Año de la
Restauración
Agosto: Servicio
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Promesa: Yo estoy contigo. Te protegeré por
dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré
hasta cumplir con todo lo que te he prometido. Génesis 28:15
En los Colegios: Cada
maestro transmite el mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su
diario escriben:
Nombre o Tema del devocional.
Principal Aprendizaje y como lo puede poner en
práctica.
DIA 1 No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor, y apártate del mal. Proverbios 3:7
Una decisión difícil
La historia de Abdías (1 Reyes 18) tuvo lugar en Israel en el siglo 10
antes de Cristo. Los tiempos eran difíciles: Acab, un rey malo, gobernaba el
país, y la reina Jezabel, una pagana, perseguía a los profetas de Dios.
Además, la sequía asolaba el país desde hacía tres años. Pero Abdías era un
creyente temeroso de Dios. Ocupaba la alta posición de gobernador del palacio
real. No aprobaba la política del rey y se dedicó a velar sobre los siervos
de Dios. Gracias a él, cien de entre ellos fueron librados de la muerte.
A pesar de esto, cuando Abdías encontró a Elías, el profeta de Dios, este
último no le hizo ningún elogio y más bien se mostró frío. ¿Por qué?
Abdías temía a Dios, es cierto, pero su carrera profesional estaba antes
que su celo por los intereses de Dios. No tenía la valentía de afirmar su fe
ante Acab, ese rey impío, idólatra y perseguidor. Hubiese tenido que
abandonar su alta posición social, renunciar a sus privilegios materiales e
incluso arriesgar su vida para desligarse del mal. Pero su piedad no iba
hasta allí. En cierto modo, su miedo a desagradar a su jefe era mayor que el
de desagradar a Dios.
Podemos hallarnos en una situación similar y dejar en segundo plano los
intereses de Dios para conservar un privilegio o una posición en el mundo. Pidamos
al Señor que nos ayude a tomar una decisión por él. La Biblia nos dice:
“Mejor es lo poco con el temor del Señor, que el gran tesoro donde hay
turbación” (Proverbios 15:16).
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DIA 2 Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan. ¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos? Mateo 7:16
Los
siervos verdaderos siempre están disponibles para servir.
Los
siervos no ocupan su tiempo en actividades que puedan limitar su
disponibilidad. Los siervos quieren estar listos para servir tan pronto sean
necesitados. Igual que un soldado, el siervo debe estar lista para cumplir con
sus deberes: “Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de
la vida civil, porque tiene que agradar a su superior”.2 2 Timoteo 2:4 Si sólo
sirves cuando te conviene, entonces no eres un verdadero siervo. Los siervos
verdaderos hacen lo que se necesita aunque no les convenga.
¿Estás
disponible para Dios en cualquier tiempo? ¿Puede Dios deshacer tus planes sin
que comiences a resentirte? Como siervo no eliges ni escoges cuándo o dónde
servir. Ser un siervo significa darle a Dios el derecho de controlar tu horario
y permitirle que lo interrumpa en cualquier momento que lo necesite.
Si
recordaras al comienzo de cada día que eres un siervo de Dios, las
interrupciones no deberían frustrarte porque tu agenda será la que Dios quiera
para tu vida. Los siervos ven las interrupciones como citas divinas para el
ministerio y son felices por la oportunidad de practicar el servicio,.
Tarea en Familia: Luego de escribir versículo y reflexionar en familia sobre el tema de la semana. Cada persona debe hacer un acto de servir especial. |
DIA 3 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4:19
¿Está satisfecho?
El hombre es un perpetuo insatisfecho, y no hay nada que pueda llenar el
vacío de su corazón. Sus obras, sus logros (en el ámbito de los negocios, las
artes, las ciencias, el deporte...) lo aturden, lo distraen y disimulan sus
verdaderas necesidades. A veces los descubrimientos útiles para el bien de
todos son el fruto de búsquedas agotadoras, de un trabajo sin fin. Pero esta
perseverancia a menudo nutre el orgullo del corazón del hombre sin Dios, quien
es dominado por el diablo.
Solo Jesús puede colmar las necesidades más profundas del hombre, a
condición de que cambie de dueño. Todo el que se acerca a Jesús, que cree en
él, en su obra de salvación, y se arrepiente de su vida pasada, posee la vida
eterna. “El que cree en mí, tiene vida eterna” (Juan 6:47). Esta promesa es
para todos los que buscan un verdadero sentido a su vida. Jesucristo no
promete la prosperidad material, pero llena las aspiraciones más profundas
del que busca la verdadera felicidad.
La vida eterna es un don gratuito que responde a todas las necesidades
del hombre y apacigua sus temores más secretos. El que acepta ese don
descubre el amor de Dios. Al dar a su Hijo, Dios demostró el amor
incomparable con el que quiere llenar el corazón de cada uno de nosotros.
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que
ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a
Dios; porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8).
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DIA 4 Nuestras cartas
sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos
los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo. 2 Corintios 3:2-3
La carta de Cristo
Casi todo el mundo ha oído hablar de Jesús, de su bondad, de su humildad,
de su abnegación... Los que no creen en él suelen reprochar a los creyentes
que no se parecen a él. Es cierto, nosotros los cristianos a menudo somos
malos testigos de Cristo. ¡Qué diferencia entre lo que Dios hizo de nosotros,
es decir, una carta de Cristo, y lo que mostramos en la vida diaria!
Necesitamos volver al Señor, escuchar su palabra y dejarnos formar por su
amor.
La vida cristiana diaria es en sí un mensaje. El evangelio se hace
visible por la manera en que los creyentes hacen resaltar los caracteres de
Dios (amor, luz, santidad...) en su vida, según leemos en Romanos 12: “Si es
posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
No os venguéis vosotros mismos... Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale
de comer; si tuviere sed, dale de beber” (v. 18-20). No seremos carta de
Cristo gracias a técnicas de comunicación, sino viviendo cada uno la vida de Cristo.
Entonces el perdón, la ayuda mutua y las palabras de ánimo caracterizarán
nuestras relaciones con los demás.
El Señor Jesús unió en una misma familia a todos los hijos de Dios. La
Iglesia según la Biblia no es una institución, sino el conjunto de todos los
que creen en el Señor Jesús. De este conjunto vivo debería brotar un mensaje
poderoso de amor, de compasión y de santidad, pues cada creyente tiene a
Cristo como Salvador y Señor.
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