fin de dar y prestar a otros.

3. Hemos de apartamos del pecado y empeñamos en la práctica de una piedad seria y sincera (v. 27): «Apártate del mal y haz el bien» (com. 34:14; Is. 1:16, 17).

4. Debemos abundar en buena conversación y usar nuestra lengua para glorificar a Dios y edificar al prójimo. Es parte del carácter del justo el que su boca derrama sabiduría (v. 30), pues de la abundancia de un buen corazón hablará la boca lo que es bueno y útil para edificar a otros.

5. Hemos de tener nuestra voluntad enteramente sometida a la voluntad y a la palabra de Dios (v. 31): «La ley de su Dios está en su corazón.» En vano pretenderíamos que Dios es nuestro Dios, si su ley no está dentro de nuestro corazón para hacer de ella la norma de nuestra conducta.


Qué se nos promete, bajo estas condiciones, como ejemplos de nuestra dicha.

1. Que tendremos la bendición de Dios, y que esta bendición será la fuente dulce y segura de todos nuestros consuelos y gozos temporales (v. 22): «Los que Dios bendice heredarán la tierra» (v. lo dicho en la sección anterior).

2. Que Dios dirigirá y dispondrá todos los asuntos de ellos en la forma que más convenga para la gloria de Dios (v. 23): «Por Yahweh son afianzados los pasos del hombre (hebr. guéber, esforzado, guerrero, etc. Aquí, el que se esfuerza en cumplir con los requisitos del pacto), y El (Yahweh) aprueba su camino.» Señal de esta aprobación es el éxito que Dios le concede y la protección con que le rodea, pues le guía paso a paso y así le conserva en continua dependencia de la dirección diyina.

3. Que Dios le preservará de quedar tendido en el suelo si cae en pecado o sufre algún grave apuro (v. 24): «Cuando cayere, no quedará postrado, porque Yahweh sostiene su mano.» Una persona piadosa podrá caer en pecado, pero la gracia de Dios le hará recobrarse mediante el arrepentimiento, a fin de que no quede postrado en el pecado. Podrá, por algún tiempo, perder el gozo de la salvación, pero le será luego restaurado, pues Dios le extenderá su mano y le levantará por medio de su Santo Espíritu. Aunque la hoja se marchite, la raíz quedará salva y sana; ya llegará la primavera después del invierno.

4. Que no nos faltará lo necesario para la vida (v. 25): «Joven fui y ya he envejecido, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando el pan.» A pesar de las muchas vicisitudes por las que puede pasar un hombre ya envejecido, David declara su personal experiencia, fruto de la observación (no sólo como hombre, sino aún más como rey interesado por el bien de sus súbditos), de no haber visto a ninguna persona piadosa y, por tanto, honesta y trabajadora, que se viese reducida a la extrema necesidad.

5. Que Dios no nos abandonará, sino que nos protegerá amorosamente en nuestras dificultades y estrecheces (v. 28): «Porque Yahweh ama la rectitud y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados. » Dios se deleita en hacer justicia y en los que hacen justicia.

6. Que dispondremos de las suficientes comodidades en este mundo, y mucho más cuando salgamos de él: Tendremos para siempre una morada (hebr. shikhón --morarás--, vocablo de la misma raíz que shekinah), ya en este mundo (v. 27), sin ser cortado (lit.), como la descendencia de los impíos (v. 28b). Por tercera vez se repite que «los justos heredarán la tierra» (el país pactado). No obstante, en este mundo no tenemos ciudad permanente (He. 13:14); morada perpetua nos está reservada en el Cielo (Jn. 14:2, 3).

7. Que no llegaremos a ser presa de nuestros adversarios que buscan nuestra ruina (vv. 32, 33).


Versículos 34-40

El salmista concluye aquí su sermón, diciéndonos:

1. Que el deber en que aquí insiste es el mismo que ha declarado anteriormente (v. 34): «Espera en Yahweh y guarda su camino.» Si nos esmeramos en guardar el camino de Dios, bien podemos poner gozosamente nuestra confianza en El y encomendarle nuestro camino (v. 5), pues hallaremos en Él un buen Amo, lo mismo para sus criados que trabajan que para los que esperan sus órdenes y sus dones.

2. Las razones con que refuerza esa exhortación son también similares a las anteriores, basadas en la cierta destrucción de los malvados y en la segura salvación de los justos.

(A) Vemos, por fin, la miseria de los malvados, por mucho que hayan prosperado algunos años: «El final de los perversos es cortado» (v. 38b, literalmente), aunque también puede significar la posteridad, conforme al doble sentido del vocablo hebreo ajarit. Si se admite dicha versión literal, tenemos paralelismo con la primera parte del versículo; si se admite la versión de ajarit por «posteridad», hay paralelismo antitético con el versículo anterior, aunque también allí aparece el vocablo ajarit, con lo que tendríamos un contraste entre el final pacífico, lleno de tranquilidad y consuelo, de los justos, y el final terrible, repentino, de los malvados. A este final rápido aluden los versículos 35 y 36.

(B) En cambio, vemos la dicha y bendición de los justos; al menos, en su fin terrenal. Aun en el caso de que hayan carecido de heredad en este mundo, les está reservada mansión en los cielos: dignidad, honor, verdadera riqueza, en la Nueva Jerusalén, de la que Canaán era tipo. Que todos tomen buena nota de esto (v. 37): «Considera al íntegro y mira al justo. Fíjate en el resultado de su conducta (He. 13:7) y hallarás que su fin es paz. » No es el justo el que se ha procurado su salvación; es obra de la iniciativa libre y amorosa —soberana— de Dios: «La salvación de los justos. Viene de Yahweh» (v. 39, comp. con don. 2:9 y Ef. 2:8 _

Salmos 35 - 36

Comentario al Salmo 35
Tomado de "Comentario Exegético-Devocional A Toda La Biblia."
Libros poéticos -Salmos Tomo-1. Editorial CLIE.

En este salmo, David apela al justo Juez de cielos y tierra contra los enemigos que le odiaban y perseguían. Parece ser que lo escribió a raíz de la persecución que sufría de parte de Saúl (v. 1 S. 24:15). I. Se queja a Dios de las injurias y ataques con que le acometieron sus enemigos (vv. 1-3). II. Da testimonio de su inocencia y de que nunca les provocó en modo alguno (vv. 7, 19), sino que, por el contrario, se portó con ellos como si fueran amigos (vv. 12-14).III. Ora a Dios que le proteja y le libre (vv. 17, 22-27). IV Profetiza la destrucción de sus perseguidores (vv. 4-6, 8). V. Se promete a sí mismo ver días mejores (vv. 9, 10) y promete a Dios alabarle agradecido (vv. 18, 28).

Versículos 1-10
1. David presenta a Dios su caso, poniendo de relieve la maldad y el furor incansable de sus perseguidores, quienes buscaban afanosamente su vida (v. 4) como quienes van persiguiendo una alimaña nociva para acabar con ella de una vez. No se conformaban con menos que con darle muerte.
2. Apela a Dios interponiendo el testimonio de su inocencia y de la justicia de su causa. Si le hubiese perjudicado un súbdito, habría podido apelar al rey, como apeló S. Pablo al César; pero, siendo el rey mismo quien le perseguía, tenía que apelar al Juez y Soberano de cielos y tierra (v. 1):
3. En su oración ruega a Dios que pelee a favor de él contra sus perseguidores, de forma que éstos queden inhabilitados para hacerle daño y no puedan seguir adelante con sus malvados planes. Si Dios es amigo nuestro, no importa cuántos y cuán poderosos sean nuestros enemigos.
4. Predice y contempla la destrucción de sus enemigos, no con ánimo de venganza, sino porque lo tienen merecido. Serán como el tamo que se lleva el viento (v. 5 Comp. 1:4); su camino será tenebroso y resbaladizo (v. 6). Aun cuando se entienda todo esto en forma de imprecación, el Dr. Ryrie hace notar que «la imprecación no va contra el propio Saúl (pues David le había perdonado la vida), sino contra los que fomentaban la insana envidia de Saúl hacia David.
5.La perspectiva de su liberación, de la que no dudaba después de haber encomendado a Dios su causa (vv. 9, 10). (A) Esperaba tener ese consuelo: Más que en su liberación y comodidad, se iba a alegrar en Dios y en su favor. (B) Promete darle a Dios la gloria por ese favor (v. 10):


Versículos 11-16
De dos graves pecados acusa aquí David a sus enemigos: de perjurio e ingratitud.

1. De perjurio (v. 11). Cuando Saúl quería prender a David bajo pretexto de traición, a fin de acabar con él, se levantaron testigos malvados (lit, violentos, más bien que «mentirosos»), dispuestos a declarar, de todos modos, en falso: «de lo que no sé (esto es, de lo que ni siquiera le había pasado por las mientes) me preguntan, esto es, me culpan». Esto se cumplió igualmente en Cristo, de quien David era tipo, como puede verse en Mt. 26:60.
2. De ingratitud. Llamemos «ingrato» a un hombre, y ya no le podemos llamar cosa peor. De esta clase eran los enemigos de David (v. 12): «Me devuelven mal por bien. » Merecía ser bien tratado, no sólo por el pueblo en general, sino especialmente por aquellos que con mayor furia le odiaban. Aunque no se le menciona por su nombre, se adivina aquí a Saúl, quien reconoce haber obrado así (1 S. 24:18). Véase:

(A) Con qué ternura y afecto cordial se había portado con esos enemigos durante las aflicciones de ellos (vv. 13, 14). David había orado por ellos. A la oración había añadido el ayuno y el lamento, vestido de saco, como quien hace duelo por un amigo, por un hermano, y aun por su madre (lit, luto de madre, lo que ha hecho que algunos lo entiendan, según Arconada, «sin tanta razón», por la madre que llora al hijo, o viceversa). La última parte del v. 13 —nota del traductor— que literalmente dice:

(B) Con qué vileza, insolencia y brutalidad se portaban con David sus enemigos (vv. 15, 16): «Pero ellos se alegraron en mi adversidad (lit, en mi tambalearme, denotando un peligro de caer que no se declara)...crujieron contra mí sus dientes (aquí, en señal de satisfacción). » David les servía de entretenimiento en su aflicción y hasta de refrán en boca de ebrios. Tal fue el caso del Señor con los soldados del pretorio y ante Herodes, y tal ha sido muchas veces el caso de las mejores personas. Los apóstoles fueron hechos espectáculo al mundo (1 Co. 4:9).


Versículos 17-28
1. David describe la gran injusticia, la malicia y la insolencia de sus perseguidores, alegando esto ante Dios como un motivo por el que esperaba que le protegiese de ellos. Le aborrecían sin causa (v. 19), precisamente por lo que deberían haberle amado y honrado. No le hablaban paz (v. 20), es decir, no le guardaban la más elemental cortesía, sino que le trataban mal. Como los hermanos de José (Gn. 37:4), no podían hablarle pacíficamente; más aún, precisamente contra los mansos, la gente más tranquila de la tierra, tramaban engaños, trampas en que hacerles caer. Guiñaban el ojo (v. 19) y ensanchaban contra él su boca (v. 21), signos de burla y desprecio, diciendo: «Ja, ja (hebr. heaj, heaj), nuestros ojos lo han visto», acusándole falsamente de algún crimen. Contrasta con el comienzo del v. 22: «Tú lo has visto...» Apela a Dios contra ellos, al Dios a quien pertenece la venganza (Dt. 32:35; Ro. 12:19; He. 10:30), el cual todo lo ve, y le urge a que salga en su defensa para hacerle justicia (v. 23). Además de a la justicia, apela al poder y a la soberanía de Dios: «Dios mío y Señor mío» (hebr. Elohay vadonay), así como a Yahweh el Dios del pacto (hebr. Yahweh Elohay): «Yahweh Dios mío» (v. 24).

2. Ora fervientemente a Dios para que se manifieste a favor de él y de sus amigos, actuando y no como un espectador (v. 17): «Señor, ¿hasta cuándo verás ésto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi preciada vida (lit. mi única) de los leones.» «Teniendo una sola vida —viene a decir— necesita mayor protección y sería tanto mayor mi vergüenza si la echase a perder.» Desea David que su inocencia quede manifestada a todos, a fin de que sus enemigos queden cubiertos de vergüenza y confusión (v. 26), al ver que eran falsas las acusaciones que hacían contra él. No obstante las malas artes que se ponían en juego para denigrar a David y hacerle odioso a los ojos del pueblo, había también quienes estaban a favor de su justa causa (v. 27), y por ellos pide a Dios a fin de que puedan cantar, alegrarse y alabar a Yahweh por la protección que prestaba a su siervo y la complacencia que tenía en él.

3. El favor que esperaba obtener por medio de la oración prometía disfrutarlo por medio de la alabanza (vv. 18, 28), dándole gracias en medio de la gran asamblea del pueblo (v. 18) y entonando sus alabanzas «todo el día» (v. 28), lo cual «supone —dice Arconada— la costumbre religiosa en todo oriental de orar públicamente a Dios determinadas horas del día».

Tres Cosas

Hay tres cosas en la vida que una vez que pasan, nunca regresan:


1. El tiempo...
2. Las palabras...
3. Las oportunidades...


Hay tres cosas en la vida que pueden destruir a una persona:

1. La ira
2. El orgullo...
3. No perdonar...


Hay tres cosas en la vida que ud. nunca debe perder:

1. La esperanza...
2. La paz...
3. La honestidad...


Hay tres cosas en la vida de mayor valor:

1. El amor...
2. La bondad...
3. La familia y los amigos...


Hay tres cosas en la vida que no son seguras:

1. La fortuna...
2. El exito...
3. Los sueños...


Hay tres cosas en la vida que forman a una persona:

1. El compromiso...
2. La sinceridad...
3. La ética...


Hay tres cosas que una persona no debe dejar de tener:

1. El amor de Dios en su corazón...
2. La paz del Señor en su vida...
3. Y el deseo de servir a los demás...



TODO ESTO FORMA SU CARACTER, SEA UTIL EN LA MANO DEL SEÑOR
DIANA PATRICIA RODRIGUEZ
COORDIANADORA DESARROLLO HUMANO
FORJAR CDA

Decálogo de la Armonía

1. La armonía es belleza, equilibrio, medida. Está reñida con lo estridente y lo chabacano.

2. Armonía es conjunción de actitudes, silencios, matices, palabras, sentimientos... que reflejan de alguna manera, el bien, la verdad y la belleza.

3. La armonía del ser humano está en poseer una jerarquía de valores y un orden en el amor: Primero la familia, los amigos, y después los demás. Antes que nadie, Dios.

4. La armonía produce paz, seguridad y confianza. Hace al ser humano agradable y amable. Ayuda a la empatía.

5. Una personalidad armónicamente desarrollada es aquella en la que todas las dimensiones humanas están presentes; el cuerpo, el espíritu, la afectividad, la mente y la sociabilidad.

6. Armonizar la propia vida es integrar en un proyecto único el desarrollo personal, familiar y profesional. La sinergia produce un resultado espléndido: efectividad y felicidad.

7. Existe armonía vital cuando hay equilibrio entre el ser, hacer y tener. Y cuando se cuidan y desarrollan los diversos roles que desempeñamos en la vida: que ninguno de ellos crezca a expensas de los demás.

8. Los convencionalismos sociales establecen normas y medidas para el actuar, el hablar, el vestir. La armonía radica en evitar los extremos: ni despreciarlos, ni renunciar a la propia personalidad, al propio estilo.

9. El hogar y la oficina deben poseer armonía: colores, aromas, orientación, objetos, decoración…

10. Si la armonía se le añade ritmo y vibración, la vida se convierte en una aventura maravillosa. Si todo ello se pone al servicio de un ideal que valga la pena, entonces la vida es apasionante.

En esta semana recuerda...

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes”

Jeremías 33:3
GUILLERMO RAMIREZ B.P.
ACONCAGUA: El Centinela de Piedra
E-mail: aconcagua@telmex.net.co

Tomado de Momento

Decálogo de la Autoridad

1. Mandar es una forma de servir a los demás.

2. La autoridad que se ejerce sin escuchar a los demás, está cercana al autoritarismo. Además existen bastantes probabilidades de equivocarse.

3. No se reconoce la autoridad de una persona que no se controla a sí misma.

4. Se podría hacer esta distinción: El poder es la capacidad legal de mandar. La autoridad es la capacidad moral de mandar. El poder lo otorgan, la autoridad se gana.

5. Sin autoridad cualquier grupo humano se siente desvalido y sin rumbo. Se necesita sentir la autoridad.

6. Firmeza en el contenido y delicadeza en la forma. En este equilibrio radica el mando efectivo.

7. Quien está al mando nunca debe olvidar que sus colaboradores son seres humanos que tienen preocupaciones, problemas y sentimientos.

8. La autoridad se debe ejercer sin arrogancia pero con firmeza. La falta de autoridad es tan perjudicial como el exceso de la misma.

9. Cuando por timidez, indecisión o miedo de molestar, se aplaza una decisión, surge la amargura y sus consecuencias son negativas para todos.

10. Entre el autoritarismo y el “dejar hacer”, se encuentra la verdadera autoridad, como una cima entre dos valles.

En esta semana recuerda...

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes”

Jeremías 33:3
GUIILLERMO RAMIREZ B.P.
ACONCAGUA: El Centinela de Piedra
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Tomado de Momentos

Decálogo de Calidad

1. Trate de hacer todo bien, desde el principio hasta el final, cuidando los detalles.


2. Planee con tiempo cada uno de los procesos y actividades. Así se evitarán las improvisaciones que tanto daño hacen a la calidad.

3. Ponga los cinco sentidos en lo que hace, “atención y concentración”: requiere esfuerzo pero vale la pena por la calidad obtenida.

4. No se acelere, declárele la guerra a las urgencias. Serenidad, calma, pero sin pausa.

5. Revise las cosas dos veces. Tenga una actitud permanente de autoevaluación de sí mismo y de todo lo que hace. No se conforme con la calidad obtenida.

6. Cuidando las cosas pequeñas, la calidad se convierte en excelencia: cada vez un poco mejor.

7. Tenga ojos para ver lo que otros no ven: detalles que pueden ser mejorados. Detecte los problemas cuando son pequeños y soluciónelos en ese momento.

8. De nada sirve cuidar la calidad de vez en cuando, o en algunos procesos. La calidad es en todo y siempre.

9. Armonía en los detalles. Buen gusto. La calidad es bella y lo pequeño es hermoso.

10. Calidad en nuestro ser. Calidad en nuestras actividades. Calidad en las cosas.

En esta semana recuerda...
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes”
Jeremías 33:3

GUILLERMO RAMIREZ B.P.
ACONCAGUA: El Centinela de Piedra
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Tomado de momentos

El Tesoro Escondido

Un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo de su arado. Miró con curiosidad y descubrió desenterrado un cofre lleno de monedas de oro.

¡Qué suerte! Lo tomó y lo enterró profundamente en su jardín.

"¿Qué hacer con eso?" se preguntó. Se imaginó todo lo que podría comprar y decidió... cualquier cosa, finalmente para resolverse.

Este cofre lleno de monedas de oro sería su seguridad en caso de una dura temporada. Y tal seguridad cambió su carácter: de precavido llegó a ser relajado, de gruñón pasó a ser agradable y eliminó su intolerancia, de hecho, vislumbró una vida hermosa y feliz, sabiendo que aunque llegaran tiempos duros, podría hacerles frente.

Sus últimas horas llegaron y antes de morir, reunió a sus hijos y les reveló su secreto. Murió instantes después.

El día siguiente, sus hijos cavaron en el lugar indicado, encontraron el cofre, pero ¡qué sorpresa, estaba VACÍO! Pues las monedas habían sido robadas al labrador desde hace más de 10 años.

¿Qué es entonces lo interesante de esta historia? Es ver que no es el hecho de ser rico lo que le dio seguridad y felicidad, sino la IDEA de que tal riqueza y felicidad existían. No es el hecho en sí mismo sino su interpretación.

Amigo, cuando tengas una idea que y te sientas mal piensa en esta historia.

¿Es realmente el hecho en sí mismo el que lo hacer ser malo, o el poder que tu le otorgas a esos pensamientos?

Esta historia te dará otras lecciones, pero sobre todo la recordarte ese poder que tienes en cada momento de cambiar tus pensamientos de negativos a positivos.

Me gustaría que me comentaras más sobre este tema.

En esta semana recuerda...
En esta semana recuerda...
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes”
Jeremías 33:3

GUILLERMO RAMIREZ B.P.
ACONCAGUA: El Centinela de Piedra
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Tomado del Club positivo

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