Devocional 25 Agosto 31Sep
4 2015
Palabra Rhema del año: “Todos los que salgan
vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me
senté con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21
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Frase para resaltar del mes: En CDA
Colombia reconocemos:
Que todo cuanto tenemos viene de Dios.
Por lo tanto lo administraremos con diligencia, bajo parámetros de máxima
responsabilidad y productividad.
TEMA: LAS
ARMAS PARA LA CONQUISTA - ORACIÓN
Verso del Mes: No se
inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten
sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7 NVI
(Los estudiantes deben escribir en su cuaderno diario: la cita Bíblica,
eje Hebreo 10:23 y una frase completa diciendo QUE EL HABLO DIOS PERSONALMENTE
EN EL DEVOCIONAL)
PRIMER DIA DE LA SEMANA. POR NADA ESTEN AFANADOS 1
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.” – Filipenses
4:6-7
Este es uno de los textos más reconfortantes y
alentadores de la Biblia. Los creyentes siempre pueden encontrar fuerza
renovada aquí. La maravillosa verdad es que Dios está siempre con nosotros. Él
está cerca de todos los creyentes cada momento de cada día y Él sabe lo que
está pasando.
Por nada estéis
afanosos, contrasta con la preocupación
que revela una falta de confianza en la soberanía y el poder de Dios. Como
creyentes, tenemos que darnos cuenta que nuestra confianza en la vida no
proviene de nosotros mismos, sino del Dios todo poderoso del universo. Por eso
Pablo nos dice que no te preocupes por nada. Si nos preocupamos básicamente
estamos diciendo que Dios no puede manejar la situación. Por el contrario
debemos llevar todo a Dios en oración y su paz guardará nuestros corazones y
mentes. Los creyentes, que están firmes en Cristo, responden a los ensayos y
soportan las dificultades con la oración agradecida.
Jesús dijo a sus seguidores en el Sermón de la
Montaña. “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer
o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir… No os
afanéis por el día de mañana…” (Mateo
6:25-34). Tenemos un Padre celestial que nos ama, nos cuida, y es capaz de
ayudarnos y apoyarnos. ¿entonces por qué preocuparse o estar ansioso?
Pero en todo por la
oración y ruego.
Pablo enfatiza nuestra necesidad de llevar todas las cosas, sin excepción, a
Dios en oración. Tan pronto como tenemos una necesidad o un problema debemos
llevarlo al Señor en oración. Presentamos nuestras peticiones al Señor con
confianza dependiendo de su provisión segura para ayudarnos en nuestros
momentos de necesidad.
Recordemos el siervo de Abraham junto a la fuente de
agua en Nacor pidiendo orientación específica en la búsqueda de una novia para
Isaac (Génesis 24:12-14), o Ezequías extendiendo la carta de su enemigo
Senaquerib ante el Señor en el Templo (Isaías 37:14-20).
Conclusión: Estemos tranquilos mientras estamos orando
confiamos en Dios.
TAREA EN FAMILIA: Realiza una lista de motivos para orar y escríbelos.
SEGUNDO DIA DE LA SEMANA. POR NADA ESTEN AFANADOS 2
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.” – Filipenses
4:6-7
Con acción de gracias
presenten vuestras peticiones delante de Dios. La actitud que debemos tener al presentar nuestras
súplicas al Señor es una de agradecimiento, confiando en Él para la respuesta
que nos revelará a través de Su Espíritu Santo. Dios hace que todo funcione
para nuestro bien y Su gloria.
“Y la paz de Dios,
que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.” Dios nos dará una paz más allá del entendimiento que
guardará nuestro corazón y nuestra mente a medida que resistimos y nos
mantenemos firmes en el Señor. 1 Pedro 5:10 dice: “Mas el Dios de
toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis
padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y
establezca.” Deuteronomio
31:6 nos recuerda que “Dios no nos dejará ni nos abandonará.”
Podemos tener esta paz maravillosa como creyentes.
Dios responderá a nuestras peticiones en Su manera y en Su tiempo, y nos dará
Su paz que sobrepasa todo nuestro entendimiento. Es una paz que es mayor que
cualquier cosa que podamos imaginar. Se trata de un factor de estabilidad y que
nos dará descanso en el Señor soberano. “Acerquémonos,
pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar
gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos
4:16)
Es necesario que haya rendición diaria, y un compromiso renovado con El único que nos guía
y nos mantiene fuerte. Una vez que tengamos paz con Dios, entonces podemos ir a
disfrutar la paz de Dios cada día. “Tú guardarás en
completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha
confiado” (Isaías 26:3).
TERCER DIA DE LA SEMANA. La Cruz
del Medio
Y él (Jesús),
cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en
medio. Juan 19:17-18
Barrabás era un asesino peligroso, pero, cediendo al clamor de la
multitud, Pilato lo dejó en libertad y crucificó a Jesús en su lugar.
Imaginémonos por un momento lo que pudo haber hecho Barrabás después de su liberación. Supongamos que se haya unido al movimiento de los que iban a la colina del Gólgota para asistir a la ejecución. Habría llegado ante las tres cruces y habría visto a los condenados. Conocía al de la izquierda y al de la derecha; eran malhechores como él. Pero el tercero no se parecía a ellos… Entonces se hubiera dado cuenta de que él, Barrabas, debería estar allá; esa cruz del medio estaba prevista para él…
La pregunta fundamental es: ¿Qué actitud tengo con respecto a Jesús, el que murió en mi lugar? Y esta pregunta es la misma para todos, pues en el fondo todos estamos en la misma situación que Barrabás. Quizá no seamos asesinos, pero somos culpables ante Dios y merecemos su juicio. Yo tendría que haber soportado la maldición del Dios justo, y su santo Hijo tomó mi lugar. Por causa mía, murió abandonado por todos, ¡y hasta por su Dios mismo!
¿Podemos pasar indiferentes ante la cruz, o decir simplemente: «Todo eso está muy bien, pero no tengo nada que ver?». Esto significaría privarse voluntariamente del perdón divino y de la vida eterna. Aún hoy Dios nos invita a colocarnos ante la cruz del medio. Aquel que fue clavado allí murió por nosotros. ¡Él merece todo nuestro agradecimiento y adoración!
Imaginémonos por un momento lo que pudo haber hecho Barrabás después de su liberación. Supongamos que se haya unido al movimiento de los que iban a la colina del Gólgota para asistir a la ejecución. Habría llegado ante las tres cruces y habría visto a los condenados. Conocía al de la izquierda y al de la derecha; eran malhechores como él. Pero el tercero no se parecía a ellos… Entonces se hubiera dado cuenta de que él, Barrabas, debería estar allá; esa cruz del medio estaba prevista para él…
La pregunta fundamental es: ¿Qué actitud tengo con respecto a Jesús, el que murió en mi lugar? Y esta pregunta es la misma para todos, pues en el fondo todos estamos en la misma situación que Barrabás. Quizá no seamos asesinos, pero somos culpables ante Dios y merecemos su juicio. Yo tendría que haber soportado la maldición del Dios justo, y su santo Hijo tomó mi lugar. Por causa mía, murió abandonado por todos, ¡y hasta por su Dios mismo!
¿Podemos pasar indiferentes ante la cruz, o decir simplemente: «Todo eso está muy bien, pero no tengo nada que ver?». Esto significaría privarse voluntariamente del perdón divino y de la vida eterna. Aún hoy Dios nos invita a colocarnos ante la cruz del medio. Aquel que fue clavado allí murió por nosotros. ¡Él merece todo nuestro agradecimiento y adoración!
CUARTO DIA DE LA SEMANA ¿En donde estamos y hacia donde vamos?
Reconciliaos con
Dios. 2 Corintios 5:20
He aquí ahora el
tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. 2 Corintios 6:2
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo. Gálatas 4:4
¿En dónde nos situamos en la historia del mundo? En el año 2015
después de Jesucristo. Hace un poco más de veinte siglos que el Hijo de Dios
vino a la tierra. Su muerte en la cruz no sólo fue un martirio; según la
Palabra de Dios, “él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados” (Isaías 53:5). “Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero” (1 Pedro 2:24).
La cruz de Cristo es el punto central en la historia del mundo, es el comienzo de un período en el que Dios es misericordioso para con todos los que se reconocen pecadores.
Este período de la gracia divina todavía dura hoy, pero se acabará con el regreso del Señor Jesucristo para llevarse a su Iglesia, es decir, a todos los que se acogieron a esta gracia. Jesús mismo dice al final de la Biblia: “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis 22:20).
La inminencia de este acontecimiento llena de gozo al creyente, pero constituye una terrible amenaza para los que no creen. Porque después de esta época de gracia vendrá el tiempo de los juicios anunciados en el Apocalipsis. Todos los que no hayan querido creer en el Evangelio de la gracia serán condenados.
En cambio, todos los creyentes tienen ante sí la firme esperanza de un glorioso futuro. Verán cumplida la promesa del Salvador, quien les dijo: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros… vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (Juan 14:2-3).
La cruz de Cristo es el punto central en la historia del mundo, es el comienzo de un período en el que Dios es misericordioso para con todos los que se reconocen pecadores.
Este período de la gracia divina todavía dura hoy, pero se acabará con el regreso del Señor Jesucristo para llevarse a su Iglesia, es decir, a todos los que se acogieron a esta gracia. Jesús mismo dice al final de la Biblia: “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis 22:20).
La inminencia de este acontecimiento llena de gozo al creyente, pero constituye una terrible amenaza para los que no creen. Porque después de esta época de gracia vendrá el tiempo de los juicios anunciados en el Apocalipsis. Todos los que no hayan querido creer en el Evangelio de la gracia serán condenados.
En cambio, todos los creyentes tienen ante sí la firme esperanza de un glorioso futuro. Verán cumplida la promesa del Salvador, quien les dijo: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros… vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (Juan 14:2-3).
QUINTO DIA DE
LA SEMANA: DIA DE ORACION. Leer y orar acorde y guía de la Palabra de Dios
Mateo 6
7 »Cuando ustedes oren, no sean repetitivos, como los paganos, que
piensan que por hablar mucho serán escuchados. 8 No sean
como ellos, porque su Padre ya sabe de lo que ustedes tienen necesidad, antes
de que ustedes le pidan. 9 Por eso, ustedes deben orar así:
“Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 No nos metas en tentación,
sino líbranos del mal.”
[Porque tuyo es el reino,
el poder, y la gloria,
por todos los siglos. Amén.][a]
santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 No nos metas en tentación,
sino líbranos del mal.”
[Porque tuyo es el reino,
el poder, y la gloria,
por todos los siglos. Amén.][a]
14 Si ustedes perdonan a los otros sus ofensas, también su Padre
celestial los perdonará a ustedes. 15 Pero si
ustedes no perdonan a los otros sus ofensas, tampoco el Padre de ustedes les
perdonará sus ofensas.