Año de la
Restauración
Noviembre
: Generosidad
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En los
Colegios: Cada maestro transmite el mensaje principal de
la guía devocional. Los niños en su diario escriben:
Nombre o
Tema del devocional, principal aprendizaje y como lo puede poner en práctica.
DIA 1 Los muertos en
Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir
al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 1 Tesalonicenses
4:16-17
El arrebatamiento de los creyentes
Estamos esperando la
venida del Señor Jesús para que nos lleve al cielo. Es, en efecto, la promesa
que hizo a los que creen en él. Examinemos lo que nos dice la Palabra de Dios
sobre el arrebatamiento.
–¿Cuándo tendrá
lugar?
En la Biblia,
Jesucristo no nos da ninguna fecha exacta, pero prometió: “Vengo en breve”
(Apocalipsis 22:20).
–¿Quién irá al
cielo?
Todos los que
durante su vida reconocieron que necesitaban el perdón y depositaron su
confianza en Dios. Todos los creyentes, desde Adán hasta que Jesucristo
regrese.
–¿Qué sucederá
cuando tenga lugar el arrebatamiento?
Todo sucederá en un
instante, “en un abrir y cerrar de ojos” (1 Corintios 15:52). Los creyentes
que hayan muerto resucitarán con un cuerpo nuevo. Luego los creyentes que
estén vivos en ese momento serán transformados y también tendrán un cuerpo
nuevo (1 Corintios 15:52). Todos juntos serán llevados al cielo, al encuentro
del Señor, quien vino a buscarlos.
–¿A dónde irán los
creyentes cuando sean arrebatados?
Junto a Jesucristo,
al cielo, a la casa del Padre. Cuando estaba en la tierra, el Señor Jesús
declaró: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay... Si me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3).
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DIA 2 Hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro... la
luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la
tierra... El cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo
monte y toda isla se removió de su lugar. Apocalipsis 6:12-14
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva. Apocalipsis 21:1
¿Cuándo será el fin del mundo?
Algunos filósofos,
sociólogos y políticos creen que un día el hombre podrá instaurar la paz en
la tierra... Se quiere ser optimista y creer en la capacidad del hombre para
resolver los conflictos que reinan en el mundo...
La Biblia declara
que sucederá todo lo contrario, que el mundo tendrá un fin. Si las profecías
del Antiguo Testamento respecto a la venida de Jesús a esta tierra se cumplieron,
lo que la Biblia dice con respecto al futuro también se cumplirá: el mundo
actual irá de mal en peor. Todos los esfuerzos del hombre para evitar la
catástrofe son vanos, porque no quiere saber nada de Dios y rehúsa admitir
que sus pensamientos, rebeldes a la voluntad de Dios, son incorregibles. ¡La
paciencia de Dios tendrá un fin y todo será destruido!
Pero las
revelaciones de la Biblia no anuncian solo catástrofes, al contrario. Dios
quiere que todos los hombres sean salvos. Desea que sean felices por la
eternidad, por ello invita a cada uno a aceptar su amor incondicional. Lo
demostró cuando envió a su Hijo a pagar el castigo que merecíamos por
nuestros pecados. Si creo que este amor es para mí, también reconozco que
hasta ahora he sido rebelde. Este arrepentimiento ante Dios me abre la puerta
al reino de Dios, que nunca dejará de existir.
Dios no quiere que
los hombres sean condenados, sino que tengan la vida eterna para
introducirlos un día en su presencia. “Y él morará con ellos” (Apocalipsis 21:3).
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DIA 3
No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la
carne. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus
mandamientos. Eclesiastés 12:12-13
¿Quién forma nuestra opinión?
Hoy en la mañana
entré en una librería muy grande. ¡Qué profusión de libros! Había miles sobre
todos los temas: arte, literatura, filosofía, religión, historia, ciencias...
¡Había para todas las edades y gustos! ¡Cuántas horas fueron consagradas para
escribirlos! Si las sumamos, posiblemente tendríamos varias decenas de
siglos.
Cuánto tiempo y
medios son empleados para instruirnos, informarnos y distraernos: periódicos,
radio, televisión, internet... Sin embargo, ¿somos más felices o tenemos más
paz? Es como si esta abundancia de informaciones que absorbemos cada día nos
ocultase lo esencial. Además, lo queramos o no, todo esto influencia nuestra
mente y corre el riesgo de disminuir nuestra compasión e insensibilizar
nuestra conciencia...
Al margen de esta
profusión de informaciones e imágenes accesibles gracias a tecnologías cada
vez más nuevas, hay un Libro que nos transmite el mensaje de Dios. Sí, con
amor, Dios nos habla todavía, en el siglo 21, a través de la Biblia, la viva
y permanente Palabra de Dios. Tomémonos el tiempo de leerla atentamente. Unas
cien horas bastarían para leerla toda. ¡Cuántas horas dedicamos a actividades
fútiles! Y tristemente descuidamos reservar un tiempo para conocer el Libro
de los libros.
“Nunca se apartará
de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él,
para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque
entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).
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DIA
4
Os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y
verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los
muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. 1 Tesalonicenses
1:9-10
Servir al Dios vivo
Los primeros
cristianos de Tesalónica habían dejado a los ídolos “para servir al Dios vivo
y verdadero”, porque habían creído en el Evangelio y lo habían recibido como
mensaje de Dios. Este cambio radical tuvo un fuerte impacto en todos los que
fueron testigos de ello.
Aunque vivimos en un
mundo que evoluciona constantemente, la mayoría de nosotros duda en cambiar
su forma de vida. Pero el poder de la Palabra de Dios puede operar ese
cambio, como lo hizo en esos creyentes de la Iglesia primitiva. Dios hizo
brillar Su luz en sus corazones (lea 2 Corintios 4:6), y todo cambió.
Al volverse a Dios,
abandonaron a los ídolos. Liberados de la esclavitud del pecado y del poder
del diablo, se convirtieron en siervos del Dios vivo y verdadero; su nuevo
Maestro era Jesucristo. Su concepción de la vida fue transformada. Ya no
esperaban una mejoría del mundo, pues sabían que la ira de Dios pronto caería
sobre él. Tampoco esperaban la muerte, pues sus miradas se elevaban mucho más
alto. Esperaban de los cielos al Señor Jesús que los llevaría junto a él (1
Tesalonicenses 4:13-18).
En el plano moral,
el mundo va mal, y más aún, va de camino al juicio de Dios. Pero los
creyentes saben que Jesús los liberó y quiere sacarlos de este mundo y
llevarlos para siempre junto a él a la casa del Padre.
¿Está usted
preparado? ¿Está esperando al Hijo del Dios del cielo, Aquel que “nos libra
de la ira venidera”?
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DIA 5
En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres
amadores de sí mismos... desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin
afecto natural... crueles, aborrecedores de lo bueno. 2 Timoteo 3:1-3
Mas ya habéis sido lavados... santificados... justificados en el nombre
del Señor Jesús. 1 Corintios 6:11
No hay paz sin Dios
El siglo 18 fue
llamado el «siglo de las luces». La revolución francesa es considerada como
la culminación de esta época marcada por corrientes de pensamientos opuestos
a la idea de un Dios vivo que interviene en la vida de los hombres. ¿Qué
sucede ahora? Nuestra sociedad trata, hoy más que nunca, de borrar toda
referencia al cristianismo. Rechaza a Dios pero conserva una total confianza
en la razón humana para resolver los problemas.
Sin embargo, después
de muchos decenios, el balance de este modo de pensamiento que pretendía
traer la libertad es muy negativo: delincuencia, violencia, confusión
aumentan constantemente. ¿Y qué decir de las guerras en este mundo? ¡La paz
está muy lejos! Ahora bien, desde el primer siglo el apóstol Pablo anunció
que las cosas “irán de mal en peor” (2 Timoteo 3:13).
Dios no propone
mejorar la sociedad. Sin embargo no abandona al hombre, dejándolo sin guía.
Conoce sus necesidades, sus sufrimientos y sus dudas. Dios ama a todos los
hombres y desea que todos “sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”
(1 Timoteo 2:4). Se reveló por medio de Jesucristo, su Hijo, quien vino para
acercarse al hombre a fin de liberarlo de las tinieblas morales y de la
muerte. Jesús dio su vida por pecadores perdidos y alejados de él. Mediante
su sacrificio, ofrece a todos los que creen en él un sentido a la vida
presente y un futuro más allá de la muerte: la vida eterna.
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