Los estudiantes escriben:
Título de Devocional, Cita Bíblica, 1. La reflexión
y 2. Aplicación para su vida. (Personal)
Día 1:
Nuestra Convicción Institucional:
“Trabajamos por un mundo en el que todas las personas puedan vivir con
DIGNIDAD, INTEGRIDAD y LIBERTAD.”
Para esto se requiere vivir los VALORES.
Recordemos los Valores de CDA – CONVIVENTIA
Miremos hoy una de las conductas del VALOR DE LA DIGNIDAD: HUMILDAD
Pensemos en esto:
si el Orgullo es el Exceso de estimación hacia uno mismo y hacia los propios
méritos por los cuales la persona se cree superior a los demás.
Entonces si el orgullo se define así, siendo
el antónimo de humildad, cual es el concepto Bíblico de Humildad?
HUMILDAD: La verdadera humildad se distingue de la forma falsa de
humildad que lleva a una hipocresía. Se trata, más que de un voluntario
desprecio de uno mismo, es una honesta
valoración de uno mismo como criatura y de la adquisición de la consciencia
de que nada somos ni tenemos que no nos haya sido dado por Dios, y que todo
ello es a fin de que podamos servir con la actitud de corazón regida por el
Espíritu Santo, y descrita, bajo el nombre de «fruto del Espíritu», en su
multiformidad en Gálatas. 5:22, 23.
“Por la gracia que se me ha dado, les digo a
todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí
más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con
moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.”
(Romanos 12:3, énfasis añadido)
Aquella actitud que reconoce el propio lugar bajo la condición
de criatura de Dios, opuesta a la presunción, afectación u orgullo.
La persona humilde reconoce su dependencia de Dios, no busca el dominio sobre sus semejantes, sino que aprende a darles valor por encima de sí mismo |
Día 2: EL AMOR PERDONA. PARTE 1
No es grosero ni egoísta.
No se
enoja por cualquier cosa.
No se
pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
1 Corintios 13:5
No se puede solo considerar el perdón, sino
que hay que ponerlo en práctica en forma deliberada. Si no hay perdón, no
habrá un matrimonio exitoso. Jesús pintó una imagen viva del perdón en su
parábola del siervo desagradecido. Un hombre que debía una suma considerable
de dinero se sorprendió cuando su amo escuchó su pedido de misericordia y
canceló su deuda por completo. Sin embargo, una vez que lo liberaron de esta
gran carga, el siervo hizo algo de lo más inesperado: fue a ver a otro hombre
que le debía una suma mucho menor y exigió que se la pagara de inmediato.
Cuando el amo se enteró, el acuerdo con el esclavo cambió en forma radical.
"Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo
lo que le debía" (Mateo 18:34). Un día que había comenzado con alegría y
alivio terminó con pena y desesperanza. Tortura. Prisión. Cuando piensas en
la falta de perdón, esto bebería venirte a la mente, porque Jesús dijo:
"Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de
corazón cada uno a su hermano" (Mateo 18:35).
DESAFIO PARA LA FAMILIA: En Familia leer Mateo 18:23-35 y sacar dos conclusiones o enseñanzas de
este Pasaje para poner práctica.
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Día 3: EL AMOR PERDONA. PARTE 1
Dios los ama mucho a ustedes, y los ha elegido para que
formen parte de su pueblo. Por eso, vivan como se espera de ustedes: amen a
los demás, sean buenos, humildes, amables y pacientes. 13 Sean tolerantes los unos con los otros, y si
alguien tiene alguna queja contra otro, perdónense, así como el Señor los ha
perdonado a ustedes. Colosenses 3:12-13
Imagina que
te encuentras en una cárcel. Al mirar a tu alrededor, puedes visualizar
varias celdas desde donde estás. Allí, ves personas de tu pasado que están
encarceladas: personas que te hirieron cuando eras pequeño. Ves a los que una
vez fueron tus amigos pero que en algún momento de la vida fueron injustos
contigo. Quizá, veas a tus padres allí, tal vez a algún hermano o hermana o
algún otro miembro de la familia. Aún tu cónyuge está encerrado allí cerca,
atrapado con los demás en esta cárcel de tu imaginación. Como verás, esta
prisión es una habitación de tu propio corazón, Esta cámara oscura, fría y
deprimente existe en tu interior todos los días. Sin embargo, no demasiado
lejos, Jesús está allí parado, y te ofrece una llave que puede liberar a
todos los presos. No. No quieres saber nada con eso. Estas personas te
hirieron demasiado. Sabían lo que hacían y sin embargo lo hicieron... incluso
tu cónyuge, la persona en la que más deberías de haber podido confiar. Así
que te resistes y te vas. No quieres permanecer más allí. Ver a Jesús, ver la
llave en su mano, saber lo que te está pidiendo que hagas..., es demasiado.
Cuando intentas escapar, descubres algo alarmante: No hay una salida, estás
atrapado adentro con los demás presos. Tu falta de perdón, tu enojo y tu
amargura te han transformado en prisionero a ti también. Al igual que el
siervo de la historia de Jesús, al cual le perdonaron una deuda imposible,
has elegido no perdonar y te han entregado a los carceleros y los verdugos.
Ahora, tu libertad depende de tu perdón.
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Día 4: La
falsa humildad
Por supuesto que existe esta falsa humildad. Cuando asumimos estas
actitudes a propósito, cuando “actuamos humildemente” para obtener
el reconocimiento o la admiración de otros. Es una conducta maliciosa, que no
tiene nada que ver con la verdadera humildad. Ejemplo de ello es el fariseo
que ora de pie, despreciando al publicano. (Lc 18:10-14).
Pero también puede suceder que basados en un malentendido de humildad,
queramos mostrar a los demás que reconocemos nuestras debilidades, defectos y
pecados en todo momento. Pensar de este modo:
v Me lleva a pensar que siempre
estoy equivocado
v Me hace pedir perdón por todo
v Me lleva a la autoconmiseración
Actuar así es vivir en la mentira. Ciertamente somos humanidad caída,
en pecado, pero también es cierto que hemos sido creados a imagen del Señor y
que en nosotros, cuando hemos le reconocemos como Salvador y Señor, reside su
Santo Espíritu, que nuestro cuerpo es templo de El. Por ello, manifestarnos
en todo tiempo delante de los hombres como inservibles o inútiles, muestra
una imagen muy empobrecida de quien se dice hijo del Rey.
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Día 5:
Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se
sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.
1 Corintios 10:7
Mas espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.
1 Samuel 9:27
La diversión
El matemático y
filósofo Blaise Pascal escribió: «Lo único que nos consuela de nuestras
miserias es la diversión, y sin embargo es la mayor de nuestras miserias.
Esto nos impide especialmente pensar en nosotros, y hace que el tiempo pase
de forma imperceptible. Sin la diversión nos aburriríamos, y esto nos
motivaría a buscar una forma más seria de salir de la situación. Pero la
diversión nos distrae y nos conduce poco a poco a la muerte».
¡Cuántas
distracciones y actividades se proponen hoy en día! El mundo es un gran patio
de recreo donde cada uno busca lo que más responde a sus deseos. Nos
apasionamos por un tema, luego nos aburre, buscamos otra cosa, y así
sucesivamente. ¿Por qué esta actividad febril que va en aumento? Porque el
hombre vive sin Dios y busca su propia satisfacción en lo que el mundo puede
ofrecer. Se agita para obtenerlo, busca la diversión, y esto le impide pensar
en Dios y ver su estado a la luz divina. ¡Su atención se desvía de lo
fundamental!
Sin embargo Dios
nos pide que estemos preparados para ir a su encuentro (Amós 4:12). Entonces,
tomémonos el tiempo para hacer el balance con él. Detengámonos para escuchar
lo que quiere decirnos: “Dios... ahora manda a todos los hombres en todo
lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30), porque todos pecaron. También
ofrece el único medio para salvarnos: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo” (Hechos 16:31).
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