Año de la Restauración
Volveos a la
fortaleza, oh prisioneros de esperanza;
hoy también os
anuncio que os restauraré el doble. Zacarías 9:12
Mayo DILIGENCIA
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Verso del Mes: El Señor
restauró a Job, cuando él oraba por sus amigos, y aumentó el Señor al doble todo
lo que le había pertenecido a Job. Job 42:10
DIA 1 Vuelve ahora en
amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien. Job 22:21
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3
Él (Jesucristo) es nuestra paz. Efesios 2:14
¿Tiene sed de paz?
¿Cómo podemos combatir el estrés? Un artículo de una revista aconsejaba
emplear una frase, por ejemplo: «Estoy en paz conmigo y con el mundo», y
repetirla, bien concentrado, al menos durante cinco minutos. Dudamos del
resultado duradero de tal práctica. Sin embargo el tema escogido traduce una
necesidad universal: la necesidad de paz, paz interior, paz con los demás,
pero primeramente paz con Dios.
La Biblia nos enseña que, debido a su desobediencia, Adán y Eva perdieron
esta paz. Tuvieron miedo de Dios y se escondieron (Génesis 3:10). Ellos
mismos se hicieron “enemigos” de Dios. Desde entonces, las relaciones humanas
también se deterioraron: conflictos familiares, guerras, violencia... ¡Es la
triste historia de la humanidad!
Sin embargo, una esperanza de paz se vislumbró cuando Jesús nació. “En la
tierra paz...”. Este fue el mensaje anunciado por los ángeles (Lucas 2:14).
Después de su muerte y resurrección, Jesús se presentó a sus discípulos
temerosos y les dijo: “Paz a vosotros”. Creer que Jesús vino a la tierra, que
murió y resucitó, es el medio ofrecido a todo hombre para que se reconcilie
con Dios, a quien ha ofendido. Jesús hizo “la paz mediante la sangre de su
cruz” (Colosenses 1:20). El que cree en Jesús tiene “paz para con Dios”
(Romanos 5:1). Solo por medio de ella podremos vivir en paz con nosotros
mismos. No es a través de un condicionamiento mental ni de esfuerzos
personales, sino mediante un encuentro liberador con el autor de nuestra paz:
Jesucristo.
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DIA 2 DILIGENCIA
Proverbios 22:29
¿Has visto a
alguien diligente en su trabajo?
Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.
Tarea en familia: Escriban este versículo en su cuaderno y
busquen una definición de la Palabra DILIGENCIA TERMINEN orando.
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DIA 3 Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Cuando Jesús lo vio acostado... le dijo: ¿Quieres ser sano?... Levántate,
toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado. Juan 5:5-9
¿Quieres ser sano?
Algunas preguntas de la Biblia
Esta pregunta nos sorprende. Todos deseamos ser curados, entonces, ¿por
qué Jesús hizo esta pregunta a un hombre que estaba enfermo desde hacía
treinta y ocho años?
Traslademos la situación al plano moral:
–¿Quiero ser sano de mi tendencia a hacer el mal, ser liberado de mi
culpabilidad, de ese vacío que siento desde hace tanto tiempo? La pregunta es
muy pertinente: ¡para ser sanado primero hay que desearlo!
–Este hombre deseaba ser sanado. Pero no sabía qué hacer, pues era
paralítico y no tenía quién le ayudase... Era consciente de que su situación
no tenía solución.
–Yo también traté de mejorar, pero debo reconocer que soy incapaz. ¿Cómo
puedo liberarme del mal que hay en mí? ¡Nadie puede ayudarme!
–Jesús vio la desesperación de ese paralítico y le dijo: “Levántate, toma
tu lecho, y anda”. ¡Al momento el paralítico fue curado y empezó a caminar!
–La curación moral que Jesús me ofrece es igual de repentina y
maravillosa. Él llevó en la cruz esa culpabilidad que me agobiaba, las dudas
que me carcomían, la condenación que merecían mis pecados y mi naturaleza
opuesta al bien. ¡Me ofrece el perdón! Es como si me dijese: «Levántate y
anda. Mira, puedes orar a Dios como a un Padre, eres libre. ¡Ven, sígueme!».
Que mi respuesta sea: ¡Sí, Señor Jesús, voy a ti tal como soy!
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DIA 4 A cada uno de nosotros fue dada la gracia
conforme a la medida del don de Cristo. Efesios 4:7
Considerémonos unos a otros para estimularnos al
amor y a las buenas obras. Hebreos 10:24
Trabajar para el Señor
Aunque no todos trabajan en la misma medida en Su obra, el Señor Jesús se
interesa en todo lo que se hace para él y aprecia el esfuerzo de cada uno. No
todos tenemos las mismas capacidades, la misma energía y las mismas ocasiones
de servirle. El Señor solo nos pide poner a su disposición lo que nos ha
dado. Algunos ejemplos de la Biblia deberían estimularnos:
–Un niño tenía cinco panes y dos peces. Jesús los empleó para alimentar a
5.000 personas (Juan 6:9-13).
–Bernabé vendió un terreno y puso el dinero a disposición de los
apóstoles (Hechos 4:35-37).
–Dorcas hacía ropa, según sus capacidades, para las viudas pobres (Hechos
9:39).
–Lidia, la vendedora de púrpura, recibió al apóstol Pablo y a sus
compañeros en su casa (Hechos 16:14-15).
–Febe, como sierva de la asamblea, fue una ayuda para Pablo y muchos
otros cristianos (Romanos 16:1).
–Priscila y Aquila, colaboradores del apóstol Pablo, arriesgaron su vida
por él (Romanos 16:3-4).
Todos estos cristianos trabajaban para el mismo Maestro. A cada uno de
ellos el Señor dirá un día: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21).
Mientras esperamos la venida de nuestro Señor, seamos fieles en lo que
nos confía.
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DÍA 5 DIA DE ORACIÓN, ALABANZA,
EXLATACIÓN, AGRADECIMIENTO
Salmos
17Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Plegaria que pide la protección de Dios
Oración de David.
17 Señor,
¡escúchame!
¡Atiende mi clamor de justicia! ¡Presta oído a mi oración, pues no brota de labios mentirosos! 2 ¡Sé tú quien me reivindique! ¡Posa tus ojos en mi rectitud! 3 Tú has examinado mi corazón; por las noches has venido a verme. ¡Ponme a prueba, que nada malo hallarás! ¡Nada malo han pronunciado mis labios! 4 Yo no hago lo que otros hacen; al contrario, tomo en cuenta tus palabras y me alejo de caminos de violencia. 5 Sostén mis pasos en tus sendas para que mis pies no resbalen.
6 Dios mío, yo te invoco porque tú me respondes;
¡inclina a mí tu oído, y escucha mis palabras! 7 Tú, que salvas de sus perseguidores a los que buscan tu protección, ¡dame una muestra de tu gran misericordia! 8 ¡Cuídame como a la niña de tus ojos! ¡Escóndeme bajo la sombra de tus alas! 9 ¡No dejes que me vean mis malvados enemigos, los opresores que quieren quitarme la vida! 10 Se regodean en su soberbia, y profieren palabras insolentes. 11 Me tienen rodeado por completo, y sólo esperan verme caer por tierra. 12 Parecen leones que esperan a su presa; parecen cachorros, echados en su escondite.
13 ¡Reacciona, Señor!
¡Enfréntate a ellos, y ponlos en vergüenza! ¡Con tu espada, ponme a salvo de esos malvados! 14 ¡Con tu mano, Señor, sálvame de estos malvados que viven obsesionados con los bienes de este mundo! ¡Ya los has saciado con tus riquezas, y hasta les sobra para sus hijos más pequeños! 15 A mí me bastará con ver tu rostro de justicia; ¡satisfecho estaré al despertar y contemplarte! |
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