Devocional
16 Junio 9 - 13 / 2014
Año de la revolución del
corazón.
Primer Día. Un corazón revolucionado es Perdonador
PERDON Y
RESTUTICIÓN
“Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento” (Lucas 3:8)
El dueño de una tienda de comida en Inglaterra, recibió
una carta de disculpa y 160 dólares de un ladrón que robó en su establecimiento
en el año 2001. El dueño del comercio, de 27 años, no podía creerlo cuando leyó
la sorprendente misiva, según lo relató a la cadena BBC de Londres. El
arrepentido ladrón comienza con las siguientes palabras: “Queridos señores,
escribo esta carta para enmendar algo que hice en el pasado”. El ex ladrón
recuerda que sustrajo 400 cigarrillos de la tienda, y subraya que adjunta los
160 dólares como indemnización por ese delito. “En aquella época, consumía
drogas y mi vida era un desastre -confiesa-. Ahora ya no tomo drogas y me
esfuerzo por llevar una vida digna, honesta y decente”. En unas conmovedoras
líneas el ex ladrón explica que, como parte de su recuperación, intenta
corregir los errores cometidos en el pasado: “Lamento -concluye-, el daño
que causé y sinceramente les presento mis disculpas”. El dueño de la tienda
comentó que el cambió de actitud del misterioso remitente, es “algo muy bueno”
y concluyó diciendo que donaría los 160 dólares a una organización benéfica de
lucha contra las drogas.
PRINCIPIO DE LA RESTITUCIÓN
Para mantener la victoria que hemos ganado
sobre el pasado, es necesario que entendamos el Principio de la Restitución:
que consiste en compensar de manera tangible el daño que hemos ocasionado a la
persona que hemos ofendido.
Tal vez leyendo estas líneas, recuerdas que has ofendido
a otra u otras personas. La sanidad del corazón no solo se encuentra en que
perdonemos a los que nos han ofendido, sino en pedir perdón a los que también
nosotros hemos dañado. Si quieres sanar completamente tu corazón y conservarlo
en ese estado para siempre, deseo invitarte a que hagas una evaluación, si en
tu caso cabe la posibilidad de hacer alguna restitución a alguien a quien hayas
dañado. Puede que sea necesario devolver lo robado, saldar una deuda, pedir
perdón a una persona ofendida, reconocer a un hijo fuera del matrimonio, es
decir asumir la responsabilidad de las consecuencias de algún acto o pecado.
La Biblia nos enseña que en tanto sea posible, debemos
compensar el daño causado, Juan el Bautista predicaba: “Haced, frutos, dignos de
arrepentimiento” (Lucas 3:8), indicando con esto que nuestro
arrepentimiento debe ir acompañado de obras concretas y no solamente de
oraciones privadas, pedidos de perdón y buenas intenciones.
Sabemos también que existen casos en los cuales no puede
hacerse una restitución, pues el daño causado ya no lo permite. Por ejemplo: no
podemos devolver la vida de alguien que ha fallecido, no podemos
retroceder el tiempo para evitar decir los insultos y palabras agresivas que
proferimos, cada caso es distinto.
En otros casos la Restitución puede tener repercusiones
legales: devolver una herencia, reconocer a un hijo ilegítimo, lo cual
requerirá de la intervención de un profesional, devolver algo que se sustrajo
sin previa autorización, restituir públicamente la integridad del afectado, si
públicamente lo hemos difamado.
Sin embargo, es nuestra actitud en cuanto a la
restitución lo que marcará en nuestro corazón, el punto de inicio de nuestro
verdadero cambio y la sinceridad del mismo.
Tarea
a. Dedica un buen tiempo a la oración, y determina
delante del Señor si hay alguna restitución que debas hacer.
b. Consulta con un consejero espiritual, pastor, líder de
buen carácter y testimonio, acerca de tu deseo de enmendar las cosas.
c. Haz un plan de restitución, sabiendo que con ello tu
corazón se consolidará como un corazón que anhela expresar justicia ante Dios.
Segundo Día. Lectura Proverbios
26:1-8 Usar Versiones NVI o NTV, después de hacer lectura. ¿Cuál o cuáles
versículos han tocado su vida? Y ¿Cuál es su compromiso de cambio?
Ni la nieve es para el verano, ni la
lluvia para la cosecha,
ni
los honores para el necio.
2 Como el gorrión sin rumbo o la golondrina sin
nido, la maldición sin motivo jamás llega a su destino.
3 El látigo es para los caballos, el
freno para los asnos, y el garrote para la espalda del necio.
4 No respondas al necio según su necedad,
o tú mismo pasarás por necio.
5 Respóndele al necio como se merece, para
que no se tenga por sabio.
6 Enviar un mensaje por medio de un necio
es como cortarse los pies o sufrir[a] violencia.
7 Inútil es el proverbio en la boca del necio
como inútiles son las piernas de un tullido.
8 Rendirle honores al necio es tan absurdo
como atar una piedra a la honda.
Proverbios 26:1-8
Tercer día:
PORQUE DEBEMOS RESTITUIR
1. Porque es justo
delante de Dios: Dios expresó su concepto
de justicia diciendo…”entonces
confesará los pecados que ha cometido, y hará completa restitución por el daño
causado, añadirá un quinto y lo dará al que perjudicó” (Números 5:7) Como vemos, la confesión va acompañada
con la restitución integrada al proceso de reparación de la falta cometida.
Dios nos extiende su perdón de forma gratuita pero debemos imitar su justicia
como una reacción natural por haber recibido su misericordia. Por eso, cuando
pedimos perdón por nuestros pecados debemos considerar si hay posibilidades de
Restituir.
2. Porque es justo ante nuestros semejantes: En la parábola del hijo pródigo, observamos, como la
intención de restitución acompaña al muchacho cuando regresa a casa de su
padre: “Me levantaré e iré a mi padre
y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser
llamado tu hijo; hazme como uno de tus jornaleros”(Lucas 15:18-19). Como
muestra de su genuino arrepentimiento, se ofrece como trabajador vitalicio para
compensar el daño. El corazón perdonador del padre rechaza la idea y lo recibe
como hijo, sin embargo, esa disposición marcó el punto de cambio en el corazón
del muchacho para siempre.
Tarea
a. Dedica un buen tiempo a la oración, y determina
delante del Señor si hay alguna restitución que debas hacer.
b. Consulta con un consejero espiritual, pastor, líder de
buen carácter y testimonio, acerca de tu deseo de enmendar las cosas.
c. Haz un plan de restitución, sabiendo que con ello tu
corazón se consolidará como un corazón que anhela expresar justicia ante Dios.
Cuarto día:
PORQUE DEBEMOS RESTITUIR
3. Porque
consolida mi cambio interno: Otra hermosa historia bíblica es la de Zaqueo, que
presenta un cambio radical en su conducta. Él era un corrupto cobrador de
impuestos que, trás recibir a Jesús en su casa, decide cambiar su vida y
consolida su decisión haciendo restitución. “Y Zaqueo, puesto en pie, dijo
al Señor: He aquí, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he
defraudado a alguien, se lo restituiré cuadruplicado. Y Jesús le dijo: Hoy ha
venido la salvación a está casa…” (Lucas 19:8-10)
Zaqueo reconoció la visita de Jesús como la oportunidad
de cambiar su vida. Aunque Lucas no nos brinda todos los detalles de su
conversión con Jesús, sí describe la valiente determinación de Zaqueo de
restituir y consolidar públicamente su deseo de seguir al Maestro, ofreciendo
una compensación a quien él hubiere defraudado.
Así que amados, debemos hacer Restitución cuando sea
posible porque es justo ante Dios, ante las personas y consolida nuestro cambio
interno.
Tarea
a. Dedica un buen tiempo a la oración, y determina
delante del Señor si hay alguna restitución que debas hacer.
b. Consulta con un consejero espiritual, pastor, líder de
buen carácter y testimonio, acerca de tu deseo de enmendar las cosas.
c. Haz un plan de restitución, sabiendo que con ello tu
corazón se consolidará como un corazón que anhela expresar justicia ante Dios.
Quinto
Día
Salmos 39 Día de Agradecimiento.