Año del favor de Dios
Verso para Memorizar:
"Dichosos los que saben aclamarte, Señor, y caminan a la luz de tu presencia; los que todo el día se alegran en tu nombre y se regocijan en tu justicia.
Porque tú eres su gloria y su poder;
por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza."
Salmos 89:15-17
Porque tú eres su gloria y su poder;
por tu buena voluntad aumentas nuestra fuerza."
Salmos 89:15-17
DIA 1
Por el fruto se conoce el árbol. Mateo 12:33
Yo pues... os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados. Efesios 4:1
Examen para un cristiano
Un predicador se sentó en el bus que lo llevaría al lugar donde iba a predicar el Evangelio en público. Al contar el dinero que le devolvió el conductor, se dio cuenta de que había 40 centavos de más. Cuando llegó a su destino, en el momento de bajarse del bus, devolvió los 40 céntimos al conductor, diciéndole: –Me dio de más.
El conductor sonrió y le preguntó: –¿Es usted el nuevo predicador del barrio?
–Sí.
–Pues fíjese, continuó diciendo el conductor, desde hace algún tiempo he pensado ir a una iglesia, y solo quería ver cómo reaccionaría usted si le devolvía más de la cuenta... ¡Hasta el próximo domingo! Nos veremos en la sala de reuniones...
Cristianos, a menudo nuestra vida diaria es la primera manera de dar a conocer el Evangelio de Cristo a aquellos que nos rodean. La Palabra de Dios incluso afirma que para ellos somos “carta de Cristo” (2 Corintios 3:3): nuestra vida muestra lo que creemos. El ejemplo de este evangelista ilustra la manera como nos miran quienes nos rodean, y también la manera como a veces podemos ser probados mediante nuestro comportamiento. Somos llamados a actuar honestamente ante todos los hombres (Romanos 12:17), tanto en los pequeños detalles como en aquello que es más importante.
Recordemos que un cristiano lleva el nombre de Jesucristo. ¡Velemos sobre nuestras palabras, nuestros actos y nuestro comportamiento!
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DIA 2
Cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. Lucas 18:14
El fariseo y el recaudador de impuestos
Algunas parábolas (13): Lucas 18:9-14
Resumen: Un fariseo (miembro de un partido religioso) y un publicano (un recaudador de impuestos al servicio de los invasores romanos) fueron al templo a orar. El primero se creía mejor que los demás y daba gracias a Dios por ello. El segundo, al contrario, consciente de sus faltas, imploró la gracia divina: “Dios, sé propicio a mí, pecador”. Entonces Jesús dio la apreciación de Dios: el segundo fue justificado, el primero no.
Significado: El fariseo representa a un hombre que confía en sí mismo y en sus prácticas religiosas. Llega a considerarse superior a los demás. El recaudador de impuestos representa a una persona consciente de su indignidad ante Dios, pero que ora con fe.
Aplicación: Exteriormente la actitud de ambos era la misma, y era buena: oraban en el templo. Pero esto no era suficiente; lo que cuenta es el estado del corazón, y este es puesto a la luz a través de las palabras de los dos hombres: a pesar de sus oraciones, el fariseo ponía su confianza en sí mismo. Expuso sus méritos personales y permaneció ajeno a la gracia de Dios.
Pero el recaudador de impuestos sabía que era pecador y contó absolutamente con la gracia de Dios. Salió del templo con la certeza de que Dios lo había escuchado y recibido. Se fue con el corazón en paz. Tomó el lugar correcto ante Dios y halló el consuelo y la justicia. ¡Imitémosle!
Tarea en Familia: Compartir este devocional en casa, escribir en el cuaderno la reflexión de los miembros de la familia y una conclusión como familia al respecto
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DIA 3 (Cristo hizo) la paz mediante la sangre de su cruz.
Colosenses 1:20
Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
Gálatas 6:14
Dos aspectos de la cruz de Cristo
1) El fundamento de nuestra paz con Dios.
En la cruz Jesús dio su vida por nosotros, llevó el castigo que merecían nuestros pecados. Por ello la cruz es el fundamento de nuestra paz con Dios. En ella vemos a Dios como el que amó de tal manera al mundo, que dio a su Hijo unigénito (Juan 3:16). En la cruz Dios se reveló, a la vez, como el que nos ama y el que es justo. Condena el pecado y justifica al pecador que se arrepiente (Romanos 3:26). En la cruz la gracia de Dios nos alcanza, nos levanta y nos salva. Nos reconcilia con él, nos hace sus hijos y nos coloca en su presencia. ¡Nos llena de agradecimiento y alabanza!
2) El fundamento de nuestro testimonio diario.
Si, por una parte, la cruz nos une a Dios, por otra parte nos separa moralmente del mundo. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20). Somos pues, como él, rechazados por el mundo. Las dos cosas van juntas: si la cruz se ha puesto entre nosotros y nuestros pecados, también se pone entre nosotros y el mundo. En el primer caso, nos da la paz con Dios; en el segundo caso, nos pone en oposición con el mundo, donde sin embargo debemos vivir y hacer el bien, imitar a Cristo.
Retengamos estos dos aspectos de la cruz. ¿Vamos a aceptar el primero y rechazar el segundo? Por medio de la cruz, Dios nos invita a entrar en el “reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13), pero también a salir moralmente del mundo, cuyo jefe es Satanás.
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DIA 4
Me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
Salmo 66:19-20
La oración
La oración no es la repetición de frases aprendidas de memoria, que nos darían cierto mérito a los ojos de Dios.
La oración tampoco es un medio mágico para ganar los exámenes, triunfar en los negocios o tener una garantía contra todo riesgo.
Tampoco es una especie de escapatoria para los débiles que tratan de huir, o para los que no saben asumir sus responsabilidades.
La oración no debe ser el último recurso cuando todos los demás fracasan, o en caso de dificultad mayor.
La oración es una conversación entre dos personas que existen realmente, entre un ser humano y una persona divina. Es sencillamente hablar con Dios como lo hace un niño con su padre, o hablar con Jesús, quien vino a tomar nuestra condición humana. Es exponerle nuestras preocupaciones, nuestras tristezas y alegrías, nuestros proyectos, y también darle gracias. Es tener la seguridad de que nos escucha, de que nos responderá y nos dará lo que es bueno para quienes se dirigen a él.
Así como nos habla por medio de su Palabra, la Biblia, también desea que nosotros le hablemos mediante la oración, de forma sencilla, con nuestras palabras, que son la expresión de un corazón sincero y confiado. “Dios es amor” (1 Juan 4:8), y el hecho de que nos escuche es la prueba de ello.
Alguien dijo que orar, en cierto sentido, es tener una puerta abierta al cielo.
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DIA 5
Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
1 Juan 2:1
Demasiado tarde
Una señora debía ser juzgada por haber cometido una grave infracción. Le habían recomendado un excelente abogado, muy conocido, quien probablemente podría defender su causa de la mejor manera. Varias veces pospuso para el día siguiente su encuentro con el abogado. Por fin un día decidió solicitar sus servicios. Pero el abogado le respondió: «Señora, siento mucho no poder ayudarla. Hace algunos días me nombraron juez. Sigo defendiendo algunos casos durante unas semanas, pero no puedo tomar casos nuevos. ¡Hace algunos días hubiese podido defenderla!».
No sabemos si esta negligencia tuvo alguna incidencia en el resultado del juicio. Pero hay un caso en el que las consecuencias de nuestra negligencia podrían ser muy graves: cuando comparezcamos ante Dios. La Biblia evoca claramente este solemne acontecimiento: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
Aún hoy Jesús el Salvador puede, no defender nuestra causa ante Dios, sino obtener un pleno perdón para nosotros, porque él sufrió en nuestro lugar la condenación que merecíamos. Murió por nuestros pecados. No aceptarlo ahora como Salvador es arriesgarse a tenerlo más tarde como juez(Romanos 2:16). ¡Pronto será demasiado tarde! Todo hombre será llamado un día ante su Creador. Hoy todavía puede tomar la buena decisión: ¿Se encontrará con un juez que pronunciará una condenación definitiva, o con un Padre que lo recibirá junto a él?
Tomados de la Buena Semilla.
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