Año de la
Restauración
Volveos a la fortaleza, oh
prisioneros de esperanza;
hoy también os anuncio que
os restauraré el doble. Zacarías 9:12
Julio Honestidad
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Y,
después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda
gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará
fuertes, firmes y estables. 1 Pedro 5:10 (NVI)
DIA 1 (Jesús dijo:) ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos
de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? Juan 5:44
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo
aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Juan 12:46
¿Cómo podemos creer?
Algunas preguntas de la Biblia
Jesús da este consejo: leer atentamente las Escrituras (la Biblia), pues
“ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).
Y añade: “No queréis venir a mí para que tengáis vida”
(v. 40). Es a él a quien debemos ir. Pero nuestra propia voluntad puede ser
el primer obstáculo que nos impide aceptar su oferta. Ir a Jesús para tener
la vida es aceptar un verdadero acercamiento, sin sombras, porque Jesús es la
verdad. ¿Esto va a orientar nuestra decisión? Sea como sea, la invitación del
Salvador es generosa, liberal, gratuita: “Venid a mí todos los que estáis
trabajados...” (Mateo 11:28). Pero Dios no fuerza a nadie, pues respeta al
hombre. Cada uno está invitado a responder: «¡Sí, voy!».
Otro obstáculo puede presentarse a la fe: el hecho de buscar la gloria
que viene del hombre. Esto consiste en decir: «¿Qué van a pensar si acepto el
Evangelio? ¿Podré conservar mis amigos, mi reputación, la consideración de
los demás?».
¡Sin embargo, la verdad es mucho más valiosa que la reputación! Jesús nos
enseña que debemos buscar “la gloria que viene del Dios único”, es decir,
buscar su aprobación, tratar de agradarle humildemente y cueste lo que
cueste. Así experimentaremos la verdadera libertad y una profunda paz. Jesús
también dijo: “Todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla” (Mateo
7:8). El Señor va al encuentro de todo el que lo busca.
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DIA 2 HONESTIDAD
Porque procuramos hacer lo correcto, no solo delante del
Señor, sino también delante de los demás. 2 Corintios 8:21
Una definición de honestidad: La
honestidad es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse
con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede
entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las
personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre
el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
Tarea Familiar: En familia escribirán
una definición de honestidad y buscaran un versículo de la Biblia acerca del
tema.
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DIA 3 Yo siempre estuve
contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y
después me recibirás en gloria. Salmo 73:23-24
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que
seamos llamados hijos de Dios... Amados, ahora somos hijos de Dios. 1 Juan 3:1-2
De la mano
Desde mi ventana observé a una niña que caminaba por la acera de
enfrente. Tenía más o menos dos años. Entonces pensé: esta niña apenas sabe
hablar. ¿Conoce su apellido, su dirección, su número de teléfono? ¡No!
¡Apenas sabe su nombre! ¿Sabe a dónde va? Tampoco. ¿Está preocupada? ¡Para
nada! Anda con paso firme, pues sabe una cosa: el hombre que camina a su lado
es su papá y puede confiar totalmente en él. Su pequeño brazo está levantado,
ella toma su mano. ¡Si su padre decidiese dejarla sola en la acera, sería una
catástrofe! Pero esta idea ni se le ocurre. La toma con firmeza... Van
tomados de la mano, y este contacto silencioso es toda la seguridad de la
niña.
Esta relación tan dulce y sencilla entre un padre y su hija está llena de
sentido para el cristiano, pues todo cristiano es un hijo de Dios, y Dios es
un Padre lleno de ternura.
Un padre espera implícitamente de su hijo una confianza así. Para nuestro
Padre celestial, esta confianza tiene un valor inmenso. El cristiano, si
fuese abandonado a sí mismo, estaría sin recursos en la vida. Pero, aunque
ignora el camino por donde ha de pasar, le basta saber que Dios conoce todo
de antemano y que puede dejarse llevar por esta mano divina.
“Yo soy el buen pastor... (El pastor) va delante de ellas; y las ovejas
le siguen, porque conocen su voz” (Juan 10:14, 4).
“Así los apacentó conforme a la integridad de su corazón y con la
habilidad de sus manos los pastoreó” (Salmo 78:72, V. M.).
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DIA 4 Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Hechos 16:31
Yo y mi casa serviremos al Señor. Josué 24:15
Nuestras familias
Con razón muchas personas se conmueven al ver que la célula familiar se
desintegra, pues la familia es la estructura sobre la cual está fundada toda
la sociedad.
La Biblia habla mucho de la familia. Nos dice que Dios conoce a cada
familia: “... el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda
familia en los cielos y en la tierra” (Efesios 3:15). La casa del creyente
tiene una posición privilegiada, pero también una gran responsabilidad.
–Privilegiada porque el deseo de Dios es salvar la familia del creyente.
Es cierto que cada miembro de esta familia tendrá que creer personalmente en
Jesucristo para ser salvo, pero el plan de Dios es bendecir tal casa. Noé
“preparó el arca en que su casa se salvase” (Hebreos 11:7), de manera que él y
los suyos escaparon del diluvio.
–Una gran responsabilidad, porque los padres deben enseñar a sus hijos
las preciosas verdades de la fe y ponerlas en práctica ante ellos. ¡Feliz el
hogar donde padres e hijos acostumbran reunirse un momento cada día para leer
la Biblia, orar y cantar himnos juntos! Los hijos serán criados “en
disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4).
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará
de él” (Proverbios 22:6).
Quizás usted diga que este cuadro idílico no se parece al de su casa...
¿Le gustaría que eso cambiase? ¡Entonces deje a Jesucristo entrar en su hogar
y llenarlo con su presencia! Como a Zaqueo, el Señor nos dice: “Hoy es
necesario que pose yo en tu casa” (Lucas 19:5).
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DÍA 5 DIA DE ORACIÓN, ALABANZA, EXLATACIÓN,
AGRADECIMIENTO
Salmo 20
Para el director del coro: salmo de David.
1 Que el Señor responda a tu clamor en tiempos de dificultad;
que el nombre del Dios de Jacob te proteja de todo mal. 2 Que te envíe ayuda desde su santuario y te fortalezca desde Jerusalén.[a] 3 Que se acuerde de todas tus ofrendas y mire con agrado tus ofrendas quemadas. Interludio
4 Que él conceda los deseos de tu corazón
y haga que todos tus planes tengan éxito. 5 Que gritemos de alegría cuando escuchemos de tu triunfo y levantemos una bandera de victoria en el nombre de nuestro Dios. Que el Señor conteste a todas tus oraciones.
6 Ahora sé que el Señor rescata a su rey
ungido.
Le responderá desde su santo cielo y lo rescatará con su gran poder. 7 Algunas naciones se jactan de sus caballos y sus carros de guerra, pero nosotros nos jactamos en el nombre del Señor nuestro Dios. 8 Esas naciones se derrumbarán y caerán, pero nosotros nos levantaremos y estaremos firmes.
9 ¡Da la victoria a nuestro rey, oh Señor!
Responde a nuestro grito de auxilio. |
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