26 Devocional 26 Septiembre
2-7
Verso de la semana:
¡Te damos gracias, oh Dios!,
te damos gracias porque estás cerca;
por todas partes, la gente habla de tus hechos maravillosos. Salmos 75:1
te damos gracias porque estás cerca;
por todas partes, la gente habla de tus hechos maravillosos. Salmos 75:1
Primer
día: Lectura Proverbios 29:7-12
Usar Versiones NVI o NTV, después de hacer lectura. ¿Cuál o cuáles versículos
han tocado su vida? Y ¿Cuál es su compromiso de cambio?
7 Los
justos se preocupan por los derechos del pobre;
al perverso no le importa en absoluto.
8 Los burlones pueden alborotar a toda una ciudad,
pero los sabios calman los ánimos.
pero los sabios calman los ánimos.
9 Si un sabio lleva a un necio a juicio
habrá alboroto y burlas pero no se solucionará nada.
habrá alboroto y burlas pero no se solucionará nada.
10 Los sanguinarios odian a las personas intachables,
pero los honrados procuran ayudarlas.[a]
pero los honrados procuran ayudarlas.[a]
11 Los necios dan rienda suelta a su enojo,
pero los sabios calladamente lo controlan.
pero los sabios calladamente lo controlan.
12 Si un gobernante presta atención a los mentirosos,
todos sus consejeros serán perversos.
todos sus consejeros serán perversos.
Día Segundo: Revolución del Corazón. ¿Por qué debemos agradecer a Dios?
Las razones para dar gracias a Dios son innumerables, aquí menciono
algunas que aparecen en la Biblia.
1. Por
nuestra salvación: Con
gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia
de los santos en luz; Colosenses 1:12
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios
respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido
desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y
la fe en la verdad, 2Tesalonisences 2:13
2. Por Su
justicia: Porque has mantenido mi derecho y
mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia. Salmo 9:4
3. Por las
victorias que nos ha dado: Mas
gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo. 1 Corintios 15:57
4.
Por todas Sus maravillas: Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues
cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas. Salmos 75:1
5. Por
protegernos del mal: Te
glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado, Y no permitiste que mis
enemigos se alegraran de mí. Salmos 30:1
Tarea en Familia: Durante la semana reúnete con tu familia y dedica tiempo para orar
dando gracias a Dios por estas razones.
Tercer día: ¿Por qué debemos agradecer a Dios?
Las razones para dar gracias a Dios son innumerables, aquí menciono
algunas que aparecen en la Biblia.
1.
Por sanarnos: Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste. Salmos 30:2
2.
Porque nos escucha: Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas;
Porque ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en todos mis días.
Salmos 116:1-2
3.
Porque es misericordioso y justo: Clemente es Jehová, y justo; Sí, misericordioso es
nuestro Dios. Salmos 116:5.
4.
Porque El es bueno: Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para
siempre es su misericordia. Salmos 118:1
5.
Por el favor de Dios hacia nosotros: Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré tu
nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y
tu palabra sobre todas las cosas. Salmos 138:2
Cuarto
día: LA BIBLIA RESPONDE: Tomado del Catecismo de Heidelberg. (Leer por favor
las citas Bíblicas)
Pregunta 59: ¿Qué significa ser justificado por
Dios?
Respuesta: Que delante de Dios soy justo en Jesucristo,y
heredero de la vida eterna (a).
a.
Hab.
2:4; Rom. 1:17; Juan 3:36.
Quinto
día: Día de agradecimiento Salmos 48 Gracias Dios por darnos entrada en el Reino de
los cielos por medio de Jesucristo.
Calla en la presencia
del Señor. Sofonías 1:7
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6:6
Vivimos en la época del ruido. Éste es ocasionado por diferentes
medios de transporte, máquinas, televisores, música a alto volumen… Nuestra
vida a menudo está aturdida por ruidos de todo tipo. Para muchos, el silencio
se ha convertido en sinónimo de vacío, por ello tratan de huir de él.
Además del ruido exterior, existe ese incesante torbellino de pensamientos
al que el mundo nos arrastra. ¡Todo esto nos carga la mente!
Debemos redescubrir el valor del silencio. No se trata de un
silencio estéril para volver sobre nuestros pensamientos, o llorar sobre sueños
que no se hicieron realidad. Se trata de un silencio para escuchar a Dios, para
orar y adorarle. Nuestra alma necesita ese silencio como nuestros pulmones
necesitan el aire.
El silencio es más que la ausencia de ruido; es una actitud de escucha y de apertura. Nos permite detenernos para presentarnos ante Dios mediante la fe. “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10). Si tomamos esos momentos de silencio para reponer nuestras fuerzas junto a Dios, para escuchar su voz “apacible” y delicada (1 Reyes 19:12), lejos de los ruidos y preocupaciones, nuestra vida será más estable. Además estará enriquecida con la presencia del Señor y con una alabanza preparada en el corazón para la hora de la adoración. “Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios” (Salmo 65:1). Esto nos ayudará a estar atentos a los demás, a sus buenos y malos momentos. Así nos haremos mensajeros de paz, de la paz que Dios ofrece a todos los que confían en él.
El silencio es más que la ausencia de ruido; es una actitud de escucha y de apertura. Nos permite detenernos para presentarnos ante Dios mediante la fe. “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10). Si tomamos esos momentos de silencio para reponer nuestras fuerzas junto a Dios, para escuchar su voz “apacible” y delicada (1 Reyes 19:12), lejos de los ruidos y preocupaciones, nuestra vida será más estable. Además estará enriquecida con la presencia del Señor y con una alabanza preparada en el corazón para la hora de la adoración. “Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios” (Salmo 65:1). Esto nos ayudará a estar atentos a los demás, a sus buenos y malos momentos. Así nos haremos mensajeros de paz, de la paz que Dios ofrece a todos los que confían en él.