Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su trono. Ap 3:21
Una Palabra de preparación para iniciar la conquista
Josué 1
Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, el Señor habló
a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés. Le dijo: 2 «Mi
siervo Moisés ha muerto. Por lo tanto, ha llegado el momento de que guíes a
este pueblo, a los israelitas, a cruzar el río Jordán y a entrar en la tierra
que les doy. 3 Te prometo a ti lo mismo que le
prometí a Moisés: “Dondequiera que pongan los pies los israelitas, estarán
pisando la tierra que les he dado: 4 desde el
desierto del Neguev, al sur, hasta las montañas del Líbano, al norte; desde el
río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo,[a] al
occidente, incluida toda la tierra de los hititas”. 5 Nadie
podrá hacerte frente mientras vivas. Pues yo estaré contigo como estuve con
Moisés. No te fallaré ni te abandonaré.
6 »Sé fuerte y valiente, porque tú serás
quien guíe a este pueblo para que tome posesión de toda la tierra que juré a
sus antepasados que les daría. 7 Sé fuerte y muy
valiente. Ten cuidado de obedecer todas las instrucciones que Moisés te dio. No
te desvíes de ellas ni a la derecha ni a la izquierda. Entonces te irá bien en
todo lo que hagas. 8 Estudia constantemente este
libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de
obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá
bien en todo lo que hagas. 9 Mi mandato es: “¡Sé
fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo
dondequiera que vayas”».
Encargo de Josué a los israelitas
10 Luego Josué les dio la siguiente orden
a los jefes de Israel: 11 «Vayan por el campamento
y díganle al pueblo que preparen sus provisiones. En tres días, cruzarán el río
Jordán y tomarán posesión de la tierra que el Señor su Dios les da».
12 Entonces Josué reunió a la tribu de
Rubén, a la tribu de Gad y a la media tribu de Manasés. Les dijo:
13 —Recuerden lo que les mandó Moisés,
siervo del Señor: “El Señor su Dios les da un lugar de
descanso. Él les ha dado esta tierra”. 14 Sus
esposas, hijos y animales pueden permanecer aquí, en la tierra que Moisés les
asignó, al oriente del río Jordán; pero los guerreros fuertes, completamente
armados, deben guiar a las otras tribus hasta el otro lado del Jordán para
ayudarlas a conquistar su territorio. Quédense con sus hermanos 15 hasta
que el Señor les dé
descanso a ellos, tal como se lo ha dado a ustedes, y hasta que ellos también
tomen posesión de la tierra que el Señor su
Dios les da. Solo entonces ustedes podrán regresar y establecerse aquí, al
oriente del río Jordán, en la tierra que les asignó Moisés, siervo del Señor.
16 Ellos le respondieron a Josué:
—Haremos todo lo que nos ordenes e iremos a donde nos envíes. 17 Te
obedeceremos tal como obedecimos a Moisés. Que el Señor tu Dios esté contigo tal como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera
que se rebele contra tus órdenes y no obedezca tus palabras y todo lo que tú
ordenes, será ejecutado. Así que, ¡sé fuerte y valiente!
En CDA, DECIDIMOS…
Que hablar del Evangelio sin demostrarlo con hechos en todos los aspectos de nuestra vida y labor, es inaceptable;
Que conocer acerca de Dios, sin conocerle a El y experimentar Su presencia, no tiene sentido.
Que tener buenos programas no es suficiente. Generar cambio sin transformación es intolerable y aceptar que la gente siga como esta, no es una opción!
Decidimos que la Fe sin obras, y las obras sin amor, carecen de valor.
Decidimos que el impacto de nuestra acción lo definirá la calidad de nuestra relación con Dios y la que tengamos el uno con el otro.
Que queremos estar entre las personas que cuentan historias sobre el poder transformador de Dios, no entre quienes simplemente las escuchan!
Hemos decidido que somos un barco de guerra, no un crucero.
Somos un ejercito, no una audiencia.
Fuerzas especiales, no simples observadores.
Misioneros, no tan solo empleados.
Hemos decidido contagiar a todo aquel con quien entramos en contacto, a través de nuestro ejemplo, con nuestra excelencia y nuestro buen trato.
Decidimos ser influencia.
Decidimos que amamos a nuestro prójimo, quien quiera que sea y donde quiera que este.
Reconocer que todo cuanto tenemos viene de Dios. Por lo tanto lo administraremos con diligencia, bajo parámetros de máxima responsabilidad y productividad.
Honrar el pasado, pero no vivir en el…
Vivimos en el presente, con los ojos en el futuro.
Decidimos que consideramos los eventos pasados – tanto los logros, como las fallas - , como escalones para continuar la avanzada.
Decidimos que buscamos aprender para ser transformados. No solo para acumular datos y conocimiento.
Decidimos que es necesario involucrarse, no solo observar. Decidimos enfocarnos en lo que puede ser, no tan solo en lo que es, o lo que fue.
Que CDA existe para formar GENERADORES DE CAMBIO, no personas dependientes.
Decidimos vivir como personas de destino.
Hemos decidido que es mejor fallar intentando lograr lo imposible que Dios ha planeado para nosotros, que tener éxito trabajando en algo menor.
Decidimos que nada menos que el Reino de Dios y Su perfecta voluntad en la tierra como en el cielo, traerá satisfacción a nuestra vida.